MAHLER 2

MAHLER 5

MAHLER 2

Sinfonías 4 a 10

La “Sinfonía Nº 4 en sol mayor” fue empezada en el verano de 1899 en Alt-Aussee, una pequeña estación termal en el Salzkammergut. Pero el tiempo no le acompaña y no es capaz de plasmar en la partitura el flujo de ideas que le aparecen. Tendrá que esperar al verano de 1900 en Maiernigg, un pueblecito situado a las orillas del sur del lago Wörthersee, en Carintia, cercano a Klagenfurt. Aislado en una cabaña en el bosque logra acabar la obra en tres semanas, poniendo las últimas notas el 6 de agosto de 1900.

La obra se estrenó en Munich el 25 de noviembre de 1901 bajo la dirección del propio compositor. La obra no fue bien recibida por un público que esperaba otra cosa. Seguidamente se presentó en Frankfurt dirigida por Weingartner y luego en Nuremberg, Karlruhe, Stuttgart, Berlín y Viena. En todos lugares la obra fue criticada.

La orquestación es más ligera que la de las anteriores sinfonías y comprende cuatro flautas, dos doblando con piccolo, tres oboes, uno doblando con corno inglés, tres clarinetes, un clarinete bajo, tres fagots, uno doblando con contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, timbales, tambor, triángulo, campanas, glockenspiel, cimbalos, tam-tam, arpa y cuerdas. El estilo es mas clásico pero usando la típica coloración mahleriana.

El primer movimiento Bedächtig. Nicht eilen, recht gemächlich, lento, sin apresurarse, cómodamente. Después de una breve frase introductoria definida por Deryck Cooke, un famoso musicólogo, como las campanillas de un trineo paseando por el cielo, aparece el primer tema, un tema ascendente típicamente mahleriano pero de raíces clásicas. El segundo tema es presentado por las cuerdas graves y es mas calmado, de naturaleza casi pastoral. Con los tintineos de las campanillas empieza la repetición de la primera parte de la exposición. La sencillez de los temas contrasta con un elaborado desarrollo. Empieza presentando otra vez el tema de las campanillas. Una ácida melodía del violín y luego un grotesco solo de la trompa se presentan como elementos de parodia de la vida terrestre. Las flautas presentan un nuevo motivo derivado del segundo tema, acompañadas por un sutil contrapunto. El clarinete inicia una serie de motivos disonantes. Se inicia una sección con complicados motivos contrapuntísticos que incluyen de nuevo el tema de las campanillas. Este tema se mezcla con el de las flautas y el primer tema, el cual finalmente se expone de forma clara por la trompeta. Entonces empieza un crescendo con mezcla de los temas, que se detiene con una sombría llamada de la trompeta. Esto marca la fase final del desarrollo, como una caída del edificio que se había levantado de una manera tan inestable. El oboe introduce el tema principal y los violines inician la reexposición con el primer tema. Después de una brillante transición, aparece el segundo tema, que crece en expresividad. Con el sonido de las campanillas empieza la fase final. Regresa el primer tema de forma variada llegando a las alturas con los agudos de los violines. Una llamada de la trompa nos lleva casi al silencio, del que surge el tema principal, iniciando la coda que termina con una alegre stretta.

El segundo movimiento in gemächlicher Bewegung, ohne Hast, en un movimiento cómodo, sin prisa, consiste en un scherzo con dos tríos. El scherzo está formado por una danza en forma de ländler con unos detalles agridulces. La melodía inicial de la trompa es seguida por disonantes sonidos de la madera y un solo del violín que parece desafinado, al usar una forma de afinación poco habitual, produciendo un sonido casi macabro. Algunas veces se ha dicho que es una especie de Totentanz, danza de los muertos. El primer trio es una tranquila danza popular que contiene elementos grotescos, introducidos por la trompa. Luego se reanuda el scherzo de forma variada. El segundo trio deriva del anterior y es introducido por la trompeta. Luego regresa el scherzo, con esta vez el violín en su afinación normal. Siguen diversas variaciones. Los timbales inician la sección final destacando los grotescos glissandi de los violonchelos antes de la coda.

El tercer movimiento Ruhevoll, consiste en el adagio con su tema principal iniciado por los violoncelos. Es el alma de Mahler quien nos habla, con un canto sereno, grave y profundo. Siguen varias variaciones del tema. La primera presentada por los violines y la segunda de expresión más dolorosa es presentada por el oboe, seguido por la calidez de los violines. La tercera variación es realizada por los violines en su registro agudo, llevando a la conclusión del tema. El oboe presenta el segundo tema con una expresiva melodía, continuada por los violines en su declamación ascendente. Una nueva melodía aparece en el oboe antes de una sección contrapuntística. Con la intervención del violín solista se regresa al primer tema. El desarrollo del tema es complejo con una nueva serie de variaciones. Destaca una sección que empieza con la intervención de la trompa, a la que se le unen el oboe y el corno inglés en una especie de trio. Finalmente los violines toman su voz con la repetición de su sección del segundo tema. En la parte final el tempo se hace más rápido, con una creciente alegría, para volver al adagio con una sentida frase de las trompas, que nos lleva a la sección de conclusión. Pero cuando se espera que termine calmadamente, aparece un repentino crescendo de la orquesta, con una fanfarria de las trompetas, premonitoria del último movimiento, que nos lleva a la verdadera tranquila coda.

El último movimiento, sehr behaglich, muy cómodamente, emplea el poema “Das himmlische Leben” perteneciente a la colección “Des Knaben Wunderhorn”. El lied fue escrito y orquestado en el año 1892. Este movimiento había sido pensado anteriormente como el séptimo movimiento de la tercera sinfonía, con el título “Lo que me dice el niño”. Es un canto a los goces celestiales. Según el propio Mahler “cuando el hombre, maravillado pero confundido, pregunta que significa todo esto, el niño le responde, así es la vida celeste.

Empieza con una introducción en la que el clarinete presenta un motivo escuchado en la parte final del anterior movimiento y una idea complementaria. La soprano canta con esta misma melodía los primeros versos

Wir geniessen die himmlischen Freunden

Drum tun wir das Irdische meiden.

Saboreamos las felicidades del cielo

Por esto huimos de lo terrenal

Al final de la primera estrofa una frase mas relajada, de gran lirismo, canta el estribillo. Un pequeño intermedio orquestal lo separa de la segunda estrofa, apareciendo el tema de las campanillas. Lo mismo ocurre al terminar la segunda estrofa y la tercera estrofa que hablan de los placeres del gusto. Sigue un intermedio orquestal con nuevos motivos melódicos en los violines. La soprano canta la última estrofa que presenta los placeres musicales. Los últimos versos son los reproducidos a continuación.

Die englischen stimmen

Enmuntern die Sinnen

Dass alles für Freunden, für Freunden erwacht

Las voces angélicas

despiertan los sentidos

para que todo renazca en alegría

La sinfonía termina con una coda orquestal con fragmentos del motivo inicial del movimiento, finalizando con una nota que se desvanece.

En esta sinfonía Mahler no agregó ningun comentario de carácter descriptivo. Es una de sus obras más líricas, escrita en un lenguaje neoclásico. Es difícil comprender lo que Mahler nos quiso decir con esta obra. Todo está basado en el último movimiento que expresa el bienestar de la vida celestial. El primer movimiento nos trae recuerdos de la vida terrenal, que a través de la muerte expresada en el scherzo, nos conduce hasta el cielo. El adagio nos presenta un estadio de transición, en el que ríe y llora a la vez, como expresó Mahler. A la tristeza de la muerte se une la alegría de conseguir un estado superior, llegando al paraíso, todo expresado en una forma de candidez propia de los niños. Termina con la representación de los placeres celestiales como expresa la canción que forma el último movimiento.

Con esta obra termina el primer ciclo de sinfonías que tratan sobre su vida de héroe. En la primera lo encontramos en busca de la fe, su muerte y resurrección en la segunda, las maravillas de la naturaleza, contempladas de modo panteísta, convirtiéndose en amor universal en la tercera y finalmente cantando en la cuarta, las alegrías de la vida celestial. Todo un viaje en busca de la felicidad, que no había encontrado en la tierra, en la vida futura.

En el año 1901 no escribe ninguna obra sinfónica. Uno de los motivos es una mujer. En una fiesta, en noviembre del mismo año, conoce a la encantadora hijastra del artista Carl Moll. Es una muchacha de apenas 20 años llamada Alma Maria Schindler, dotada para la música y muy simpática. Al principio está fascinada por la relación con un director tan famoso, pero termina al cabo de pocos meses, enamorándose de él. Finalmente Mahler se arriesga al pedirla por esposa y la muchacha acepta. El matrimonio se celebra el 9 de marzo de 1902.

Durante el verano siguiente terminará su nueva sinfonía y compondrá uno de los lied más hermosos dedicados a una mujer. Es el titulado “Liebst du um Schönheit”, dedicado a su esposa Alma y que forma parte del ciclo llamado “Rückert-Lieder”. En el mes de noviembre reciben su primer fruto, en forma de una niña a la que llamarán Maria Anna.

La “Sinfonía Nº 5 en do sostenido menor” fue empezada en el año 1901, después de una grave enfermedad. La noche entre el 24 y el 25 de febrero estuvo a punto de morir de una grave hemorragia intestinal. Durante su convalecencia realizó el esquema de los primeros movimientos. Al verano siguiente cuando regresa a su lugar de composición en Maiernigg, a finales de junio ha empezado una nueva vida. No está solo, le acompaña su radiante esposa Alma, que reemplaza a su hermana Justine como ama de casa. Alma además puede ayudar a su esposo en su aspecto musical, al tener amplios conocimientos de música. Se encargará de copiar la partitura de la nueva sinfonía. Allí compondrá el famoso adagietto y el movimiento final. El 24 de agosto termina la partitura, interpretándola al piano en su Häuschen para su amada esposa Alma. Mahler corregirá su obra no terminando hasta el otoño de 1903.

Mahler decide estrenarla en el ciclo de los Gürzenich Konzerte de Colonia, con la Filarmónica de Viena, pero durante los ensayos en el mes de septiembre de 1904 decide que deberá revisar su orquestación. A pesar de todo, la obra se estrena en Colonia el 18 de octubre de 1904. Pero la reacción del público y la crítica está dividida.

La sinfonía es editada en Alemania por Peters, pero Mahler empieza sus interminables correcciones que durarán hasta 1909, pero Peters se niega a publicarlas.

El primer movimiento Trauermarsch. In gemessenem Schritt. Streng. Wie ein Kondukt.Marcha fúnebre, con paso mesurado, estricto, como una procesión fúnebre, consiste en una marcha fúnebre con dos secciones intermedias a modo de trios. Empieza con una fanfarria de la trompeta que da paso a una marcha fúnebre de estilo militar. Un segundo elemento se añade en forme de una triste melodía de los violoncelos siguiendo el ritmo de la marcha. Toda esta primera sección se repite de forma variada. La fanfarria inicial da inicio al primer trio. Un episodio violento que termina al regresar la fanfarria inicial y los temas de la marcha. Un redoble de los timbales siguiendo el motivo de la fanfarria, da inicio al segundo trio, que se inicia por los violines y toma elementos del primer tema es forma variada. Termina con un crescendo, después del cual retorna la fanfarria inicial hasta dejar a la trompeta en solo. En la coda aparecen elementos de la marcha que se van desdibujando hasta desaparecer.

El segundo movimiento stürmisch bewegt, mit gröβter Vehemenz, Tempestuosamente agitado. Con la mayor vehemencia. Empieza de modo agitado y expresionista, los violines presentan una torturada melodía que es detenida por los metales. Luego la orquesta queda totalmente inestable, hasta que aparece el segundo tema, basado en la melodía del segundo trio del movimiento anterior. Se regresa al ambiente agitado del principio del movimiento, siendo detenido por una amplia cantinela de los violoncelos a la que van añadiendo otros elementos. Sigue un desarrollo complicado donde se mezclan los elementos anteriores en atrevidos contrapuntos, llevando a la música a un estado de excitación creciente hasta la recapitulación con la torturada melodía inicial de los violines. Siguen citas de los temas siguientes y empieza una lucha entre ellos hasta que es detenida por un coral en forma de solemne himno en dos partes, separadas por una fanfarria. Se retorna a la agitación expresionista inicial que culmina en un climax. Regresa la calma, terminando con la disolución de los elementos de la marcha.

Con este movimiento termina la primera parte de la sinfonía, su lado más trágico. El compositor señalaba una pausa de cinco minutos, para separar convenientemente esta diversidad de movimientos, cosa que actualmente no se cumple.

La segunda parte de la obra empieza con el scherzo. Kräfig, nicht zu schnell, vigoroso, no demasiado rápido. Se trata de un complicado scherzo mezclado con elementos de sonata. Los temas usados son una cadena de ligeros valses derivados de los ländler alemanes. Una llamada de la trompa introduce el primer vals, en un estilo cercano al de Richard Strauss. El segundo vals es interpretado en un tempo mas lento. Reaparece el primero en una sección de desarrollo de los temas. Una frase de la trompa antecede al trio. Comienza con un extraordinario pizzicato de la cuerda con temas derivados de los anteriores. Continua con un propio desarrollo antes de regresar a la sección del scherzo en forma de recapitulación. Aparecen variaciones de todas las secciones anteriores. El sordo sonido del bombo inicia el final. La cuerda primero y otros instrumentos después recuerdan uno de los elementos del primer vals. La entrada de las trompas lleva el movimiento a su final.

El siguiente movimiento es el famoso adagietto, para cuerda y arpas, que tanta fama a dado a Mahler, por su inclusión en la música del film de Visconti, “Muerte en Venecia”. La música de Mahler había sido ignorada durante cincuenta años, a pesar de la ayuda prestada por el director Bruno Walter. Un primer renacimiento se produjo en los años 1950, pero el verdadero descubrimiento por el gran público se encuentra en la década de 1970, en el cual no se puede despreciar la ayuda realizada por el film, que refleja perfectamente la atmósfera finisecular.

El arpa prepara la entrada del tema principal, una soñadora melodía de la cuerda, que es repetida luego en modo menor, lo que le da un carácter de tristeza. La expresión aumenta llegando a su climax. La sección central es mas dramática y se repite en forma variada. En la tercera parte se reexpone la sección inicial, iniciada por el arpa. Su climax es más intenso que el de la primera parte, terminando después con una tranquila coda.

El movimiento final es un allegro en una forma ampliada de rondó que contiene también elementos de sonata. El tema principal es de carácter alegre y popular. El segundo tema deriva del adagietto. A estos dos temas se añade una sección fugada. Con estos elementos Mahler construye su edificio. Al principio la madera interpreta varios motivos. Entre ellos se encuentra un tema empleado anteriormente en uno de sus lied. Es el motivo interpretado por el fagot. Debido a su importancia anecdótica en la vida de Mahler añadiremos el siguiente comentario.

En el año 1896 escribe una de las pocas canciones humorísticas. Se trata del sexto lied de su colección Lieder aus Des knaben Wunderhorn”. Es el que lleva por título “Lob des hohen Verstanden”, elogio de la alta inteligencia. En una carta enviada a su amiga Anna von Mildenburg, Mahler escribe, “es un lied muy divertido. Se trata de una apuesta entre un ruiseñor y un viejo cuco que toman como árbitro a un asno. Este se da aires de importancia para conceder el premio al cuco. Reirás cuando lo escuches.” En el concurso de canto el asno valora mas el rutinario canto del cuco que los difíciles trinos del ruiseñor. Mahler encontró la forma de vengarse con esta parodia de sus propios críticos, que no entendían sus obras. Su cita en el movimiento final de la sinfonía puede ser pensada como una burla de estos personajes que silbarían su obra.

Después de esta introducción con diversos motivos por la madera y la trompa, aparece el primer tema principal, seguido de una sección en forma de fuga. Luego regresa el primer tema al que sigue nuevamente la fuga con un tema en contrapunto. El segundo tema deriva del adagietto con un tempo más rápido. Con la conclusión de este tema terminaría la exposición en el caso de tomar el movimiento en su forma sonata. Continúa con la sección de desarrollo que utiliza variaciones y superposiciones de los temas precedentes. De nuevo escuchamos el segundo tema. En la sección final que correspondería a la recapitulación se escuchan elementos de la fuga y de la introducción, con la melodía del lied citado. Se recuerda el segundo tema y finalmente el coral del segundo movimiento que nos conduce a la alegre coda final.

Esta sinfonía es la primera de su ciclo intermedio, que abarca tres sinfonías puramente instrumentales, 5, 6 y 7. No escribe ningún programa ni introduce ningún texto aclaratorio. Después de la gran tetralogía, que comprende su primer ciclo, la quinta nos muestra la contradicción entre dos mundos, el trágico y el alegre. La primera parte de la obra que comprende dos movimientos nos presenta la parte trágica de la vida, con el recuerdo de la muerte, con su gran marcha fúnebre y los gritos de protesta del segundo movimiento. Parece que es la unión entre ambos ciclos. De la ingenuidad del primero pasamos a este segundo que se podría clasificar como sobriamente realista. La segunda parte comprende el frenético scherzo contemplando la otra cara de la vida, con sus actitudes alegres. Dos mundos opuestos de difícil reconciliación. La tercera parte comprende los dos movimientos finales. Una serena visión del mundo lleno de paz y un final con exuberante alegría.

La “Sinfonía Nº 6 en la menor” fue empezada en el año 1903 durante sus vacaciones de verano, en la casa que Mahler se había construido en Maiernigg cerca del lago Wörthersee. Llegó el 10 de junio y se puso inmediatamente a trabajar en su obra. Durante este tiempo compuso parcialmente tres de los movimientos de la obra. Alma en sus memorias, cuenta como Mahler le dijo que había escrito un tema que la representaba. Se trata del segundo del primer movimiento, como comentaremos mas adelante. El 20 de julio se tomó un período de verdaderas vacaciones, viajando en tren a las Dolomitas acompañado por su bicicleta.

Durante el siguiente verano terminó la obra. En el mes de junio de 1904 regresó solo a Maiernigg, pues su mujer tuvo que esperar mas de quince días en Viena para reponerse del nacimiento de su segunda hija, Anna Justina, a la que llamaban Gucki. La mayor era conocida con el mote de Putzi. El tiempo era muy malo y Mahler no lograba concentrarse en su obra. A principios de julio con un mejor tiempo realiza una nueva excursión a las Dolomitas. Allí en pocos días encuentra su inspiración para terminar la obra. Cuando a finales de agosto se prepara para regresar a Viena, anuncia que ha terminado su obra. Luego la interpreta al piano delante de Alma. Comenta que es la mas personal de su marido y que ha nacido directamente de su corazón.

La obra se estrenó el 27 de mayo de 1906 en Essen, durante el Festival del Allgemeiner deutsche Musikverein dirigida por el propio compositor. La obra bien recibida por el público no tuvo éxito entre los críticos. En el mes de noviembre se interpreta en Munich cambiando el orden de los movimientos. En segundo lugar se interpreta el adagio y luego el scherzo. Pero en el mes de enero de 1907 Mahler vuelve a restablecer el orden inicial, antes de su estreno en Viena. La última revisión de la obra la efectuó en 1908.

La orquestación comprende un piccolo, cuatro flautas, dos doblando como piccolo, cuatro oboes, dos doblando corno inglés, corno inglés, cuatro clarinetes, un clarinete bajo, cuatro fagots, un contrafagot, ocho trompas, seis trompetas, tres trombones, un trombón bajo, tuba, dos pares de timbales y una amplia sección de percusión formada por glockenspiel, cencerros, campanas tubulares, látigo, martillo, xilófono, cimbalos, triángulo, tambor, tambor bajo, tam-tam, dos arpas, celesta y la cuerda. El conjunto de percusión fue muy criticado en su época, mediante viñetas en las que se decía que todavía le faltaba la bocina.

El primer movimiento allegro energico, ma non troppo está escrito en la forma clásica sonata. La introducción empieza con una marcha sobre la cual se construye el primer tema. Un redoble de timbales abre una sección intermedia con un tema desdibujado de coral que lo separa del segundo tema. Un tema ascendente que según Mahler es una pintura musical del optimismo de su joven esposa. Con este tema termina la exposición. Esta sección se repite desde el principio. Algunos directores omiten esta repetición, continuando directamente con el desarrollo. Empieza con la marcha militar, que pronto se combina contrapuntísticamente con una melodía de los violines. Siguen variaciones del primer tema, apareciendo luego el segundo tema con ritmo de marcha. Continua con una tranquila sección intermedia, reflejando la paz de los campos alpinos, con recuerdos del tema de coral acompañado por los cencerros de las vacas. La trompa introduce nuevamente el segundo tema y luego interpreta un dúo con el violín solista. Se escucha de nuevo el sonido de los cencerros, hasta que regresa el ritmo de marcha con recuerdos del coral. El primer tema marca claramente el inicio de la reexposición, que se efectúa de forma variada. La extensa coda utiliza elementos de ambos temas, terminando con un climax basado en el segundo tema.

El segundo movimiento corresponde al scherzo, wuchtig, pesado. La danza presentada por el scherzo no es en realidad una danza alegre. Contiene motivos lúgubres como una variante de sus típicas danzas de muertos. Su instrumentación es agria con la utilización del piccolo, clarinete y xilófono. Según Alma se trataba de la danza arrítmica de sus dos hijas, pero esto no es demasiado creíble, si pensamos que cuando Mahler compuso este movimiento en 1903, su segunda hija no había nacido y la primera tenía pocos meses. El trio contrasta con la danza mediante una frase del oboe repetida por la cuerda. Lleva la indicación Altväterisch, al modo de los abuelos. Por su ceremonioso contrapunto recuerda una danza antigua. Al final del trio aparece un motivo nuevo de ritmo ondulante. Luego se repite el scherzo en forma variada. El trio aparece nuevamente como una recapitulación, pero también en cierta forma de desarrollo. En Mahler las construcciones nunca son sencillas. Esta sección termina con el recuerdo del motivo de ritmo ondulante, que prepara la última intervención de la danza del scherzo. Termina con un acorde disonante y parece volver al ritmo del trio, pero aparece de nuevo brevemente el tercer motivo de ritmo ondulante. Luego la actividad va disminuyendo hasta llevarnos al silencio.

Sigue un andante moderato, como punto de respiro por su apasionado lirismo, que contrasta con el resto de la obra. Un tema de apariencia sencilla pero que irá variando a lo largo del movimiento. El segundo tema es presentado por el corno inglés y completado por la cuerda. Es un tema melódico apasionado, al estilo de los que más adelante construirá el maestro Rodrigo. Mas adelante la trompa nos recordará el tema, seguido por el clarinete y completado por la cuerda. Sigue un bucólico pasaje con presencia de los cencerros de las vacas que termina la primera sección. Entonces se vuelve al principio de forma variada. Los violines llegan a sus registros más agudos antes de regresar al melódico segundo tema interpretado por el oboe. La cuerda lo repite llevándolo a su climax. La música es conducida hacia la cadencia final con los últimos motivos temáticos, antes del suave final.

El movimiento final, sostenuto, allegro energico es uno de los más extensos de Mahler, con una duración de unos treinta minutos. Escrito en una amplia forma sonata, con una introducción lenta. Los múltiples motivos empleados en su construcción hacen difícil su análisis. Una introducción lenta nos servirá de punto de referencia, al repetirse cuatro veces. Diversos temas de los anteriores movimientos son apuntados, pero ninguno llega al desarrollo. Los violines inician la introducción, pero pronto entran con energía los metales con notas trágicas. La tuba presenta un fúnebre tema y los clarinetes recuerdan otro, perteneciente al scherzo. La atmósfera se hace lúgubre y pesada. Una marcha triste es iniciada por el viento. Llamadas ácidas de la trompeta. Se escucha un motivo del primer movimiento, como la llamada del destino. La marcha continúa hasta resolverse en un crescendo, que marca el final de la sección de introducción. El primer tema del allegro está construido por una especie de pesada marcha. Las trompas inician un complejo segundo grupo temático de carácter más melódico, con variantes épicas. Especialmente notable en la sección siguiente, mediante una melodía épica iniciada por la trompa.

Aparece por segunda vez la introducción lenta, lo cual nos marca el comienzo de la sección de desarrollo, que nos lleva de nuevo al bucólico tema de los cencerros. Aparece nuevamente el segundo tema. Después de una sección mas calmada, surge un crescendo escuchándose el primer golpe de martillo, que da paso a la sección central del desarrollo. Fragmentos de fanfarrias dan paso a una sección con ritmo de marcha. Alcanzada la calma se llega a un crescendo, que culmina con el segundo golpe de martillo. La sección continua hasta una cadencia, cuya resolución nos lleva por tercera vez a la introducción lenta. Reaparece el tema de los cencerros. El oboe introduce una frase con cierto parecido al tema de Alma, continuada por el violín hasta llegar a otro crescendo que cierra el desarrollo.

La recapitulación se inicia con la interpretación modificada del primer tema. El segundo tema apenas se recuerda. Un crescendo no llega a resolverse, estallando en un acorde disonante. Se produce el tercer martillazo y la música regresa a la introducción por última vez. Se inicia una marcha lenta para trombones y tuba. Cuando parece que llegamos a una conclusión tranquila aparece un fuerte acorde, como una brutal llamada del destino, que termina la obra en la mayor desolación.

Nos preguntamos como pudo escribir Mahler una obra tan amarga, cuando se encontraba en uno de los momentos que nos parece más felices de su vida. Una respuesta que dio el propio compositor fue son las crueldades que he sufrido y el dolor que he sentido.

La obra fue conocida con el nombre de “La Trágica”. Mahler escribe una obra autobiográfica. El primer movimiento expresa su fuerza, como un héroe avanzando con el ritmo de sus marchas. Pero una y otra vez encontramos motivos dolorosos que empañan su felicidad. La visión de su joven esposa la realiza de un modo optimista. La paz encontrada en la naturaleza es expresada con imitaciones como los cencerros de las vacas. El final parece ser triunfal pero de un modo como si no se creyera demasiado en este triunfo.

El segundo movimiento hace renacer sus fantasmas, con la idea de la muerte, expresada por la danza espectral. El trio con su contrapunto ceremonioso, que recuerda el pasado, tampoco es demasiado alegre. La interpretación de Alma diciendo que veía en el movimiento la danza de sus hijas, podía tener un sentido premonitorio, al morir poco tiempo después la mayor y convertirse en una danza de la muerte. Téngase también en consideración que el último de los “Kindertotenlieder”, (Canciones a la muerte de los niños), lo compuso en el año 1904, o sea antes de la fatal desgracia.

En contraste, el andante es el único movimiento lírico verdadero de la obra. Encontramos un apasionado tema romántico y la apacible nueva presencia de las vacas en los pastos alpinos. Muestra los momentos de felicidad que algunas veces se producían en su vida.

La introducción del último movimiento nos sumerge en un caos horrible, una visión negativa de la vida. Cada vez que nuestro héroe quiere levantarse para seguir luchando, es abatido por un simbólico golpe de martillo. La obra termina con una pesimista coda. Un negativo acorde final parece decir no a la vida. Parece expresar un rechazo a la vida terrenal, sin tener ningún consuelo, al no aceptar otra forma de vida, sin creer en la existencia de otro mundo. Según comentó el director Bruno Walter, el significado de la obra podría resumirse en la siguiente amarga frase, la existencia es un castigo, la muerte deseable y la vida odiosa.

Esta obra supuso uno premonición sobre lo que sucedería en su propia vida. Como si hubiera adivinado su futuro, al año siguiente de su estreno, en 1907, recibió tres duros golpes, al parecer reflejados por los tres golpes de martillo, como duros golpes del destino. En la primavera solicitaron la dimisión de su cargo en la Opera de Viena, en julio fallece su hija mayor Anna, a la edad de cuatro años y finalmente, unos días mas tarde, un médico le diagnostica la enfermedad cardiaca que padecía y que le llevaría a la muerte. En la última revisión de la obra, efectuada en 1908, suprimió el tercer golpe de martillo. Pero parece que antes de morir había expresado el deseo de restituirlo.

La “Sinfonía Nº 7 en mi menor” fue empezada en el año 1904, mientras no encontraba la inspiración necesaria para finalizar la sexta. Durante su excursión a Toblach, en el Tirol del Sur, actualmente Italia, toma la ruta hacia las Dolomitas, deteniéndose en el lago Misurina. Allí se inspira para la composición de los dos tiempos intermedios de la séptima, los llamados Nachtmusiken o sea nocturnos. Un año mas tarde regresa a su casita de Maiernigg y durante el mes de junio no logra concentrarse en su obra. Vuelve a las Dolomitas pero no encuentra la tranquilidad deseada en un albergue lleno de turistas. Decide regresar al Wörthersee dirigiéndose a Krumpendorf, situado en su orilla norte. Toma una barca para atravesar el lago y al primer golpe de remo le viene la idea de la introducción del primer movimiento. Cuatro semanas mas tarde, los tres movimientos que le faltaban estaban terminados. El 19 de agosto de 1905 escribe una carta a Richard Strauss anunciando la finalización de la sinfonía.

Deberá esperar bastante tiempo para su estreno, debido al fracaso de la sexta y no encontrar editor. Finalmente se estrena en Praga el 17 de septiembre de 1908, después de largos ensayos con una disciplinada orquesta y rodeado de sus fieles seguidores, entre ellos Bruno Walter, Otto Klemperer, Zemlnsky, Berg y tantos otros. El estreno fue aplaudido mas por cortesía que por devoción. Del mismo modo se comportó la crítica que acogió la nueva obra bastante fríamente. Mas adelante se presentó en Munich y Ámsterdam sin demasiado éxito. Téngase en cuenta que su primera grabación en disco se realizó en 1950 en vivo y en 1953 en estudio, dirigida por Hermann Scherchen.

La orquestación comprende dos piccolos, cuatro flautas, tres oboes, corno inglés, tres clarinetes, un clarinete bajo, tres fagots, contrafagot, cinco trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales, tambor, tam-tam, címbalos, triángulo, glockenspiel, tambourine, cencerros, campanas tubulares y una completa sección de cuerda ampliada con dos arpas, mandolina y guitarra.

El primer movimiento, langsam, allegro risoluto, ma non troppo, comprende una introducción en tempo de adagio y un alegro en forma sonata, comprendiendo mas partes de tempo lento que de verdadero allegro. La trompa anuncia el tema principal del adagio, sobre un ritmo inspirado por los remos de su travesía del Wörthersee. Es una especie de marcha fúnebre que contiene un característico giro melódico. Un segundo motivo de marcha más ligero es interpretado por el viento sobre pizzicatos de la cuerda. Los trombones repiten el tema inicial en una nueva versión. La exposición empieza con la introducción del primer tema, un tema heroico emparentado con la marcha de la introducción. El segundo tema tiene un color vienés que nos recuerda a las obras de Richard Strauss. La marcha de la introducción actúa como un episodio de transición que nos conduce al desarrollo. El primer tema aparece en forma variada, pero pronto se deja arrastrar por el lirismo del segundo tema. Después de una sección de calma, el tempo se acelera, para conducirnos a la sección intermedia del desarrollo, una parte de bucólica paz. Se escuchan trinos de pájaros contestados por fanfarrias lejanas y un tema de coral. Se recuerda de nuevo el segundo tema que se lleva a su climax. Luego llega la calma con una vuelta al ritmo de la introducción, repitiendo su tema. Llegamos a la reexposición con su primer tema en versión variada, seguido por el segundo que se eleva en su lirismo hasta las notas más agudas. El ritmo de la marcha inicia la amplia coda que nos lleva a la conclusión, anunciando que en realidad el triunfo no es total.

El segundo movimiento consiste en el primero de los nocturnos, Nachtmusik, allegro moderato. Es un movimiento complejo cuyo tema principal consiste en una marcha lenta, una especie de marcha nocturna, con dos episodios internos semejantes a los trios. Podríamos decir que se trata de una serenata nocturna con dos trios. Empieza con una sección de preludio, con una llamada de la trompa, contestada por el eco de una segunda con sordina. Luego entran el oboe, clarinete y corno inglés presentando un amplio paisaje del campo austriaco con trinos de pájaros. Un acorde poco armónico de la orquesta da paso a un himno nocturno, que se convierte en la marcha que conducirá al movimiento. La cuerda da una versión más apasionada de la marcha. Cuando parece que se desvanece, una lírica melodía en los violoncelos empieza el primer trio. Regresan las llamadas iniciales de las trompas y luego se escuchan los cencerros distantes. El segundo trio es presentado por los oboes con un expresivo tema. Regresa la marcha nocturna que se detiene para empezar, mediante una llamada de la trompeta, una sección de reexposición, escuchándose los temas centrales introducidos dentro de la marcha. Una última llamada de las trompas prepara la coda final. La marcha va desapareciendo mientras se escuchan trinos de los pájaros, hasta que el desfile o procesión se pierde en la distancia.

El scherzo lleva la indicación schattenhaft, en la sombra, fantasmagórico. Empieza con golpes en los timbales y pizzicatos de los contrabajos, creando un inestable estado de inquietud, que nos lleva a una danza fantasmagórica, un baile de los espectros de la noche moviéndose grotescamente. Un episodio de vals parece esclarecer el ambiente, pero pronto se convierte en una salvaje danza degenerada, una especie de noche del Sabbat o de las brujas. Gemidos de las flautas, trompas y trompetas con sordina y glissandos de las cuerdas dan un tétrico colorido, distorsionando los elementos del vals o ländler. El trio contrasta, intentando dulcificar el ambiente con un motivo tierno del oboe y la flauta. Pero dura poco y la danza retorna con un pizzicato. La trama se va fragmentando antes de que termine el movimiento, con un toque de timbales que se detiene, como indicando el final de un viaje.

Continúa con el segundo de los nocturnos, Nachtmusik, que lleva la indicación andante amoroso. Se trata de una serenata en tres partes. En ella usa la sonoridad del arpa y las menos usuales de la mandolina y la guitarra. Después de los compases de introducción escuchamos un ostinato del arpa sobre el cual, figuras sincopadas de clarinetes y oboes, ofrecen un tema impersonal con cierto aire de marcha. Un solo del violín nos presenta un motivo más estático. El motivo rítmico alterna con el más estático. La mandolina da paso al trio con una amplia melodía del violín simbolizando el amor. Los rasgueos de la mandolina y la guitarra acompañan esta fase de expansión melódica. Se regresa a la primera parte del movimiento que nos conducirá hacia su final, después de pasar por algún episodio que refleja cierta amargura.

El último movimiento rondo-finale, allegro ordinario, consiste en un rondó ampliado, de difícil análisis, por la gran cantidad de elementos incorporados. Bruscos cambios de tema conducen a una especie de polifonía temática. La noche ha terminado apareciendo un radiante nuevo día. Los timbales introducen el movimiento. El primer tema es interpretado por las trompetas y trompas, con una peroración heroica. Es un tema derivado del empleado por Wagner en “Los Maestros Cantores”. Este tema se irá repitiendo a lo largo del movimiento en forma de diferentes variaciones, separado por diversas secciones, entre las que destacan un tema de minueto de sabor antiguo, otro en el que se ha visto una alusión al célebre vals de “La Viuda Alegre” de Lehar, obra que gustaba al matrimonio Mahler y un tema rápido acompañado por música turca a la manera de Mozart. Antes de llegar al final aparece una cita a la marcha del primer movimiento. La coda presenta por última vez el tema principal, interpretado ahora de forma resplandeciente, acompañado por el sonido de las campanas y cencerros. Un stretto finaliza brillantemente la obra.

Con esta obra termina la segunda parte de la obra sinfónica de Mahler. Una trilogía en la que no emplea textos ni voces humanas. La séptima es la más moderna, uniendo ideas que aparentemente parecen contradictorias. Especialmente su último movimiento, con su mezcla de estilos y cambios de ritmo, difícilmente podía ser apreciado por los oyentes de su época. Apenas se tienen indicios de lo que Mahler quería expresar con esta obra.

El ritmo de los remos del primer movimiento puede indicar el inicio de un viaje. Un viaje hacia un lugar desconocido, encontrando múltiples dificultades en su recorrido. En el primer nocturno se encuentra el contraste entre un ritmo monótono de marcha nocturna, la odiada idea del rutinario trabajo diario, el Alltag y el sonido de la naturaleza con sus trinos y cencerros. El scherzo nos conduce, con sus ritmos espectrales, hacia un callejón sin salida. No se puede continuar por un camino que conduce a la nada. En el segundo nocturno se continua la marcha con un nuevo talante. El amor ha realizado su entrada y guía al caminante hacia un nuevo destino. Parece que la noche sugerida por los movimientos anteriores ha terminado. Esto nos lo confirma el último movimiento, como un resurgir a una nueva vida, el sol que aleja los espectros aparecidos en la tenebrosa noche. Después de múltiples escenas contradictorias, en las que se mezclan la oscuridad con la luz, las ideas siempre contradictorias de Mahler, se llega a un resplandeciente final acompañado por campanas y cencerros, indicando que al término del viaje, puede que el hombre no lo haya perdido todo, que aun le queden esperanzas. Puede sobrevivir a este viaje a través de la naturaleza y el amor.

La “Sinfonía Nº 8 en mi bemol mayor” (Der Tausend) fue empezada en el verano del año 1906, después de una temporada mas de febril actividad al frente de la Opera de Viena. Durante sus vacaciones estivales, que como sabemos solía pasar en su Häuschen de Maiernigg, rodeado por el bosque de Carintia, en el mes de julio le llegó la inspiración para poner música al himno de Pentecostés, Veni Creator Spiritus. El texto que poseía era incompleto y telegrafía a Viena para que se lo envíen. Su labor de composición es tan rápida, que cuando le llega el texto completo, ya había terminado la música. Sorprendentemente, la música que había compuesto se adapta fielmente al texto que le faltaba. Con su primer movimiento terminado, busca un nuevo texto para el resto de su obra. No podía ser otro que del venerado Goethe, con la escena final de la segunda parte del Fausto.

La obra fue compuesta con una gran rapidez en solo seis semanas. Es la primera sinfonía que utiliza partes corales en todos sus movimientos. La gran cantidad de efectivos que necesita para su composición le han dado el sobrenombre de “Sinfonía de los mil”, un nombre nunca aprobado por Mahler y que como veremos es engañoso.

La sinfonía no se estrenó hasta el 12 de septiembre de 1910 en Munich, en la nueva sala de conciertos construida con motivo de la Exposición Internacional. El público estaba expectante ante la magnitud de la obra y su elevado número de intérpretes. Rodeando a los reyes de Baviera se encontraban las personalidades de la cultura de la época, como Richard Strauss, Max Reger, Camille Saint-Saëns, Alfredo Casella, Stefan Zweig, Bruno Walter, Franz Schalk, Max Reinhardt y muchos otros. La acogida de la obra fue triunfal, uno de los pocos momentos de gloria que recibió Mahler como compositor.

Su orquestación emplea cinco flautas, algunas doblando piccolo, cuatro oboes, corno inglés, seis clarinetes, cuatro fagots, contrafagot, ocho trompas, cuatro trompetas, cuatro trombones, tuba, piano, celesta, armonium, órgano, dos arpas, mandolina, glockenspiel, tres timbales, bombo, címbalos, gong, triángulo, campanas tubulares, aparte de la cuerda habitual. Además utiliza ocho trompetas y tres trombones, situados en varios puntos de la sala. En la parte vocal emplea como solistas a tres sopranos, dos contraltos, un tenor, un barítono y un bajo, coro infantil y dos coros completos. Los efectivos son numerosos, pero se puede interpretar sin necesidad de llegar a los mil ejecutantes.

El motivo de llamar a esta obra sinfonía, se puede justificar por la interrelación entre sus movimientos y por la forma sonata empleada en el primero. Mahler trata a las voces como otros instrumentos sinfónicos y somete a todo el grupo a amplios juegos contrapuntísticos.

La obra está dividida en dos partes. La primera  Veni, creator spiritus , ven, espíritu creador, utiliza como texto el Himno de Pentecostés escrito en latín por el Arzobispo de Mainz, Rabanus Maurus en el siglo IX, unas palabras que Mahler cambió según sus necesidades.

El primer movimiento allegro impetuoso, empieza con un acorde del órgano, acompañado de las maderas y cuerdas graves, que introduce el primer tema con los dos coros entonando las palabras Veni, creator spiritus. Un Veni en fortissimo del coro pierde fuerza, dando paso a cuatro solistas que presentan el segundo tema, con las palabras Imple superna gratia, lleno de gracia suprema. Los coros se unen al cuarteto solista que lo llevan hasta la repetición del primer tema del Veni creator, mas ampliado y elaborado por la orquesta. Con un episodio más sombrío empieza la conclusión de la sección de exposición. Los coros entonan las palabras Infirma nostri corporis, endurece nuestros cuerpos, sobre un solo de violín. El canto toma una forma antifonal con los coros respondiéndose.

La intervención de la orquesta introduce el desarrollo. Una inquieta sección de transición, con el sonido de las trompas y campanas da paso a los ocho cantantes solistas, con la reafirmación de la estrofa Infirma nostri corporis, sobre un fondo en contrapunto de la madera y cuerdas. La parte fundamental del desarrollo empieza con los coros cantando Accende lumen sensibus, ilumina nuestros sentidos, con un tema que tendrá gran importancia en la segunda parte de la obra. La intervención de los coros se efectúa de forma triunfal, llevando  la música al climax del movimiento. El desarrollo termina con una amplia doble fuga de los coros, iniciada con las palabras ductore sic te praevio, así que bajo tu guía. Continúa con una breve recapitulación del primer tema Veni, creator spiritus, seguida por el segundo tema que nos llevará a la extensa coda, mediante el lírico Gloria como un impresionante final.

La segunda parte, Schluβszene aus Goethes Faust II, está formada por la escena final de la segunda parte del Fausto de Goethe. Empieza con un preludio orquestal poco adagio, como segundo movimiento de la sinfonía. El primer tema es interpretado sobriamente por los violoncelos y contrabajos, siendo una versión modificada del Accende lumen sensibus del primer movimiento. El segundo tema lo presentan las flautas y clarinetes. Una música que expresa la angustia de las aspiraciones humanas.

El coro entra dulcemente en forma de eco con la frase Waldung, sie schwankt heran, el bosque se estremece, cantando misteriosamente. Luego el barítono entona la parte correspondiente al Pater Ecstaticus. Es la primera invocación del amor, contestada seguidamente por el Pater Profundus cantado por el bajo. Invoca otro aspecto del amor, con imágenes de la naturaleza, terminando con su aspecto más espiritual en la frase final O Gott! beschwichtige die Gedanken, erleuchte mein bedürftig Herz!, ¡Dios mio, alivia mis pensamientos, ilumina a mi pobre corazón!. El tema del Accende del primer movimiento se reanuda con la palabra erleuchte, con lo cual se produce la unión entre los textos de ambas partes.

Aparece el coro de ángeles que continúan con el tema del Accende. Entran los coros infantiles con el coro de los niños bienaventurados y los ángeles más jóvenes. Cantan la estrofa Jene Rosen, aus den Händen, las rosas que traen en sus manos, reflejando la inocencia en estado puro. El coro de los ángeles más perfectos canta de modo meditativo, sobre solos de la viola y el violín. Interviene la contralto y luego se reanuda el coro. El Doctor Marianus interpretado por el tenor, se junta con los ángeles para realizar una alabanza a la Reina de los cielos. Los coros de los niños y de los ángeles se unen con el Doctor Marianus, en un canto cada vez más exultante hacia la Virgen, que llega a su máxima expresión, al final del solo del tenor, en la frase Jungfrau, rein im schönsten Sinn, Virgen, pura en el sentido más excelso, con el tema del Accende ennoblecido, el cual dará paso a la ultima parte de la sinfonía.

Un fragmento orquestal, adagissimo et vibrando, de recogida belleza, con una suave melodía de los violines acompañados por las arpas y armonium, dará paso a los coros. En el coro de penitentes aparece una soprano solista que no es otra que Gretchen, la Margarita del Fausto.  Dos sopranos y la contralto, Magna Peccatrix, Mulier Samaritana y Maria Aegyptiaca, cantan sobre una música tierna sus vivencias personales. Las tres unen sus voces aumentando su emoción. Gretchen, al ser el ángel guardián de Fausto, implora la gracia a la Virgen. El coro infantil le acompaña con sus dulces voces seráficas como el coro de niños bienaventurados. Entonces se escucha desde las alturas la voz de la Virgen, la Mater Gloriosa acompañada por delicados colores de la orquesta, con el arpa y la flauta. En la última parte, el Doctor Marianus con el coro formando eco, pide a los penitentes elevar los ojos al redentor. La coda consiste en un himno cantado por el coro mistico empezando muy dulcemente y aumentando gradualmente su fuerza, para conducirnos a la exaltación de lo Eterno Femenino, das Ewig-Weibliche, mediante un gran trabajo contrapuntístico, uniendo los temas de Goethe con el Veni Creator del primer movimiento. Una soberbia coda orquestal, con la brillante intervención de los metales y el órgano, nos lleva a un impresionante final.

Se puede considerar una obra intensamente religiosa, pero en el caso de Mahler su forma de ver la religión no es dogmática. Hombre dotado de una gran espiritualidad creía en un ser supremo hacia el cual se dirigía el hombre, después de recorrer un duro camino.

La obra nos presenta un canto de alabanza al creador, seguida de la redención del hombre a través del amor. Fausto es un pecador redimido por el amor de Gretchen. Por la intervención de la Virgen llegará su perdón. Como se puede apreciar es una obra en cierto sentido feminista, con la exaltación de la figura de la mujer como das Ewig-Weibliche, lo eterno femenino. La mujer como salvación del hombre mediante un acto de amor. La obra está dedicada a su esposa Alma, a la que unía un amor no demasiado correspondido, especialmente en la época del estreno de la sinfonía.

El año 1907 se convertiría en uno de los más terribles en la vida de Mahler. Se cumplía la profecía de los tres golpes de martillo escritos en su sexta sinfonía. Dejaba su cargo en la Opera de Viena. Durante diez años había conseguido una renovación total de las interpretaciones operísticas. Su gran sentido de la profesionalidad le había llevado a altas exigencias en sus colaboradores, no siempre conformes con las largas horas de ensayo. Sus grandes producciones y su afán de novedades habían disparado los gastos del Teatro. Su origen judío no le favorecía en unos momentos en que se estaba desarrollando una campaña antisionista. La prohibición de la representación de la Opera de Richard Strauss “Salomé”, por encontrarla sexualmente depravada, encolerizó a Mahler. Estos fueron los motivos por los que dimitió mas o menos forzadamente de su cargo.

Poco tiempo mas tarde, al principio del verano su amada hija Putzi, Maria Anna, muere en pocos días a causa de una difteria. Mahler como era habitual en aquellos años, estaba pasando sus vacaciones en Maiernigg. La madre de Alma acudió a visitarlos y tuvo un ataque de corazón. El médico que la visitó le recomendó reposo después de examinarla. Mahler sugirió al doctor que también le reconociera. El diagnóstico fue que sufría una insuficiencia mitral y le prohibió cualquier actividad física. La causa era una malformación de una válvula cardiaca, debida a una infección incurable en aquella época, lo cual le impediría efectuar cualquier deporte.

La enfermedad separó mas al matrimonio, viviendo casi aislados uno del otro, sumidos en la melancolía. Mahler acepta una invitación para dirigir en New York. En el otoño de 1907 abandona Europa para realizar su labor de director de la Metropolitan Opera de New York durante cuatro meses. El trabajo es grato y los beneficios económicos altos. Otra ventaja es que tendrá mas tiempo para componer, pues sus vacaciones son más amplias.

El 1 de enero de 1908, Mahler debuta en New York, dirigiendo el “Tristan und Isolde”. Seguirán 23 conciertos en el Metropolitan y otros en Filadelfia y Boston.

La sinfonía titulada “Das Lied von der Erde” tiene sus orígenes en el verano del año 1907, pero no fue compuesta hasta 1908. Debido a las razones expuestas no se encontraba con ánimo para la composición en sus vacaciones del año 1907. Encontró su interés en la lectura de un volumen de poemas chinos adaptados al alemán, Die chinesische Flöte, la flauta china. Fue un regalo de un amigo de la familia, Theobald Pollak. Años atrás, el padre de Alma, el pintor Emil Jakob Schindler, le había conseguido un puesto de responsabilidad en la administración.

Durante las vacaciones de 1908, Mahler regresó a Europa dirigiéndose a Toblach, el actual Dobbiaco, en el Tirol del Sur, actualmente cedido a Italia. Situado en un hermoso valle frente a las impresionantes montañas de las Dolomitas es un lugar ideal para el senderismo y los deportes de montaña. Pero el estado del corazón de Mahler no le permitía dedicarse a ninguna actividad en la naturaleza, de la cual provenía su principal fuente de inspiración. Enfermo tanto físicamente como moralmente, no se podía aplicar su mejor medicina, como era para él lograr la ascensión a una de las numerosas montañas de la zona. Parece que después de una buena caminata se evaden las enfermedades del espíritu. Un hermoso lema en defensa del senderismo.

Su crisis al final fue superada mediante su trabajo creador. El segundo lieder lo acabó en el mes de julio. Siguieron el tercero, el primero, el cuarto y el último lo terminó el uno de septiembre. Renació de sus cenizas con la composición de esta obra que tan claramente nos expone sus crisis. Regresa a New York y en los momentos libres del invierno, revisa la obra y su orquestación. El título provisional es “Die Flöte von Jade”. En realidad era su novena sinfonía, pero este nombre le aterraba. El título pensado por Mahler era “Sinfonía para contralto tenor y gran orquesta”, omitiendo el número. El número 9 le recordaba que era el mismo de las últimas sinfonías que pudieron completar tanto Beethoven, su gran referencia, como Bruckner y Schubert. Pensaba que si esta fuera su novena sinfonía sería la última. Su temor supersticioso quedaba refrendado por su enfermedad.

En el invierno siguiente, en 1910, cuando regresó a New York con su Novena Sinfonía acabada, que era en realidad la décima, comprobó que el maleficio no se había cumplido. Entonces le puso el título “El Canto de la Tierra traducido del chino”, escribiendo en la parte inferior de la hoja “Novena Sinfonía en cuatro movimientos”.

Mahler conserva la obra sin darla a conocer. Solo la confía a su amigo Bruno Walter que al morir Mahler conserva el manuscrito de la obra inédita. Mahler nunca fijó la fecha de su estreno. Después de su muerte, Bruno Walter la dirigió en su honor en Munich, el 20 de noviembre de 1911. El éxito fue apoteósico, dando a su autor la categoría de inmortal.

El adaptador de los poemas de, “Die chinesische Flöte”, es Hans Bethge, un joven literato que no entendía una sola palabra de chino. Su trabajo fue la adaptación en versos libres en idioma alemán de una traducción al francés de una colección de poesía china. La adaptación de Bethge comprende ochenta poesías, la mayoría del siglo XVIII, a las que añadió unos toques románticos.

Las poesías originales de todos los poemas utilizados por Mahler, exceptuando el segundo y el cuarto, pertenecen a Li Tai Po, funcionario de la corte imperial china de la época de la dinastía Tang, conocido como el príncipe de la poesía. El resto de poemas pertenecen a poetas menos conocidos como son Ts’ien Ts’i, Mong-Kao-Jèn y Wang-Wei. Mahler realizó su adaptación añadiendo versos originales suyos.

Como su anterior sinfonía, una sinfonía coral, esta es una sinfonía formada por lied, cosa ya experimentada en sus primeras obras. Una obra sinfónica con voces solistas incorporadas. Consta de dos movimientos que abren y cierran la obra conteniendo tres intermezzi, con la función de scherzos. El primer movimiento es el allegro inicial, al que sigue un andante. Como en su tercera sinfonía termina con un extenso adagio.

El primer movimiento lleva el título Das Trinklied vom Jammer der Erde, canto báquico del dolor de la tierra. Escrito en el tempo allegro pesante, contiene una célula melódica que será fundamental en la obra. Son las tres notas la, sol, mi que escuchamos por primera vez en los oboes. El tema principal aparece en los violines antes de que haga entrada el tenor cantando el primer verso. La tonalidad es difusa cambiando continuamente. El segundo motivo, mas lento, es una especie de distorsionado vals que anticipa al expresionismo vienés. Un dúo de arpas nos conduce al estribillo que se irá repitiendo. Dunkel ist das Leben, ist der Tod, sombría es la vida, lo es la muerte. Los versos de cada estrofa están separados por breves interludios orquestales terminando siempre con el estribillo. Su música es siempre variante. Antes de la tercera estrofa se puede escuchar, en un interludio mas largo, una variación de la trompeta en diálogo con los violines, que nos conducen al éxtasis del tenor, en su contemplación de la naturaleza, cuya voz pronto cambia dramáticamente siguiendo una línea expresionista. Uno de los momentos más difíciles para el tenor termina con un vertiginoso glissando de la orquesta. Luego mediante una melancólica frase el tener invita a beber, para terminar con el repetido estribillo.

El segundo movimiento se denomina Der Einsame im Herbst, el solitario en otoño. La orquesta crea un clima de soledad con sus escalas ondulantes. La voz de la contralto entra con una línea descendente muy austera. En el primer interludio orquestal observamos claramente en el oboe el tema principal del primer movimiento. Sigue la solista con su exposición, que se hace más cálida especialmente en la frase de la cuerda del segundo interludio, para caer luego de nuevo en la tristeza. La música es muy expresiva, siguiendo el sentido de la letra. Por ello es muy importante, para comprender la verdadera dimensión de la obra, seguir el texto escrito cuando se escucha. Resulta muy difícil poder hacer una justa exposición sin escuchar la música. Después de hacer una llamada al amor imposible, un solo del oboe repitiendo el primer tema, termina de modo desolador el movimiento.

El tercer movimiento Von der Jugend, de la juventud, es el primer intermezzo. En este movimiento emplea elementos chinos, como son la escala pentatónica y en la orquestación, el triángulo, tambor, platillos y madera con intervención del piccolo. Esto se puede observar en el breve preludio y en la voz del tenor que recorre alegremente la escala pentatónica. Pero nos encontramos como siempre en Mahler con la sorpresa. El tenor canta una estrofa con el ritmo del vals vienés. Una alucinante mezcla de culturas en una obra genial. Un interludio orquestal amalgama los dos estilos musicales, antes de que el tenor continúe en un ambiente vienés, pero de nuevo flautas y oboes introducen el aire chino. La coda termina desvaneciéndose en el registro agudo como si todo ello no hubiese sido mas que un sueño.

El cuarto movimiento o segundo intermezzo se titula, Von der Schönheit, de la belleza. Es el segundo de los movimientos con motivos chinos. Hace uso de una refinada orquestación que incluye arpas y glockenspiel. Nos muestra la fragilidad de la belleza. Un grupo de hermosas muchachas coge flores de loto en el borde de un río. Aparece un grupo de jóvenes y arrogantes caballeros montados en briosos corceles. Pero desaparecerán con una velocidad mayor que la de su repentina aparición. La más bella de las niñas les envía una mirada lánguida. La contralto describe al grupo de muchachas acompañada por una idílica melodía de flautas y violines. Sigue con la tranquila descripción de la belleza de las niñas hasta que aparecen los jinetes. El tempo se acelera, la orquesta estalla en un acorde salvaje. Sigue el ritmo de una marcha irrumpiendo finalmente la voz de la muchacha que no puede controlarse, arrastrada por el deseo, acompañada por la percusión. Se combina el motivo inicial de las flautas con el de la frenética marcha que pasa a los trombones y tuba, llegando al climax del movimiento. La muchacha presa de gran agitación describe la escena, luego se va serenando. Una breve sección de la madera da paso a una voluptuosa frase.

      Und die schönste von den Jungfrau sendet       Y la más hermosa entre las jóvenes le envía

       Lange Blicke ihm der Sehnsucht nach.                 Largas miradas de deseo

La muchacha vuelve finalmente a la realidad recitando con nostalgia sus recuerdos. Pero primero los violines y luego oboes y fagots, recuerdan el motivo de deseo, una felicidad que una vez mas se disipa en un sueño, como indican los últimos acordes del movimiento.

El último intermezzo lleva el título Der Trunkene im Frühling, el borracho en primavera. El ambiente chino es introducido por el motivo pentatónico de las trompas. El ritmo oscilante de las maderas refleja en andar tambaleante del ebrio, mientras que los trinos nos recuerdan que estamos en primavera. El tenor canta su melodía vacilante de alegría provocada por el alcohol. Un violín que imita el canto de un pájaro acompaña al tenor. Es la llegada de la primavera. El flautín expone una expresiva melodía en contrapunto con el tenor. Este repite la melodía del pájaro integrándose en su sentimiento de la primavera, acompañado por los trinos del flautín y el oboe. Un episodio intermedio parece lograr un momento de felicidad. Pero el tenor pronto vuelve a sus ideas iniciales, anunciando finalmente que no renunciará a la bebida.

El movimiento final es el más extenso y está compuesto por dos lieder, el segundo dividido en dos partes y con versos añadidos por el propio Mahler. Der Abschied, el adiós. Cuenta la despedida de dos amigos. Sobre un fondo formado por los instrumentos más graves de la orquesta sobresale el tema del oboe, como una llamada del pájaro triste. El tema principal, como un lamento de dolor, es iniciado por trompas y clarinetes. Aparece la voz de la contralto, empezando su relato con un recitativo sin expresión, monótonamente, acompañada por el canto de la flauta. El paisaje aparece lleno de desolación. La aparición de la luna provoca una frase más apasionada de la cantante. Acaba el recitativo, acompañado siempre por la flauta, que sirve de introducción y empieza la primera canción que comienza hablándonos del río. Un movimiento de vaivén nos crea un fondo apropiado para la atmósfera expresiva. El oboe presenta la melodía sobre la cual la contralto cantará seguidamente su parte. Un pequeño interludio orquestal tiene un carácter extremadamente moderno, que nos lleva hacia Stravinsky. Luego la contralto continúa con su canto en una expresiva atmósfera, realzada por la música de la orquesta. El primer lied finaliza con una estrofa, que nos conduce de nuevo a la atmósfera desnuda del comienzo, con un acompañamiento de flauta, el cual termina la canción con una sensación de terrible soledad.

El segundo lied empieza su introducción orquestal, con una instrumentación de música china, por medio de la mandolina y la armonía pentatónica de las arpas. La contralto interpreta el recitativo del segundo lied. Luego la música va tomando mas calor hasta llegar a su máxima expresión en la frase, O ewigen Liebens, lebens trunkne Welt!, mundo ebrio de eterno amor, de eterna vida. La orquesta ilustra este mundo feliz, con la interpretación por el violoncelo solista del tema de la vida. Una extensa sección orquestal precede a la segunda parte de la canción. De repente la atmósfera se enrarece volviendo a la de la primera introducción. El tema del lamento de dolor se escucha varias veces, en los clarinetes, en las trompas. La música cada vez se vuelve mas desesperada, hasta que nos conduce a una marcha fúnebre. La marcha sube hacia las regiones más agudas, para luego con el sonido del tam-tam, precipitarse a los registros más bajos.

El tercer recitativo de la contralto es mas desolado que los anteriores, sin la presencia de la flauta. Una música desnuda, únicamente rota por la triste melodía del oboe. Con este clima de desesperanza llegamos a la conmovedora última parte. Tanto la voz de la contralto como su acompañamiento son cada vez más expresivos, destacando varios glissandos y la voz triste del pájaro. Un par de silencios aumentan considerablemente la tensión emocional. La contralto continúa sus frases. Después de un trémolo de las violas, escuchamos el tema de la vida en la flauta, oboe y luego en el clarinete. La contralto canta apasionadamente el tema final de la despedida, con notas cada vez mas largas, hasta llegar a la palabra ewig, eternamente.

En la parte final o sea en la coda de la obra, encontramos sorprendentemente una nueva melodía pentatónica. Se trata de un espiritual negro que se supone había escuchado en New York, un canto de dolor que acompaña al triste final. La contralto va repitiendo sus ewig, cada vez mas distanciados, acompañados por la celesta y la mandolina, lo que le da una etérea coloración. La música se va apagando gradualmente hasta su desaparición en el vació.

Se trata de una obra sumida en la tristeza. El primer movimiento expresa la tristeza de una vida seguida por la muerte. El despertar que la naturaleza consigue cada primavera como un nuevo renacer, no lo consigue el hombre que se ve abocado a la muerte.

El segundo movimiento es un melancólico canto del otoño de una vida que se despide de este mundo. En su última parte aparece una llamada al amor, convirtiéndose en un mero recuerdo que se desvanece al final.

Los tres lieder que constituyen el scherzo continúan con el mismo clima de desesperación. Su aparente alegría es solo una ilusión. El primero trata de la juventud. La visión de hermosos jóvenes que hablan y hacen versos, bebiendo té en el Pabellón de Porcelana, se reflejan en las aguas del lago como una ilusión. En el fondo todo ha sido únicamente un sueño. El segundo nos cuenta la fragilidad, la ilusión de la belleza. En la descripción del movimiento ha quedado bastante claro lo que quería expresar. La belleza es un bien fugaz que desaparece en el tiempo, una felicidad que solo es momentánea. El último lied nos muestra el olvido de los problemas a través de la bebida. Aparece de nuevo la primavera como un nuevo sueño de corta duración, que hace que el bebedor vuelva a su droga para lograr olvidar la desesperación que le produce la certeza de su muerte.

El último movimiento es una verdadera despedida a la vida. Pero no hemos de interpretar el final de esta obra, como algunas veces se ha dicho, como una amarga resignación de un hombre que ha perdido la fe. Intentaremos explicarlo mediante una serie de reflexiones. El ciclo sinfónico de Mahler se divide en tres partes como ya se ha comentado. Con esta obra se abre la última serie de obras, que se compone de las tres sinfonías finales. La octava es la que actúa de transición hacia el último ciclo. Durante toda su vida Mahler se ha preocupado de descifrar los secretos trascendentales de la vida y de la muerte, sobre lo que ocurrirá después de la muerte. Podemos encontrar tres etapas en su pensamiento filosófico. De su juventud con ideas heredadas del judaísmo pasó a un cristianismo, cuya máxima expresión es su octava sinfonía. Los acontecimientos ocurridos poco tiempo después le hacen dudar seriamente de su fe, refugiándose en la lectura de textos orientales. Su modo de pensar cambia, acercándose a las ideas de las religiones budistas, confucionistas y taoístas. Unos sistemas filosóficos que cambian el sentido de ver las cosas. Las últimas palabras que canta la soprano al final de la obra son reveladoras,

Die liebe Erde allüberall blüht auf im Lenz und grünt

Auf neu! Allüberall und ewig blauen licht die Fernen!

Ewig… ewig… ewig… ewig…

¡La tierra amada florece por todas partes en primavera y reverdece

De nuevo!. ¡Por todas partes y eternamente brillan luces azules en el horizonte!

Eternamente... eternamente... eternamente... eternamente...

Con esto quiere expresar que la vida no termina con la muerte. Como la primavera vuelve a renacer. La muerte es seguida de un nuevo renacer, una nueva vida. Esto continuará eternamente. Son las ideas en que se basa la reencarnación, para volver cada vez a una vida más perfecta, hasta alcanzar los grados mas elevados de la perfección. Si nos fijamos en el final de la sinfonía, que en todos sus movimientos ha sido tan negativa, reflejando las ilusiones de la vida como sueños imposibles, vemos que está llena de esperanza. Su parte final es un canto a la eternidad y al infinito. Son sonidos que quedan suspendidos en el éter, una coda inmaterial, un alma iluminada por el mas allá.

En el año 1909 Mahler empieza su trabajo con la reorganizada New York Philharmonic Orchestra, con 46 conciertos. Una época no demasiado feliz, al no quererse rebajar frente a las ricas mujeres que dirigían los organismos musicales, lo cual fue un blanco fácil para los fans de su rival, Toscanini.

La “Sinfonía Nº 9 en re mayor” fue empezada en el verano del año 1909, una vez que hubo recobrado la inspiración para seguir componiendo, cosa ocurrida el verano anterior. Parece ser que ya en 1908 había planeado su obra. Aunque la numerase como novena, era la décima, con lo cual superaba el maleficio, como hemos comentado anteriormente.

El trabajo compositivo tuvo lugar en Alt-Schluderbach, situado a unos tres km de Toblach. Allí se hizo construir una nueva Komponierhäuschen de madera, para permanecer aislado. La orquestación de la obra se terminó en 1910 en New York, a su regreso para hacerse cargo de la Filarmónica de New York. La sinfonía no llegó a estrenarse durante la vida de Mahler. Fue presentada por Bruno Walter el 26 de junio de 1912 en Viena.

Su orquestación comprende un piccolo, cuatro flautas, cuatro oboes, corno inglés, tres clarinetes, cuatro fagots, un contrafagot, cuatro trompas, cinco trompetas, tres trombones, tuba, timbales, tambor, tambor bajo, triángulo, platillos, tam-tam, glockenspiel, tres campanas tubulares, arpa y la cuerda.

El primer movimiento andante comodo, está construido en forma de sonata ampliada, con elementos de rondó. Empieza con una breve introducción, donde asistimos a la formación de todos los elementos que integrarán el movimiento, con un motivo del arpa de tres notas que se irá repitiendo durante el mismo. También aparece el conocido motivo de dos notas descendentes que encontrábamos al final de la anterior sinfonía, con la palabra ewig. Es notable observar, como en tan pocos compases Mahler nos presenta todo el material que utilizará en el movimiento. Con una gran economía de medios construye el gran edificio sinfónico. Los violines presentan el tema principal sobre un ritmo de marcha lenta, en forma de dolorosa resignación. El ritmo sincopado representa según Alban Berg el símbolo de la muerte. También se puede interpretar como una llamada del destino. Este tema se va repitiendo a lo largo del movimiento, pero siempre transformado. Un acorde de trombón da paso al segundo tema. La música aumenta su grado de tensión hasta la repetición más apasionada del tema principal. Se inicia una nueva exposición variada que nos llevará hasta un poderoso climax que cierra la sección de exposición.

El desarrollo empieza con notas sombrías de las cuales renacerá el tema principal. Aparece un tema con un ritmo de un desfigurado vals lento, que es detenido por las imperiosas fanfarrias del viento, que conducen la música hacia un nuevo climax con el tema principal, hasta que la orquesta se derrumba, quedando abatida en una especie de cuchicheo. Aparece nuevamente el segundo tema interrumpido por disonancias. De nuevo la escena se inunda de sombras en una sección de gran desolación. De repente surge de su interior el tema de vals lento, el cual nos llevará a la culminación del movimiento mediante un expresivo climax, del que surge el tema principal para luego desmoronarse como una caída al vacío. Una dolorosa marcha, con toques a muerto del trombón y timbales, dará paso a una abreviada recapitulación. Después del primer tema, escuchamos una resumida visión del segundo. Un solo de la flauta nos conduce a la coda. Se intercalan fragmentos de temas en plena decadencia, mostrando aquello que hubieran podido ser pero que no lo lograron. La flauta añade las últimas notas sobre restos del tema principal y las dos notas descendentes que en “Das Lied von der Erde” formaban la palabra ewig, cuya última nota queda detenida en el tiempo.

El segundo movimiento Im Tempo eines gemächlichen Ländlers, en el tempo de un apacible Ländler, constituye el scherzo de la obra. Contrastando con la seriedad del anterior, este tiempo de danza burlesca, constituye uno de los elementos de la naturaleza contradictoria de su autor. Emplea el ländler, una especie de vals campesino austriaco para expresar la danza de la vida. El tema es vulgar y es tratado de un modo sin gracia, con una sarcástica frivolidad. Se trata de una caricatura grotesca, en un estilo sarcástico inédito en la música culta de la época. Stravinsky y los músicos neoclásicos emplearán unos parecidos efectos en los próximos años. El trio consiste en un vals rápido que se irá acelerando, con repetición por los trombones al estilo de la música de feria. Luego se presenta un nuevo ländler con un tempo mas lento, en la forma de un minuetto. Los elementos se van repitiendo con el vals que se va acelerando en la nueva repetición del trio. Se reanuda el ländler inicial hasta que se va desintegrando en un destructivo final.

El tercer movimiento Rondo, Burleske esta formado por una fuga escrita de un modo burlesco, como si quisiera mofarse de los críticos sabios del contrapunto, a los que llamaba mis hermanos de Apollo. Los instrumentos son tratados como solistas, obteniendo cada uno su papel en la fuga.  La primera interrupción de la virtuosa fuga es producida por el clarinete con el tema de la séptima sinfonía que dijimos recordaba a “La viuda alegre” de Lehar. La segunda detiene el ritmo del rondó e introduce un motivo que será de gran importancia en el último movimiento. Finalmente se reanuda el rondó con el misma clima con que empezó.

Termina con un extenso adagio. La frase inicial de los violines nos presenta los motivos esenciales del movimiento, el primero es el escuchado en el segundo interludio lento del anterior rondó. Todo el movimiento girará alrededor de estos dos simples motivos, con un estilo casi de Bruckner. Podemos dividir el movimiento en cuatro partes. En la primera el tema principal se presenta como un himno religioso. El segundo tema se muestra en toda su simplicidad expresiva. Luego la música aumenta en su intensidad, llegando a un emocionante punto de máxima tensión. La segunda sección es mas serena, mostrando un sentimiento de resignación. La intervención de la madera abre la tercera parte, presentando un desolado paisaje, del que surgirá transfigurado el tema principal, que será llevado a su climax acompañado de dolorosas frases. La última parte corresponde a una patética coda, durante la cual los temas se irán fragmentando y degradando lentamente. La cuerda con sordina termina dulcemente el movimiento, escuchándose el motivo del principio cada vez mas lentamente, hasta desaparecer en el vacío.

En una primera lectura se puede interpretar esta sinfonía como una despedida del compositor, como un adiós a la vida, creyendo que estaba próxima su muerte. Pero un examen mas detallado nos permite valorar otros puntos. Mahler, cuando escribió la obra estaba en un período de gran impulso creativo. Acababa de componer “Das Lied von der Erde”, y ya pensaba en su próxima obra, con una filosofía muy parecida. Cuando compuso la obra en 1909 preparaba la próxima temporada como director de la Filarmónica de New York, donde tenía que dirigir casi 60 programas. Mucho trabajo para un hombre que se sintiera con la debilidad de un moribundo.

Otra de las causas apuntadas era la mala situación en que se encontraba su matrimonio en aquella época. Alma había dejado de amarle y parece que había cometido diversas infidelidades. En el manuscrito del andante de la sinfonía se encuentra escrita la frase ¡Oh, juventud desaparecida!, ¡Oh amor huido!.

Cualquiera que sea el motivo, tenemos claro que en el primer movimiento se expresa una despedida. Un adiós a la vida recordando con nostalgia la felicidad pasada. Se trata de la misma idea comunicada por su anterior obra, “Das Lied von der Erde”, cosa que nos confirman las notas de los ewig.

El segundo movimiento expresa la danza de la vida. De una vida que ha perdido toda su alegría. Solo le queda el ritmo desgarbado, sin ninguna gracia. Finalmente llega su destrucción.

En el rondó, Mahler no solamente se burla de los críticos a los que trata como asnos, cosa que ha repetido en otras ocasiones, sino que además es una burla de las acciones terrenales, como una despedida del mundo con una gran carcajada.

El movimiento final enlaza con la austeridad del primero, continuando una despedida de un mundo terrenal, pero con una gran serenidad. Continuando con las mismas ideas filosóficas orientales, expuestas en los comentarios finales de “Das Lied von der Erde”, termina en un clima inmaterial, no significando un final sin esperanza sino la entrada en una nueva vida, un renacer en un mundo más espiritual que el abandonado.

Como se ha comentado, en el año 1909 Mahler firma un contrato por tres años como director de la Orquesta Filarmónica de New York, que entonces se encontraba en un estado catastrófico. En la temporada del año 1910 el nivel de la orquesta se hallaba radicalmente realzado, interpretando una gran serie de conciertos en New York. En el mismo año dirige conciertos en París y Roma. Estrena en el mes de septiembre su octava sinfonía en Munich con un éxito arrollador como se ha expuesto anteriormente.

Alma Mahler, a la que dedicaremos una sección especial, debido a la importancia de su relación con la obra de su esposo, en el mes de mayo de 1910 conoce a Walter Gropius, un gran arquitecto. Su relación se convierte en un impulsivo amor. Walter le pide a Alma que abandone a su marido, en una carta que accidentalmente pasa a poder de Mahler. Esta profunda crisis matrimonial se refleja perfectamente como veremos, en su última sinfonía. Llegan a un mutuo acuerdo y Alma decide permanecer al lado de su marido.

Mahler retorna a New York para dirigir la próxima temporada de la Filarmónica. En el mes de febrero de 1911 enferma gravemente, tanto que decide regresar a Europa. Muere en Viena el 18 de mayo de 1911 por una infección de los tejidos del corazón por estreptococos, entonces incurable por no haberse todavía descubierto la penicilina.

Entre la gran cantidad de coronas que acompañan su entierro una lleva la inscripción, para el ser lleno de riquezas que nos muestra para siempre, el ejemplo imborrable de su obra y de su vida. Firmada por Schönberg, Berg y Webern, unos compositores que siempre lo admiraron y en parte continuaron su obra, llevándola a sus límites expresivos.

La “Sinfonía Nº 10 en fa sostenido mayor” fue empezada en el verano del año 1910 pero no llegó a terminarla, pues no llegó a vivir el siguiente verano. El único movimiento totalmente orquestado por Mahler fue el primero, el adagio. El tercero estaba bastante completo y el resto de movimientos se encontraban en fase esquemática, pero con su diseño terminado. Bruno Walter afirmó que Mahler le había pedido que destruyera la partitura si no estuviera terminada el día de su muerte. Nunca había dejado una partitura sin terminar, antes las destruía, de la misma forma que hizo con sus obras de juventud.

Si hoy se puede tener el placer de escuchar parte de la obra póstuma de Mahler, lo debemos a su esposa Alma, que en 1924 autorizó al editor vienés Paul Zsolnay la publicación de la copia del manuscrito, con la sorpresa de encontrarse con una sinfonía totalmente planificada, comprendiendo cinco movimientos. El compositor Ernst Krenek se acababa de casar con la hija de Mahler de 19 años, Anna Mahler. Completó la instrumentación de los movimientos primero y tercero, los que estaban mas adelantados y se estrenaron en la Opera de Viena, interpretados por la Filarmónica bajo la dirección de Franck Schalk. La partitura del primero, adagio, no se publicó hasta el año 1951, conteniendo los errores cometidos en la trascripción de Krenek, a pesar de haber sido en parte corregidos por Alban Berg. Finalmente en 1964 la fundación Mahler Gesellschaft, corrigió definitivamente el movimiento.

Deryck Cooke, un musicólogo inglés nacido en Leicester en 1919 y especializado en Mahler, trabajaba en la plantilla de la BBC cuando le encomendaron un trabajo para la celebración del centenario del nacimiento de Mahler en 1960. El 19 de diciembre de 1960 la BBC de Londres efectuó una transmisión de la sinfonía con los dos scherzos incompletos, interpretada por la Orquesta Philharmonia dirigida por Berthold Goldschmidt. Pero Cooke no quedó satisfecho con esta versión y siguió trabajando con los manuscritos dejados por Mahler, descubriendo que decían mas cosas. Realizó una nueva versión de la obra completa, pero sin corregir nada de las ideas musicales de Mahler. Su única función fue la de completar lo que faltaba para hacer de ella una obra ejecutable. Pero entonces surgió de nuevo Alma Mahler, queriendo que se respetaran los deseos de su marido. Prohibió terminantemente que se volviera a interpretar la obra. Parece que influenciada por Bruno Walter que también secundaba esta idea.

En 1962 el director Harold Bryns convenció a Alma para que escuchase una grabación magnetofónica de la interpretación de 1960 según la primera versión de Cooke. Ni ella, ni Bruno Walter la habían escuchado nunca. Walter había muerto cuando la señora Mahler escucho emocionada la citada grabación. La obra la conmovió de tal manera que estalló en lágrimas. Ahora comprendía lo que su difunto esposo había querido decir y no pudo evitar dejar al mundo sin poder escuchar aquella música. El resultado fue que el 8 de mayo de 1963 levantó la prohibición. Podía ser interpretada libremente en cualquier parte del planeta. La versión completada y corregida, fue interpretada por la Orquesta Sinfónica de Londres, dirigida también por Goldschmidt, el 13 de agosto de 1964 y publicada en 1967. Pero todavía sufriría una nueva corrección. El estreno de la versión definitiva se realizó el 15 de octubre de 1972 con la Nueva Orquesta Philharmonia dirigida por Wyn Morris y se publicaría en 1976.

La orquestación comprende cuatro flautas, una doblando piccolo, cuatro oboes, uno doblando corno inglés, cuatro clarinetes, cuatro trompas, cuatro trompetas, cuatro trombones, tuba, timbales dobles, bombo, dos bombos militares, tambor, platillos, tam-tam, cepillo, xilófono, glockenspiel, arpa y la sección de cuerda.

El primer movimiento adagio, está construido en la clásica forma sonata, pero interpretada de una forma nueva, que da mas importancia a la variación temática que a la fuerza de contraste entre los temas, como se entiende en su sentido clásico. Empieza con una lenta introducción realizada por las violas, presentando un austero tema. El primer tema del movimiento es presentado seguidamente por los primeros violines, acompañados por el resto de la cuerda alta y el trombón. Una melodía de gran intensidad. El tema va aumentando su expresión, hasta la aparición nuevamente del tema de la introducción. Los temas se van modificando durante su desarrollo, utilizando técnicas claramente expresionistas. Los temas se fragmentan y sufren, lo que muy acertadamente el musicólogo alemán Tyll Rohland llama, una variación morfológica. En la variación clásica la morfología del tema permanece, cosa que ahora, como más adelante se verá en la música moderna, los temas se construyen y se desintegran, para volverlos a unir mas tarde, pero de madera distinta, como por ejemplo sería el hacerlo de modo invertido. Esto crea un movimiento con una música casi irreal, con la utilización de los instrumentos en sus registros extremos. La música culmina en un gran climax, con sostenidos acordes del metal, con disonantes acordes de la cuerda y una estridente llamada de la trompeta, que da paso a la última sección.

Consiste en una mezcla de los temas, formando una especie de recapitulación con indefinición tonal. Una música que se abre hacia el futuro, hacia la rotura del sistema tonal. Mahler había llegado al extremo de lo que se podía realizar con la música, sin romper la tonalidad. Sus ideas pronto serán recogidas por la segunda escuela de Viena, por Schönberg, que como se verá en sus primeras obras recoge lo planteado por Mahler, antes de romper totalmente el sistema. Una extensa coda resuelve el movimiento creando un clima de total resignación.

El segundo movimiento consiste en el primer scherzo. Es la parte menos acabada por Mahler de la obra. Con seguridad pensaba revisarla profundamente. A pesar de todo conserva el frescor de la primera inspiración, como un diamante sin tallar. El scherzo consiste en un mordaz ländler, con constantes cambios de ritmo de difícil interpretación para la orquesta, un ejemplo de lo que se conocerá en un futuro como polirritmia. El trio contrasta, con su forma de vals lento de modo rústico. Consiste en una variación del tema del adagio. Luego continúa con el ritmo algo salvaje del scherzo, con variaciones remarcadas por las trompetas. Aparece un nuevo trio, más breve, con unas frases melódicas interpretadas por la cuerda y seguidamente realzadas por las trompetas de un modo parecido a las rancheras mexicanas. La parte final del scherzo posee un ambiente más jubiloso, terminando con una expresión de alegría.

El tercer movimiento lo tituló Purgatorio oder Inferno. Es una especie de preludio que precede a los dos movimientos finales. Consiste en un allegro moderato. Su ritmo inicial recuerda al empleado en el lied Das irdische Leben, la vida terrenal, del ciclo Lieder aus Des Knaben Wunderhorn”. La parte central es mas agitada, conteniendo apasionadas frases contrastantes. Luego se retorna a la primera parte. Este breve interludio contiene los gérmenes de los temas desarrollados en los movimientos finales. Unas escalas en las arpas uniéndose a los bajos de la orquesta, terminan el movimiento.

El segundo scherzo es de factura más agresiva. Una danza en forma de ländler, pero de carácter diabólico es interrumpida por trios en ritmo de vals, con un carácter más melódico y menos violento. Al principio del scherzo Mahler escribe la frase Der Teufel tanzt es mit mir, Satán la baila conmigo, significando lo que quería expresar. En la parte final, después de un desgarrador crescendo, la música se va desintegrando en murmullos, suaves sonidos del clarinete, violonchelos y contrabajos, acompañan a los débiles toques del tambor. Cuando se llega al silencio, un sordo estallido del gran bombo militar cierra el movimiento.

El movimiento finale continúa el clima desgarrador creado en el precedente. Se escuchan cinco reiteraciones del lúgubre golpe del tambor, sobre una escala descendente de la tuba y otra ascendente de las trompas, creando un impresionante clima doloroso. Una extensa melodía de la flauta de carácter consolador, se eleva de la oscura introducción. Luego se incorpora la cuerda, que conduce la música a un gran arrebato de pasión. Unos macabros toques de tambor rompen el encanto del fogoso clima, que se había conseguido e introduce la parte intermedia del movimiento. Consiste en el desarrollo de los temas apuntados en la parte del Purgatorio. Se llega al climax del movimiento mediante una brutal disonancia de la orquesta, de la que destaca un penetrante la de la trompeta. Las trompas presentan un motivo melódico, a partir del cual la música se va haciendo cada vez más ardiente y apacible. Es una emocionante expresión de un gran sentimiento de amor. Finalmente la música se va esfumando con tiernos suspiros de flautas y clarinetes, sobre la cuerda que desaparece lentamente. Cierra la obra un fuerte rugido de los violines, que luego se desvanece acompañado por las trompas, pronunciando las últimas palabras de Mahler.

El primer movimiento continúa la atmósfera creada en las dos primeras obras de su último ciclo. El compositor se encontraba inmerso en una gran depresión psicológica como lo refleja su visita al Doctor Freud. La ruptura del climax con sus notas disonantes nos demuestra su estado de ánimo en una obra profundamente personal.

El segundo movimiento tiene un carácter más jovial, como si quisiera decirnos que la despedida expresada en el primero no sería definitiva. Por una parte demostraba que aun continuaba teniendo fuerzas para continuar su trabajo y por otra refleja la esperanza en un futuro menos desgraciado.

Con el tercer movimiento empieza la segunda parte de la obra. Es una especie de preludio sobre lo que nos contará en los últimos movimientos. En la primera parte ha ido presentando de forma contrastante, sentimientos y actitudes opuestas. En esta nueva sección se centrará mas en su vida personal. Lo titula Purgatorio oder Inferno, inclinándose mas por la segunda acepción. En el punto más intenso de la sección intermedia escribe las palabras Tod! Verk!, siendo la segunda posiblemente una abreviatura de Verklärung, con lo cual la frase se convertiría en Muerte y Transfiguración, una idea acorde a las teorías orientales expresadas en su ultimo ciclo. Mas adelante escribe Erbarmen, tened piedad y luego O Gott! O Gott! Warum hast du mich verlassen?, Señor, Señor, ¿Porqué me has abandonado?. Al final encontramos la expresión Dein Wille geschehe!, ¡Cúmplase tu voluntad!. Creemos que las indicaciones son lo suficientemente expresivas para no buscar mas explicaciones.

En el cuarto movimiento encontramos un texto escrito por el propio Mahler, que dado su interés, reproducimos a continuación.

Der Teufel tanzt es mit mir                                    El diablo lo baila conmigo,

Wahn, fass mich an, Verfluchten!                  La locura me tiene apresado, ¡maldita!

Vernichte mich                                                        me aniquila

Das ich vergesse, dass ich bin!                                  Tanto que olvido quien soy

Das ich aufhöre, zu sein                                           que dejo de ser

Dass ich ver …                                                     que olv …

Después del gran crescendo, significando su destrucción final, su dejar de ser, llega un gran silencio, roto por el sorpresivo golpe de bombo militar con sordina. Es su despedida, como el mismo cuenta en un expresivo texto que acompaña el final del movimiento.

Du allein Weiβt was es bedenkt.                         Solo tu sabes lo que esto significa

                      Ach! Ach! Ach!

            Leb’wohl meine Saitenspiel!                                           ¡Adiós, mi lira!

                           Leb’ wohl!                                                               ¡Adiós!

El Du se refiere a Alma, su lira, su inspiración. El significado al que Mahler se refiere es al del golpe de bombo. Cuando se encontraba el matrimonio Mahler alojado en el Majestic Hotel situado cerca del Central Park, escucharon un ruido confuso en la calle. Abrieron la ventana de su habitación y contemplaron el paso de un cortejo fúnebre, que acompañaba a un bombero muerto en un heroico acto de servicio. Se detuvieron debajo de la ventana para una breve oración a la que siguió un silencio y un sordo golpe de tambor militar. Al matrimonio se le humedecieron los ojos de emoción y Mahler utilizó este golpe en su décima sinfonía.

El movimiento final parte de este golpe significando muerte y continúa con una gran escena de transfiguración, una gran escena de amor rota por los recuerdos de la vida presente. Una nueva rotura nos lleva a un glorioso desenlace, con la gran figura lírica simbolizando el gran amor que sentía por Alma, como indican sus palabras escritas en la partitura Für dich leben! Für dich sterben!,¡Vivir para ti! ¡Morir para ti!. En los últimos compases en el rugido de los violines, escribe, Almschi.

Se puede reprochar que esta última sinfonía no está autorizada por su autor, que su versión final hubiese sido distinta, lo que algunos directores han tomado como motivo suficiente para no querer interpretarla, pero lo que no podemos negar es su grandeza como final de un inmenso ciclo sinfónico.

Para terminar este, para mi, importante capítulo dentro de la historia de la sinfonía, dedicaremos unos párrafos a su compañera Alma Mahler y a su hija Anna Mahler como herederas de su obra. Finalmente una lista de sus obras conocidas en la actualidad cierra esta nota informativa.

Alma Maria Schindler (1879-1963), nació el 31 de agosto de 1879, hija del famoso pintor paisajista Emil Schindler. Muerto cuando Alma era una niña, su madre se casó con Carl Moll. Mahler la conoció en una velada celebrada en la casa de la familia de Berta Zuckerkandl, el 7 de noviembre de 1901. Otras informaciones mas recientes indican que su relación se había iniciado anteriormente, en algunos encuentros paseando en bicicleta por el Salzkammergut. Alma en aquella época estaba relacionada con el compositor Alexander von Zemlinsky de la que había sido alumna. Su primer amor platónico había sido el pintor Gustav Klimt, pero su primera experiencia física la experimentó al lado de Zemlinsky.

La relación con Mahler fue muy rápida e intensa. El 23 de diciembre estaban comprometidos y el 27 aparecía su relación en los periódicos de Viena, comentando la juventud de Alma, la más hermosa muchacha de Viena, con relación a la edad de Mahler que casi se la doblaba.

El 9 de marzo de 1902 se casaban, estando Alma embarazada del músico. Su primera hija Maria Anna, Putzi nació el 3 de noviembre. Su segunda hija Anna Justine, Gucki, nació el 15 de junio de 1904. El 12 de julio de 1907 muere Putzi de difteria.

Su matrimonio con Mahler era una mezcla de devoción apasionada y de desacuerdo en muchas cuestiones. Una nueva mujer había nacido en aquella época, como la pintaba Gustav Klimt, una mezcla de mujer fatal e inocente objeto sexual. Una mujer que estaba cambiando, que se estaba metamorfoseando entre la inocente Lolita y la expresionista Lulú. Una mujer que deseaba su propia vida, emancipada de los hombres. Alma participaba en parte de estas tendencias. Una compositora que había renunciado a su carrera musical a instancias de Mahler, una ama de casa y madre de familia participa activamente en la sociedad cultural de la época.

En su otra vertiente, su relación con el compositor se va deteriorando en el plano sexual. Alma tiene un tierno idilio con el joven pianista Ossip Gabrilowitsch. Pero el hecho más notable es el principio de su relación, el 4 de junio de 1910 con el famoso arquitecto Walter Gropius, fundador del movimiento de renovación arquitectónica conocido como la Bauhaus. Mahler se entera de esta relación y el matrimonio entra en una profunda crisis como ya se ha relatado anteriormente.

Por este motivo Mahler visita a Siegmund Freud en Leyden, Holanda. Después de un largo paseo de cuatro horas de duración, Freud quedó impresionado de la rapidez con la que el músico comprendió sus ideas sobre el psicoanálisis y sus tratamientos mediante la conversación.

Muerto Mahler, Alma tiene una relación triangular con Gropius y el pintor Oskar Kokoschka. En 1914 viviendo con Kokoschka está embarazada y sufre un peligroso aborto. El 18 de agosto de 1915 se casa con Walter Gropius y de este matrimonio nace su hija Manon, que morirá en 1935 de poliomielitis. A su memoria Alban Berg escribió su “Concierto para violín y orquesta”, subtitulado A la memoria de un ángel.

En 1919 Alma se casa con Franz Werfel, un escritor judío, con el cual había tenido un hijo con anterioridad, Martin Gropius, que murió antes de cumplir el año. Alma y Werfel abandonarán Alemania ante la amenaza nazi y marchan a los Estados Unidos. Muerto su marido, Alma se dedicará a divulgar la obra de Mahler.

Para completar la historia y ofrecer algunos datos a la curiosidad del lector, diremos que la hija de Mahler, Anna Mahler, nacida en Viena el 15 de junio de 1904, se casó por primera vez en 1920 dejando a su marido al año siguiente. En el año 1922 conoce al compositor Erns Krenek en un baile de disfraces en Berlín, con el cual se casará el 15 de enero de 1924, pero el 13 de noviembre lo abandonará para siempre. Estudia pintura con Giorgio de Chirico en Roma, luego estudia en Paris donde se volverá a casar en 1929 con Paul Zsolnay. Se dedica a la escultura. En el año 1934 abandonará a su nuevo marido y a su hija Alma fruto del matrimonio.

Realiza importantes obras escultóricas pero con la anexión de Austria en el año 1938 abandona su patria para vivir en Londres. El 3 de marzo de 1943 se casa con Anatole Fistoulari, unión de la que nace su hija Marina, el uno de agosto del mismo año. En el año 1950 se instala con su hija Marina en Los Angeles. El 11 de diciembre de 1964 muere su madre Alma en New York.

Anna vuelve a Europa donde se casará por última vez en 1970 con Albrecht Joseph en Spoleto. Muere el 3 de junio de 1988 en Londres, dejando una importancia colección de arte plástica.

A Anna no le gustaba ser conocida como la hija de Mahler, quería ser conocida por su propia obra, como escultora. También fue pianista y como su madre, sabía lo suficiente para leer la música sinfónica y transportarla a una versión para piano.

Su hija Marina Mahler seguirá divulgando la obra de su ilustre abuelo. Una música con la cual se cierra el período romántico, para empezar la sinfonía un nuevo viaje que la llevará a través del expresionismo a nuevas formas. Ha nacido la música del siglo XX.

En el listado de su obra, expuesto a continuación, anotamos la tonalidad de cada sinfonía. En las últimas debemos decir que no tienen una tonalidad definida, por lo cual encontramos muchas veces que en sus títulos no está indicada. Se podría decir que tienen una tonalidad progresiva o sea que va cambiando a lo largo de la obra. Un sistema tonal que es llevado a sus límites. Su progresión dará lugar al atonalismo.

La obra completa de Mahler por orden cronológico

“Quinteto con piano”                                                                                                                     1875

“Herzog Ernst von Schwaben” (Opera inacabada)   libreto de Josef Steiner                  1875

“Sonata para violín y piano”                                                                                                        1876

“Cuarteto con piano en la menor”                                                                                             1876

“Preludio para orquesta en do menor”                                                                                    1876

“Sinfonía nórdica”  (inacabada)                                                                                            1876-1878

“Sinfonía en la menor (inacabada)                                                                                      1876-1880

“Das klagende Lied” (Cantata) *                                                                                               1878-1880

“Die Argonauten” (Opera inacabada)    libreto de Mahler                                           1879-1880

“Rübezahl” (Opera inacabada)    libreto de Mahler                                                       1880-1890

“Tres canciones para tenor y piano”                                                                                            1880

“Lieder und Gesänge aus der Jugendzeit” (5 canciones) (voz y piano)                             1880-1883

“Lieder eines fahrenden Gesellen”  (4 canciones) (voz y piano u orquesta)                         1884

“Der Trompeten von Sakkinngen” (música de escena)                                                     1884

“Die drei Pintos” (Finalización del tercer acto de la ópera de Weber)                             1886-1888

“Lieder und Gesänge” (Wunderhorn Lieder) (9 canciones) **                                          1887-1891

“Lieder aus ‘Des Knaben Wunderhorn’” (12 canciones) (voz y orquesta)                       1892-1901

“Rückertlieder” (5 canciones con textos de Rückert) (voz y orquesta)                            1901-1902

“Kindertotenlieder” (5 canciones con textos de Rückert) (voz y orquesta)                    1901-1904

“Sinfonía Nº 1 en re mayor”  (Titan) ##                                                                                1888-1893

“Sinfonía Nº 2 en do menor”  (Resurrección)                                                                           1894

“Sinfonía Nº 3 en re menor”                                                                                                       1896

“Sinfonía Nº 4 en sol mayor”                                                                                                      1900

“Sinfonía Nº 5 en do sostenido menor”                                                                                   1902

“Sinfonía Nº 6 en la menor”                                                                                                       1904

“Sinfonía Nº 7 en mi menor”                                                                                                      1905

“Sinfonía Nº 8 en mi bemol mayor”  (Sinfonía de los  Mil)                                                    1906

“Das Lied von der Erde” (El Canto de la Tierra)                                                                      1908

“Sinfonía Nº 9 en re mayor”                                                                                                       1909

“Sinfonía Nº 10 en fa sostenido mayor”                                                                                   1910

En rojo las obras destruidas por el propio Mahler.

En verde obra de la cual actualmente solo se conserva el primer movimiento

En azul obra atribuida a Bruckner pero que se supone estar compuesta por Mahler

* Versión original de 1878 en tres movimientos. Versión final de 1900, elimina el primero, Waldmärchen

** Para voz y piano. Existen varias versiones para voz y orquesta, realizadas por otros     compositores, siendo la más notable la de Luciano Berio realizada en 1986-1987 de varias canciones

## Versión original de 1888 con cinco movimientos (Blumine). Versión final con cuatro