El objeto de esta obra es el concierto para piano, por lo cual no comentaremos los dedicados al resto de instrumentos. Es una de las clases de concierto más importantes, que se desarrolla especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XVIII o sea durante el barroco tardío.
Siguiendo la evolución del piano los primeros conciertos fueron escritos para clave. Uno de los antecesores del futuro concierto fue François Couperin (1668-1733) con sus doce conciertos para clavecín e instrumentos, compuestos entre 1714 y 1724.
El género se consolida a finales del período barroco con la figura de Juan Sebastián Bach con sus conciertos para clave. Pero no llegará a su apogeo hasta finales del Siglo XVIII con los grandes genios clásicos vieneses, Haydn, Mozart y Beethoven.
Mientras el instrumento va evolucionando, acaso más rápidamente que los propios compositores, del clave al piano. Poseían nuevos instrumentos a los que se tenían que adaptar. Especialmente aprender a trabajar en la nueva gama de intensidades de las notas, entre piano y forte.
El primero que lo logró plenamente fue Beethoven con sus cinco grandes conciertos. Hasta entonces los compositores escribían sus conciertos con mentalidad de clavecinistas, sin aprovechar plenamente las posibilidades que el nuevo instrumento les ofrecía. Haydn y especialmente Mozart pasaron del clave al piano, pero se encontraban en un período de transición.
Modernamente se han realizado transcripciones de los conciertos escritos originalmente para clave al piano moderno, pero pensamos que con ello se pierde autenticidad. Se opina que si estos compositores hubieran tenido la oportunidad de conocer el piano hubieran escrito sus conciertos para este instrumento, pero por otro lado creemos que con su mentalidad sin evolucionar las obras hubieran sido bastante parecidas.