CERCOS

Josep Cercós (1925-1989) nació en Barcelona el 5 de mayo de 1925. Su padre era músico aficionado tocando el clarinete. Estudió piano con el maestro Molinari además de otros instrumentos y después realizó estudios de composición con Ricard Lamote de Grignon, Ernest Cervera y Cristòfor Taltabull.

La "Sinfonía Nº 1" compuesta en 1942 es una obra de adolescencia poseyendo un estilo postromántico de carácter germánico. Nunca ha sido estrenada.

La "Sinfonía Nº 2" compuesta en 1946 similarmente a su anterior sinfonía tampoco ha sido estrenada.

Los estudios con Taltabull lo inclinan hacia un estilo neoclásico que podemos constatar en las obras para piano "Preludi, recitatiu i fuga" terminada en 1949 y la "Sonata en si menor para piano" de 1952 con cierta influencia de Hindemith.

Los "Preludis ambulants" fueron compuestos en 1954 en forma de suite sobre escenas cotidianas de la vida. Años más tarde fueron convertidos en ballet coreografiados por Marina Noreg y bailados por su mujer Carmen Calvet en la Cova del Drac de la entonces emblemática calle Tuset de Barcelona. En uno de sus números titulado La Cadiraire representando a una mujer coja discreparon, pues Marina lo había pensado para una grácil  muchacha. Cuando Carmen Calvet realizó póstumamente una nueva versión de la coreografía retornó al concepto inicial.

Cercós trabajó como cartero para ganarse la vida. Perteneció al Círculo Manuel de Falla en su última época a finales de la década de 1950. Muy crítico con sus propias obras destruyó gran cantidad de ellas.

La "Sinfonía Nº 3" la compuso en 1954 para los Premios Ciudad de Barcelona. De estilo neoclásico con la participación de un clavicémbalo no se ha estrenado nunca. Contaremos su historia en aquellos difíciles tiempos de la dictadura, según la narración de los hechos por el amigo del compositor Josep Maria Mestres Quadreny.

Los Premios Ciudad de Barcelona se crearon en 1949 como un acto de propaganda de la dictadura franquista. Inspirados por el delegado de cultura del ayuntamiento Luis de Caralt se otorgaban el 26 de enero, para conmemorar la entrada de las tropas franquistas a la Ciudad Condal celebrando su liberación espiritual. El alcalde Josep Maria de Porcioles entre 1957 y 1973 les daría un carácter institucional académico.

La importancia de los premios de música en aquellos años de la dictadura, caracterizados por la gran penuria en acontecimientos artísticos de carácter público, aumentaba al ser las obras ganadoras interpretadas por la entonces Orquesta Municipal de Barcelona dirigida por el maestro Eduard Toldrà.

En el jurado del Premio, en la época que el ilusionado Cercós presentó su sinfonía, se encontraba el Padre Sopeña, un personaje que había cobrado una gran importancia al ser un gran colaborador del movimiento nacional de Franco. Sopeña no sabía leer una partitura y para poder valorarlas necesitaba que se interpretasen las obras.

Las tres partituras escogidas como finalistas eran obras banales y entre ellas no se encontraba la sinfonía de Cercós. Una vez interpretadas por la orquesta se eligió a la más intrascendente, una obra grandilocuente, del gusto de los defensores de la dictadura.

El día del estreno de la obra ganadora, Cercós, Mestres Quadreny, Brossa, su primera mujer con un silbato y sus amigos de Juventudes Musicales, instalados en el piso superior del Palau de la Música organizaron una gran pitada y un formidable pataleo. Al terminar la obra el maestro Toldrà salió precipitadamente. Aquello ocurría en una época en que era costumbre manifestar ruidosamente las reprobaciones del público, algo que recuerdo personalmente durante la asistencia a los conciertos durante mi juventud y como vemos algunas veces eran organizadas por músicos.

Enfadado Cercós acompañado por Brossa tiró la partitura a una papelera de la calle, pero Brossa la recogió y actualmente se encuentra en el archivo Joan Brossa.

La "Suite Bilbao" se estrenó en Bilbao siendo más adelante interpretada en un concierto de la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por Odón Alonso en el Palau de la Música en el año 1991. Entre sus danzas se encuentran una zarabanda y una giga. Música de su primera época de estilo neoclásico.

Ayudado por mecenas particulares, después de una breve estancia en Ginebra asistió a cursos con Luigi Nono y a clases de música moderna en Gravesano, en el cantón suizo de Tesino, donde durante la década de 1960, el director de orquesta alemán Hermann Scherchen dirigía un estudio experimental de investigación del sonido, realizando experimentos pioneros en el campo de la música electrónica.

Cercós intenta encontrar un estilo propio de composición renunciando a las tendencias contemporáneas, realizando una serie de obras experimentales con incursiones al serialismo. Más tarde Cercós elaboraría una técnica propia, especialmente en armonía.

Tuvo dos hijos de un primer matrimonio, que después de volver el compositor de París, donde había pasado una temporada,  se separaron, quedando los hijos con la madre y dejándolo en la más absoluta miseria. Su amigo Mestres Quadreny lo acogió durante un tiempo en su casa hasta que unas aficionadas a la música le proporcionaron un pequeño estudio para que pudiera componer.

Trabajó como pianista en el estudio de danza que la bailarina rusa Marina Noreg (1902-1976) había montado en Barcelona.  Refugiada en Barcelona en 1942 tenía una interesante historia que contamos brevemente.

Nacida en San Petersburgo en 1902, Marina Lie de Goubonina, su verdadero nombre, estudia ballet y dirección escénica, convirtiéndose en una primera figura del ballet soviético. Una mujer alta y rubia, una verdadera belleza. Casada con un diplomático noruego, en 1935 funda la Escuela de Ballet de Oslo y poco después su propia compañía, realizando giras por toda Europa. Se especula de que durante la Segunda Guerra Mundial había sido una espía del régimen de Hitler.

La realidad es que se traslada en 1942 primero a Madrid y luego a Barcelona en 1943, donde trabaja como coreógrafa en diversos teatros cómicos y de revista del Paralelo en aquellos años de postguerra tan importantes para el género. También colabora con la escuela de ballet de Juan Tena.

En 1953 funda su propia escuela de ballet situada en la calle Sant Pau, dedicada tanto a profesionales como a niños. En dicha escuela Cercós conoció en 1965 a la que se convertiría en su segunda mujer, Carmen Calvet i Barbal nacida en 1941, 16 años más joven, alumna de ballet de la rusa Marina Noreg.

Cercós trabajó durante muchos años, entre 1967 y 1978, en la editorial Espasa-Calpe redactando biografías y resúmenes musicales para los suplementos de la Enciclopedia.

Para las clases de ballet de Marina Noreg compuso ballets infantiles con música para piano, entre ellos "La utilitat de les flors" de 1967. Se estrenó en el barrio de Gracia de Barcelona en el Teatre dels Lluïsos. En el año 1986 fue nuevamente representada por el ballet de su mujer.

Basado en un simple argumento. Unas niñas compran flores, aparece la maestra, no saben a quién darlas, hacen una marcha fúnebre, una marcha nupcial. No sabían cómo terminar el ballet, cuando Josep Cercós tuvo la idea de que saliera un burrito y se comiera las flores.

Las "Cronometries, per a diversos conjunts instrumentals" (Nº 1, 2, 3, 4, 7) escritas entre 1974 y 1975 se estrenaron el 1 de abril de 1978, interpretadas por la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por Joan Guinjoan, en uno de aquellos conciertos titulados Taller de compositors catalans sobre los cuales ya nos hemos referido en una pasada ocasión.

Según el propio compositor, como comenta en el programa de mano de dicho concierto, estas cinco piezas forman parte de un grupo que contiene doce. Cronometría, es su nombre genérico. En este caso, tres medidas temporales constantes y distintas con comienzo simultáneo y todas ellas múltiples de una unidad común, hasta llegar nuevamente a la triple coincidencia inicial, definen las cantidades de tiempo, distintas en una y otra unidad, desde un minuto escaso hasta poco más de dos. Interiormente, las coincidencias temporales limitan, sean notas largas o acordes, así como series rápidas monorrítmicas, diferenciadas por la instrumentación, o también silencios. 

Una obra muy especulativa con un carácter intelectual, como podemos constatar por su propia explicación, que por desgracia no se pudo interpretar completa. Su sobrino el organista y musicólogo Bernat Cabré piensa realizar su revisión completa.

La "Sinfonía de cámara" fue compuesta en 1974 durante su época experimental en la que buscaba una nueva forma de componer la música. 

"Escenes d'un circ" compuesto en 1980 es un ballet para piano en forma de suite escrito en un lenguaje muy elaborado. Compuesto para las niñas de la escuela de ballet de su mujer. Se estrenó en el mismo año en el teatro del Centro Parroquial Santiago Apóstol de l'Hospitalet de Llobregat. El compositor destruyó la partitura pero fue por suerte conservada por su mujer.

La coreografía diseñada por Carme Calvet fue muy discutida, especialmente en la escena titulada El Domador y el violín del amor, donde las fieras se amansan por la música. Las niñas que hacían de leones se agitan mediante bruscos movimientos, calmándose cuando una niña representa que toca el violín. Carme deseaba que sonara un violín de verdad pero Cercós no quiso doblegarse.

La evolución de Cercós culminará en los años 80, que a pesar de estar marcados por un precario estado de salud, son los más fecundos y en los que el compositor hará un giro estético sintetizando las diversas etapas de su vida. Esta síntesis se inicia con los "Dos Retaules" (1983), obra eminentemente contrapuntística y muy ligada todavía a los precedentes inmediatos.

El "Concert per a violoncel i orquestra" compuesto en 1984 se estrenó el 16 de febrero de 1985, interpretado por la Orquestra de la Ciutat de Barcelona dirigida por Yves Prin y con Pere Busquets como solista de violoncelo.

El primer movimiento, Lento, Allegro, es definido por el propio compositor con las siguientes frases. La construcción del primer tiempo se basa en el traspaso o intercambio, entre una primera melodía larga que se presenta de repente, para repetirse después fragmentariamente, y una segunda que, en sentido inverso, se inicia y aumenta hasta quedar completa al final. El resultado es como una gran primera exposición de sinfonía bitemática tradicional, en la cual, no tiene sentido que haya desarrollo más allá de la exposición, ni aun menos, una reexposición convencional, basada en una problemática remembranza de tonalidad.  

Podemos considerar este primer movimiento dividido en las siguientes partes, lento o anuncio del primer tema, allegro con su aparición completa y derivaciones inmediatas, alternancia entre el desarrollo de este primer tema y el principio del segundo.  parada cadencial y cadenza a cargo del violoncelo a solo, tres versiones breves e inmediatas de un motivo secundario fortissimo. segundo tema ya completo y recapitulación breve de todo el material temático, donde se incluye una pequeña segunda cadenza. 

La primera de estas melodías canta los siguientes versos del poeta Jordi Cots, en una antigua canción inacabada. 

    El nostre temps és un alba i un mar           Nuestro tiempo es un amanecer y un mar

que esventa ocells i en les platges esborra    que aventa pájaros y en las playas borra

des d'un principi les nostres petjades            desde un principio nuestras huellas

 La segunda melodía es como un canto pletórico y esperanzado. 

El segundo movimiento, Adagio, es un enlace continuo e intensificado de temas breves que llegan, poco antes del final, a un clímax seguido de una distensión total. Para no romper esta línea, la cadenza, en contra de lo que suele hacerse habitualmente, está situada bastante al principio. 

El tercer movimiento, Quasi presto, es como un scherzo que hace de final, aparentando al mismo tiempo una forma de rondó, con tres partes absolutamente iguales en longitud y empezadas por un tema único. Con un carácter más ágil o hasta alborozado y con algún lugar común exprés antes de terminar, está concebido como un contrapeso al trascendentalismo de los dos movimientos anteriores, que difícilmente admitirían una continuación lógica. No existe la cadenza para el solista, pero sí algunos dúos o finales de período bastante significativos. Utiliza una técnica armónica y contrapuntística propia.

Las "Escenes simfòniques per a viola i orquestra" es su última obra orquestal. Ganó con ella el Premi Ciutat de Barcelona del año 1985. Dividida en tres movimientos fue estrenada por Emili Mateu y la Orquestra Ciutat de Barcelona, bajo la dirección de Alexander Rahbari en el mes de diciembre de 1986. El primer movimiento lleva el título Fent camí.

Todavía revisará sus dos primeras sinfonías y dejará listo un ciclo de 16 canciones para barítono y piano "Els bells camins" (1988-89), basadas en poemas de Miquel Martí i Pol (1929-2003), el poeta más popular de Cataluña en esta época. Son canciones escritas para su sobrino, el barítono Josep Cabré. Este ciclo, junto con la "Passacaglia" para órgano de 1989, compuesta para su otro sobrino Bernat Cabré, se convierten en su testamento musical. Josep Cercós muere de cáncer en Barcelona el 5 de noviembre de 1989. Su fondo personal se conserva en la Biblioteca de Catalunya.