VISION GENERAL MUSICA CATALUNYA

7 - Visión general del desarrollo de la Música Sinfónica en Catalunya

En este capítulo realizaremos una recapitulación de los autores vistos en las partes anteriores intentando seguir la evolución de los estilos característicos de cada época, para poder sacar nuestras propias conclusiones que siempre serán en parte subjetivas.

En este trabajo se amplía el concepto de música sinfónica, incluyendo las obras para banda sinfónica o sea para orquesta de vientos y la música de concierto para cobla como peculiaridad de la música catalana.

 

Recapitulación histórica

Antes de la época barroca, la música vocal tenía una mayor importancia quedando la instrumental en un segundo plano, la mayoría de veces con funciones de acompañamiento. Al llegar la ópera a principios del Siglo XVI empezaron a formarse orquestas con gran número de instrumentos de cuerda equilibrando al viento y percusión.

Aunque la orquesta nace como tal en el Barroco, en el siglo XVII y principios del XVIII, no es hasta el Clasicismo, en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando se establece la instrumentación y la forma con la que la conocemos actualmente, si bien habrá que esperar hasta finales del siglo XIX para la llegada del perfeccionamiento técnico de los instrumentos.

Las primeras obras orquestales provienen de Centroeuropa. Los primeros conciertos sinfónicos nacen en Catalunya en la segunda mitad del Siglo XVIII, hacia el año 1760, dando a conocer la música de Haydn hacia el año 1781.

La música se desarrollaba en la Corte, dentro de un estado de carácter centralista. Al encontrarse Catalunya alejada de la misma no existía una tradición de música sinfónica. Las primeras manifestaciones fueron aportadas por la pequeña nobleza y la creciente burguesía de Barcelona, que establecieron unas reuniones musicales a las que llamaron academias.

Uno de los principales compositores de la época fue Carlos Baguer (1768-1808), organista de la Catedral de Barcelona, con lo cual se añade otro importante factor sobre el nacimiento de la orquesta en Catalunya. Muchas de sus partituras sinfónicas se han conservado en archivos eclesiásticos catedralicios.

Baguer autor de gran cantidad de obras sinfónicas adoptó el estilo de los compositores centroeuropeos, que sin llegar a la calidad de Haydn aportó ingeniosas soluciones incluyendo temas de expresión popular mediterránea.

Muchas de las obras eran interpretadas en las iglesias en conciertos de música sacra conocidos como siestas. Otros autores de la época clásica son Josep Pons, Bernat Beltrán o Mateu Ferrer.

Los primeros conciertos públicos empiezan en el Siglo XVIII, a partir de las nombradas academias. En Madrid los primeros conciertos habían comenzado en 1787, con los llamados Conciertos espirituales.

En Barcelona era notable la afición por la ópera, no debemos olvidar que las primeras obras sinfónicas interpretadas eran oberturas operísticas extraídas de dichas obras. La primera temporada de los conciertos espirituales en Barcelona tuvo lugar en 1797, para evitar el cierre de los teatros debido a la prohibición de la ópera durante la cuaresma. Se interpretaban principalmente obras de Haydn y otros compositores centroeuropeos. Muchos de los compositores catalanes decidieron emigrar para tener más posibilidades de interpretación de sus partituras.

Un importante centro musical fue el Monasterio de Montserrat donde se formaron diversos músicos. En el incendio durante la guerra del Francés desaparecieron muchas de las obras conservadas. Entre los compositores formados en el monasterio se encuentran Anselm Viola y el gran guitarrista Ferran Sor.

En el inicio del Siglo XIX la música en Catalunya estaba dominada por la ópera, influenciada por la Italia donde triunfaba Rossini. Después de la Guerra de Independencia  se constituyó el Liceo Filarmónico de Montesión que daría lugar años después al actual Gran Teatre del Liceu, en competencia en aquella época con el Teatre de la Santa Creu también situado en las populares Ramblas de Barcelona.

Para la música sinfónica un hecho trascendente fue la fundación en 1886 de la Escuela Municipal de Música de Barcelona. Para poder incorporar a sus alumnos en una formación de tipo práctico se crea también la Banda-Orquesta Municipal de Música de Barcelona bajo la dirección de Josep Rodoreda.

La Banda Municipal fue una formación de gran trascendencia social en la época de su fundación, con la función de acercar la música de los grandes autores a las masas populares, en un momento en que el arte estaba reservado a los miembros de las clases más acomodadas.

Los primeros contactos con la ciudadanía tuvieron un gran éxito, siendo la nueva agrupación recibida con entusiasmo. El consistorio construyó en el Parque de la Ciudadela una glorieta para que la Banda pudiera ofrecer conciertos los domingos de verano y en invierno lo hacían en la esquina del Paseo de Gracia con la Gran Vía de las Cortes Catalanas. Se trataba de conciertos de corta duración con piezas de brillante orquestación de los compositores de moda, como Richard Wagner, Felix Mendelssohn, Jules Massenet, Giacomo Meyerbeer, entre otros.

La Orquesta del Teatre del Liceu que había sido fundada en 1847  empezó a ofrecer conciertos sinfónicos, estrenado las sinfonías de Beethoven. La sexta en 1866 y la octava en 1867.

La Exposición Universal de 1888 despertó el interés en el público por las nuevas obras y su resultado fue la creación a finales de 1891 de la Societat Catalana de Concerts, ofreciendo su dirección a Antoni Nicolau. Al mismo tiempo se fundaba el Orfeó Català por Lluis Millet y Amadeu Vives.

El segundo ciclo de conciertos de la Societat Catalana de Concerts tuvo lugar en el Teatre Principal. El tercer ciclo de conciertos terminó bruscamente debido al atentado terrorista del Liceo, ocurrido el 7 de noviembre de 1893.

En 1895 se ofreció una prestigiosa serie de conciertos dirigidos por Vincent d'Indy. Pero la popularidad de la empresa empezó un grave declive, disolviéndose en 1896. Había creado una renovación de la música sinfónica. Durante su funcionamiento se interpretaron todas las sinfonías de Beethoven y muchas obras de compositores catalanes.

A la disuelta sociedad sucedió en 1897 la Sociedad Filarmónica dirigida por el belga Matthieu Crickboom, que había sido el director de la sociedad desaparecida, acogiendo a muchos de sus componentes. Pero debido a las malas circunstancias económicas tuvo de centrarse en un repertorio de cámara. Su vida también fue corta, disolviéndose al cabo de diez años. Entre sus directores invitados se encuentran Weintgartner y Richard Strauss.

La producción sinfónica en Catalunya durante este Siglo es bastante pobre. Actualmente no existe ninguna grabación de sinfonías escritas por compositores catalanes durante la época del romanticismo del siglo XIX, a pesar de ello existen referencias de algunas de sus obras.

Entre los compositores catalanes encontramos a Ramón Carnicer, a los anteriormente citados Casamitjana y Nicolau además de Felipe Pedrell (1841-1922), pero su obra "La sinfonía de las montañas" pertenece a principios del siguiente siglo.

Pedrell está vinculado al movimiento catalán conocido como Renaixença. La progresiva evolución social y cultural propiciada por el desarrollo económico y la estabilidad política, devolvía su importancia al uso de la lengua y a la música folclórica catalanas. El compositor traza las líneas maestras del nacionalismo musical.

En el inicio del Siglo XX se pueden observar dos movimientos artísticos. El Modernisme entre los años 1890 y 1914 y el Neucentisme entre 1914 y 1939.

El Modernisme está influenciado por las tendencias vanguardistas europeas siendo uno de sus elementos integradores su fascinación por la obra de Richard Wagner. Su poeta preferido era Apel.les Mestres. Dentro de este período aparecen los dos compositores que alcanzarán prestigio internacional, Isaac Albéniz y Enrique Granados.

Durante esta época se puede destacar la obra de otros compositores catalanes como Enric Morera, Joaquim Cassadó, Juli Garreta, Joan Manén, Pau Casals o Joan Lamote de Grignon.

El Noucentisme nace como una reacción al modernisme. Eugeni d'Ors identifica la nueva estética con el clasicismo. Josep Carner será el poeta preferido en este período. Durante el mismo destacan los compositores Eduard Toldrà, Frederic Mompou y especialmente Robert Gerhard.

La Orquesta Sinfónica de Barcelona fundada por Juan Lamote de Grignon ofrece conciertos entre 1910 y 1924 en el Teatro Eldorado. Pau Casals funda y dirige entre 1920 y 1936 la Orquestra Pau Casals. Vinculada a la Asociación Obrera de Conciertos es disuelta al terminar la Guerra Civil, exilándose Casals a Francia.

Otro aspecto importante es el desarrollo de la Orquestra d'Instruments de vent, la Banda Municipal de Barcelona, actividad a la que se dedicó Joan Lamote de Grignon al disolverse su orquesta. Una manera de acercar la música sinfónica al pueblo. El propio Richard Strauss dirigió la banda en una transcripción de sus obras.

La Guerra Civil Española marca una clara separación en el Siglo XX, terminando una época en que la música había logrado un nivel internacional, tanto en la interpretación como en la producción de estética avanzada, caso de la obra de Gerhard emigrado en 1939 a Inglaterra.

                                        Eduard Toldrà

Después de la guerra las orquestas renacen de sus cenizas. La única orquesta que queda es la del Gran Teatro del Liceo. La Orquesta Municipal de Barcelona se funda en 1944, creada por el Ayuntamiento y promovida por su director Eduard Toldrá, que podemos ver en la foto adjunta. En 1970 se convierte en la Orquesta Ciutat de Barcelona, siendo actualmente la OBC, Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya.

En la segunda mitad de siglo una serie de compositores se interesan por la música sinfónica, como Ricard Lamote de Grignon, Gabriel Rodó, Joaquin Homs, Xavier Montsalvatge, Carles Suriñach, que como otros compositores realiza su labor fuera de Catalunya, Josep María Mestres Quadreny, Joan Guinjoan, Xavier Benguerel, Salvador Pueyo, Carles Guinovart, Albert Guinovart, Héctor Parra, y especialmente Leonardo Balada y Salvador Brotons.

Durante los años de la dictadura instaurada después de la guerra la música que se interpretada era de carácter conservador. Pero muchos compositores recibían las informaciones de la música que se escribía en Europa a mediados de siglo. Música dodecafónica y de carácter atonal. Uno de los primeros compositores a adoptar el nuevo estilo fue Joaquim Homs el cual compone música serial, que no se interpretará hasta la llegada de la democracia en 1975.

La música se vuelve ecléctica al rechazar gran parte del público las corrientes atonales. De este modo en la Catalunya de la segunda mitad del Siglo XX y principios del XXI conviven diversas tendencias musicales.

Entre los compositores más característicos encontramos a Xavier Montsalvatge, que a través de su obra recorre diversas tendencias, desde el impresionismo hasta las técnicas seriales, pero siempre dejando un espacio libre al eclecticismo, lo cual hace que sea el autor catalán más interpretado por la OBC desde su fundación en 1944, con 109 audiciones de 36 obras diferentes.

El segundo es Eduard Toldrà con 102 interpretaciones de 33 obras. Los siguientes Gerhard y Garreta con 56 y Juli Garreta con 53. Joan Lamote de Grignon con 38, Pau Casal con 34, Albéniz con 33 y Joan Guinjoan también con 33 completan los autores más interpretados.

Mestres Quadreny es uno de los compositores más vanguardistas, buscando nuevas formas de expresión al arte musical. Este futuro de la música nos abre un profundo debate que puede leerse en la parte final de las páginas dedicadas a este compositor.[1]

Entre los compositores progresistas tienen importancia Xavier Benguerel y el hace poco fallecido Joan Guinjoan, aunque gran parte de su música de carácter atonal es poco conocida por el público. En un campo más conservador encontramos al sinfonista Leonardo Balada emigrado a los Estados Unidos, que a pesar del uso de recursos progresistas en sus obras no olvida los logros del pasado ni la música popular. Son interesantes sus razonamientos sobre la música contemporánea como puede leerse en su artículo reproducido en estas páginas.[2]

Terminaremos con los compositores actuales, entre los que encontraremos una gran variedad de técnicas artísticas. La música sinfónica catalana aumenta en obras y compositores entre los finales del pasado siglo y la actualidad, como puede comprobarse en esta obra. Por ello solo citamos a los más significativos, tanto por su obra como por su popularidad.

Salvador Brotons

Benet Casablancas, alumno de Guinjoan, realiza una música progresista de carácter abstracto. Salvador Brotons, sin renunciar a las técnicas modernas, escribe una música más conservadora, intentando llegar con sus obras a un público más diverso. Albert Guinovart puede ser considerado como el compositor actual más conocido por el público por su música de carácter popular.

Como podemos observar en las páginas finales de la parte descriptiva de esta obra, en la actualidad encontramos a una gran cantidad de compositores que escriben en los más diversos estilos. No podemos adivinar lo que nos espera en un próximo futuro.

 

Conclusiones finales

Catalunya posee una buena tradición clásica de música sinfónica, pero casi desaparece en la época del Romanticismo, para renacer a finales del Siglo XIX, colocándose en un nivel internacional. La Guerra Civil detiene bruscamente este progreso, hasta un nuevo renacimiento en las últimas décadas del Siglo XX que alcanza nuestros días. Pero el mayor problema es la falta de oportunidades para su interpretación, algo tantas veces repetido.

[1]  Véase  Mestres Quadreny  (Parte final de la página)

[2]  Véase  Leonardo Balada  (Parte final de la página)