PRIMERAS OBRAS

Gustav Mahler  (1860-1911) nació en Kalischt, actualmente llamada Kaliště en checo, el 7 de julio de 1860, en una humilde familia de origen judío. En el mes de octubre del mismo año, el Emperador Francisco José, firma un decreto con mejoras legales para los habitantes de Bohemia. Entre ellas se encuentra una disposición que permite a los judíos vivir en el lugar que deseen. Aprovechando esta liberalización, pocos meses más tarde, el 22 de octubre de 1860, su padre traslada la familia a Iglau en busca de mejoras laborales. Iglau es una ciudad distante 38 km del pueblo donde nació Mahler. Situado en Bohemia, formaba parte del Imperio Austro-Húngaro y la lengua oficial era el alemán. Actualmente el nombre de Iglau es Jihlava, pertenece a la República Checa y está situada entre Praga y Brno.

Expondremos brevemente la situación de Mahler en su entorno. Vive en el sur de Bohemia, una región en aquella época con fuertes movimientos nacionalistas checos. Los judíos son vistos como personas imperialistas, con el alemán como idioma de expresión. Una frase del propio Mahler nos puede dar idea de sus sentimientos “Soy tres veces apátrida, como nativo de Bohemia en Austria, como un austriaco entre los alemanes y como un judío en todo el mundo”.

Segundo hijo de una familia numerosa, Gustav es el primer hijo vivo. Su padre, un simple tabernero, con su propio esfuerzo para levantar a su familia de doce hijos, consigue poseer finalmente una taberna y una destilería.

Mahler desde niño destaca por sus grandes dotes para la música. El director del teatro de Iglau fue su primer maestro. En 1866 recibe sus primeras lecciones de piano. Su hermano Ernst, un año mas joven, muere en 1874 a la edad de 13 años, un hecho que marcará su vida como después ocurrirá con otro de sus hermanos, Otto, que se suicidó en 1895 a los 22 años.

El 10 de septiembre de 1875 ingresa en el Conservatorio de Viena, donde estudiará hasta 1878. Sus maestros fueron Robert Fuchs en armonía y Franz Krenn en composición. También recibió lecciones de piano de Julius Epstein.

BRUCKNER
                                               Bruckner

En 1877 empieza sus estudios en la Universidad de Viena, que durarán hasta 1879, estudiando Filosofía e Historia. Conoce a Bruckner con el cual le une una gran amistad y que lo convirtió en un ardiente defensor de Wagner. En 1878 realiza un arreglo para piano de la “Sinfonía Nº 3” (Wagner) de Bruckner.

En el verano de 1879 acepta la oferta de un rico hacendado húngaro para enseñar a su hijo tocar el piano. Para consolarse de su soledad escribe largas cartas a su amigo el poeta Josef Steiner. En ellas expresa las ideas místicas y transcendentes que más tarde pondrá en música en sus sinfonías.

Durante su época de estudiante compone numerosas obras. Entre ellas una “Sonata para violín” estrenada en 1876, y entre 1875 y 1879 un “Quinteto con piano”, un “Cuarteto con piano en la menor”, del cual actualmente solo se conserva el primer movimiento, que obtuvieron premios en el Conservatorio, dos obras sinfónicas y fragmentos de varias óperas.

El “Cuarteto para piano en la menor” se estrenó en el Conservatorio el 10 de julio de 1876 y luego interpretado públicamente en Jihlava el 12 de septiembre del mismo año, ambas veces con Mahler al piano. La primera interpretación moderna del movimiento que se ha conservado, la realizó Peter Serkin con el Cuarteto Galimir el 12 de enero de 1964.

Las óperas inacabadas son “Herzog Ernst von Schwaben” compuesta en 1875, con libreto de Josef Steiner, “Die Argonauten” entre 1879 y 1880 y “Rübezahl” entre 1879 y 1890. Las dos últimas con libreto del propio Mahler. En cuanto a la música sinfónica parece que compuso un par de sinfonías. La primera escrita entre 1876 y 1878, ensayada en el Conservatorio de Viena con fracaso debido a las faltas cometidas en la partitura y la segunda una “Sinfonía en la menor” escrita entre 1876 y 1880. El manuscrito tenía tres movimientos.

Durante mucho tiempo se había pensado que los manuscritos de estas sinfonías estaban en manos privadas. Exactamente que los poseía la Baronesa Marion von Weber y que habían sido destruidos durante el feroz bombardeo de Dresde por las fuerzas aliadas en la segunda guerra mundial. Los rumores procedían de una conversación entre un crítico vienés, Paul Stephan y el director holandés Wilhelm Mengelberg. Este último afirmaba haber visto los manuscritos de Mahler que poseía la Baronesa. Los biógrafos de Mahler no lograban ponerse de acuerdo sobre estos datos.

Finalmente, en la primavera de 1998 se encontró una carta enviada por Mengelberg a su mujer, el 10 de julio de 1907. En ella comenta los numerosos manuscritos y recuerdos de Weber que poseía la Baronesa y que se interesó en la obra de Mahler. Pero lo que encontró fueron las versiones originales de “Das klagende Lied”, con su parte eliminada Waldmärchen, los de la primera sinfonía, con su movimiento suprimido, Blumine y un manuscrito de la primera parte de la segunda sinfonía,  titulado “Totenfeier”. No había ningún manuscrito de obras anteriores. Los documentos existentes actualmente de estas versiones originales proceden de copias.

Lo más probable es que el propio Mahler destruyera todas sus obras de juventud. En aquella época componía sobre el piano y no dominaba suficientemente las técnicas de orquestación. Por ello creyó que lo más oportuno era la destrucción de estas composiciones, que le parecían poco afortunadas. Mas tarde haría lo mismo con movimientos desechados de otras obras.

Durante el verano de 1879, pasado en su casa de Jihlava, entre sus alumnas de piano se encuentra Josephine Poisl, hija del director de correos de la ciudad. Mahler se enamora locamente de la muchacha pero su padre desaprueba esta relación, debido a que Mahler era judío y un músico sin dinero ni trabajo fijo. Mahler compone entre los meses de febrero y marzo de 1880 un ciclo de canciones dedicado a su amada Josephine. Pero cuando el padre de la joven prohíbe sus encuentros Mahler deja la composición de la obra, quedando reducida a tres de los cinco lieder proyectados. Son las “Tres canciones para tenor y piano” de 1880.

A sus veinte años empieza la composición de la obra más importante realizada hasta entonces por el joven músico. Se trataba de “Das klagende Lied”. Este sería su última tentativa en el campo de la ópera.

El estilo de Mahler estaba marcado por dos grandes músicos, Bruckner y Wagner. Quería escribir inmensas obras sinfónicas como el primero, pero al igual que Wagner necesitaba el uso de la palabra para dar completa forma a sus obras. Por esto comprendió que como Wagner, necesitaba componer óperas, pues la sinfonía la encontraba demasiado restringida, con una forma cerrada que impedía su completa expresión. Pero sus obras vocales serían eminentemente sinfónicas. Con estas ideas empezó la composición de “Das klagende Lied”. Debido a su importancia y relación con sus futuras sinfonías, dedicamos unos párrafos a la descripción de la obra, la primera significativa en la vida del compositor.