SINFONIA Nº 10 EN FA SOSTENIDO MAYOR

La “Sinfonía Nº 10 en fa sostenido mayor” fue empezada en el verano del año 1910 pero no llegó a terminarla, pues no llegó a vivir el siguiente verano. El único movimiento totalmente orquestado por Mahler fue el primero, el adagio. El tercero estaba bastante completo y el resto de movimientos se encontraban en fase esquemática, pero con su diseño terminado. Bruno Walter afirmó que Mahler le había pedido que destruyera la partitura si no estuviera terminada el día de su muerte. Nunca había dejado una partitura sin terminar, antes las destruía, de la misma forma que hizo con sus obras de juventud.

Si hoy se puede tener el placer de escuchar parte de la obra póstuma de Mahler, lo debemos a su esposa Alma, que en 1924 autorizó al editor vienés Paul Zsolnay la publicación de la copia del manuscrito, con la sorpresa de encontrarse con una sinfonía totalmente planificada, comprendiendo cinco movimientos. El compositor Ernst Krenek se acababa de casar con la hija de Mahler de 19 años, Anna Mahler. Completó la instrumentación de los movimientos primero y tercero, los que estaban más adelantados y se estrenaron en la Opera de Viena, interpretados por la Filarmónica bajo la dirección de Franck Schalk. La partitura del primero, adagio, no se publicó hasta el año 1951, conteniendo los errores cometidos en la trascripción de Krenek, a pesar de haber sido en parte corregidos por Alban Berg. Finalmente en 1964 la fundación Mahler Gesellschaft, corrigió definitivamente la partitura del movimiento.

Deryck Cooke, un musicólogo inglés nacido en Leicester en 1919 y especializado en Mahler, trabajaba en la plantilla de la BBC cuando le encomendaron un trabajo para la celebración del centenario del nacimiento de Mahler en 1960. El 19 de diciembre de 1960 la BBC de Londres efectuó una transmisión de la sinfonía con los dos scherzos incompletos, interpretada por la Orquesta Philharmonia dirigida por Berthold Goldschmidt. Pero Cooke no quedó satisfecho con esta versión y siguió trabajando con los manuscritos dejados por Mahler, descubriendo que decían más cosas. Realizó una nueva versión de la obra completa, pero sin corregir nada de las ideas musicales de Mahler. Su única función fue la de completar lo que faltaba, para hacer de ella una obra ejecutable. Pero entonces surgió de nuevo Alma Mahler, queriendo que se respetaran los deseos de su marido. Prohibió terminantemente que se volviera a interpretar la obra. Parece que influenciada por Bruno Walter que también secundaba esta idea.

En 1962 el director Harold Bryns convenció a Alma para que escuchase una grabación magnetofónica de la interpretación de 1960 según la primera versión de Cooke. Ni ella, ni Bruno Walter la habían escuchado nunca. Walter había muerto cuando la señora Mahler escucho emocionada la citada grabación. La obra la conmovió de tal manera que estalló en lágrimas. Ahora comprendía lo que su difunto esposo había querido decir y no pudo evitar dejar al mundo sin poder escuchar aquella música. El resultado fue que el 8 de mayo de 1963 levantó la prohibición. Podía ser interpretada libremente en cualquier parte del planeta. La versión completada y corregida, fue interpretada por la Orquesta Sinfónica de Londres, dirigida también por Goldschmidt, el 13 de agosto de 1964 y publicada en 1967. Pero todavía sufriría una nueva corrección. El estreno de la versión definitiva se realizó el 15 de octubre de 1972 con la Nueva Orquesta Philharmonia dirigida por Wyn Morris y se publicaría en 1976.

La orquestación comprende cuatro flautas, una doblando piccolo, cuatro oboes, uno doblando corno inglés, cuatro clarinetes, cuatro trompas, cuatro trompetas, cuatro trombones, tuba, timbales dobles, bombo, dos bombos militares, tambor, platillos, tam-tam, cepillo, xilófono, glockenspiel, arpa y la sección de cuerda.

El primer movimiento adagio, está construido en la clásica forma sonata, pero interpretada de una forma nueva, que da más importancia a la variación temática que a la fuerza de contraste entre los temas, como se entiende en su sentido clásico. Empieza con una lenta introducción realizada por las violas, presentando un austero tema. El primer tema del movimiento es presentado seguidamente por los primeros violines, acompañados por el resto de la cuerda alta y el trombón. Una melodía de gran intensidad. El tema va aumentando su expresión, hasta la aparición nuevamente del tema de la introducción. Los temas se van modificando durante su desarrollo, utilizando técnicas claramente expresionistas. Los temas se fragmentan y sufren, lo que muy acertadamente el musicólogo alemán Tyll Rohland llama, una variación morfológica. En la variación clásica la morfología del tema permanece, cosa que ahora, como más adelante se verá en la música moderna, los temas se construyen y se desintegran, para volverlos a unir más tarde, pero de madera distinta, como por ejemplo sería el hacerlo de modo invertido. Esto crea un movimiento con una música casi irreal, con la utilización de los instrumentos en sus registros extremos. La música culmina en un gran climax, con sostenidos acordes del metal, con disonantes acordes de la cuerda y una estridente llamada de la trompeta, que da paso a la última sección.

Consiste en una mezcla de los temas, formando una especie de recapitulación con indefinición tonal. Una música que se abre hacia el futuro, hacia la rotura del sistema tonal. Mahler había llegado al extremo de lo que se podía realizar con la música, sin romper la tonalidad. Sus ideas pronto serán recogidas por la segunda escuela de Viena, por Schönberg, que como se verá en sus primeras obras recoge lo planteado por Mahler, antes de romper totalmente el sistema. Una extensa coda resuelve el movimiento creando un clima de total resignación.

El segundo movimiento consiste en el primer scherzo. Es la parte menos acabada por Mahler de la obra. Con seguridad pensaba revisarla profundamente. A pesar de todo conserva el frescor de la primera inspiración, como un diamante sin tallar. El scherzo consiste en un mordaz ländler, con constantes cambios de ritmo de difícil interpretación para la orquesta, un ejemplo de lo que se conocerá en un futuro como polirritmia. El trio contrasta, con su forma de vals lento de modo rústico. Consiste en una variación del tema del adagio. Luego continúa con el ritmo algo salvaje del scherzo, con variaciones remarcadas por las trompetas. Aparece un nuevo trio, más breve, con unas frases melódicas interpretadas por la cuerda y seguidamente realzadas por las trompetas de un modo parecido a las rancheras mexicanas. La parte final del scherzo posee un ambiente más jubiloso, terminando con una expresión de alegría.

El tercer movimiento lo tituló Purgatorio oder Inferno. Es una especie de preludio que precede a los dos movimientos finales. Consiste en un allegro moderato. Su ritmo inicial recuerda al empleado en el lied Das irdische Leben, la vida terrenal, del ciclo Lieder aus Des Knaben Wunderhorn”. La parte central es más agitada, conteniendo apasionadas frases contrastantes. Luego se retorna a la primera parte. Este breve interludio contiene los gérmenes de los temas desarrollados en los movimientos finales. Unas escalas en las arpas uniéndose a los bajos de la orquesta, terminan el movimiento.

El segundo scherzo es de factura más agresiva. Una danza en forma de ländler, pero de carácter diabólico es interrumpida por trios en ritmo de vals, con un carácter más melódico y menos violento. Al principio del scherzo Mahler escribe la frase Der Teufel tanzt es mit mir, Satán la baila conmigo, significando lo que quería expresar. En la parte final, después de un desgarrador crescendo, la música se va desintegrando en murmullos, suaves sonidos del clarinete, violonchelos y contrabajos, acompañan a los débiles toques del tambor. Cuando se llega al silencio, un sordo estallido del gran bombo militar cierra el movimiento.

El movimiento finale continúa el clima desgarrador creado en el precedente. Se escuchan cinco reiteraciones del lúgubre golpe del tambor, sobre una escala descendente de la tuba y otra ascendente de las trompas, creando un impresionante clima doloroso. Una extensa melodía de la flauta de carácter consolador, se eleva de la oscura introducción. Luego se incorpora la cuerda, que conduce la música a un gran arrebato de pasión. Unos macabros toques de tambor rompen el encanto del fogoso clima, que se había conseguido e introduce la parte intermedia del movimiento. Consiste en el desarrollo de los temas apuntados en la parte del Purgatorio.

Se llega al climax del movimiento mediante una brutal disonancia de la orquesta, de la que destaca un penetrante la de la trompeta. Las trompas presentan un motivo melódico, a partir del cual la música se va haciendo cada vez más ardiente y apacible. Es una emocionante expresión de un gran sentimiento de amor. Finalmente la música se va esfumando con tiernos suspiros de flautas y clarinetes, sobre la cuerda que desaparece lentamente. Cierra la obra un fuerte rugido de los violines, que luego se desvanece acompañado por las trompas, pronunciando las últimas palabras de Mahler.

El primer movimiento continúa la atmósfera creada en las dos primeras obras de su último ciclo. El compositor se encontraba inmerso en una gran depresión psicológica como lo refleja su visita al Doctor Freud. La ruptura del climax con sus notas disonantes nos demuestra su estado de ánimo en una obra profundamente personal.

El segundo movimiento tiene un carácter más jovial, como si quisiera decirnos que la despedida expresada en el primero no sería definitiva. Por una parte demostraba que aun continuaba teniendo fuerzas para continuar su trabajo y por otra refleja la esperanza en un futuro menos desgraciado.

Con el tercer movimiento empieza la segunda parte de la obra. Es una especie de preludio sobre lo que nos contará en los últimos movimientos. En la primera parte ha ido presentando de forma contrastante, sentimientos y actitudes opuestas. En esta nueva sección se centrará más en su vida personal. Lo titula Purgatorio oder Inferno, inclinándose mas por la segunda acepción. En el punto más intenso de la sección intermedia escribe las palabras Tod! Verk!, siendo la segunda posiblemente una abreviatura de Verklärung, con lo cual la frase se convertiría en Muerte y Transfiguración, una idea acorde a las teorías orientales expresadas en su último ciclo. Mas adelante escribe Erbarmen, tened piedad y luego O Gott! O Gott! Warum hast du mich verlassen?, Señor, Señor, ¿Porqué me has abandonado? Al final encontramos la expresión Dein Wille geschehe!, ¡Cúmplase tu voluntad! Creemos que las indicaciones son lo suficientemente expresivas para no buscar más explicaciones.

En el cuarto movimiento encontramos un texto escrito por el propio Mahler, que dado su interés, reproducimos a continuación.

Der Teufel tanzt es mit mir                                        El diablo lo baila conmigo,

Wahn, fass mich an, Verfluchten!                        La locura me tiene apresado, ¡maldita! 

Vernichte mich                                                       Me aniquila

Das ich vergesse, dass ich bin!                                  tanto, que olvido quien soy

Das ich aufhöre, zu sein                                           que dejo de ser

Dass ich ver…                                                     que olv…

Después del gran crescendo, significando su destrucción final, su dejar de ser, llega un gran silencio, roto por el sorpresivo golpe de bombo militar con sordina. Es su despedida, como cuenta el propio compositor en un expresivo texto, que acompaña el final del movimiento.

Du allein Weiβt was es bedenkt.                         Solo tú sabes lo que esto significa

Ach! Ach! Ach!

Leb’wohl meine Saitenspiel!                                ¡Adiós, mi lira

Leb’ wohl!                                                         ¡Adiós!

El Du se refiere a Alma, su lira, su inspiración. El significado al que Mahler se refiere es al del golpe de bombo. Cuando se encontraba el matrimonio Mahler alojado en el Majestic Hotel situado cerca del Central Park, escucharon un ruido confuso en la calle. Abrieron la ventana de su habitación y contemplaron el paso de un cortejo fúnebre, que acompañaba a un bombero muerto en un heroico acto de servicio. Se detuvieron debajo de la ventana para una breve oración a la que siguió un silencio y un sordo golpe de tambor militar. Al matrimonio se le humedecieron los ojos de emoción y Mahler utilizó este golpe en su décima sinfonía.

El movimiento final parte de este golpe significando muerte y continúa con una gran escena de transfiguración, una gran escena de amor rota por los recuerdos de la vida presente. Una nueva rotura nos lleva a un glorioso desenlace, con la gran figura lírica simbolizando el gran amor que sentía por Alma, como indican sus palabras escritas en la partitura Für dich leben! Für dich sterben!,¡Vivir para ti! ¡Morir para ti!. En los últimos compases en el rugido de los violines, escribe, Almschi.

Se puede reprochar que esta última sinfonía no está autorizada por su autor, que su versión final hubiese sido distinta, lo que algunos directores han tomado como motivo suficiente para no querer interpretarla, pero lo que no podemos negar es su grandeza como final de un inmenso ciclo sinfónico.

Para terminar este, para mi, capítulo muy importante dentro de la historia de la sinfonía, dedicaremos unos párrafos a su compañera Alma Mahler y a su hija Anna Mahler como herederas de su obra. Finalmente una lista de sus obras conocidas en la actualidad cierra esta nota informativa.