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Franz Schubert (1797-1828) nace en el barrio de Viena llamado Liechtental. Hijo de una familia numerosa, su padre es de origen moravo y trabaja como maestro. A los 11 años entró en el colegio público Stadtkonvikt, al lograr una beca como cantor de la Capilla Imperial. A pesar de la oposición de su padre, que deseaba que fuera maestro como él, su amor por la música le indujo a saltar todas las barreras. La escuela tenía su propia orquesta formada por sus alumnos, destacando Schubert que logró finalmente ser su director. Vistas sus grandes cualidades para la música, el director musical de la escuela lo presentó a Salieri para que completara su educación musical. En 1813 se vio obligado por la edad a abandonar el Konvikt, pero antes presentaría su primera sinfonía. Schubert pudo continuar estudiando durante cinco años con Salieri.
Las primeras sinfonías de Schubert siguen los pasos de Haydn y Mozart mientras que las últimas abren nuevas perspectivas, convirtiéndose en referencias de un Romanticismo temprano.
Antes de empezar a describir sus sinfonías debemos comentar la clasificación de la obra de Schubert. No existe una numeración de las composiciones de Schubert, puesto que durante su vida fueron publicadas pocas obras suyas. Schubert fue un ejemplo del artista romántico, lo que más tarde se ha representado con el nombre de bohemio. Un artista libre que componía lo que quería y cuando quería. Muy pocas obras son escritas por encargo. Acaso sea debido a esta libertad que muchas obras no fueron terminadas. No tenía ninguna obligación de terminarlas. La mayor parte de su obra está dedicada al lied y obras instrumentales de reducida dimensión, que eran interpretadas en las reuniones organizadas con sus amigos.
Otto Erich Deutsch (1883-1967) fue un musicólogo nacido en Viena que investigó sobre la obra de Mozart y Schubert. Publicó cuando se encontraba viviendo en Cambridge en 1951, un catálogo de las obras de Schubert en orden cronológico. Es la base de las letras “D” (Deutsch) que siguen a las obras de Schubert. Este catálogo se revisó en el año 1978 y se conoce como catálogo D2. Las obras que se descubrían se añadían al final del catálogo y en la revisión se han colocado en el lugar que le corresponden. Así los fragmentos de la “Sinfonía en re mayor” D.997 pasan a ser la D.2b. Este catálogo se reeditó en 1996 pero sin ser puesto al día.
La numeración y clasificación de la obra sinfónica de Schubert, ha estado cambiando a través de los tiempos. Actualmente se conocen trece tentativas de componer sinfonías durante sus 18 años de vida activa. Solamente siete dieron lugar a obras completas. Durante la vida de Schubert muchas de sus sinfonías quedaron inacabadas, sin conocer realmente sus causas.
El primer contacto con el mundo de la sinfonía fue a la temprana edad de 14 años, en 1811 Es el fragmento del primer movimiento de una “Sinfonía en re mayor” D.2b. Se compone de cuarenta compases en partitura orquestal. Entre los años 1813 y 1818 completó seis sinfonías. Son sus sinfonías de juventud. Entre estas obras y la gran “Sinfonía en do mayor” D.944, no terminó ninguna de las obras empezadas.
El primer bosquejo de esta época, está datado en el mes de mayo de 1818, tres meses después de terminar la “Sinfonía Nº 6”. Consta de dos movimientos incompletos y está catalogada como D.615. La obra siguiente data de la primavera de 1821. Es una obra en cuatro movimientos, “Sinfonía en re mayor” D 708a, que deja inacabada. La próxima obra, casi terminada, es la “Sinfonía Nº 7 en mi mayor” D 729. En 1822 compone dos movimientos completos de su octava sinfonía, pero no termina el tercero. Es la llamada sinfonía inacabada D 759. Después de la sinfonía grande, la última terminada, escribe un bosquejo bastante adelantado para su realmente última sinfonía, la Nº10. Es la D.936a, que esta vez probablemente no pudo terminar al adelantarse su muerte.
Desde estas obras de juventud, que son sus seis primeras sinfonías, ya podemos observar su peculiar estilo. El núcleo de su orquestación lo constituyen los instrumentos de metal, primero trompas y trompetas, agregando más tarde los trombones. Es un compositor melódico, pero en sus primeras sinfonías los temas son lo que menos le interesa, muchas veces los toma prestados. A partir de ellos crea las obras con su peculiar estilo.
Actualmente la numeración de las sinfonías puede parecer confusa. La nueva edición de las obras completas de Franz Schubert, la Neue Schubert-Ausgabe, que empezó en 1956 y se espera terminar en 2027, solo numera las seis primeras sinfonías dejando sin número la inacabada séptima, por lo cual algunos editores dan el número 7 a la Inacabada D 759 y el número 8 a la Grande D 944.
El primer contacto de Schubert con la escritura de música sinfónica tuvo lugar entre 1810 y 1811 con la «Obertura en re mayor» D 2 A, escribiendo 65 compases y dejándola sin terminar. Escrita para gran orquesta incluyendo trombones. Después de diversas correcciones del adagio, allegro, abandonó este primer ensayo.
La “Sinfonía en re mayor” D 2 B, es una obra inacabada empezada en 1811, que se conserva en una partitura orquestal incompleta de 30 compases, con el principio del primer movimiento, adagio, allegro con moto.
Instrumentada para la orquesta clásica con la adición de trombones, el boceto incluye toda la introducción lenta y el primer tema del allegro antes de la interrupción. Es una de las seis sinfonías inacabadas de Schubert.
Brian Newbould, director de orquesta y compositor experto en Schubert, sugiere que la pieza se inspiró en el comienzo de la Segunda Sinfonía de Ludwig van Beethoven, a pesar de que Beethoven no incluyó trombones en dicha sinfonía,
En la misma época Schubert compone otro fragmento de una «Obertura en re mayor» D 2 G, dejándola abandonada después de 47 compases, adagio, allegro con moto, como una revisión de su inacabada sinfonía.
La primera pieza sinfónica terminada es la «Obertura en re mayor» (Der Teufel als Hydraulicus) D 4 compuesta en 1811. La siguiente es la «Obertura para ‘Der Spiegelritter'» D 11, compuesta entre 1811 y 1812.
Escribe dos nuevas obras sinfónicas,, la «Obertura en re mayor» D 12 entre 1811 y 1812 y la «Obertura en re mayor» D 26 en 1812. Hacia 1813 inicia dos nuevos ensayos de obras sinfónicas inacabadas. El «Fragmento de una pieza para orquesta en re mayor» D 74 A de 15 compases, una orquestación de una parte del primer movimiento del «Cuarteto de cuerdas en re mayor» D 74 y el «Fragmento de una pieza orquestal en re mayor» D 71 C de 151 compases.
Este último parece ser un estudio preliminar de su Sinfonía Nº 1, escrito durante el verano de 1813. Comprende un completo desarrollo de los dos temas y toda la recapitulación, faltando la exposición y parte de la coda.
La “Sinfonía Nº 1 en re mayor” D 82 fue compuesta en el otoño de 1813 en el Konvikt y estrenada por la propia orquesta de la escuela el 28 de octubre, dedicada a su director en la fiesta de su cumpleaños. El propio Schubert dirigió la orquesta, recibiendo grandes felicitaciones de sus compañeros y maestros.
La orquestación comprende una flauta, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, dos trompetas, dos trompas, timbales y la cuerda habitual. Su estilo sigue la tradición vienesa y cuando la escribió estaba familiarizado con las obras de Haydn, Mozart y Beethoven.
El primer movimiento, adagio, allegro vivace, empieza con una sección lenta de carácter solemne, cosa habitual en sus sinfonías. Escrito en forma sonata, el primer tema empieza después de un redoble de timbales.
El segundo tema del allegro es de carácter melódico, con semejanzas a la música de Beethoven. A pesar de seguir la tradición clásica, Schubert demuestra su libertad empezando el desarrollo con dicho segundo tema y al recordar el material de la introducción antes de la recapitulación.
El segundo movimiento, andante, es un movimiento de tierno lirismo romántico. La delicada melodía inicial es contrarrestada por un segundo motivo en forma de marcha. La sección principal se repite dos veces, la segunda reducida en forma de recapitulación.
El tercer movimiento, menuetto, allegretto, trio, tiene el espíritu de un scherzo, destacando una figura en corcheas en la segunda parte del tema. El trío, de un gran colorido instrumental, presenta un juego entre las cuerdas y la madera.
El cuarto movimiento, allegro vivace, termina la obra en forma sonata sin introducción lenta. El tema principal es vivaz de gran sencillez y el segundo tema se asemeja al tema principal del primer movimiento, con lo cual le da una cierta apariencia cíclica. Después de una breve recapitulación acaba mediante una vigorosa coda. A pesar de su sencillez nos deja un buen recuerdo y señala futuras obras posteriores.
Entre 1813 y 1814 compone la «Obertura para ‘Des Teufels Lustschloss'» D 84 y hacia 1814 el «Fragmento de una obra para orquesta en si bemol mayor» D 94 A de solo 20 compases pero con un intenso carácter.
Las continuas guerras en las que estaba involucrada. Austria, hacían que cada vez necesitase más soldados. Para evitar el cumplimiento del servicio militar, Schubert se vio obligado a seguir los consejos de su padre y convertirse en maestro. En aquella época los maestros estaban exentos de la prestación del servicio militar. Por ello entró en el colegio de Santa Ana, terminando sus estudios en el mes de agosto de 1814. Sus resultados no fueron brillantes, pero consiguió lo que necesitaba para dedicarse a la enseñanza.
En aquella época, Napoleón Bonaparte fue expulsado de Viena y en el mes de junio de 1814 el emperador Francisco I había regresado. El congreso de Viena empezó el uno de noviembre, surgiendo una nueva división de Europa.
Durante el tiempo en que Schubert trabajó como profesor auxiliar en la escuela de su padre, compuso gran cantidad de obras, entre ellas muchos lieder y la «Misa en fa mayor». El tiempo no le faltaba entre las clases. Su música era interpretada en las reuniones de la familia Grob, una rica familia que vivía cerca de los Schuberts y de cuya hija Theresa se enamoró, pero su falta de recursos económicos impidió la boda.
La “Sinfonía Nº 2 en si bemol mayor” D 125 fue compuesta entre el 10 de diciembre de 1814 y el 24 de marzo de 1815, como dejó escrito en el manuscrito de su sinfonía. Usa la misma orquestación que la anterior sinfonía, solamente añade una segunda flauta.
El primer movimiento, largo, allegro vivace, empieza con una majestuosa introducción lenta con graciosos arabescos en la cuerda, hasta presentar el tema principal del allegro vivace, un movimiento magníficamente estructurado, escrito en forma sonata Sus escalas descendentes anticipan a Mendelssohn. El tema principal con las repeticiones de corcheas se inspira en el primero de la obertura Las Criaturas de Prometeo Op.43 de Beethoven.
El segundo movimiento, andante, que nos recuerda el estilo de Haydn, está construido por un tema lírico, seguido por cinco variaciones y una coda. La primera interpretada por los violines y viento, la segunda por las cuerdas graves y maderas, la tercera por violines y viento. Las variaciones son amables, excepto la cuarta, ligeramente tormentosa escrita en modo menor. La quinta es una especie de recapitulación.
El tercer movimiento, menuetto, allegro vivace, trio, a pesar de su nombre es un scherzo, con una fuerte melodía de danza y un contrastante trío de sereno lirismo, presentado por la madera. Termina con la acostumbrada repetición de la sección inicial.
El movimiento final, presto vivace, es en forma de rondó, donde Schubert hace una demostración de su dominio del impulso rítmico en su enérgico tema principal de galop y el despreocupado tema alternativo. Los temas son ligeros, diríamos que poseen el humor de Rossini.
La “Sinfonía Nº 3 en re mayor” D.200 fue compuesta entre el 24 de mayo y el 19 de julio de 1815 mientras daba clases en la escuela de su padre. La obra posee una música hermosa, sencilla y despreocupada de trascendencia. Después de una introducción adagio de corte clásico, desarrolla un allegro con brio con temas alegres, presentados por los instrumentos de viento. Especialmente simpático es el segundo tema.
El siguiente movimiento allegretto es un lied sin palabras, con el deseo de transformar sentimientos en música. El menuetto es típico de la música de Schubert, con su trío en ritmo de la danza llamada alemanda. El último movimiento es un presto vivace, con un alegre tema en forma de saltarella, que va pasando de unos a otros instrumentos.
La “Sinfonía Nº 4 en do menor” D.417 (Trágica) fue empezada en el mes de abril de 1816 y terminada el día 27 del mismo mes. El sobrenombre fue dado más tarde por el propio compositor, sin encontrar nada que lo justifique. Comienza con una introducción lenta que conduce a un allegro vivace, con poco contraste entre sus dos temas. El andante es típico de Schubert, con el lirismo de un lied. Consta de dos temas alternantes, el primero, idílico, es presentado por las cuerdas con el carácter de un himno. El segundo es más agitado con imitaciones entre los registros graves y agudos.
El menuetto es un scherzo que contiene un delicioso trío con aire de danza popular, Ländler o vals rústico. El allegro vivace final contiene un primer tema de ritmo agitado. Una sección con fuertes contrastes de piano a forte, hace de transición al segundo tema. Consiste en una sencilla y juguetona idea, formada por dos notas que intercambia la cuerda con el viento. Este movimiento en forma de sonata termina con un triunfal final en modo mayor, lo cual en ningún modo justifica su nombre de Trágica.
La “Sinfonía Nº 5 en si bemol mayor” D 485 fue iniciada en el mes de septiembre de 1816 y terminada el 3 de octubre del mismo año. Es la última escrita durante el periodo en que trabajaba como maestro, viviendo con su padre. Esta sinfonía, una de las más populares de Schubert, permaneció inédita largo tiempo. Esto ocurrió con todas sus sinfonías, ninguna de las cuales se editó durante su vida. La primera audición pública tuvo lugar en el Palacio de Cristal de Londres en el mes de febrero de 1873, pero no se editó hasta 1885.
En esta obra no utiliza ni trompetas ni timbales. Fue escrita para la orquesta familiar que dirigía Otto Hatwig, utilizando los instrumentos de que disponía. En este caso una flauta, dos oboes, dos fagots, dos trompas y cuerdas. Sus temas líricos se presentan como lieder y son fácilmente memorizables. El tratamiento de los temas es más sencillo que en su anterior sinfonía.
El primer movimiento allegro presenta dos temas poco contrastados, con mayor importancia para el segundo grupo temático, que es el que inicia la recapitulación. El andante con moto empieza con la presentación del primer tema mediante las cuerdas. Este tranquilo tema es repetido varias veces hasta la presentación del segundo. Los dos temas se repiten en la reexposición con ligeras variantes, terminando con un acorde final con la intervención de la trompa.
El menuetto recuerda a Mozart. Su trio contiene una frase contrastante. El allegro vivace final comienza con un tema de contradanza a la manera de Haydn. Este primer tema se repite. Luego se presenta el segundo tema expuesto por la madera, una melodía húngara. Antes del desarrollo, según la partitura, también debería repetirse la totalidad de la presentación del segundo tema, pero muchos directores la omiten. Nos encontramos en uno de los casos en que los intérpretes omiten repeticiones por encontrarlas demasiado reiterativas, según su opinión personal.
Schubert vivió en casa de su padre, trabajando como maestro, hasta el mes de diciembre de 1816. Allí se interpretaba su música es un conjunto familiar, que al ir incorporando amigos llegaron a formar una pequeña orquesta de cámara. Mas tarde se reunieron en la casa de un violinista llamado Otto Hatwig. Esta orquesta se mantuvo hasta 1818 e interpretaron algunas de las sinfonías de Schubert como se ha dicho.
A finales de 1816 Schubert se instala en la casa de su amigo Franz von Schobert, donde permanecerá hasta finales de septiembre de 1817, dejando las lecciones con Salieri. Durante esta época compuso gran cantidad de lieder que eran interpretados en las reuniones de amigos, origen de las famosas “schubertiadas«. Cuando Schobert hubo de marchar de Viena, Schubert se vio obligado a regresar a casa de su padre.
Los primeros éxitos de las óperas de Rossini datan de los años 1816/17. Schubert como alumno de Salieri realizó varios intentos en este estilo. Entre ellos dos “Oberturas al gusto italiano” durante el mes de noviembre de 1817.
La “Sinfonía Nº 6 en do mayor” D 589 fue comenzada en el mes de octubre de 1817 y terminada en el mes de febrero de 1818. Esta sinfonía se estrenó privadamente por la orquesta no profesional que dirigía Otto Hatwig, poco tiempo después de su finalización.
Empieza con una introducción adagio que nos conduce al primer tema del allegro, movimiento que contiene delicados pasajes solistas de las maderas, alternando con los tutti de la orquesta. El andante empieza con una delicada melodía de gran ligereza y elegancia. El segundo tema es más dinámico, de tipo rítmico.
El tercer movimiento recibe el nombre de scherzo por primera vez en Schubert. Es un movimiento con gran ímpetu rítmico, que posee un trío más sosegado. La obra termina con un allegro moderato que consiste en un divertimento de construcción libre. El primer tema posee un ligero ritmo saltarín. Es una música alegre con influencia de la ópera italiana, en especial de Rossini, que como se ha dicho estaba triunfando en Viena.
Sus primeras obras interpretadas en público fueron las dos “Oberturas en estilo italiano”. El 1 de marzo de 1818 en el salón de la posada Zum römischen Kaiser se interpretó una de las oberturas italianas de Schubert. También se publicó uno de sus lieder, “Am Erlaufsee”. Después de su sexta sinfonía, Schubert comienza un periodo durante el cual no terminaría ninguna de las sinfonías en las que trabaja.
La “Sinfonía en re mayor” D 615 es su próximo intento de componer una sinfonía. Empezó a trabajar en esta nueva obra en el mes de mayo. Esta sinfonía fue abandonada después de escribir algunos fragmentos para piano de dos movimientos, adagio-allegro moderato y allegretto. Estos fragmentos fueron orquestados por Brian Newbould.
Desde finales del siglo XIX se encontraba un manuscrito de Schubert, en la Wiener Stadt und Landesbibliothek con una nota de un bibliotecario de principios del siglo XX como dos sinfonías en re. En un principio Otto Deutsch, en su catálogo de 1951 la había numerado como D 615, pensando que se trataba de los esbozos de una sola sinfonía. Pero en realidad se trataba de nueve movimientos, la mayoría inacabados y con gran disparidad estilística.
En 1978, fecha conmemorativa de la muerte de Schubert, se realizó un estudio de los manuscritos, demostrando que los folios pertenecían a tres épocas distintas. Se trataba de tres bocetos de sinfonías distintas, escritos en 1818, 1821 y 1828. En la segunda edición del catálogo Deutsch ya se corrige dándoles tres números de obra diferentes.
La primera es la que conserva la notación como D 615. El primer fragmento orquestado por Newbould, empieza con una introducción lenta adagio. El oboe presenta el primer tema del allegro moderato, un tema de carácter pastoral. El motivo es repetido por la trompa. El segundo tema está basado en el adagio inicial. La música continúa hasta el final de la exposición, donde termina el manuscrito.
El segundo movimiento es un allegretto que parece que hubiera sido el movimiento final de la sinfonía, ya que está en la misma tonalidad, cosa normal en Schubert, que cambiaba la tonalidad de sus segundos movimientos. El primer tema es ligero, casi bailable. La música se detiene bruscamente en la mitad de una frase, se terminó la partitura de Schubert.
En el mes de julio de 1818 volvió a dejar la escuela y como necesitaba dinero se empleó como instructor de las condesitas de la familia noble Esterházy en Hungría, una rama distinta de los príncipes para los que había trabajado Haydn. Al terminar su estancia en el mes de noviembre, Schubert no regresó a la casa de su padre, alquilando un apartamento en el centro de Viena.
Durante el verano de 1819 realizó un viaje a Steyr donde compuso el quinteto “La Trucha”. Schubert se dedicó a la ópera logrando su primer estreno “Los hermanos gemelos” durante el verano de 1820. No volvió a interesarse en la composición de sinfonías hasta 1821. Durante este año con ayuda de sus amigos se publicaron varios cuadernos de lied y composiciones para piano.
La “Sinfonía en re mayor” D 708A como la anterior, la dejó sin terminar en la primavera de 1821. Del primer movimiento solo realizó la exposición en su versión para piano. El segundo movimiento y el final también fueron dejados en similar situación, pero el scherzo estaba lo suficientemente avanzado para poder ser completado, siendo solo necesario la adición de 60 compases en la recapitulación. Del trío apenas faltaban media docena de compases. Los fragmentos fueron orquestados por Brian Newbould que además terminó el scherzo. La primera grabación se efectuó en el mes de agosto de 1983 en Londres.
Brian Newbould nacido en 1936 es profesor de Música en la Universidad de Hull. Especializado en el estilo y sonoridad de Schubert, en sus reconstrucciones sigue con la máxima fidelidad las ideas del compositor.
La sinfonía sigue el estilo de sus anteriores, pero ya en el allegro vivace empieza a experimentar. La tonalidad alejada del segundo tema le pone graves dificultades para avanzar. Puede ser una de las causas para que no terminase la obra. La música acaba después de la exposición. El andante con moto contiene un expresivo contrapunto lírico y es una lástima que no esté acabado. El scherzo se puede escuchar en su forma finalizada y nos anticipa lo que logrará en su sinfonía grande. El presto final contiene incursiones audaces hacia tonos alejados, que podían poner en aprieto a los metales poco evolucionados de la época.
La “Sinfonía Nº 7 en mi mayor” D 729 fue dejada sin terminar en el mes de agosto de 1821. El estado de la partitura estaba lo suficientemente avanzado para poder acabarla. Schubert terminó el esquema de sus 1350 compases. Del primer movimiento dejó totalmente orquestados 110 compases, que comprenden la introducción lenta y la primera presentación de los temas. Después escribe el desarrollo de la obra durante 950 compases, sea con la parte del primer violín o con otra voz conductora esencial. El resto de compases contienen además partes de la orquestación.
Al morir Schubert, su manuscrito pasó a su hermano Ferdinand, que lo regaló a Felix Mendelssohn. Cuando murió pasó a su hermano Paul que lo confió a Sir George Grove. Este lo mostró al compositor John Francis Bennet, el cual completó la obra, para poder ser estrenada en 1883 en un concierto celebrado en el Crystal Palace de Londres. El material no se publicó y se perdió, quedando solo una reducción para piano. Pero gracias a Grove, el manuscrito de Schubert se conservó en el Royal College of Music de Londres. Felix Weingartner realizó una nueva versión completa de la obra, estrenándola el 9 de diciembre de 1934. En esta versión no respetó las ideas estilísticas de Schubert y presentó su propia versión.
En 1978 para celebrar el aniversario de la muerte de Schubert, la Universidad de Leeds presenta una nueva realización de la obra, esta vez confiada al musicólogo Brian Newbould que la había acabado el año anterior, del cual ya se ha hablado en la anterior sinfonía.
En esta sinfonía se usa la orquesta más completa de todas las sinfonías de Schubert. Tres trombones como en las siguientes sinfonías 8 y 9, pero además cuatro trompas. Es una sinfonía de transición entre sus anteriores obras de juventud y sus realizaciones más importantes.
Después de la introducción adagio aparece un allegro en forma sonata, con melódicos temas característicos de Schubert, que además reflejan su afición por la ópera italiana de Rossini. Pero siempre el tratamiento de los temas está por encima de ellos, lo cual caracteriza al clasicismo. En el romanticismo la importancia reside en los propios temas. El andante es de carácter poético con delicadas melodías, destacando el segundo tema de carácter romántico. El scherzo contiene resonancias beethovenianas con ligeros toques italianizantes. Termina con un allegro giusto en forma sonata, cuyo segundo tema también tiene ligera influencia de Rossini.
Esta sinfonía puede considerarse como un puente entre sus sinfonías de juventud y sus últimas grandes realizaciones. No se puede comprender como abandonó la composición de una obra tan importante. Una crisis artística, la imposibilidad de superar a Beethoven, no lo sabemos. Muchas obras también fueron abandonadas, importantes cuartetos y sonatas para piano, sin ninguna explicación.
En 1821 conoce personalmente a Weber que llega a Viena para presentar su obra maestra “El Cazador furtivo”. También Rossini visitó Viena, a partir del 23 de marzo, con lo cual aumentaron las discusiones entre los defensores de la ópera alemana y los de la italiana. Schubert que siempre había defendido la ópera alemana, mostró a Weber su obra “Alfonso y Estrella”, pero no consiguió que se representase.
En 2020 el compositor austriaco Richard Dünser elabora la versión más reciente de la sinfonía utilizando los borradores del D. 936 y del D. 708 como movimientos centrales. Dünser ve su versión como algo que va más allá de una «reconstrucción» puramente filológica y como un «seguir pensando y componiendo el material de Schubert», como una obra «de nueva creación».
La versión de Dünser se estrenó el 6 de marzo de 2022 en Múnich con la Blutenburg Kammerphilharmonie bajo la batuta de Gerrit Priessnitz. Está publicada por Edición Peters. El estreno finlandés fue el 24 de marzo de 2022 en Espoo con la Tapiola Sinfonietta bajo la dirección de Mario Venzago, que fue quien encargó a Dünser completar esta sinfonía. El estreno austriaco tuvo lugar el 25 de abril de 2023 en el Casino del Congreso de Baden con la Orquesta Filarmónica Beethoven dirigida por Thomas Rösner.
La “Sinfonía Nº 8 en si menor” D.759 (Inacabada) es la que recibe propiamente este título. En 1822, un año después de abandonar la séptima, Schubert realiza el esquema de su octava en partitura para piano. Termina y orquesta los dos primeros movimientos. Empieza el scherzo que no acaba y no deja ninguna información sobre el allegro final. El compositor deja la obra en el mes de octubre de 1822. El misterio empieza cuando ofrece la mitad de la sinfonía, las dos partes terminadas, a la Steiermärkischen Musikverein, la sociedad Musical de Estiria en Graz, para dar gracias por su nombramiento de socio de honor, en el verano de 1823. Su amigo Anselm Hüttenbrenner, miembro de dicha sociedad, conserva durante cuarenta años el manuscrito, sin intentar jamás su ejecución, a pesar de la gran importancia de la partitura. El estreno de la “Inacabada” por antonomasia de Schubert no se realizó hasta el 17 de diciembre de 1865 bajo la dirección de Johann Herbeck, en un concierto de Amigos de la Música de Viena.
El primer movimiento allegro moderato empieza con una introducción lenta de gran seriedad a cargo de los violoncelos y contrabajos. Entonces aparece el primer tema presentado por el oboe y el clarinete, una bella pero triste melodía. Con una transición instrumentada con trompas y fagotes, se da paso al segundo tema, una especie de vals lento y tierno interpretado por los violoncelos acompañados de un ritmo sincopado. Violentos acordes de la orquesta preparan la elaboración del tema hacia una mayor expresividad. Con un si del tutti comienza la repetición completa de la exposición. El desarrollo empieza con una elaboración del tema serio usado en la introducción, al que lleva por un recorrido de gran expresividad a su clímax final. Es un momento de gran fuerza y tensión. En la reexposición vuelven a presentarse los dos temas, terminando con una coda sobre el tema grave del inicio, concluyendo con cuatro contundentes acordes.
El andante con moto empieza con una cálida y expresiva melodía de las cuerdas. El clarinete es el encargado de presentar el segundo tema, repetido por el oboe y terminando la exposición con un tutti de carácter militar, a modo de desarrollo, que parece abandonar las formas clásicas. Sigue la recapitulación de ambos temas, acabando con la repetición del tutti de carácter militar y la coda, con un arpegio conclusivo recorriendo todos los registros de la cuerda.
Versión completada
Brian Newbould realizó una versión completada de esta sinfonía grabada en Londres en el año 1983. Se dispone del boceto completo del scherzo en versión para piano y de la línea melódica para la primera parte del trío. Dos páginas del scherzo Schubert las dejó orquestadas. Para terminar el movimiento, Brian compuso la segunda parte del trío basada en la primera, pensando lo que hubiera realizado el propio Schubert.
Para el final de la sinfonía no existe nada. Brian tomó el entreacto en si menor de Rosamunda. Está en el mismo tono de la sinfonía, utiliza la misma orquesta y adopta el esquema con el que están construidas las anteriores sinfonías de Schubert. Su espíritu está cerca de la octava sinfonía, pudiendo haber sido su final.
Una teoría se basa en que Rosamunda fue escrita al mismo tiempo que la sinfonía, pero con la particularidad de que Schubert estaba obligado a entregar la partitura para su representación. Viendo que era imposible terminarla a tiempo tomó lo que le faltaba de otras obras. La obertura es de su ópera “El arpa mágica” y como intermedio para el segundo acto podía haber tomado el final medio acabado de su sinfonía.
El scherzo sigue en la línea emprendida por el de su anterior sinfonía, con un simpático trío lejos de toda tensión dramática. El allegro molto moderato forma parte de la música que escribió para Rosamunda D.797. Esta obra fue encargada en el mes de noviembre de 1823 y estrenada el 20 de diciembre del mismo año o sea casi contemporánea de la sinfonía. Este es otro motivo para emplear este fantástico entreacto situado después del acto primero en Rosamunda, como si perteneciera a la sinfonía.
Musicólogos como George Grove lo apoyan, pero no existe ninguna evidencia que lo pruebe. Consta de dos temas relacionados, con una sección central de desarrollo, que empieza con una expresiva frase del clarinete y llega a una situación de gran sentido trágico. Después de la recapitulación termina con una coda, en la que destaca la cadencia interrumpida que lleva a la definitiva al modo mayor.
A principios de 1823, Schubert contrajo una enfermedad venérea de la que nunca acabó de recuperarse, pasando varias semanas en un hospital. Durante el verano realizó un viaje junto con su amigo Vogl, visitando Steyr y Linz. Fue como hemos dicho nombrado miembro de la Musikverein de Estiria en Graz. Como agradecimiento les prometió el envío de una sinfonía. Pero como pasaba el tiempo y no cumplía su promesa, su padre se lo recordó. Entonces fue cuando se le ocurrió enviar la parte terminada de su sinfonía en si menor y remitir el resto, cuando se encontrase en disposición de terminarla, cosa que nunca ocurrió. Acaso por esto su amigo Hüttenbrenner la guardó, olvidándose de ella.
En el mes de mayo de 1824 fue invitado por su antiguo mecenas el conde Esterházy para pasar cinco meses en el campo en Zelész, como instructor de sus hijas. Al final de aquel año tuvo que volver a trabajar en la escuela de su padre, acuciado por sus necesidades económicas, pero aguantó poco. En el mes de febrero de 1825 volvía a vivir solo. Durante el verano junto con su amigo el tenor Vogl, hicieron un viaje visitando Steyr, Linz, Gmunden y Salzburg.
En Gmunden-Gastein compuso una sinfonía, sobre la cual el misterio ha permanecido durante años. Años más tarde apareció una sinfonía nueva, como “Sinfonía en mi mayor ‘Gmunden-Gastein’” D 849 pretendiendo ser la desaparecida “Sinfonía 1825″. Esta obra fue interpretada por la Cincinnati Philharmonia Orchestra dirigida por Gerhard Samuel en el Conservatorio de Música de la Universidad de Cincinnati el 16 de abril de 1992 y grabada en disco. Esta obra se demostró que era falsa. A pesar de todo haremos unos comentarios sobre la misma.
La “Sinfonía en mi mayor” (1825) fue presentada como la desaparecida “Sinfonía de Gmunden” compuesta en el año 1825. Según la historia contada por sus defensores, el manuscrito estaba en poder de una rama de la familia de Gunter Elsholz, un periodista independiente. Pero esta partitura ha desaparecido. Pero las particellas para las diferentes partes de la orquesta fueron copiadas por un aficionado, según una versión al final del siglo XIX o según otra durante los años 1960. Estas particellas contenían muchas equivocaciones y no se podían interpretar. Gunter Elsholz reconstruye a partir de ellas la partitura. La obra se publica en 1982 por la desaparecida Goldoni-Verlag de Stuttgart. Como se ha dicho anteriormente se interpreta en 1992.
Es una obra de gran envergadura, 2365 compases, una interpretación que supera la hora si se respetan todas las repeticiones. La cita de diferentes temas de Schubert, sus parecidos con la sinfonía grande de la misma época y su innovador estilo, han hecho pensar a diversos especialistas en Schubert que se trataba de una falsificación.
El primer movimiento empieza por una larga introducción lenta andante molto, de carácter expresivo, que hace uso del motivo de la fantasía para piano Wanderer del propio Schubert. Después del allegro retorna al andante molto del principio. El segundo movimiento es un scherzo que recuerda al usado en la sinfonía grande, con influencias de Beethoven. El trío es muy breve. El movimiento termina de modo abrupto. El andante con moto está formado por siete variaciones del tema Wanderer. La segunda está interpretada por la trompa acompañada por el primer violín. El último movimiento presto es de una gran fuerza rítmica, con dificultades de interpretación para las cuerdas.
En 1825 muere Salieri y Schubert pretende conseguir una de las plazas vacantes pero no lo consigue. Beethoven muere en 1827 y Schubert lleva una antorcha durante su entierro. En la primavera de 1828 Schubert celebra su primer concierto público, obteniendo un gran éxito. En el mes de octubre de 1828 visita la tumba de Haydn en Eisenstadt. Al poco tiempo de su regreso enferma de tifus, muriendo el 19 de noviembre.
La “Sinfonía Nº 9 en do mayor” D 944 (La Grande) fue escrita en 1825 y revisada en 1828. Nunca se interpretó durante la vida de Schubert. Durante su estancia en Gmunden-Gastein en su viaje del verano de 1825, Schubert había escrito una sinfonía. Es la mítica “Sinfonía de Gastein” D 849, una sinfonía que se creía perdida y se había buscado durante un siglo. Las investigaciones más recientes han establecido que la novena de Schubert no fue escrita en 1828 como se pensaba, sino durante el verano del año 1825, coincidiendo con la sinfonía perdida.
Presentó la partitura completa a la Gesellschaft der Musikfreunde de Viena en el mes de octubre de 1826. Hubo un proyecto de interpretación en 1827, pero se abandonó debido a la complejidad de su ejecución. Al parecer el propio Schubert hizo una revisión de la obra en 1828. La fecha de marzo de 1828, que lleva el autógrafo de la partitura, corresponde a esta revisión, lo cual provocó la antigua confusión de fechas.
El manuscrito después de la muerte de Schubert, pasó a su hermano Ferdinand. Cuando Schumann estaba en Viena en 1839, Ferdinand se lo mostró causándole gran admiración. Viendo la importancia de la obra, Schumann la envió a Mendelssohn que se encontraba en Leipzig, el cual la estrenó en la Gewandhaus el 21 de marzo de 1839, once años después de la muerte del compositor.
El primer movimiento empieza con un andante. Un impresionante tema de carácter místico es presentado por el grupo de trompas y repetido por las cuerdas. El tema crece hasta su gran proclamación, antes del allegro que posee varios temas y un ambicioso desarrollo. Finalmente en la coda reaparece triunfalmente el primer tema.
Sigue un andante con moto que en realidad es un rondó. El oboe presenta el primer tema, apareciendo ligadas en el último compás de su exposición, las cuatro notas repetidas del tema que aparecerá en el último movimiento. El tema principal es una especie de rítmica marcha. Antes del final aparecen unos compases de intenso dramatismo, que terminan deteniendo bruscamente el ritmo de la obra en una dramática parada. Luego el movimiento termina dulcemente.
El scherzo empieza con un rústico tema de caza. Repetidas frases rítmicas se van engranando. Sus dimensiones son mayores de las que ha empleado en sus anteriores sinfonías, estando en proporción a las de toda la obra. El trío nos ofrece un respiro con su lírica melodía, antes de volver al rítmico scherzo inicial. Termina con una concisa y determinante coda.
El último movimiento es un allegro vivace de gran energía. Después de un par de urgentes llamadas del viento, la música empieza a girar arrastrándolo todo hacia adelante, con más llamadas del viento, cogiendo fuerza de los imparables tresillos de cuerdas y maderas, con grandes acordes en el viento y golpes de los timbales. El segundo tema empieza con las famosas cuatro notas repetidas y gradualmente va almacenando energía hasta su solemne repetición. La obra termina con una brillante coda.
Esta gran sinfonía marcó un cambio en la época, señalando el camino que continuarían sus sucesores, Brahms y Mahler.
La “Sinfonía Nº 10 en re mayor” D 936A es la última sinfonía de Schubert. La dejó sin terminar antes de su muerte en 1828. Su número de obra se tendría que cambiar, pues no corresponde a la fecha de composición, sería más apropiado el D 985C, al final de la lista de sus obras. El trabajo comprende tres movimientos. Un movimiento lento virtualmente completo y dos fragmentos de movimientos rápidos que eran fácilmente terminables.
Se trata de un boceto escrito en dos pentagramas con unas 30 indicaciones de instrumentación, confirmando que la orquesta revista era similar en tamaño a sus dos últimas sinfonías, con un trío de trombones. No se trata de una reducción para piano. Las armonías se deben completar. Estos fragmentos fueron escritos durante los meses de octubre y noviembre de 1828 o sea durante los últimos meses de su corta vida. En este caso es evidente el motivo de que no esté acabada.
Se presume que es la Última Sinfonía (Letzte Symphonie) mencionada por su amigo Eduard von Bauernfeld en una apreciación de Schubert publicada en el Wiener Zeitschrift für Kunst, Literatur, Theater und Mode del 13 de junio de 1829.
La música de la sinfonía parece, en cierta medida, exploratoria y contiene elementos inusuales, en particular la forma híbrida del tercer movimiento y la naturaleza altamente contrapuntística de gran parte del material. Los bocetos para el tercer movimiento se entremezclan con varios ejercicios de contrapunto, lo que sugiere que guarda cierta relación con la única lección de contrapunto que Schubert recibió de Simon Sechter unas semanas antes de su muerte en 1828.
Peter Gülke, un musicólogo de la antigua República Democrática Alemana, completó parte de los fragmentos y los publicó. Fueron grabados en disco por la Orquesta de la Radio de la Alemania del Este, con el título de “Fragmentos sinfónicos”. Realizó una reconstrucción pero no una finalización. Tampoco usó todos los fragmentos.
El musicólogo británico Brian Newbould, del cual ya hemos hablado en las anteriores reconstrucciones, emprendió la tarea de terminar la obra. Del primer movimiento solo faltaba una parte del desarrollo y la reexposición. En cambio se encontraba la coda. El segundo, un andante, estaba prácticamente acabado. Del último movimiento, un rondó, existían dos bosquejos que se complementaban, quedando únicamente una repetición del estribillo. Brian terminó los tres movimientos, presentando una versión de la obra finalizada. Según Newbould, Schubert había diseñado una sinfonía en tres movimientos, pues el tercero estaba empezado como scherzo y más adelante lo cambia por finale.
El primer movimiento allegro maestoso se abre con un majestuoso unísono, presentando el primer tema en un tempo lento, que luego toma la orquesta más alegremente. El segundo tema, presentado por los violoncelos, es lírico, característico de Schubert. El principio del desarrollo nos aporta una sorpresa. Un sobrio andante en el cual los trombones interpretan una variación del segundo tema, en el modo de una oda fúnebre. Después de la reexposición, termina con una alegre coda, construida sobre una variación del primer tema, que hubiera podido ser escrita por el propio Dvorak.
Según Newbould, la exposición y el desarrollo del primer movimiento están completamente escritos, por lo que la recapitulación se basa en la exposición, con las transposiciones pertinentes. Solo se añadieron 11 compases basados en material de transición anterior o compuestos por Newbould. En cuanto a la coda, su reconstrucción se volvió más especulativa, pero Schubert dejó una serie de módulos marcados presto que aclaraban el plan general. En su opinión, el compositor dejó suficientes pistas para determinar el orden correcto de los módulos.
El segundo movimiento, andante, diseñado en forma sonata, es la parte más introvertida y profunda de la sinfonía. Un fragmento trágico de gran desolación, empezando con una especie de marcha fúnebre y un segundo tema que suena como un himno. En la repetición del primer tema por el oboe y el fagot se nos anuncia Mahler. La parte final contiene un canto de consolación de un gran lirismo que recuerda al Viaje de Invierno del compositor, además de anticipar los Kindertotenlieder de Mahler.
En el boceto, Schubert tachó la coda, a pesar de no observarse una pérdida aparente de calidad. Además, una evocadora melodía en fa♯ mayor (en palabras de Newbould) al final del segundo grupo temático de la exposición no reaparece más adelante en el movimiento; se había añadido como una ocurrencia posterior en otra página, aparentemente tras descartar la coda. Newbould afirma que la melodía era demasiado hermosa para ser escuchada solo una vez, y que la intención de Schubert era repetirla en la recapitulación (en la tónica mayor, si mayor) antes de la coda, como era de esperar de la forma sonata, pero que omitió esos detalles y, en su lugar, comenzó el tercer movimiento.
Como una idea para el último momento, Schubert añadió un tema en fa bemol mayor al final de la exposición, escrito en una página aparte. Para evitar confusiones, el pasaje se denominó zum Andante (para el andante). Los primeros cinco compases ya figuran en la redacción original del movimiento.
Newbould repitió la melodía en fa ♯ mayor al final de la recapitulación, en analogía con la exposición. También utilizó la coda que Schubert había descartado, ya que, en su opinión, había sido tachada para replantear la melodía anterior.
El tercer movimiento, allegro moderato, que en principio se denominaba scherzo, lo modificó el propio Schubert para servir de final. Escrito en forma de rondó contradecía su denominación. En este movimiento la densa utilización de las formas contrapuntísticas, lo hacen diferente de todos los anteriores.
En otra página, el movimiento se reinicia, esta vez materializándose en un movimiento completo que se convirtió en el final de la sinfonía según Newbould. El movimiento es poco convencional, ni como scherzo ni como final. Lo que se concibió como el trío de un scherzo en forma ternaria en el primer borrador, se convirtió en un episodio más tarde, mientras que la pieza se reformó en un rondó.
Tras escribir algunos compases, Schubert lo dejó de lado y en su lugar llenó la página con ejercicios de contrapunto. El movimiento está plagado de contrapunto, cánones, contrapunto invertible, fugato, aumento, y los dos temas principales, los temas originales del scherzo y del trío, se superponen al final de la sinfonía. Según Newbould, para comprender el movimiento es necesario reorganizar varias secciones de tamaño medio y dos de ellas fueron descartadas, a pesar de no estar eliminadas explícitamente en el manuscrito, porque su material o función fue superada por otras.
El compositor y director de la Orquesta Filarmónica de Lieja, Pierre Bartholomée hizo una nueva revisión de la obra, basándose en los trabajos de Newbould. Consideraba que la reconstrucción era demasiado conservadora, sin tener en cuenta la evolución de Schubert en los últimos años de su vida. Entre otras cosas había empezado a estudiar contrapunto con Simon Sechter, futuro maestro de Bruckner, y lo estaba aplicando en esta obra. Posteriormente, rearmonizó partes para adaptarlas a su idea del estilo tardío de Schubert y desarrolló más las entradas contrapuntísticas que solo se mencionan en el manuscrito. También otorgó a los instrumentos de viento un papel más destacado.
Entre el 27 y el 29 de julio de 1983 se realizó la grabación de la obra revisada, por la orquesta y el director citados, en el Conservatorio Real de Música de Lieja. Contrariamente a las ideas de Brian realiza una versión en cuatro movimientos, añadiendo un tercer movimiento, scherzo, allegro vivace, tomándolo del compuesto en 1821, ya usado en su anterior sinfonía no terminada D 708A.
Este scherzo es de un estilo muy avanzado y escrito en la misma tonalidad que la sinfonía, con lo cual se integra muy bien en el carácter de esta obra. Es un rayo de sol después de tanta amargura. Empleando una de las técnicas de Schubert, cuando no tenía tiempo de entregar una obra, usaba partes de otras ya compuestas. Es el caso de por ejemplo Rosamunda.
En este aspecto, la edición de Bartholomée es discutible, ya que como se ha dicho anteriormente, el fragmento parece haber sido concebido por Schubert en tres movimientos, donde el tercer movimiento combina elementos de un scherzo y un rondó. Además no respetó los instrumentos disponibles en la época de Schubert, al orquestar para trompas cromáticas y trompetas.
Finalmente comentaremos una edición moderna de la sinfonía. La realizada por el compositor italiano Luciano Berio (1925-2003). Una obra muy personal con el título de «Rendering».
El compositor la titula como una ricomposizione, no limitándose a citar las melodías escritas por Schubert, sino que realiza toda una reconstrucción del proyecto de sinfonía en el cual estaba trabajando Schubert en el momento de su muerte.
Las dos primeras secciones de la obra se completaron en junio de 1989 y se interpretaron por primera vez por Nikolaus Harnoncourt al frente de la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. El tercer movimiento se añadió a principios de 1990 y la obra completa en tres movimientos fue estrenada en abril de 1990, nuevamente en Ámsterdam, bajo Riccardo Chailly
En el prefacio de la partitura Berio escribe las siguientes frases sobre su obra, que traducimos a continuación.
Estos bocetos son bastante complejos y de una gran belleza. Aportan otro indicio sobre los nuevos caminos que tomaba Schubert para salir de la influencia de Beethoven. «Rendering», con su doble paternidad, está concebida como una restauración de estos bocetos. No es ni una finalización ni una reconstrucción. Me propuse aplicar los criterios modernos sobre la restauración de frescos, que se esfuerzan en «reiluminar» los colores de época, sin evitar esconder las afectaciones del tiempo y los vacíos inevitables que sufre la obra, como es el caso del Giotto de Asís.
Emplea la orquesta utilizada por Schubert en sus últimas sinfonías, maderas por duplicado, dos trompas, dos trompetas, tres trombones, timbales y cuerda. Pero añade una celesta como señal de la música del siglo XX.
Berio explica su modo de realizar su trabajo. En las partes vacías entre un boceto y otro, he compuesto un tejido conectivo siempre diferente y cambiante, siempre en pianissimo y «lejano», entremezclado con reminiscencias del último Schubert, la sonata en si bemol para piano, el trío en si bemol con piano, etc. y atravesado por unos desarrollos polifónicos conducidos sobre fragmentos de los mismos bosquejos. Este delicado cemento musical, que llena la discontinuidad y las lagunas entre un bosquejo y otro, siempre está señalado por la celesta y debe ser interpretado «quasi sensa sono» y sin expresión.
El primer movimiento, allegro, empieza presentando el enérgico material temático escrito por Schubert, para pasar al tejido conectivo de Berio, interpretado con un carácter lejano y atonal no cantabile. Luego reaparece el tema principal con energía en la parte central del movimiento seguido por el tema lírico. Después de una marcada pausa continúa con el tejido conectivo atonal de Berio interpretado de modo frío, para pasar a la coda final donde recuperamos la música de Schubert
El segundo movimiento, andante, empieza con el sonido de la celesta y un fragmento del tejido conectivo, creando una especie de fundido encadenado cinematográfico con el pasado, antes de que aparezca el tema patético de Schubert interpretado por el oboe. Como se ha explicado anteriormente estos bocetos de Schubert comparten las mismas páginas que los ejercicios de contrapunto escritos para Sechter, siendo uno de ellos una forma de canon en movimiento contrario, que Berio ha debidamente orquestado e incorporado en esta parte.
A la mitad del movimiento aparece otra sección de tejido conectivo interpretada de forma lejana, antes de reaparecer de nuevo el tema principal escrito por Schubert. Termina sumergiéndonos nuevamente en el mundo de Berio.
El tercer movimiento, scherzo, emerge también del mundo sonoro irreal de Berio, antes de presentarnos el tema principal de Schubert. Nuevamente aparece la música fría de Berio interrumpida por el tema de Schubert La sección central nos lleva nuevamente a la sección de relleno de Berio. El tema del scherzo regresa mezclado con la música de Berio, pero casi será Schubert quién dirá su última palabra en una exuberante coda, siendo solamente interrumpida por separadas extrañas disonancias.
Berio parece recordarnos lo lejano que se encuentra Schubert de su tiempo y también de nosotros, lo cual tiene como consecuencia el hacer todavía más conmovedores los fragmentos de la Décima Sinfonía de Schubert que nos han llegado, debido a la distancia que nos separa y de las indicaciones apasionadas de lo que hubiera podido ser su resultado.
La obra fue presentada por primera vez en el Palacio Euskalduna de Bilbao el 7 de mayo de 2025, interpretada por la Euskadiko Orkestra dirigida por Dinis Sousa, concierto en que el escritor de estas páginas tuvo la suerte de poder asistir.
Como complemento a lo expuesto comentaremos dos posibles sinfonías sobre obras de Schubert adaptadas o realizadas por otros compositores después de la muerte del compositor.
La “Sinfonía en re menor” (Der Tod und das Mädchen) D 810 sobre el cuarteto de cuerda compuesto en 1824. Una adaptación realizada por Andy Stein. El origen en un lied que Schubert escribe en 1817, «La muerte y la doncella» Op.7 Nº 3, sobre un poema del poeta romántico alemán Matthias Claudius (1740-1815) basado en una antigua leyenda europea.
Un soberano, en este caso la muerte, pide una noche prenupcial a una novia a punto de casarse. Si la muchacha no accede la muerte se llevará a su prometido el día de la boda.
Das Mädchen: / La doncella:
Vorüber! ach, vorüber! / ¡Déjame, ah, déjame!
Geh, wilder Knochenmann! / ¡Vete, salvaje esqueleto!
Ich bin noch jung, geh Lieber! / Todavía soy joven, ¡vete, querido!
Und rühre mich nicht an. / Y no me toques.
Der Tod: / La muerte:
Gib deine Hand, du schön und zart Gebild! / ¡Dame tu mano, hermosa y tierna criatura!
Bin Freund, und komme nicht zu strafen. / Soy tu amiga, y no vengo a castigarte.
Sei gutes Muts! Ich bin nicht wild, / ¡Ten valor! No soy una salvaje,
Sollst sanft in meinen Armen schlafen! / Dormirás dulcemente en mis brazos!
Franz Schubert tenía sólo 20 años cuando, en 1817, puso música al poema de Claudius. Una solemne marcha fúnebre en re menor, que en una breve introducción sugiere una muerte inminente. Mientras que la muchacha expresa su miedo, la muerte la recibe apaciguándola con calma y dulzura. Y puesto que la niña ya no responde, el poema sugiere que la muerte no tiene nada de terrible y que la niña se entrega a ella voluntariamente. Aparentemente, Schubert también lo entendió de esa particular manera, ya que la breve introducción ha pasado ahora a tonalidad mayor.
Un crítico escribió: el efecto es tan poderoso que nos deja sin aliento: con este aparentemente simple cambio de menor a mayor, todo se transfigura, y el miedo de la niña a la muerte y a la oscuridad se transforma en aceptación cuando da un paso hacia la luz.
Siete años después, Schubert reutilizó la marcha fúnebre de apertura en el segundo movimiento de su cuarteto de cuerda en re menor, más conocido como “La Muerte y la Doncella”. D, 810, que data del mes de marzo de 1824.
Schubert decidió volver a los terrenos de la música de cámara en 1824. Con respecto a su trabajo durante este año, su amigo Moritz von Schwind escribió lo siguiente en una carta a Schober: Schubert está pasando ahora por un período de ayuno y confinamiento. Se le ve mucho mejor; está brillante, cómicamente hambriento, y escribe cuartetos e innumerables danzas y variaciones alemanas.
La relación entre la canción original y el cuarteto de cuerdas se encuentra en el extenso segundo movimiento del cuarteto, andante con moto, que fue construido por Schubert como una serie de variaciones sobre su canción La muerte y la doncella. Es importante señalar, sin embargo, que Schubert dejó a un lado el material temático de la primera parte de la canción, que describe el miedo de la doncella ante la muerte, y en cambio utilizó solamente el contemplativo canto a la muerte que configura la parte final del lied.
Si la muerte era en 1817 un mero concepto de poca importancia para Schubert, en 1824 la tenía ante sus ojos. Sufriendo un brote de sífilis en fase terciaria, Schubert escribió a su amigo Leopold Kupelwieser el 31 de marzo de 1824: Me siento la criatura más infeliz y miserable del mundo. Imagina a un hombre cuya salud nunca volverá a ser buena y que, absolutamente desesperado por esto, empeora cada vez más las cosas, en lugar de mejorarlas; Imagina a un hombre, digo, cuyas esperanzas más vivas han perecido, a quien la felicidad del amor y la amistad ya no tienen nada que ofrecer salvo, en el mejor de los casos, dolor, cuyo entusiasmo por todas las cosas bellas ha desaparecido, y te pregunto: ¿Acaso no es un ser miserable e infeliz? ‘Mi sosiego ha huido, mi corazón está apesadumbrado, nunca más encontraré la paz, bien puedo cantar todos los días ahora, porque cada noche, al acostarme, espero no volver a despertar, y por la mañana sólo recuerdo el dolor de ayer.
Además de su existencia como canción y como cuarteto de cuerdas, La muerte y la doncella es conocida en una tercera versión, que es la transcripción del cuarteto hecha por Gustav Mahler (1860-1911) para orquesta de cuerdas.
El compositor y arreglador americano Andy Stein realizó un arreglo para orquesta sinfónica del cuarteto en forma de una sinfonía, que se estrenó en el año 2007, sobre el cual hace las siguientes observaciones.
Este arreglo es radicalmente diferente del conocido efectuado por Gustav Mahler de dicho cuarteto, debido a que no emplea solamente la sección de cuerda sino el usual octeto de maderas, cuatro trompas, dos trompetas y timbales. La obra es posiblemente una de las mayores composiciones de Schubert de gran formato y posee una audiencia limitada al ser un cuarteto de cuerdas.
En pocas palabras he intentado crear una clásica sinfonía romántica a partir de esta obra de cámara, para que sonara como si fuera el propio Schubert quien la hubiera concebido de esta forma, A medida que comencé a ser específico con los colores tonales para cada tema o sección, el proyecto cobró vida propia y encajó como un hermoso rompecabezas gigante.Sin embargo, yo era consciente del peligro de hacer algo así como tomar un dibujo en blanco y negro original de Leonardo y colorearlo mediante pinturas acrílicas,
Un gran dilema para mí fue el problema de usar o dos trompas y tres trombones o cuatro trompas en dos claves. Schubert usó esta última combinación en la Sinfonía Nº 4 en do menor (Trágica) y la anterior en la Grande en do mayor y en la Inacabada en si menor, He encontrado que el más tradicional conjunto de cuatro trompas era especialmente apropiado para esta particular obra, en la cual «tragedia» es realmente un acertado concepto.
El primer movimiento, allegro, escrito en forma sonata, representa el terror causado por la muerte. Después de una introducción dramática aparece el primer tema, un arpegio en re menor de aspecto dramático. El segundo tema es de carácter lírico escrito en modo mayor de forma contrastante, pero sin dejar el ritmo desenfrenado. El desarrollo se basa principalmente en este segundo tema. Recorre una carrera implacable a través del terror, el dolor y la resignación, terminando con un acorde de re menor agonizante. La lucha con la Muerte es el tema del primer movimiento y, en consecuencia, el andante se centra en las palabras de la Muerte, escribe Cobbett.
El segundo movimiento, andante con moto, escrito en sol menor, se basa en el tema de la muerte, en forma de un grave coral, proveniente de la segunda parte del lied, Después de la presentación del tema continua mediante cinco variaciones en muchas de las cuales el primer violín o la flauta realizan las ornamentaciones. La cuarta variación presenta un carácter más sereno pasando a modo mayor. En la sección final se evoca la paz proporcionada por la muerte.
El tercer movimiento, scherzo, allegro molto, representa al espectro de la terrible visión pasando a modo mayor en el trío, el único respiro lírico al estado de ánimo deprimente de la pieza. El tema principal es agitado regresando a la tensión inicial de la sinfonía. El trío aporta un momento de calma con su carácter lírico. Termina repitiendo la feroz parte inicial.
El cuarto movimiento, rondo, finale, presto, está escrito mediante una combinación entre el rondó y la forma sonata. Toma el ritmo de una tarantela interpretada por el viento como una danza macabra, la danza tradicional para protegerse de la locura y la muerte. Después de unas variaciones donde el impetuoso ritmo va creciendo termina de modo brillante. El final tiene definitivamente el carácter de una danza de la muerte; visiones espantosas giran al ritmo inexorable y uniforme de la tarantela, escribe Cobbett.
La “Sinfonía en do mayor” (Gran Duo) D 812 es en realidad una orquestación del «Duo para piano a cuatro manos» compuesto en junio de 1824 por Schubert. El propio compositor había declarado en el mes de marzo su intención de trabajar en una gran sinfonía proveniente de su música de cámara.
Schumann entre otros había visto el Gran Dúo como una gran sinfonía, necesitando solamente su instrumentación para justificar el nombre de sinfonía. Había sospechado que la obra era un arreglo para dúo de piano de una sinfonía.
Franz Schubert escribe en una carta a su hermano Ferdinand, en Zseliz, el 18 de julio de 1824. Ya no es esa época feliz de la vida en la que vemos cada objeto envuelto en la gloria de la juventud, sino ese reconocimiento fatal de una realidad miserable que me esfuerzo, con mi imaginación, por embellecer lo mejor que puedo. Encontrarán evidencia de esto en dos obras para piano a cuatro manos que ya he compuesto: un gran dúo y un conjunto de variaciones [D.812, D.813] sobre un tema de mi propia invención. Las variaciones están demostrando ser un éxito rotundo.
Franz Schubert escribió su Sonata en do mayor para piano a cuatro manos, D 812, en junio de 1824, durante su segunda estancia en la Finca Esterházy en Želiezovce. Una obra extensa, en cuatro movimientos, que tiene una duración de interpretación de unos 40 a 45 minutos.
Se publicó como «Gran Dúo» Óp. 140, en 1837, nueve años después de la muerte del compositor. Robert Schumann vio la influencia de Beethoven en la obra y la concibió como la versión para piano de una sinfonía.
El gran violinista Joseph Joachim orquestó la obra para maderas por duplicado, cuatro trompas, dos trompetas, tres trombones, timbales y cuerda. Pero a partir de la segunda mitad del siglo XX, la Sonata fue más apreciada como una pieza para piano con efectos orquestales, como muchas otras obras para piano de Schubert, que como una sinfonía disfrazada.
Schumann publicó en 1838 su comentario, en el que describió la obra como una versión más femenina de una sinfonía beethoveniana. El arreglo sinfónico de la Sonata de Joseph Joachim se estrenó unos años antes de que la versión para dúo de piano tuviera su primera interpretación pública en 1859. Desde finales del siglo XIX hasta la segunda mitad del siglo XX se pensó posible que el Grand Duo fuera una versión para piano de la Sinfonía de Gmunden-Gastein.
El primer movimiento, allegro moderato, está escrito en forma sonata. El tema principal consta de dos frases, cada una seguida de una cadencia suave. El primer tema en do mayor, rítmico y enérgico, está basado en un motivo de cuatro notas, muy beethoveniano. Se presenta en acordes firmes, con énfasis en el acento rítmico del compás, Transición modulante, con material derivado del primer tema, usando secuencias y arpegios. Introduce una atmósfera más lírica hacia el segundo tema.
El segundo tema en sol mayor contrasta claramente con el primero, siendo lírico, melodioso y cantabile. Se presenta en octavas paralelas, muy al estilo de Schubert, con una línea superior adornada y expansiva. Una codetta con acordes brillantes y reafirmación de sol mayor cierra la exposición. Repetición opcional, como es habitual en la forma sonata clásica. El segundo tema, una variante melodiosa del primero, se presenta en la bemol mayor en la segunda parte.
La sección de desarrollo, relativamente corta, comienza con una versión transpuesta del tema principal. Muy rica en modulaciones: explora diferentes tonalidades. Usa fragmentos del primer tema de manera secuencial y transformada. Se enfatiza el conflicto armónico y dinámico, aumentando la tensión dramática. Gran uso del contrapunto y de inversiones rítmicas.
En la recapitulación final, con algunas modulaciones impactantes, el segundo tema se escucha en una tonalidad de do menor. Vuelve el primer tema en do mayor, tal como se espera siguiendo las reglas de la forma sonata. Ajustes armónicos y texturales enriquecen la repetición, evitando la sensación de simple copia. El movimiento concluye con una amplia coda. Reafirma el tono principal con acordes majestuosos. Reutiliza el motivo rítmico inicial, dando unidad estructural.
El segundo movimiento, andante, es la sección lenta de la obra, siguiendo una forma: lied tripartita modificada (ABA’ + Coda) El tema principal, sección A, es de carácter lírico y contemplativo, típico del estilo melódico de Schubert. Presenta una melodía amplia, casi vocal, con acompañamiento en acordes arpegiados y un ritmo regular. Textura clara y sencilla, pero con una gran expresividad. Frases equilibradas, con periodos simétricos de pregunta–respuesta. En la armonía hay modulaciones internas suaves, pero siempre girando en torno a la tónica.
La sección B es más dramática, de carácter contrastante. Cambia el carácter de forma muy marcada, se vuelve más sombría e inestable. Tonalidad de fa♯ menor, la relativa menor, aunque se modula con libertad. Ritmo más marcado y sincopado, mayor uso de acordes disonantes con una textura más densa. Es una especie de episodio tormentoso dentro del lirismo general del movimiento.
Regresa el tema inicial, sección A, en la mayor, pero con variaciones en textura, ornamentación y dinámica. La melodía aparece con un carácter más reflexivo, incluso nostálgico. Las armonías secundarias están más desarrolladas, lo que da una profundidad emocional mayor. Schubert introduce ligeras alteraciones rítmicas y melódicas que enriquecen el material sin romper su identidad. La coda nos presenta una conclusión serena, breve, íntima y delicada. Se disuelve suavemente hacia el silencio, con acordes arpegiados descendentes. Refuerza el carácter meditativo y poético del movimiento.
Este segundo movimiento representa el corazón lírico de la obra. A través de una forma aparentemente sencilla, Schubert logra una profunda expresividad emocional, pasando de la serenidad a la inquietud y regresando a la calma. Es un ejemplo brillante de cómo el lenguaje romántico puede expresarse a través de medios clásicos.
El tercer movimiento, scherzo, allegro vivace, está escrito en forma ternaria. A, B, A, scherzo, trío, scherzo. La primera sección, A, en do mayor, es brillante, rítmica, con escritura densa. Ritmo muy marcado y enérgico, con énfasis en los tiempos débiles, característico del humor vienés. Motivos basados en arpegios, escalas rápidas y saltos amplios, que crean una atmósfera vivaz y casi burlona. Estructura interna en forma binaria, con repetición. El scherzo se subdivide en dos partes, ambas repetidas. Frases rítmicas irregulares y acentos desplazados generan dinamismo e inestabilidad rítmica.
El trío presenta una melodía con frases de diferente duración. Contrasta claramente con el scherzo: siendo más cálido, melódico y lírico. La textura es más horizontal, con menos verticalidad de acordes, con acompañamiento de notas repetidas y melodías suaves. Hay cierto aire de danza popular, de Ländler austríaco, típico de Schubert. Se produce un alivio tímbrico y emocional antes del retorno al scherzo.
Sección A. Regreso del material inicial casi sin modificaciones. Reafirma la tonalidad principal y el carácter enérgico. Puede incluir una pequeña coda final con una conclusión brillante y enfática.
Este scherzo es un ejemplo del humor musical de Schubert, muy al estilo beethoveniano pero con su voz propia. Aunque tiene un carácter ligero, está construido con rigor formal y desarrollo temático. Funciona como un interludio rítmico y brillante en la gran arquitectura de la obra. Combina el estilo clásico vienés del scherzo con el sentido melódico romántico de Schubert. Su energía, claridad estructural y riqueza de texturas lo convierten en una de las partes más vibrantes de la obra.
El cuarto movimiento, allegro vivace, está escrito en forma sonata con elementos de rondó, utilizando dos temas contrastantes. El primer tema tiene el ritmo de una danza húngara y oscila entre do mayor y la menor. Enérgico, vivo y juguetón, con ritmo contagioso. Textura rítmica activa, con figuras sincopadas y contrastes dinámicos. Motivo corto y repetitivo, pero hábilmente desarrollado. Un puente modulatorio nos conduce hacia la dominante, sol mayor, mediante secuelas armónicas típicas de Schubert, con movimientos inesperados pero naturales.
El segundo tema tiene un aire de Dvorak. Más lírico y melódico, con un carácter más relajado y cantabile. Se presenta en un registro más alto, con acompañamiento suave. Aporta contraste temático y expresivo, pero sin perder la unidad del movimiento. La codetta final refuerza la tonalidad de sol mayor con un carácter brillante y conclusivo.
El desarrollo consiste en una elaboración temática con modulaciones. Se manipulan principalmente fragmentos del primer tema. Se producen modulaciones rápidas y audaces, algunas a tonalidades remotas. El ritmo sigue siendo el motor principal: Schubert construye tensión mediante secuencias, imitaciones y desplazamientos acentuales. Aumenta el dramatismo y la densidad armónica, sin perder el impulso rítmico.
Reaparición de los temas, ambos en tónica. El primer tema regresa en do mayor, fiel al modelo clásico. El segundo tema, que originalmente estaba en sol mayor, también se presenta ahora en la tónica, do mayor, como es típico en la forma sonata. Schubert realiza ligeros ajustes de textura y dinámicas para aportar frescura a la repetición. La coda es una conclusión energética y afirmativa. Reafirma el carácter brillante y conclusivo del movimiento. Intensificación armónica y dinámica hacia el final. Utiliza material del primer tema, cerrando el ciclo con unidad temática y energía rítmica.
Aunque ligero y animado en la superficie, el movimiento es formalmente riguroso. Se debe interpretar con un sentido de impulso continuo, como una danza alegre pero refinada. Tiene un espíritu similar al de un final sinfónico beethoveniano, pero con la voz melódica inconfundible de Schubert. Es el broche de oro de una obra monumental: exige brillantez, pero también claridad estructural y expresión refinada.
Este cuarto movimiento cierra el “Gran Dúo” con vitalidad, color y maestría estructural. Aúna el lirismo schubertiano con una energía rítmica desbordante. Es un final que reafirma el carácter ambicioso y la profundidad de esta obra, para situarse entre las grandes composiciones del romanticismo temprano.
Como cosa curiosa, Franz Schubert no escribió ningún concierto para piano a pesar de tener una gran cantidad de obras para este instrumento. En realidad no compuso conciertos para ningún instrumento. Solamente una vez intentó escribir uno, el «Konzertstück en re mayor para violín y orquesta» D 345 en 1816, pero es una forma de concierto inacabado.
No existe una verdadera razón para ello. Podría ser que su vida fuera demasiado corta, pues solo se conocen tres obras concertantes. Como pianista prefería interpretar sus obras, cosa que lo dificultaba si tenían forma concertante.
Existe un llamado «Concierto para violoncelo en la menor» pero es un arreglo realizado por el gran violoncelista catalán Gaspar Cassadó (1897-1966) de la «Sonata en la menor» (Arpeggione) D 821, compuesta en 1824. Se trata de un arreglo para violoncelo y orquesta,
Desde 1822 Schubert luchaba contra la sífilis. Se dice que su enfermedad final fue la fiebre tifoidea pero sin tener una real evidencia.
Murió el 19 de noviembre de 1828 en el apartamento de su hermano Ferdinand en Viena. Fue enterrado según su deseo junto a la tumba de Beethoven a quién tanto admiraba.
