LA SINFONIA EN EL SIGLO XIX

4 - La Sinfonía en el siglo XIX

La influencia de la música europea llegó al Nuevo Mundo mediante la formación de las nuevas orquestas, dirigidas primeramente por músicos nacidos en Europa. Muchos compositores realizaron giras de conciertos, especialmente en la segunda mitad del siglo.APOLLO ROOMS

La depresión del año 1834 había cerrado las puertas de muchos teatros. Un grupo de músicos de Nueva York se unieron para crear una orquesta. Se organizaron de forma comunitaria, creando una especie de cooperativa. Fueron los fundadores de la que sería la famosa Orquesta Filarmónica de Nueva York, New York Philharmonic.

El primer concierto tuvo lugar el 7 de diciembre de 1842 en el Apollo Rooms, situado en la parte baja de Broadway con una audiencia de 600 personas. Su director era el propio fundador de la orquesta, el americano Ureli Corelli Hill (1802-1875). Es la primera orquesta fundada en los Estados Unidos. La orquesta ha continuado hasta nuestros días, siendo a partir del mes de septiembre del año 2002, Lorin Maazel su director.

Entre los primeros compositores nacidos en los Estados Unidos, que escribieron música sinfónica encontramos a William Fry y a George Bristow. Louis Gottschalk introduce motivos étnicos intensamente americanos en sus obras, realizando una música popular, con ritmos sincopados que dará origen al ragtime, el inicio del jazz.

La primera época de la sinfonía americana está dominada por las corrientes germanófilas, llevadas al Nuevo Mundo por compositores e intérpretes europeos. Compositores como Paine, Chadwick o Strong estudian en Alemania y sus obras triunfan en los Estados Unidos.

La nueva generación de compositores, surgida al final de la primera guerra mundial, agrupados alrededor de Aaron Copland, introduce lo que será conocido como sonido “Americano”. Los seguidores del romanticismo europeo son olvidados. Actualmente, con el punto de vista más amplio que origina el transcurrir de la historia, muchas de estas obras injustamente olvidadas se han podido escuchar de nuevo.