ALBERT

Stephen Albert (1941-1992) nació en la ciudad de New York el 6 de febrero de 1941. Estudió composición de modo privado con Elie Siegmeister de 1956 a 1958 y con Darius Milhaud en 1958. A principios de los años 1960 continuó sus estudios en la Eastman School of Music de Rochester, en la Philadelphia Musical Academy y en la University of Pennsylvania. También estudio en Estocolmo. Ganó el Premio Americano de Roma en 1965 y en 1966 y dos becas Guggenheim en 1967 y en 1978.

Su carrera en el campo educativo empezó como residente en una escuela pública en Lima, Ohio en 1967. Luego enseñó en la Philadelphia Musical Academy, en la Stanford University y en el Smith College.

Como compositor empezó interesándose en la música experimental y en la canción con textos literarios. Uno de sus autores preferidos era James Joyce (1882-1941), el escritor irlandés conocido mundialmente por su obra “Ulysses”. Entre 1977 y 1978 Albert escribe “To Wake the Dead”, un ciclo de canciones para soprano y conjunto de cámara. Le seguiría entre 1983 y 1984 “TreeStone”.

La “Sinfonía Nº 1”  (RiverRun) fue compuesta entre 1983 y 1985. La Fundación Hechinger le pide en 1983 una obra para la National Symphony Orchestra. Mstislav Rostropovich, el director de la orquesta había escuchado el ciclo de canciones “To Wake the Dead” cuando le pidió la obra. Albert estaba entonces componiendo un segundo ciclo, “TreeStone” con textos sacados de la obra de Joyce “Finnergans Wake” 1939. Decidió escribir ambas obras de manera simultánea, basadas en la misma obra literaria. La sinfonía se estrenó en Washington en 1985 dirigida por Rostropovich, que la grabó para Delos Records en 1987.

Está orquestada para tres flautas, piccolo, dos oboes, corno inglés, dos clarinetes, clarinete bajo, saxofón contralto, dos fagots, contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales, vibráfono, xilófono, platillos, triángulo, glockenspiel, gong, caja, campanas, dos arpas, piano y cuerda.

                                                 Dublin Rio Liffey

El primer movimiento, Rain Music, consiste en una introducción y allegro. La introducción empieza con repetidos acordes orquestales. Continúa con trémulos en la cuerda, ligeras notas de la madera, arpa y piano, sugiriendo las gotas de la lluvia cayendo sobre el río Liffey, el río irlandés que atraviesa Dublín. Luego podemos escuchar dentro del tejido orquestal pequeños fragmentos melódicos que originarán temas en los siguientes movimientos. En la sección correspondiente al allegro podemos observar fragmentos repetitivos en los registros bajos que simbolizan la corriente incesante del río. El clímax se presenta en la parte final con el retorno de los acordes iniciales. En la coda escuchamos fragmentos melódicos anteriores con la intervención del piano y arpas.

El segundo movimiento, Leafy Speafing, posee un estilo más íntimo que el movimiento anterior, casi sin emplear el metal y la percusión. Escrito para cuerdas y madera, además de dos trompas, piano, vibráfono y arpas. Podemos considerar el movimiento dividido en cuatro secciones. Empieza con una lánguida cadencia de la flauta seguida por un solo de la viola. Continúa luego con un diálogo entre ambos instrumentos. El empleo de la madera es camerístico, en forma de dúos y tríos, oponiéndose a la orquesta. La segunda sección muestra pasajes en ostinato, mostrando la corriente del río que se mueve sin descanso, alternando con figuras contrapuntísticas. Luego regresan las partes solistas de la madera, con una nueva intervención de la flauta, continuando entonces su diálogo. La última parte es semejante a la segunda, con sus pasajes contrapuntísticos. En la coda aparece un nuevo tema llamado por el compositor The voice of the River, la voz del río. Es presentado por las trompas sobre arpegios de las arpas, madera y cuerdas.

El tercer movimiento, Beside the Rivering Waters, corresponde al scherzo. Empieza con una marcha, una fanfarria seguida de una forma melódica, marcada en la partitura como una cajita de música infantil. Luego empieza realmente el scherzo, con un retorno de la corriente de agua, mediante una idea repetida, interpretada por el arpa, el piano y la cuerda en sordina. En la parte final retorna la marcha y la canción infantil, ahora en forma de una canción popular de taberna, interpretada por el piano, saxo y trompeta. Estos elementos se van desvaneciendo en la distancia.

El último movimiento, Rivers End, está formado por tres secciones. La primera empieza con un tema presentado por la trompa, contestada por un motivo en arpegios de la cuerda baja. Reaparece el tema de la voz del río en la trompa y violines. La noche cae y el río se mueve tranquilamente en la oscuridad. Un tema ascendente nos conduce a un primer clímax, que se detiene repentinamente, con motivos derivados de la música infantil del movimiento anterior. Una nueva sección ascendente nos llevará al segundo clímax. En la última sección, el tema de la voz del río se repite con intensidad creciente, hasta ser interrumpido por un motivo tranquilo del primer movimiento, escuchándose en el piano y glockenspiel. La coda termina con sonidos que se van desvaneciendo, dejando la música en suspenso como si quisiera indicar la incertidumbre del ciclo vital.

A pesar de los títulos descriptivos de cada movimiento, no se trata realmente de una obra programática. La música surge como un estímulo de este material. El ciclo del río desde su nacimiento hasta su desembocadura es una metáfora sobre el ciclo de la vida. En la obra de Joyce el río Liffey juega un importante papel. Una de las primeras palabras de la obra “Finnegans Wake” es riverrun, de donde Albert toma el título para su obra.

El primer movimiento nos habla del origen del río, la lluvia. Los movimientos intermedios representan el curso del río, mientras que el último representa el curso final hasta su desembocadura en el mar. La lluvia se vuelve a formar, empezando un nuevo ciclo vital. James Joyce utiliza un lenguaje vanguardista en su obra, inventando gran cantidad de palabras nuevas, como riverrun, algunas de ellas difícilmente traducibles. Así encontramos el título del segundo movimiento, Leafy Speafing, de difícil traducción.

La sinfonía de Albert ganó el Premio Pulitzer del año 1985. Continuó con la obra de Joyce en “Flower on the Mountain” compuesta el mismo año, sobre un texto tomado de “Ulysses”. Entre sus últimas obras se encuentran un “Concierto para violín” y un “Concierto para violoncello” compuesto en 1990, escrito para el violoncelista Yo-Yo Ma.

La “Sinfonía Nº 2” fue pedida por la New York Philharmonic Orchestra. En el mes de octubre de 1992, dijo a su editor que la obra estaba casi terminada, sin saber que aquello nunca ocurriría. Su repentina muerte en el mes de diciembre la dejó inacabada. Dejó un manuscrito de 67 páginas, con una orquestación en diversos grados de finalización.

                                           Stephen Albert

El editor, G. Schirmer, pidió a uno de los amigos y alumno de Albert, Sebastian Currier, que completara la obra. El primer movimiento es el que se encontraba más completo, con muchos detalles sobre su orquestación. El segundo a pesar de tener todas sus notas y ritmos escritos, poseía pocos detalles sobre su orquestación. El último movimiento era el que se encontraba menos acabado. La mayor parte de la orquestación no estaba especificada y parte del material se encontraba en forma de borrador, especialmente en la parte final. Currier se valió de las indicaciones de Marilyn, la viuda del compositor, que fueron de gran ayuda en la terminación de la parte final. Su marido le había comentado que no deseaba terminar la obra de un modo sereno, sino de un modo grandioso, con un clímax final.

Se estrenó en el mes de noviembre de 1994, interpretada por la New York Philharmonic Orchestra dirigida por Hugh Wolff. La obra está dividida en tres movimientos sin llevar ninguna indicación.

El primer movimiento empieza con un motivo para dos clarinetes en su registro agudo, contrastando con la entrada de la cuerda grave, registro principal del movimiento. El tema principal está definido por una clara línea melódica, que se escucha fragmentada en forma de leitmotiv. Después de la repetición del motivo inicial, se puede escuchar claramente su línea melódica. Además se pueden identificar otros temas, que se van definiendo a continuación. En algunas frases se aprecia la influencia de Sibelius, uno de sus compositores favoritos. Pero la instrumentación y armonía es propia de Albert. El movimiento posee una gran estructura lírica, que une todas las líneas melódicas hasta llevarnos al climax de la coda.

El segundo movimiento corresponde al scherzo. Sus líneas rítmicas se mueven de modo cambiante, desde la fuerza a la mayor delicadeza, con sus momentos de tipo satírico, una alusión al estilo de Prokofiev. Varias figuras rítmicas se van sucediendo.

El tercer movimiento es nuevamente de tipo lírico. El tema principal se escucha casi al principio, un tema expresivo en la cuerda. Las trompas lo transforman en una especie de coral, pero pronto es elevado a una gran forma lírica por la cuerda. Nuevas ideas de modo contrastante se añaden al tema. La fuerza dramática de la obra se va acentuando. La parte final es de tipo expansivo, llevando al tema principal a su máximo esplendor de un modo triunfal.

Se trata de una sinfonía que utiliza música pura, sin estar ligada a ningún texto. Una obra que se puede calificar como neorromántica, empleando un lenguaje determinadamente tonal, a pesar del modernismo del estilo personal, que Albert emplea en sus formas armónicas. Una sinfonía que sin ser innovativa presenta originalidad.

Albert muere el 27 de diciembre de 1992 en un accidente de automóvil en Cape Cod, una península del estado de Massachussets, cuando la tarde del domingo regresaba de su domicilio en Truro, localidad de la península. El compositor murió en el acto, mientras que su mujer Marilyn y su hijo Joshua fueron trasladados al Massachussetts General Hospital en Boston. Su hija Katie resultó ilesa. Albert poseía casas en Newton Center y en Truro. Trabajaba como profesor de composición en la Juilliard School of Music. En su estilo musical empleaba técnicas del siglo XIX, renovadas con un estilo emocional del siglo XX.