BLACKWOOD

Easley Blackwood (1933- ) nació en Indianapolis, Indiana, el 21 de abril de 1933. Hijo del músico del mismo nombre, estudió piano debutando con la Indianapolis Symphony Orchestra a los 14 años. Estudio en diversas escuelas, incluyendo la Yale University entre 1950 y 1954, donde se graduó en Artes. En 1954 se trasladó a Paris, estudiando con Olivier Messiaen, Paul Hindemith y Nadia Boulanger. Durante esta época actuó como pianista, especialmente como acompañante de lieder, con giras por Francia y Alemania. En 1956 regresó a los Estados Unidos.

La “Sinfonía Nº 1”  Op.3  fue compuesta durante su estancia en Paris, terminándola en el mes de diciembre de 1955. Una obra influenciada por la música francesa escrita mientras estudiaba con Nadia Boulanger. La obra se grabó en el mes de noviembre de 1958 interpretada por la Boston Symphony Orchestra dirigida por Charles Munch.

El primer movimiento, andante maestoso, non troppo allegro ma con spirito, está escrito en forma sonata libre. Empieza con una introducción lenta conteniendo elementos que luego serán desarrollados. El primer tema es vivo con una armonización disonante. El oboe nos presenta el segundo tema cromático de naturaleza más tranquila. Estas ideas se desarrollan en forma variada. No contiene una verdadera recapitulación, terminando con un motivo derivado de la introducción de carácter disonante.

BLACKWOODEl segundo movimiento, andante comodo, nos presenta mediante la madera un par de temas disonantes con un carácter semejante, que siguen un tratamiento parecido al del primer movimiento. Se emplean formas contrapuntísticas durante su desarrollo. Concluye con el mismo motivo que el primer movimiento.

El tercer movimiento, allegretto grotesco, corresponde al scherzo de la obra. El motivo que sirve de base es una especie de danza cromática, que se repite cuatro veces en forma variada. El trio de carácter severo se basa en el mismo tema que cierra los movimientos anteriores. A su final los dos temas se enfrentan en contrapunto. El scherzo se repite en forma variada de modo complejo.

El último movimiento, andante sostenuto, tiene un carácter más libre que los anteriores. Emplea una forma rapsódica conteniendo varios interludios. Emplea material proveniente del primer movimiento, transformado en variación. Su estilo yuxtapone pasajes tonales con otros disonantes. El ambiente es de carácter grave con frases severas. La madera interpreta diversas frases solistas antes de llegar a su climax. Termina con un epílogo basado en el motivo repetitivo con que terminan los anteriores movimientos. El tema se combina con unos acordes, que oscilan cada vez con menor energía hasta desaparecer.

Una obra de juventud que emplea un idioma moderno moderado con elementos tonales, pero que no evitan la dureza de muchas de sus secciones. Con una estructura bastante académica pero interpretada con un aspecto modernista, empleando destacados elementos atonales.

Desde 1958 hasta 1997 Blackwood ha enseñado en la Universidad de Chicago. Entonces fue nombrado Profesor Emeritus de dicha institución, dando actualmente clases magistrales.

La “Sinfonía Nº 2”  no sabemos cuando fue compuesta por carecer de referencias sobre ella.

La “Sinfonía Nº 3”  fueestrenada el 7 de marzo de 1965 en el Mandel Hall de la Universidad de Chicago dirigida por Jean Martinon. Está instrumentada para pequeña orquesta.

La “Sinfonía Nº 4”  Op.27  fueestrenada el 22 de noviembre de 1978 dirigida por Georg Solti.

La “Sinfonía Nº 5”  Op.34  fue compuesta en Chicago, terminándola en el mes de septiembre de 1990. Está influenciada por las modernas técnicas empleadas por compositores como Casella y Szymanowski, con los que estaba familiarizado por interpretar sus composiciones pianísticas.

El primer movimiento, allegro inquieto, está escrito en forma sonata. Empieza con un tema inquieto, siguiendo con fragmentos de una tonalidad no bien definida. La trompeta introduce una breve fanfarria de cinco notas. La trompa interpreta el segundo tema con un carácter más tonal. Durante la sección de desarrollo de dichos temas, escuchamos la fanfarria de la trompeta y de manera alternada aparecen pasajes modales y disonantes. La fanfarria se transforma en una coral. En la recapitulación aparece el primer tema de modo ligeramente variado. La trompa interpreta el segundo tema sin variación. En la coda el corno inglés y el clarinete realizan una irónica variación de los motivos anteriores.

El segundo movimiento, molto adagio, empieza con una lírica sección interpretada por la cuerda enunciando una gran tranquilidad. Continúa con expresivos solos de clarinete, oboe y corno inglés con un carácter tonal. El tema pasa luego a la flauta en un pasaje de carácter disonante, repetido por la trompeta y luego por los violines. El desarrollo consiste en variaciones de los anteriores solos. La cuerda alterna con el viento durante esta sección. En la recapitulación retornan los solos de la madera, seguidos por una transición que nos lleva al climax del movimiento. Entonces sorprendentemente aparece un fragmento del Dies Irae interpretado por las trompetas, que se había insinuado anteriormente en el acompañamiento, siendo entonces difícil de reconocer. El movimiento concluye tranquilamente.

El último movimiento, allegro vivo, es una combinación de rondó y scherzo. El tema principal es vivo con cierto carácter de danza. Las secciones intermedias del rondó tienen un carácter más disonante. Aparece una referencia al tema del principio del primer movimiento. Llegamos a un disonante climax y luego el tema del rondó reaparece en una extensa variación. El tema inicial del primer movimiento vuelve, terminando con una nota triunfante a la que sigue el motivo de fanfarria. Después de una momentánea calma, un fuerte acorde cierra la obra.

A pesar de que las dos sinfonías comentadas presenten una estructura parecida, la última tiene un carácter más conservador. Ambas usan pasajes tonales y otros disonantes, pero en la última el dominio es mayor por parte de la tonalidad. Se trata de una obra de carácter abstracto pero que es fácilmente comprensible por el público. Presenta por ello un mayor interés que su primera obra. Blackwood se define como un compositor de música pura, sin esconder en sus obras mensajes políticos ni sociales. El aspecto fúnebre del segundo movimiento es totalmente causal.

Blackwood además de compositor y profesor es un gran intérprete de piano, interpretando composiciones modernistas de Ives, Boulez y de la segunda escuela vienesa. Además es miembro del conjunto de cámara Chicago Pro Musica como pianista, un grupo formado en su mayoría por miembros de la Chicago Symphony Orchestra.

Es interesante estudiar la evolución en la música compuesta por Blackwood. Cuando empezó a componer en 1946 su estilo era totalmente progresista, criticado por sus profesores de Indianapolis. Durante los años 1950 mezcló un estilo más conservador en sus obras, que se volvió más radical durante las décadas de los 1960 y 1970. A principios de los 1980 se interesa por los microtonos para la creación de extrañas escalas musicales temperadas. Compone sus “Twelve Microtonal Etudes for Electronic Music Media”. Se produce un cambio absoluto a mediados de los 1980, componiendo obras más conservadoras, algunas de ellas tachadas de reaccionarias, con influencias de la música tonal de finales del siglo XIX. Actualmente emplea una gran variedad de estilos, pero estima que la absoluta atonalidad no conduce a ninguna parte.

En una entrevista realizada poco después del estreno de su última sinfonía en 1993, el compositor confesaba su cambio de estilo, justificándolo con las siguientes frases sacadas de dicha conversación.

“He escrito muchas obras en un idioma que llamaría atonal, polirítmico. Entre ellas se encuentran la tercera sinfonía y en gran parte también la cuarta. En todas estas piezas, no estaba interesado en simplemente manipular una disonancia aleatoria. Tampoco estaba interesado en las técnicas seriales. Estaba intentando dar una impresión de movimiento armónico y de cambios de textura, mediante una serie de sonidos que no se encontraban en ninguna clave identificable. Creo que empecé a darme cuenta, quizás a un nivel inconciente, después de estar escribiendo durante 10 años en este idioma, que me encontraba en un callejón sin salida. Esto no significa que haya algo equivocado en ello, pero hasta cierto punto, empezó a hacerme perder el interés.

Sospecho que musicalmente nos encontramos en un callejón sin salida. Pienso que una posterior contribución en este tipo de literatura está condenada a la oscuridad. Se ha realizado un gran trabajo de investigación en este idioma, no del mismo modo que yo lo he realizado, pero si en lo que se podría llamar texturas atonales polirítmicas. Se empezó poco después de la Segunda Guerra Mundial, llegando a su máxima expresión con la escuela de Darmstadt, empezando luego a declinar gradualmente a mediados de los años 1960. En la década de los 1970 se abandonó en gran parte, excepto por algunos fanáticos y nos encontramos que se reemplazó por la música aleatoria. Un poco más tarde llegaron los minimalistas.

Al mismo tiempo, cuando otra gente estaba perdiendo el interés en ello, empecé un gran proyecto de investigación sobre acordes progresivos dentro de tonalidades iguales, en las cuales el número de notas era diferente de 12. Lo que me interesaba particularmente eran progresiones de acordes, que dieran la sensación de cohesión modal o de tonalidad. Es decir que se puedan identificar notas subdominantes, dominantes, tónicas y tonalidades. Mientras realizaba esto, además de haber estado enseñando armonía tradicional, desde que llegué a la Universidad de Chicago en 1958 y escribir estudios microtonales para ilustrar estas progresiones de acordes, sentí, por primera vez, la sensación de primera mano de lo que era escribir música en un idioma tonal. Debo confesar que encontré que era mucho más divertido que escribir en el idioma atonal polirítmico que había estado usando.

Creo que el propósito de la música es dar un entretenimiento de calidad para cualquiera, músicos y melómanos. Al menos es una de sus funciones. Existen otras. Se que actualmente está de moda permitirse comentarios políticos o sociales, pero si examino la historia de la música, encuentro un extenso repertorio que es únicamente música absoluta”.