ZWILICH

Ellen Zwilich (1939- ) nació en Miami, Florida el 30 de abril de 1939 con el nombre de Ellen Taaffe. Estudió en la Florida State University, graduándose en 1960. Continuó sus estudios en la Juilliard School teniendo como maestros más importantes a Roger Sessions y Elliott Carter. Estudió violín con Richard Burgin e Ivan Galamian. En 1975 se convirtió en la primera mujer que lograba el grado de Doctor en Artes Musicales, especializada en composición. Trabajó con la American Symphony Orchestra cuando estaba dirigida por Leopold Stokowski.

Como compositora empezó a ser conocida cuando Pierre Boulez dirigió su “Symposium for Orchestra” en 1975 en la Juilliard School. Mucha de la obra escrita en dicho periodo estaba dedicada a su marido, el violinista de la Metropolitan Opera, Joseph Zwilich (1919-1979). A su muerte empezó a cambiar su estilo de composición hacia una comunicación más directa con el público.

La “Chamber Symphony” fue compuesta en 1979 poco después de la muerte súbita de su marido. Se estrenó en el mes de noviembre del mismo año, interpretada por el conjunto Boston Musica Viva dirigido por Richard Pittman.

Está orquestada para flauta, doblando piccolo, clarinete, doblando bajo clarinete, violín, viola, violoncello y piano. Está compuesta en un solo movimiento desarrollándose a partir de una idea inicial. Una obra compleja que emplea los instrumentos en forma solista desarrollando los breves temas, explotando las características de cada instrumento. Una obra de características atonales que en su última parte presenta un tema de carácter elegíaco, evidentemente relacionado con la muerte de su marido.

La “Sinfonía Nº 1” (Three Movements for Orchestra) fue compuesta en 1982, estrenándose el 5 de mayo del mismo año, interpretada por la American Symphony Orchestra, dirigida por Gunther Schuller. En 1983 ganó el Premio Pulitzer, siendo la primera mujer en ganarlo en su apartado musical.

La “Sinfonía Nº 2”  (Cello Symphony) fue compuesta en 1985 cumpliendo un pedido de Edo de Waart y la San Francisco Symphony. Su nombre nos indica que la sección de violoncellos de la orquesta tiene una parte muy importante en su desarrollo.

El primer movimiento, allegro, empieza con un motivo rítmico que se irá desarrollando. En la segunda parte aparece una cadencia para solista, durante la cual la completa sección de violoncellos formada por diez instrumentistas, interpreta su parte tocando en forma unitaria. La entrada de la flauta nos conduce hacia una meditativa coda.

El segundo movimiento, lento, nos presenta un tema lírico, desarrollado a partir de notas sostenidas por la cuerda. Elementos contrapuntísticos van apareciendo perturbando la tranquilidad inicial. En la parte central se presenta un clímax con fuertes implicaciones rítmicas. Las notas sostenidas de la cuerda en forma de recapitulación cierran el movimiento.

El último movimiento, presto, después de una breve introducción, nos presenta un tema rítmico liderado por los violoncellos. Enfrentados al resto de la orquesta, el grupo de violoncellos sale vencedor de la confrontación.

Zwilich compone una serie de conciertos para instrumentos de viento como el “Concierto para trombón” compuesto en 1988. Le seguirán otros para trombón bajo, flauta, oboe, fagot, trompa y trompeta.

La “Sinfonía Nº 3”  fue compuesta en 1992 para la New York Philharmonic Orchestra, celebrando su 150º aniversario.

En 1998 compone un “Concierto para violín”, una obra de gran lirismo, de carácter neorromántico con influencias de Szymanowski, Bartok y Prokofiev, pero conservando su peculiar estilo.

La “Sinfonía Nº 4” (The Gardens)  compuesta en 1999 para la Michigan State University es una obra escrita para coro, coro infantil y orquesta. Se estrenó el 5 de febrero de 2000, interpretada por la orquesta de dicha universidad dirigida por Leon Gregorian. Dedicada a la celebración de los jardines de la universidad, que tienen más de un siglo de existencia.

“Rituals for 5 Percussionists and Orchestra”  es una obra compuesta en el año 2003 con influencias extraeuropeas en el tratamiento de la percusión. Un verdadero concierto para percusión y orquesta empleando formas melódicas totalmente armónicas. Una composición muy interesante y atractiva.

La “Sinfonía Nº 5” (Concerto for Orchestra)  compuesta para un pedido de la Juilliard School se estrenó el 27 de octubre de 2008, interpretada en el Carnegie Hall por la Juilliard Orchestra dirigida por James Conlon.

Una de las pocas mujeres compositoras, empezó con exploraciones en el campo de la atonalidad, pero finalmente ha evolucionado hacia un post-modernismo con un lenguaje neorromántico. En sus obras utiliza técnicas modernas atonales, pero sin abandonar la tonalidad de base. Su evolución ha sido un viaje continuo hacia la realización de obras que pese a su complejidad puedan ser atractivas para el público.

Terminamos con unas frases traducidas de unas declaraciones efectuadas por la compositora hablando de la música contemporánea, que a pesar de haberlas formalizado en 1988, pueden aplicarse totalmente en la actualidad.

“Nuestro tiempo posee un particular carácter. Existen obras que podrían tener una audiencia de masas mientras que otras tienen una audiencia restringida. Existe espacio para todo, un lugar para muchos tipos de música, desde el punto de vista del compositor, de la audiencia o de los ejecutantes. Cada uno está realizando determinadas funciones. Una de las cosas que, a los amantes de la gran tradición musical, nos producen más tristeza, es que la mayoría de la gente probablemente no conoce lo que puede elegir. Escuchan los cuarenta principales sin saber que existe algo más que esto. La elección se la han realizado otros y pienso que esto es muy triste. Lo observo especialmente en la juventud. Parte de la propaganda de la música pop está realizada basándose en la exclusión de otro tipo de música. La industria de la música pop se apoya firmemente en la necesidad del adolescente en definirse diferente de sus padres, de tal modo que esta música es su música y cualquier otra cosa es algo de otros. Otra de las causas, es que asistimos a una degradación de las posibilidades de formación musical disponibles en la escuela. No creo que se pueda aprender sobre música de una manera pasiva. Todas las cosas que apuntalan nuestro conocimiento musical provienen de una participación activa en la misma. La persona que ha cantado en el coro de una iglesia posee una base mayor para entender diferentes tipos de música, que la persona que solo ha leído sobre ella”.