ROLON

José Rolón (1876-1945) nació en Zapotlán el Grande, en el estado de Jalisco, el 22 de julio de 1876. Su padre era el director de la Orquesta de Zapotlán que él mismo había formado. José empezó sus estudios de piano antes de ingresar en el Seminario, pero decidió salir y continuar sus estudios musicales.

En 1899 se casó, naciendo su primera hija, María Luisa. Su esposa moría al año siguiente al dar a luz a su segunda hija, que también moriría al poco tiempo. Rolón se traslada a Guadalajara, la capital del estado de Jalisco, en 1902 para continuar sus estudios musicales con Francisco Godinez.

Rolón y su hija
                Rolón y su hija María Luisa

Pronto empieza la composición de pequeñas piezas de salón para piano. En 1903 viaja a Europa estudiando en París con el gran pianista y compositor Moritz Mozkowski y con André Gédalge composición y armonía. Regresa a México en 1907 fijando su residencia en Guadalajara.

En1915 fundó la Orquesta Sinfónica de Guadalajara y en 1916 la Escuela Normal de Música. En 1914 Rolón había compuesto el "Scherzo de los enanos", plasmando las enseñanzas recibidas en París.

La "Sinfonía en mi menor" fue compuesta en 1923, estrenándose en 1924 siendo dirigida por el propio compositor. En la sinfonía empleó el anterior scherzo como el tercer movimiento de su sinfonía.

rolón cdEn 1925 reelabora nuevamente este scherzo para transformarlo en una obra independiente, adaptando la música a un cuento del escritor Alfonso Gutiérrez Hermosillo, relatando una vieja leyenda de una irrumpida fiesta de banquete. La obra toma el nombre de "El Festín de los Enanos" Op. 30. Se estrenó el 4 de marzo de 1928 interpretada por la Orquesta Sinfónica de México dirigida por Carlos Chávez.

A pesar de los cambios es la única música de su sinfonía que se puede escuchar actualmente.  En su nueva versión de carácter programático, utilizó tres canciones populares mexicanas como temas principales. Son Los enanos, El payo y El huerfanito. La obra se presentó bajo pseudónimo en el Primer Congreso Nacional de Música en Guadalajara ganando el primer premio. Como curiosidad reproducimos parte del texto original de la canción folclórica "Los enanos", que data de la época de la intervención francesa.

Estos franchutes ya se enojaron

porque a su nana la pellizcaron,

Estos franceses ya se enojaron

porque sus glorias les eclipsaron.

Se hacen chiquitos, se hacen grandotes

y nunca pasan de monigotes.

La música del scherzo es un reflejo del estilo francés de la época, el romanticismo tardío que creó obras como "El aprendiz de brujo" de Paul Dukas en 1897. En el scherzo de Rolón, a pesar de sus posteriores transformaciones, se nota claramente esta influencia, tanto en su estructura como en su final.

En 1927 Rolón se vuelve a casar. Esta vez con su alumna Ana de la Cueva. Junto con su nueva esposa regresa a París, para estudiar armonía con la maestra de composición Nadia Boulanger y composición con Paul Dukas. Su estética musical cambió hacia formas más modernas.

Regresó a México en 1929 entregándose a la formación pedagógica. A partir de 1930 da clases de armonía, contrapunto y composición en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México, llegando a ser su director en 1938.

Entre sus primeras canciones de influencia francesa se encuentran las "Trois Melodies pour piano et chant" compuestas en 1929. Rolón escribe muchas canciones para soprano y piano en estilo francés y otras como "Ingrata" para tenor y piano en un estilo más netamente mexicano, el estilo de Jalisco.

ROLÓN PIANOLas "Tres danzas indígenas" escritas para piano en 1930 están basadas en el folclore jalisciense, pero sus disonancias nos trasladan a un moderno lenguaje, muy diferente del empleado por los nacionalistas puros. Una obra para piano que se ha hecho popular es su "Capricho Sobre las Olas", unas variaciones sobre el conocido vals de Juventino Rosas.

Entre sus canciones destaca el ciclo "Dibujos sobre un puerto" compuesto en 1932 sobre textos del poeta mexicano José Gorostiza, en forma de poemas muy cortos.

El "Concierto para Piano y Grande Orquesta" Op.42 fue empezado durante su estancia en París en 1928, terminándolo en 1935. Se estrenó al año siguiente con Rolón como director y su esposa Ana de la Cueva al piano, reflejando el estilo del impresionismo francés. Un concierto en que se fusiona el neoclasicismo con el folclore mexicano, todo envuelto en la estética de la música francesa con reflejos de Ravel y Milhaud.

Nadia Boulanger le comunicó al compositor su admiración por esta obra mediante las frases que reproducimos a continuación.

Jacques Singer (entonces director de la Sinfónica de Dallas) y Rolón, en Texas, con motivo de la presentación de la obra Zapotlán en 1941
Jacques Singer (entonces director de la Sinfónica de Dallas) y Rolón, en Texas, con motivo de la presentación de la obra Zapotlán en 1941

La escuela mexicana se juega su suerte en la lucha encarnizada de la forma universal y de la materia autóctona que anima la vida de su concierto para piano y orquesta. Es una obra de sabor musical nuevo, de timbres orquestales sugestivos y originales. Creo fervientemente que junto con su cuarteto, Rolón, ésta es la obra suya en la que mejor se revela la nueva evolución del músico mexicano que existe en usted. Tiene el concierto todos los elementos, variedad de forma, de pensamiento, de ritmo y un gran contacto, que sorprende y entusiasma, con su tierra natal.

El "Cuarteto para instrumentos de arcos" compuesto en 1935 es otra de sus obras académicas importantes, en la que muestra su dominio del contrapunto. Rolón compuso además poemas sinfónicos de temática nacionalista como "Cuauhtémoc" y "Zapotlán".

José Rolón murió el 3 de febrero de 1945 en la Ciudad de México. Entre sus alumnos en el Conservatorio se encuentran Blas Galindo, Carlos Jiménez Mabarak y Salvador Moreno. A pesar de su deseo de expresarse en un lenguaje contemporáneo, no puede esconder la influencia de su tierra. Terminamos con una cita de su hija María Luisa sobre su padre y el folclore.

El espíritu de mi padre perdurará siempre en la salvaje fogosidad del danzante sonajero de Zapotlán; en la primitiva y sobrecogedora insistencia del tambor indígena; en la dulce tristeza de las chirimías, en el suave aliento de la lengua chimalhuacana, en el intenso olor del surco y en la briosa acometida del mariachi.