KANCHELI

Giya Kancheli (1935-2019) en georgiano გია ყანჩელი o en cirílico Гия Александрович Канчели, nació el 10 de agosto de 1935 en Tiflis hijo de un médico. Después de unos estudios iniciales de piano en la escuela de música, ingresó en la Facultad de Geología de la Universidad Estatal de Tiflis. Entró en el Conservatorio de Tiflis en el año 1959, estudiando composición con Iona Tuskiya graduándose en 1963.

kancheli_photoLa “Sinfonía Nº 1" fue compuesta en 1967, estrenándose en Tiflis el 12 de mayo de 1968 interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de Georgia dirigida por Dzhansug Kakhidze. Escrita en un modo no convencional consta de dos movimientos. Una nueva versión revisada que acorta el segundo movimiento se interpretó en 1992.

El primer movimiento, allegro con fuoco, nos presenta un motivo con gran fuerza rítmica en un estilo con influencias de Shostakovich. En la parte central se encuentra una meditación lírica. Explosiones sonoras contrastan con el motivo, hasta que se recobra la fuerza motórica inicial. Una tranquila coda lo conecta con la siguiente parte.

El segundo movimiento, largo, es el más extenso. Nos presenta un tema meditativo que se desarrolla lentamente. En la parte central campanas lejanas inician un fragmento con más tensión dinámica. Violentos tutti orquestales nos conducen a su clímax, que no consigue rebajar la tensión. El resonar de las campanas inicia la última sección. Un tema con notas sostenidas es interrumpido diversas veces por violentas entradas orquestales. El ritmo marcado por los bajos de la percusión nos lleva sin remisión a su final.

Se trata de un primer ensayo de sinfonía como un trabajo de postgraduado, pero empieza a definirse su estilo místico especialmente en su segundo movimiento. El tono empleado no es realmente de serenidad, más bien se trata de una música marcada por la violencia. Termina la obra de un modo casi apocalíptico, como obedeciendo a las fuerzas de un destino ineludible.

Kancheli empieza su carrera musical componiendo para el cine y el teatro, colaborando estrechamente con el productor escénico Robert Sturua. Compone la música para la comedia musical "Las extravagancias de Khanuman" en 1968. Entre sus primeras bandas sonoras se encuentra "Ne Goryuj" (¡No se preocupe!) compuesta en 1969. Emplea temas del folclore de Georgia, contrastando con temas de jazz. En 1970 es nombrado profesor del Conservatorio de Tiflis, en la disciplina de instrumentación..

La “Sinfonía Nº 2" (Cantos) fue compuesta en 1970, estrenándose el 31 de octubre de 1970 interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de Georgia dirigida por Dzhansug Kakhidze.

La sinfonía está diseñada en un solo movimiento, que podemos dividir en tres partes adagio, allegro, adagio, una construcción en forma de arco respetando los movimientos tradicionales.

Antes de su comentario introduciremos una breve reflexión. De esta obra poseo dos versiones diferentes, la original dirigida por Kakhidze con una duración de casi 32 minutos y una nueva versión dirigida por Michail Jurowski dirigiendo la Rundfunk-Sinfonieorchester de Berlín que dura menos de 20 minutos. Analizadas ambas versiones vemos que Jurowski realiza cortes muy importantes en las partes lentas, reduciendo el adagio final casi a la mitad de su duración. Elimina todas las repeticiones y algunas variaciones realizando una interpretación más compacta de la obra.

La reflexión es la siguiente. ¿Es lícito resumir las obras haciendo versiones más ligeras?. Sería interesante conocer la opinión del compositor. El mundo actual con sus prisas no puede perder el tiempo escuchando repeticiones. Pero con ello perdemos la ocasión de penetrar en el sentido real de la obra. En música, especialmente en obras desconocidas o poco conocidas, es importante la repetición, para poder familiarizarnos con los temas. Pero es posible que la mayoría de mortales no tengan paciencia para ello. La mentalidad moderna es demasiado superficial para penetrar en el corazón de las obras. Tenemos prisa hasta para disfrutar de uno de los momentos más espirituales, como es la audición musical. Reflexionemos sobre ello intentando sumergirnos en la mística oriental de la cual nuestro tecnificado mundo se está separando.

Kancheli s2Una consecuencia inevitable de lo expuesto es la interferencia en la valoración y el comentario de las obras estudiadas. Al basarnos en versiones grabadas de las mismas la interpretación tendrá siempre un valor importante, especialmente en las obras poco conocidas, de las que no disponemos de versiones de referencia. Una pobre interpretación de una obra maestra disminuye considerablemente su valor, por lo cual es posible infravalorar una determinada obra a causa de su defectuosa interpretación. Muchas partituras desconocidas ganarían brillantez si fueran interpretadas por renombradas orquestas y directores.

Después de esta serie de reflexiones, que influyen sobre nuestro estudio de las sinfonía, basado en reproducciones grabadas de las mismas, continuamos con la descripción de la sinfonía estudiada.

La primera parte, adagio, nos presenta un tema de coral de una manera bastante críptica, en estilo, recurriendo a una imagen pictórica, de puntillismo. El tema en principio es poco reconocible. Luego recibe una serie de transformaciones, interpretado por trompa y flauta, hasta convertirse después de la llegada a su clímax en una viva danza, iniciando la segunda parte, allegro.

El allegro ocupa la parte central de la sinfonía, con la presentación de una animada danza, primero discretamente, para finalmente después de un ostinato de la cuerda, interpretarla rítmicamente al estilo de Stravinsky. La sección termina bruscamente en un silencio que la conecta con la parte final.

El último adagio cierra la estructura en forma de arco. Regresan los cantos iniciales interpretados en forma de música de cámara por diversos instrumentos. Finalmente aparece un tema pastoral presentado por la madera, que ilumina la obra con una luz nueva. La sinfonía termina plácidamente en un silencio.

La obra se basa en los cantos litúrgicos de Georgia, unos cantos polifónicos de origen popular que proporcionan una imagen de misterio. Pero las melodías no están claras, son generalmente difusas y se van descubriendo lentamente, por ello nos parece que es importante mantener todas las repeticiones y variaciones.

Kancheli en 1971 es nombrado director musical del Teatro Rustaveli de Tiflis, para el cual escribe diversas partituras musicales.

La “Sinfonía Nº 3" fue compuesta en 1973, estrenándose el 11 de octubre de 1973 en Tiflis, interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de Georgia dirigida como las anteriores por

Dzhansug Kakhidze, a quién la sinfonía está dedicada. La obra necesita la colaboración de un tenor, que en su estreno fue H. Gonashvili.

Escrita en un solo movimiento empieza con una serie de cantos melismáticos sin palabras del tenor solista. Un par de acodes nos conducen a un ostinato de la cuerda, que es interrumpido por diversos acordes del metal. La flauta responde con fragmentos del melisma inicial. La cuerda presenta un nuevo ostinato en una forma ondulante al estilo de la música nocturna de Bartok. Un unísono masivo de la orquesta termina esta sección. Continúa con una serie de frases armónicas cambiantes que terminan con fuertes acordes. Se desarrollan luego unas frases líricas basadas en los melismas iniciales que acaban con gran fuerza orquestal.

KANCHELI S3En la parte central solos del oboe y la flauta presentan una escena bucólica, antes de la nueva entrada del tenor vocalizando. La cuerda toma el tema hasta llegar a un clímax seguido por nuevas frases descendentes del tenor, que termina esta mágica escena.

La última parte empieza con un siniestro ritmo de la cuerda, interrumpido por acordes del metal, una nueva influencia de Stravinsky. Continúa con una sección de gran fuerza dinámica y rítmica que nos conduce a un nuevo clímax. La música se calma cuando reaparece el tenor volviendo al material inicial, con comentarios de la madera y acordes del metal. El sonido de las campanas, seguido por los timbales nos conduce a la repetición de las melismáticas frases iniciales por el tenor solista.

Una nueva sinfonía en la que se impone claramente el estilo de su autor. Como la anterior está dividida en tres partes sin interrupción, presentándonos una reflexión espiritual sobre la vida, de un modo abstracto sin añadir ningún material descriptivo. El empleo de temas folclóricos, al estilo de Bela Bartok, nunca presenta citaciones directas de los mismos.

Kancheli continúa escribiendo partituras para la escena y en cine, entre las que se encuentra la banda sonora para "The Cranks" compuesta en 1973, con el conocido vals lento "Ella está aquí".

La “Sinfonía Nº 4" (A la memoria de Michelangelo)  fue compuesta en 1974, estrenándose el 13 de enero de 1975 en Tiflis, interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de Georgia dirigida como las anteriores por Dzhansug Kakhidze. En 1976 recibió un Premio del Estado de Georgia por esta partitura. En enero de 1978 se estrenó en los Estados Unidos dirigida por Iouri Temirkanov con la Orquesta de Filadelfia.

Escrita para la celebración del 500 aniversario del nacimiento del pintor y escultor renacentista Michelangelo Buonarroti (1475-1564), conocido en español como Miguel Ángel, el pintor de la Capilla Sixtina.

Compuesta en un solo movimiento usa las campanas para acompañar diversos temas, así como la celesta. La sinfonía tiene un carácter más ligero que las anteriores con el uso de claros motivos melódicos. Empieza con solitarios y fúnebres tañidos de campana a la que se unen los instrumentos de madera. A la campanada número doce se une una segunda campana y una tercera a la veinticuatro, formando un conjunto armónico. Empieza un crescendo de la orquesta que cuando se detiene nos conduce a un extenso pasaje lleno de serenidad con etéreas entradas de la madera, que se van convirtiendo en formas melódicas derivadas del folclore de Georgia. Entradas bruscas de la orquesta intentan destruir este mágico momento.

DAVID MIGUEL ANGELEn la parte central la intervención del arpa y la celesta nos conducen a un fragmento de gran estabilidad tonal. La flauta interpreta una clara melodía. Un fragmento de gran sencillez y belleza. Pero nuevamente las bruscas entradas orquestales intentan destruir estos momentos de paz. Una especie de scherzo con figuras rítmicas en la cuerda se añade al afán destructivo. Un violento pasaje es interrumpido por un repique de campanas que finalmente logran neutralizarlo.

Entonces empieza una recapitulación de temas anteriores o derivados directamente de ellos, interrumpida varias veces por fuertes acordes de la orquesta. La sección final se caracteriza por un solo de violín col legno[1] acompañado por flautas, campanas, arpa y celesta, hasta que finalmente queda solo con una campana tubular.

La sinfonía empieza con unas notas fúnebres en memoria del gran artista. Una partitura de características filosóficas oponiendo dos mundos diferentes. Uno de ellos nos describe la simplicidad y claridad clásica de la obra de Miguel Ángel. Impetuosas interrupciones del tutti orquestal contrastan con la expresada belleza, que se opone a la violencia del mundo real.

Continuando con su colaboración con el teatro, en 1975 compone la música para la comedia musical "El círculo de tiza caucasiano" según la obra de Bertol Brecht.

La “Sinfonía Nº 5" (A la memoria de mis padres)  fue compuesta en 1977, estrenándose el 27 de febrero de 1978 en Tiflis interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de Georgia dirigida como las anteriores por Dzhansug Kakhidze.

En esta sinfonía que sigue los patrones de las anteriores usa un clavicordio para dar relieve a determinadas escenas. Pasajes nostálgicos tranquilos contrastan con otros violentos fragmentos. Empieza con un solo de clavicordio de un modo tonal neobarroco. Pero pronto es interrumpido violentamente por entradas de la orquesta y notas suspendidas de la cuerda. Un crescendo anunciado por los timbales nos conduce a un poderoso clímax, basado en una distorsión de las notas iniciales del clave. Las notas suspendidas reaparecen. Una breve reaparición del clave es detenida por bruscas entradas de la orquesta, que intentan centrarse en un determinado tono sin finalmente conseguirlo.

En la parte central después de una pausa aparece una sección de desarrollo, que va incrementando lentamente las líneas melódicas a partir de las notas suspendidas. La música va volviéndose más cálida. El clave intenta volver a las notas iniciales hasta que se produce un aumento de la tensión, con entradas bruscas de las cuerdas sobre un ritmo marcado por el tam-tam. Una serie de motivos rítmicos parecen querer dominar la acción.

KANCHELI S 5El clave intenta restituir la melodía pero es interrumpido mediante disonancias. El tema de notas suspendidas reaparece. Cuando parece que llegamos a la resolución final, una violenta entrada orquestal mediante disonancias trata de destruir este material. Finalmente las notas suspendidas continúan, terminando la sinfonía con unas simples notas del clave que deja abierta su conclusión.

Una trágica obra que continuamente pretende destruir toda aparición de melodía. Dedicada a la memoria de sus padres, evoca un mundo que intenta destruir los valores morales y estéticos. Ideas infantiles son demolidas violentamente, como para demostrar la corrupción de la juvenil inocencia.

Entre sus nuevas contribuciones para el cine encontramos su banda sonora más famosa, "Mimino" compuesta en 1977, que contiene su nostálgica canción hojas muertas. Para el teatro compone la música escénica "El papel para un debutante" de T. Chiladzed en 1979 que contiene un melódico interludio. Desde este año Kancheli es secretario de la Unión de Compositores de la República Socialista Soviética de Georgia y miembro de la Unión de Cineastas.

La “Sinfonía Nº 6" fue compuesta entre 1978 y 1980, cumpliendo un encargo para la Gewandhausorchester de Leipzig. Se estrenó el 7 de abril de 1980 en Tiflis interpretada en su primera versión por la Orquesta Sinfónica del Estado de Georgia dirigida como las anteriores por Dzhansug Kakhidze. La versión final se estrenó el 22 de octubre de 1981 en Leipzig interpretada por su Gewandhausorchester dirigida por Kurt Masur.

Escrita también en un solo movimiento sin interrupción, la podemos considerar dividida en tres partes. La primera nos presenta una melodía de raíces folclóricas introducida por el violoncelo, en un modo que crea un efecto de música antigua, con el timbre de una viola da gamba. Continúa con un fragmentado diálogo entre dos flautas, que se expande con la introducción del arpa. Esta sección termina bruscamente con una dramática entrada de la cuerda. El clavicordio inicia una serie de cambios tonales con participación de las flautas. Un motivo de tres notas del clave se repite en las flautas. El retorno del material inicial es interrumpido varias veces por furiosas entradas del tutti orquestal. La sección termina con figuraciones del clave sobre una nota sostenida de la cuerda.

La segunda parte continúa sin interrupción con una textura menos fragmentada, más melódica, en forma de una extensa meditación con notas extendidas, que nos lleva a un clímax con dramáticas llamadas de las trompas en un estilo neobarroco. Continúa con un pasaje con figuraciones de las flautas procedentes de la primera parte, combinadas con la melodía de esta sección. Un solo del violoncelo nos conduce a la siguiente sección.

La última parte empieza misteriosamente con el sonido de las campanas tubulares. Continúa con una enérgica sección. Las campanas tubulares vuelven pacificando la música. El tema inicial de la sinfonía retorna pero es interrumpido por un nuevo clímax orquestal. Nuevamente intenta volver el motivo inicial pero un extenso motivo rítmico orquestal lo impide, llegando a un nuevo clímax con la intervención del tam-tam. Después de un golpe de gong el tema inicial cierra la obra, terminando con una nota suspendida.

Una nueva sinfonía que utiliza de un modo personal temas folclóricos de su tierra, para realizar una partitura expresiva, sin necesidad de materiales descriptivos. Motivos neobarrocos son utilizados como forma de expresión.

En 1985 compone la banda sonora del film "Den Gneva" (El día de la ira).

La “Sinfonía Nº 7" (Epílogo) fue compuesta en 1986 y como indica su nombre constituye su última sinfonía. Dedicada a la Orquesta Filarmónica Checa se estrenó el 11 de diciembre de 1986 en Praga, interpretada por dicha orquesta dirigida por Vaclav Neumann. Una nueva versión revisada se interpretó el 24 de marzo de 1992 en Berlín interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín bajo la dirección de Olaf Henzold. Esta versión realiza numerosos cortes, al estilo de los realizados en la segunda sinfonía antes comentados.

KANCHELI S 7Para comprobar en qué se diferencian ambas versiones se ha realizado un estudio comparativo entre ellas, a partir de la grabación de Michail Jurowski con la Rundfunk-Sinfonieorchester Berlin que utiliza la versión original con una duración de 30'41" y la grabación de Fedor Glushchenko con la Orquesta Sinfónica del Estado de Moscú, que interpreta la versión revisada con una duración de 20'58". Como vemos la diferencia en la duración es notable.

El resultado del estudio es el siguiente. El tempo utilizado por ambos directores es prácticamente el mismo, por lo cual la diferencia de minutaje no se puede atribuir a la velocidad de interpretación. Un estudio temático nos revela que ambas versiones respetan todos los temas que aparecen. La diferencia entre ambas versiones reside en los cortes efectuados en motivos de transición entre temas y en la repetición de los mismos. Con ello se consigue una versión más dinámica y ligera, pero cuando la escuchamos por primera vez nos resulta más difícil la identificación de los motivos temáticos.

La versión original es más repetitiva pero muchas veces creemos que para un público poco preparado es preferible. Cuando se conoce la partitura encontramos en la versión reducida un mayor contraste temático que le otorga más brillantez. Opinar sobre cuál es la mejor dependerá absolutamente del gusto del oyente.

La conclusión que podemos sacar de estos comentarios es que muchas veces no debemos conformarnos con la audición de una sola versión. La crítica de una obra puede cambiar totalmente según la versión escuchada y de la conversión de las notas escritas en su partitura en sonidos musicales, lo que dependerá también de la habilidad de la orquesta en interpretarlos y de la visión de su director. Muchas obras poco conocidas son poco valoradas al no disponer de grandes interpretaciones de las mismas.

Después de estas consideraciones pasamos a la descripción de la música analizada. La sinfonía empieza con dramáticas fanfarrias del metal y golpes de platillo que culminan en unos compases conclusivos. La entrada de las maderas pacifica la escena introduciendo una música más amable. Esta sección termina con la interpretación de un himno con cierta solemnidad. Los cambios entre una música belicosa y otra amable se producen de un modo radical, como si quisiera destacar los dos aspectos de la vida, debatiéndose entre el amor y la violencia terrenal.

KANCHELI S 2Sigue con una sección en tempo de adagio, que nos conduce a un tema lírico romántico en ritmo de vals. Después continúa con otra sección de agresiva música militar. Durante cierto tiempo la música se desarrolla pacíficamente, con melodías interpretadas por la madera y un tema nostálgico de la flauta. Sin interrupción se inicia una nueva sección en tempo de allegro con entradas disonantes del metal y un tema rítmico con influencias de Stravinsky, que termina en un clímax con la participación de trompetas y percusión. El metal finalmente se desvanece y la sinfonía termina mediante un tema nostálgico y doloroso. Unas notas del piano acompañan una tranquila coda.

Una sinfonía, si todavía puede llamarse de este modo, que ha perdido toda la estructura clásica. Aparecen una gran cantidad de temas, con citaciones de anteriores sinfonías y de otros compositores. La obra adquiere un aire de recapitulación, como si la idea del compositor fuera la de cerrar un ciclo, su ciclo sinfónico. Es lo que ocurre realmente. No escribe más sinfonías.

A partir de ahora sus composiciones sinfónicas no se denominarán sinfonías. Cada una tiene un título descriptivo, pero no sigue ningún guión, lo cual caracteriza a los poemas sinfónicos. Escribe música sinfónica pura, como una meditación sobre un determinado tema. No se corresponde con ningún género en concreto. Quizás es que la sinfonía ha muerto. Acaso se ha transformado tomando un diseño nuevo. Lo continuaremos llamando sinfonía o sencillamente música sinfónica o música para orquesta.

Por otra parte también lo podríamos considerar como una evolución del poema sinfónico. Un poema sinfónico abstracto, sin seguir una determinada línea argumental. Una expresión de sentimientos. En definitiva a este nuevo género surgido en el Siglo XX lo llamaremos Música Sinfónica, simplemente y sin más disquisiciones teóricas. El problema que se nos presenta es decidir si este tipo de composiciones son una evolución de la sinfonía y deben incluirse en una historia de la sinfonía basada especialmente en la música contemporánea.

Después de estos comentarios metafísicos volvamos a la realidad de esta determinada sinfonía. En la cabecera de la misma se encuentra un epígrafe del poeta georgiano Galaktion Tabidze que empieza con "Hace mucho tiempo ...". Después la obra se subtitulacomo Epílogo. Esto nos dice que se trata de una recapitulación de toda su obra anterior. Una recapitulación vista con nostalgia, pero buscando cerrar una etapa. Muchos temas son de sus obras anteriores. La brusca unión entre la música estática con la agresiva de rasgos militares se hace aquí muy evidente. Traducimos a continuación unas frases de su autor pronunciadas durante una de sus entrevistas.

Parece como si uno de los objetivos del arte fuera el de denunciar la injusticia, la mentira, la vulgaridad, la ignorancia, oponiéndolas a la bondad, la belleza, la luz. La música, sin tener ninguna conexión con cualquier concepto particular o imagen visual, es capaz de incorporar estos ideales de modo evidente de la manera más universal y simultanea. La belleza en la música posee una pureza especial, frágil y vulnerable. Pero quizás en ello reside su impacto emocional ilimitado.

KANCHELI SIMIKancheli continúa escribiendo bandas sonoras, como "Kin-Dza-Dza" en 1986 o "Passport" en 1990. Pero empieza un nuevo género de música sinfónica que sustituirá a la sinfonía. Una de las primeras partituras se titula "Llorado por el viento", una liturgia para viola y orquesta, compuesta en 1989 y estrenada en Berlín en 1990. Escrita a la memoria de Givi Ordzhonikidze, un musicólogo amigo suyo, es una de las obras más melancólicas que ha escrito.

Dividida en cuatro movimientos se podría considerar también como una nueva sinfonía para viola y orquesta. La escritura para la viola no es de tipo virtuosístico, lo cual la diferencia de los conciertos. A continuación debido a su importancia conceptual traducimos las reflexiones del propio compositor sobre su obra.

En principio todas mis obras, cualquiera de ellas, podrían ser llamadas "Liturgia". Para mi es importante que mi música sea una especie de servicio religioso o de rito, pero no voy a extenderme sobre este punto. Generalmente me parece que si los oyentes piensan en las convicciones religiosas del compositor durante la interpretación interfiere algo que no se encuentra al nivel de la música.

He dicho repetidas veces que no veía una gran diferencia entre mis anteriores obras, que he llamado sinfonías y las que escribo actualmente. Los dos géneros pueden considerarse como música programática o como música "pura". Vale la pena que añada que generalmente no empiezo a pensar en el título hasta que la obra está terminada y que sería inexacto identificar el título de una de mis obras, cualquiera de ellas, con su contenido.

Su siguiente obra sinfónica es "Mourning Prayers" compuesta en 1990 para orquesta de cámara y cinta magnetofónica, con una grabación vocal, se estrenó en Londres. "Midday Prayers" para soprano, clarinete y orquesta de cámara, compuesta el mismo año se estrenó en Salzau (Festival de Música de Schleswig-Holstein).

Su obra, como su autor, sale de Georgia y se hace internacional. Recibe una beca de la Academia Alemana de las Artes, viviendo en Berlín desde 1991, debido a la inestabilidad política de Georgia después de la desaparición de la URSS.

En 1994 compone "Night Prayers" para saxofón, orquesta de cuerda y cinta magnetofónica, estrenada en Stuttgart. En el mismo año escribe "Magnum Ignotum" para instrumentos de viento, contrabajo y cinta magnetofónica, nuevamente con grabaciones vocales, estrenada por el Dutch Wind Ensemble. Finalmente "Caris Mere" para soprano y viola, también fue compuesta en 1994, estrenándose en Ferrara.

Desde 1995 Kancheli vive en Amberes (Bélgica), por invitación de la Orquesta Filarmónica Real de Flandes como compositor en residencia. Para dicha orquesta escribe en el mismo año "Simi" (Sombrías reflexiones para violoncelo y orquesta), obra dedicada a Mstislav Rostropovich. Una reflexión de intensa tristeza expresada a través de la cuerda. Simi es una palabra georgiana que significa cuerda.

"... à la Duduki" compuesta en 1995 para quinteto de viento y orquesta, se estrenó en Mannheim. No utiliza el duduk, pero imita su sonido. El duduk es un instrumento de viento folclórico parecido al oboe del que se ha hablado en páginas anteriores.[2]

KANCHELI Diplipito"Valse Boston" compuesta en 1996 para piano y cuerdas, escrita para la Stuttgarter Kammerorchester está dedicada a su esposa, con la siguiente frase. Dedicada a mi mujer con la que no he bailado nunca. Una frase irónica como la del título de la obra, con sus páginas de expresión nostálgica, totalmente separada del espíritu de la danza. Como curiosidad añadiremos que Kancheli está casado y tiene dos hijos.

"Diplipito" para violoncelo, contratenor y orquesta de cámara fue compuesta en 1997 estrenándose en Lisboa. El título de la obra es una palabra críptica tomada del poeta Joseph Brodsky, que significa mi obra del silencio, mi creación muda ... Es lo que expresa el contratenor con sus palabras ininteligibles tomadas de una épica georgiana. Acaso tengan un sentido para su autor.

"Styx" para viola, coro mixto y orquesta compuesto en 1999 se estrenó en Ámsterdam. Caronte representado por la viola guía a los viajeros hacia la entrada del reino de la muerte, el Hades, atravesando la laguna Estigia (Styx).

KANCHELI FOTO REntre sus últimas obras se encuentra "Twilight" (Crepúsculo), compuesta en 2004 para violín, viola, orquesta de cuerda y sintetizador, estrenada al año siguiente en Salzburg. Escrita después de superar una seria enfermedad, se inspiró en los álamos durante el otoño comparándolos con la vida humana. Finalmente citamos "Dixi" para coro mixto y orquesta compuesta en 2009 y estrenada en Munich.

Sus obras respetan la tonalidad, mediante un ascético lenguaje musical de carácter meditativo, oponiendo la violencia del mundo exterior a la calma contemplativa del mundo interior. Su música expresa la tragedia del mundo actual que no se puede evitar. Pero la meditación interior jamás podrá ser aniquilada, siendo el principal elemento donde reside la esperanza.

Giya Kancheli murió en Tiflis el 2 de octubre de 2019.

[1]  En los instrumentos de cuerda se golpea o roza la cuerda con el dorso del arco en lugar de hacerlo con las cerdas, produciendo un sonido percusivo y suave.

[2] Véase , Terterian.