TUBIN

INDICE

Biografía

Sinfonía 1

Sinfonía 2

Sinfonía 3

Sinfonía 4

Sinfonía 5

Sinfonía 6

Sinfonía 7

Sinfonía 8

Sinfonía 9

Sinfonía 10

Sinfonía 11

Sinfonietta


Eduard Tubin (1905-1982)
nació en Torila localidad situada cerca de Kallaste en el lago Peipus, perteneciente al condado de Tartu, en aquella época parte del Imperio Ruso, el 18 de junio de 1905. Sus padres eran aficionados a la música. El padre tocaba el trombón en la banda del pueblo.

Su primer encuentro con el estudio de la música fue en la escuela donde aprendió flauta, tocándola en la orquesta de su pueblo. Su padre pudo comprar un piano y el niño se hizo popular por sus recitales.

En 1920 ingresó en la Escuela de Maestros de Tartu cuando Estonia había logrado la independencia. Allí comenzó su interés por la composición. En 1924 fue admitido en la Escuela Superior de Música de Tartu empezando sus estudios con el famoso compositor Heino Eller.

Se casó con una compañera de estudios, Linda Pirn, en 1930, de la cual tuvo su primer hijo Rein en 1932. Trabajó como director de la orquesta del Teatro Vanemuine en Tartu y también de uno de los principales coros.


La “Sinfonía Nº 1 en do menor" fue escrita entre el 1 de diciembre de 1931 y el 11 de mayo de 1934, estrenándose el 24 de febrero de 1936, el día del aniversario de la República de Estonia, en Tallin, interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Estonia dirigida por Olav Roots.

Debido a sus trabajos como director que le mantenían ocupado todo el día, solo podía componer por las noches, lo que explica el largo periodo de composición.

El primer movimiento, adagio, allegro feroce, está compuesto en una compleja forma sonata en la cual los temas son poco reconocibles y se emplean durante toda la obra, en un sentido que le da cohesión. Empieza mediante una introducción lenta donde se presenta el tema fundamental de la sinfonía. El segundo tema es bastante parecido de forma lírica.

El allegro irrumpe con fuerza presentando el tema principal mediante toda la orquesta Los clarinetes nos muestran un nuevo tema desarrollado posteriormente por maderas y trompeta. La parte intermedia es más calmada, en la cual el oboe interpreta el tema lírico. El desarrollo empieza con el tema principal. El segundo tema es desarrollado primero por el clarinete y las maderas. En la coda se escuchan los temas fundamentales llegando a un clímax donde las trompetas entonan con fuerza el tema principal, terminando con un fuerte acorde de la orquesta.

El segundo movimiento, allegretto moderato, empieza con delicadeza mediante la flauta y el primer violín interpretando un tema bastante parecido al tema lírico del anterior movimiento. Las flautas en un ambiente de música de cámara empiezan la sección intermedia. Durante el desarrollo del material temático el ritmo de la danza aumenta, hasta que es detenido por unos compases descendentes. La atmósfera cambia y se obscurece, apareciendo nuevamente el tema principal con otro ritmo. Aumenta el sentimiento trágico hasta llegar a su clímax. Al calmarse, el primer violín recuerda el tema principal del movimiento de un modo resignado.

El tercer movimiento, sostenuto assai quasi largo e poco maestoso, empieza de modo nostálgico mediante la cuerda. Después de un crescendo el oboe presenta un nuevo tema, que se desarrolla en forma de canon. Resuena con fuerza al ser tomado por las trompetas. Continúa con el desarrollo del tema principal del movimiento hasta que las llamadas de las trompetas presagian un acontecimiento importante próximo. Después de un solo de viola y uno de violín, mientras la madera interpreta el tema fundamental, una marcha procesional se aproxima. La percusión martillea con fuerza sus compases. Finalmente las trompetas interpretan con potencia el tema fundamental de la obra, terminando con un radiante acorde orquestal.

Una sinfonía que posee un complicado desarrollo temático con importante uso del contrapunto, lo cual parece que retardó su composición. Resumiendo se trata de una música bastante compleja que es necesario repetir varias veces su escucha para poder seguir su proceso evolutivo.


La “Sinfonía Nº 2" (La Legendaria) fue empezada durante el verano de 1937 mientras lo pasaba en la costa nordeste de Estonia, en Toila. La terminó en Tartu el 17 de noviembre del mismo año. Se estrenó en Tallin el 24 de junio de 1938 interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Estonia dirigida por su director titular Olav Roots.

No se trata de una obra programática. Su título según el compositor solo marca su carácter sin pensar en ningún programa concreto.

El primer movimiento, Légendaire, empieza mediante una introducción lenta, marcando el carácter de la obra expresado en su título. Violines y violas crean una base visionaria. El corno inglés y el violoncelo exponen el tema principal. Con este reducido material el compositor logra un gran crescendo, que es seguido por una sección más calmada. Durante el desarrollo el tema principal se presenta de modo apasionado y expresivo. Rítmicos acordes son después desarrollados por las trompetas.. Cerca de su conclusión el movimiento se calma y nos conduce sin pausa al siguiente movimiento.

El segundo movimiento, sostenuto assai, grave e funebre, empieza con los timbales acompañados por los violoncelos de modo misterioso. La viola empieza a repetir una especie de fórmula mágica. Pronto se escucha la respuesta del piano empezando un breve diálogo. Se acerca una mística procesión fúnebre, que crece llegando a su punto culminante y luego desaparece. El tema inicial de la viola se escucha interpretado por el primer violín y finalmente por la propia viola.

El tercer movimiento, tempetuoso, ma non troppo allegro, quasi toccata, empieza mediante un tema espectral. El segundo tema de carácter dramático es presentado por los trombones y la tuba. Continúa con un amplio desarrollo de estos temas, mediante cambios de ritmo, en contrapunto, muchas veces acompañado por un violento cromatismo. Los tintes dramáticos se acentúan llegando a una potente marcha espectral que alcanza un potente clímax. La parte central más calmada presenta sin embargo gran tensión.

La sinfonía termina mediante un extenso epilogo lento, que empieza mediante trágicos solos del piano y del violín. Se escuchan en forma variada ecos de la introducción de la obra terminando mediante un tonal acorde.

Una sinfonía que marca un significativo avance sobre la precedente, que en su segundo movimiento posee un marcha fúnebre de gran tensión y con un movimiento final de una potente pulsación rítmica.

En el mismo año de la sinfonía Tubin termina su enérgica obra orquestal "Toccata". Como director coral realiza numerosos viajes. En 1938 se encuentra en Budapest con Zoltan Kodaly que hace que se interese en la música folclórica. Fruto de este interés es su "Suite sobre danzas de Estonia" compuesta en 1943 originalmente para violín y piano. Música sencilla pero con un gran atractivo nacionalista. En Suecia el compositor realizará en 1974 una versión para violín y orquesta de la misma.

En 1939 compone la "Balada para violín y orquesta" dotada de gran lirismo. De la misma época es la "Obertura solemne" compuesta en 1940.


La “Sinfonietta sobre motivos estonianos" compuesta en 1940, se estrenó en Tallin el 28 de junio de 1940, interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Estonia dirigida por Olav Roots. El compositor utiliza temas procedentes del folclore nacional.

El primer movimiento, allegro vivace e grazioso, empieza con un solo de oboe de aire popular acompañado por la cuerda. El tema pasa luego a flautas y clarinetes y finalmente a los violines. El segundo tema es enérgico y dominante. Continúa con un interludio lírico donde el violín presenta un nuevo tema, que es repetido por los primeros violines.

La madera nos recuerda el tema inicial con intervenciones del tema lírico. El trombón repite el segundo tema acompañado por el violín siendo continuado por las trompas. En la sección final el oboe interpreta el primer tema y la orquesta continúa tranquilamente hasta el final.

El segundo movimiento, ostinato, largo, empieza con un tema presentado mediante un solo de trompa. El tema se repite quince veces con alguna variación, en forma de ostinato, primero por la trompa, luego por la madera, corno inglés y trompetas, metales, fagots y percusión, violoncelo y contrabajos y finalmente nuevamente por la trompa hasta que la música se desvanece.

El tercer movimiento, finale, allegro molto moderato, se inicia con un tema rítmico danzante, un aire popular interpretado por el oboe, que es continuado por la flauta y el clarinete. Las trompetas presentan un nuevo tema rítmico, que es seguido por la flauta, piccolo y oboe, a los que después se añaden los violines. Los contrabajos interpretan algo que nos suena familiar.

El trombón interpreta nuevamente el tema ostinato del anterior movimiento. Posteriormente es escuchado por las trompas y luego por trompa y trompetas juntas. Continúa con la recapitulación de los dos temas del movimiento, terminando con una sección maestoso, en la que el metal interpreta el tema ostinato, finalizando la pieza con toda la orquesta.

Música sencilla inspirada en temas populares que contrasta con la complejidad de sus anteriores sinfonías. Período de felicidad que pronto terminará por las represiones de los soviéticos.

Otra de sus obras inspiradas en temas folclóricos es su ballet "Kratt" empezado en 1938. Elfriede Saarik, una bailarina del Teatro Vanemuine produjo el libreto. La música se basa en canciones folclóricas de Estonia y la acción es bastante siniestra.

Un granjero crea un ser fantástico llamado Kratt con ayuda del diablo. Pero la historia termina dramáticamente cuando Kratt incendia la granja, estrangula al granjero llevándose su alma el diablo. La acción tiene su contraste en la historia de amor entre la hija del granjero y el sirviente.

En el mes de junio de 1940 la URSS invade Estonia y prohíbe toda música de carácter modernista. En el verano de 1941 empieza la ocupación alemana que continúa con la prohibición. Pero el carácter folclórico de la música evita su censura. Se estrena el 24 de febrero de 1944 en el teatro Estonia de Tallin. Durante una nueva interpretación del ballet el 9 de marzo del mismo año la aviación soviética bombardea Tallin. Incendian el teatro y con él se queman las partituras. Por suerte en el teatro Vanemuine Tubin guardaba una copia. Por ello pudo llevársela a Suecia al exilarse.

En 1941 Tubin celebra un segundo matrimonio, esta vez con quién había escrito el libreto de su obra, la bailarina de ballet Erika Saarik, que actuaba en el Teatro Vanemuine. Interpretó el papel de hija de la familia en el ballet "Kratt" del entonces su marido en 1943. En 1942 había nacido su segundo hijo Eino.


La “Sinfonía Nº 3 en re menor" (Heroica) fue empezada el uno de diciembre de 1940 después de seis meses que Stalin había incorporado la República Báltica a la URSS y terminó su primer movimiento el 10 de mayo de 1942, cuando Estonia se encontraba bajo control alemán. La partitura se acabó el 9 de octubre de 1942.

Se estrenó en el Teatro Estonia de Tallin el 26 de febrero de 1943 interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Estonia dirigida por Olav Roots. Años más tarde en 1946, cuando el director y el compositor se encontraban exilados en Suecia, Olav escribe las siguientes frases.

La desesperación, la obstinación y el odio que ha humillado a un pueblo pacífico que ha perdido su independencia se expresan musicalmente en la tercera sinfonía. Se desarrolla en forma de un himno apasionado, en expresión potente de conciencia de su propio valor y de fuerza interior, y como una llamada heroica a la justicia.

A pesar de no poseer ni título ni programa concreto, el público asistente a sus dos interpretaciones en Estonia comprendió el mensaje escondido en la obra, recibiéndola de manera extraordinaria. El título de heroica fue agregado posteriormente. La sinfonía fue revisada en 1968.

El primer movimiento, largo, energico, empieza con un tema serio. Se escucha una especie de marcha fúnebre interpretada por las maderas. El oboe añade un segundo tema de carácter lírico continuado por los violines. El tema inicial regresa por medio del trombón y después es interpretado por trompas y trompetas.

Continúa con la sección energico, un poco più mosso con las trompetas presentando un nuevo tema, en seguida continuado por la madera con el tema inicial en contrapunto. El allegro energico siguiente toma la forma de una fuga con un tema enérgico. Continúa mediante un largamente, maestoso, con el tercer tema. La música se calma durante el non troppo allegro, quasi moderato, donde el corno ingles presenta un nuevo tema que recuerda a las antiguas canciones religiosas del folclore de Estonia, acompañado por el tema de la fuga, en la parte central del movimiento.

Después de llegar a su clímax se escucha nuevamente el tema de la fuga en la sección allegro energico. Luego el primer tema es interpretado por las trompetas y después por trompas y trombón. Sigue un largamente con el trombón presentando el tercer tema. En el energico siguiente se pueden escuchas los temas cuarto y el de la fuga. En el largamente maestoso el cuarto tema es interpretado por las trompas con el contrapunto del primero. La tensión dramática aumenta progresivamente en el agitato con las llamadas de los metales. El tema inicial resuena en las trompetas acompañado por las corcheas de cuerdas y maderas. Los acordes de la coda cierran el movimiento de forma solemne.

El segundo movimiento, molto allegro e tempetuoso, empieza mediante un tema fantasmagórico y espectral. Pasa rápidamente no dando tiempo al desarrollo de este octavo tema más ampliamente. Se escuchan algunos compases del primer tema de la sinfonía. El trombón y el violoncelo lo interpretan con más amplitud. El trombón y más tarde las trompas entran con el octavo tema.

La tormenta se calma apareciendo una sección lírica. Un prolongado solo de violín. Este momento de calma es interrumpido por los trombones con su tema tempestuoso seguido de un nuevo periodo de calma, pero la inquietud permanece, terminando el movimiento de modo ligero.

El tercer movimiento, largo, maestoso, comienza con una llamada de los trombones repetida por las trompas. Arpa, violines y violas empiezan a tocar acordes escuchándose en el fondo pizzicatos misteriosos, que se desarrollan en forma de ostinato.

Continua con un allegro marciale ma maestoso, donde los violines interpretan un tema fluido. Se escuchan las llamadas iniciales mientras el corno inglés y los violoncelos entran con un nuevo tema. Se recuerda el tema inicial de la sinfonía escuchándose nuevamente las llamadas.

Un enérgico ostinato anuncia el clímax final. El clarinete de forma lejana interpreta el tema de llamada inicial, repetido por trompetas y maderas. Las primera y segunda trompetas interpretan unas notas del primer tema de la sinfonía mientras la tercera trompeta interpreta el tercer tema. Finalmente los metales entonan brillantemente el primer tema.

Una sinfonía escrita en tiempos de guerra, con motivos que unifican la obra al pasar de uno a otro movimiento. Marchas en forma de ostinati y fanfarrias del metal recuerdan los temas marciales junto con temas líricos que muestran al pueblo que sufre. Una obra eminentemente de carácter nacionalista escrita después de la ocupación soviética.

El "Primer concierto para violín y orquesta" fue compuesto entre el 6 y el 23 de diciembre de 1941 para el violinista Evald Turgab que lo estrenó en Tartou el 30 de octubre de 1942.


La “Sinfonía Nº 4 en la mayor" (Lirica) fue empezada en 1942 terminándola en 1943. El compositor lo explica con sus palabras. Había esbozado el primer tema en 1942, Reflexioné continuamente sobre lo que haría pero la idea no acababa de madurar. De repente me vino la idea de cómo debía seguir y rápidamente escribí la obra. Estaba preparada a finales de agosto de 1943.

La obra debía estrenarse durante la primavera de 1944 y por ello el manuscrito de la sinfonía fue enviado a Tallin para realizar las particellas y se guardó en la caja fuerte de la emisora de la radio situada en el cuarto piso del teatro Estonia. Estando en plena ocupación alemana, el 9 de marzo de 1944 la ciudad fue bombardeada por la aviación soviética tocando de pleno el Teatro.

La caja fuerte conteniendo la única copia de la sinfonía cayó del cuarto piso del edificio en llamas a los sótanos. Según el relato del compositor, la mañana del 10 de marzo los hombres fueron a ver lo que había pasado. Se dieron cuenta de que la caja fuerte se encontraba en el sótano y estaba aun caliente. Cuando lograron abrirla, retiraron temblando el material. La partitura de la cuarta sinfonía tenía los bordes un poco quemados. Las particellas estaban intactas.

Como la sala de conciertos estaba destruida la sinfonía se estrenó el 16 de abril de 1944 en el Teatro Dramático de Tallin, interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Estonia dirigida por Olav Roots.

Tubin se llevó a Estocolmo la partitura con los bordes quemados, que era inutilizable pues las páginas se caían al menor movimiento. En 1978 realizó una revisión acortándola y dotándola de una mayor densidad musical. Esta nueva versión se estrenó el 5 de noviembre de 1981 en Bergen, interpretada por la Musikselskabet Harmonien de Bergen dirigida por Neeme Järvi.

El primer movimiento, molto moderato, empieza con los primeros violines y violas introduciendo el primer tema lírico de carácter sereno. Este primer motivo generará la mayoría de temas a lo largo de la sinfonía, dándole unidad. Mientras el tema se desarrolla el oboe presenta el segundo con un cierto carácter pastoral. El posterior desarrollo se basa en estos dos temas. La música nos lleva a un clímax en la parte central del movimiento, continuando luego con intensidad bucólica que nos conduce a la recapitulación.

El segundo movimiento, allegro con anima, se podría tomar por un scherzo. pero escrito de forma libre. Se inicia mediante la intervención de dos clarinetes, seguidos de un tema presentado por el corno inglés acompañado rítmicamente por las violas. Los violines introducen una nueva idea que se desarrolla con pasión rítmica y dulzura. En una sección más lenta, que se podría asociar al trío de la forma scherzo, el oboe desarrolla un nuevo tema acompañado por la cuerda. Una llamada de las trompetas aparece por sorpresa. Luego se reanuda el tema rítmico iniciando una especie de recapitulación.

El tercer movimiento, andante un poco maestoso, empieza con un tema tranquilo interpretado por el violoncelo y el contrabajo, relacionado con el tema inicial del primer movimiento. Los violines desarrollan un nuevo tema de carácter lírico hasta llegar a su clímax, seguido por un trío de trombones, de un solo de flauta bucólico acompañado por el arpa y el murmullo de la cuerda. Regresa el tranquilo tema inicial, un nuevo trío de trombones y un solo de violín que nos conduce a la suave coda.

El cuarto movimiento, allegro, es según el compositor, un allegro verdaderamente sinfónico y alegre. Empieza íntimamente con un tema presentado por la cuerda. El segundo tema es presentado por la trompa de caza junto a violas y violoncelos. Estos temas se desarrollan mediante unas variaciones.

Los primeros violines y el corno inglés interpretan un nuevo tema que se desarrolla ampliamente. Antes de llegar al final todo se calma, aparece un silencio como una señal de espera. Llamadas del metal y de la madera se escuchan entre los sonidos refinados de cuerda y arpa. Empezando por el trombón el tema principal es interpretado por el corno inglés, clarinete, flauta y otros instrumentos, desplegándose en forma de un arco iris de distintas coloraciones. El tema principal de la sinfonía reaparece en los últimos compases.

Con esta sinfonía empieza una nueva fase en la obra de Tubin. Compuesta también en tiempo de guerra es totalmente opuesta a la tercera, que estaba dominada por los metales. En ésta la cuerda lleva el papel principal en la exposición y nos evoca el paisaje de la nación, imperturbable por la guerra en la imaginación del compositor.

Según escribe el director Olav Roots en Estocolmo en 1946, después de la heroica tercera sinfonía, la cuarta nos presenta un contraste radical. Tubin cambia las sonoridades masculinas, severas, por dulces tintes color pastel. Como si la noche nórdica repartiera una luz dulce sobre la naturaleza de la patria, cuyos contornos han perdido su aspereza en la obscuridad.

Cuando la Unión Soviética ocupa Estonia en 1944, como gran número de sus compatriotas, Tubin con su mujer Erika y sus hijos Rein y Eino emigran a Suecia, a la ciudad de Estocolmo. Su primera obra escrita en el exilio es el "Concertino para piano y orquesta" terminado el 19 de febrero de 1945 que estrenará su compañero, el director y pianista Olav Roots también compartiendo el exilio.


La “Sinfonía Nº 5 en si menor" es la primera compuesta en Estocolmo en 1946. Será estrenada el 16 de noviembre de 1947 interpretada por la Orquesta Filarmónica de Estocolmo dirigida por Carl Garaguly.

Tubin dice que se trata de música pura sin ningún programa determinado, pero parece que la obra lleva un mensaje oculto como escribe el compositor Moïse Pergament después de su estreno en un periódico local.

Casi no existe la menor duda de que esta sinfonía está pensada y realizada como una imagen sonora de la tragedia nacional estoniana, una imagen donde el propio drama es dibujado con la misma fuerza y la misma fantasía artística, que la esperanza un poco religiosa en el porvenir y la visión de libertad sublimemente profética.

El primer movimiento, allegro energico, empieza mediante un tema enérgico interpretado por las cuerdas y maderas. Después de un crescendo apoyado por los metales aparece el segundo tema. Continúa con un enfrentamiento entre los dos temas hasta que en el punto culminante aparecen contrapuntísticamente. Los timbales tienen un importante papel en la coda.

El segundo movimiento, andante, comienza mediante un motivo en pizzicato en los violoncelos sobre el tema de una canción folclórica de Estonia, Sobre nuestra calle del pueblo. Luego las violas empiezan a interpretar una vieja coral estoniana, La noche se acaba. Continúa con una serie de variaciones sobre estos temas. El ritmo agitado del primer movimiento es recordado mediante las trompetas y timbales. El tema de la coral termina el movimiento.

El tercer movimiento, allegro assai, comienza con un tema enérgico interpretado por violoncelos y contrabajos. Después de un crescendo la trompa presenta el segundo tema, un poco parecido al segundo tema del primer movimiento. Durante la sección de desarrollo aparece un tercer tema en la trompa, recordando al primero del inicio de la sinfonía. La marcha impetuosa llega a un clímax ricamente polifónico, desapareciendo luego en la lejanía.

La cuerda introduce la atmósfera del anterior movimiento. Las trompetas interpretan una fanfarria. La orquesta empieza a desarrollar un canto efervescente, que sostenido por los timbales lleva la sinfonía a una coda triunfal.

Según escribe Moses Pergament en su crónica del estreno, La coda del final se eleva a un verdadero Sinai desde el cual se ve la tierra prometida, como el espejismo de un paraíso donde las nubes que lo cubrían se levantan cada vez más alto, hasta que todo resplandece en un acorde mayor perfecto triunfante como acorde final.

En 1948 Tubin compone el "Concierto para contrabajo y orquesta" considerado como uno de los mejores en su género.


La “Sinfonía Nº 6" es acabada el 11 de diciembre de 1954. Se estrena en la radio sueca el 30 de septiembre de 1955, interpretada por la Orquesta de la Radio Sueca dirigida por Tor Mann. Su primera interpretación pública tiene lugar el 31 de octubre de 1956 en la gran sala de conciertos de Estocolmo, interpretada por la Orquesta de la Asociación de Conciertos dirigida por Hans Schmidt-Isserstedt.

El primer movimiento, andante sostenuto, ma ritmico, empieza con un ritmo de bolero. Un tema tranquilo es presentado por el oboe. La trompa introduce un nuevo motivo al estilo de Ravel, que se vuelve a escuchar más tarde. La sección energico, un poco più mosso nos recuerda el ritmo de un tango. El saxofón presenta un nuevo tema más calmado. El material anterior se desarrolla hasta alcanzar su punto culminante dramático, acompañado con fuerza por los metales y la percusión, al que sigue una desaceleración hasta el final del movimiento, en el cual un motivo es repetido de modo refinado por el piano, la percusión y la viola.

El segundo movimiento, molto allegro, empieza de modo vivo mediante un tema rítmico penetrante, interpretado por la madera, violines y violas, acompañados por un ostinato de los bajos y percusión. Continúa con el ritmo de una rumba irregular. El saxofón interpreta un tema melódico, las trompetas un violento tema de danza guerrera, seguido por el canto melancólico del saxofón y el motivo danzante de las trompetas que es tomado por toda la orquesta. Casi al final del movimiento podemos escuchar un glissando de los trombones sobre el fuerte ritmo marcado por la percusión.

El tercer movimiento, festoso, es una chacona construida sobre un tema solemne y ceremonioso. El compositor edifica una serie de variaciones sobre dicho tema, algunas de gran complejidad rítmica. Después de un terceto de trombones acompañado por la cuerda continúa con una parte central más lírica.

El tempo se vuelve enérgico empezando un largo crescendo en el cual el tema es interpretado primero por los trombones, en el clímax por las trompetas y luego en forma de canon. La trompa empieza a acompañar el tema mediante acordes, que son tomados por otros instrumentos. Las flautas y clarinetes entran con un motivo colorista que está relacionado con el principio del segundo movimiento. Continúa con un nuevo crescendo y los trombones interpretan el tema alargándolo un poco. Después del decrescendo las cuerdas presentan fragmentos del tema. La sinfonía termina con una señal de interrogación de las trompas, que han interpretado algo parecido en el primer movimiento.

Una obra con cierto carácter agresivo, austera e intransigente, con algunos momentos cercanos a la Sacre du Printemps de Stravinsky. Continúa su camino hacia un lenguaje tonal moderno aproximándose en algunos momentos a la atonalidad. Como instrumento no usado habitualmente el compositor añade el saxofón. Establece paralelismos entre el jazz, la música clásica y las danzas sensuales como el tango y la rumba.

Esta sinfonía se ha considerado frecuentemente como la búsqueda filosófica y sin respuesta del compositor en el mundo cambiante que le rodeaba. En Suecia las técnicas radicales de composición iban ganando interés durante la década de 1950, las cuales no se ajustaban a los intereses de Tubin. Fue considerado como un compositor fuera de su época. Al no creer necesario adoptarse a las modas del momento para lograr el éxito, las ocasiones para presentar su obra se vieron notablemente reducidas.


La “Sinfonía Nº 7" fue empezada en 1956 terminándola el 10 de junio de 1958. Se estrenó en la ciudad sueca de Gavle interpretada por la orquesta de dicha ciudad dirigida por Gunnar Staern.

El primer movimiento, allegro moderato, escrito en forma sonata, empieza con una breve introducción de la cuerda, antes de que flautas y fagots presenten el primer tema algo inquietante continuado por los violines. Después de intensificarse la música hasta llegar a un breve clímax, continua con un momento más calmado en que se puede escuchar el segundo tema más tranquilo y lírico. A partir de aquí comienza una variada sección de desarrollo. La música posee un carácter de pregunta sin respuesta. El tema principal nos conduce a una tranquila coda.

El segundo movimiento, larghetto, empieza con un tema melancólico. Los violoncelos y contrabajos le confieren un carácter fúnebre, unido luego a los sonidos mágicos de las flautas y después del piccolo. Rompiendo este estado de melancolía aparece un scherzo, doppio movimento, ma poco agitato, con su carácter rítmico, pero la música fúnebre reaparece en la sección correspondiente al trío, primero en el corno inglés y los clarinetes, a los que se les añaden flautas y oboes. Se reanuda brevemente el ritmo del scherzo, terminando tan súbitamente como había comenzado. Entonces los violines interpretan apasionadamente la música fúnebre, hasta que el tema se pierde en el infinito.

El tercer movimiento, allegro marciale, comienza con un tema rítmico presentado por el clarinete, acompañado misteriosamente por la cuerda, timbales y clarinete bajo. La música toma el ritmo de una marcha rápida. Un nuevo motivo interpretado por las trompetas es acompañado por acordes rítmicos de la orquesta, donde se puede notar el empleo de notas atonales correspondientes a una serie dodecafónica.

Acompañados por un ostinato de contrabajos y violoncelos, los oboes y cuerdas nos presentan un nuevo tema. Después de un gran crecendo, un fugato nos conduce a la sección final de la sinfonía con el potente empleo de trompas y trompetas.

En un intento de emplear nuevas técnicas compositivas, en esta sinfonía usa escalas dodecafónicas pero sin abandonar su preferencia por la tonalidad.

En Estonia, después de la condena del estalinismo en 1956 se recupera algo de libertad. Tubin mantiene contactos con su país y su música se escucha nuevamente en Tallin, donde su quinta sinfonía es dirigida por Sergei Prohhorov.

Tubin recibe en 1961 la nacionalidad sueca. Trabaja restaurando antiguas óperas en el histórico Teatro del Palacio Drottningholm. Le queda tiempo para trabajar en sus propias obras. En Suecia escribe la mayoría de sus obras más importantes, dos óperas, las últimas cinco sinfonías, un segundo concierto para violín, la "Música para cuerdas" completada en 1963 y el curioso "Concierto para balalaika" terminado en 1964, entre otras obras.


La “Sinfonía Nº 8" fue acabada el 5 de abril de 1966 en el barrio de Handen, Estocolmo, donde residía el compositor. Se estrenó el 24 de febrero de 1967 en la sala de conciertos Estonia de Tallin, interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Estonia dirigida por Neeme Järvi.

El primer movimiento, andante quasi adagio, empieza de forma melancólica mediante un tema triste. Los violines agregan un tema breve que también será empleado en los dos próximos movimientos. Música revestida de un poder sombrío. El desarrollo llega a un potente clímax con sonidos tensos y desgarrados. La recapitulación nos conduce a un final sin esperanza.

El segundo movimiento, allegro moderato, tiene la forma de un rondó. El clarinete interpreta un tema jovial acompañado por la cuerda. El oboe introduce un nuevo tema que será más tarde interpretado por las trompetas. La cuerda aparece con un tema rítmico danzante. Continúa con un crescendo que al terminar se inicia una pensativa sección lírica. Se repite el tema inicial primero en el fagot y luego por el clarinete bajo. Continúa con el tema de las trompetas y el danzante de la cuerda. Un crescendo basado en el tema principal se detiene durante el decrescendo en una pausa. Después de una llamada de las trompetas termina con frescura y potencia.

El tercer movimiento, allegro vivace, está escrito en forma de un ostinato cuyo tema es presentado por las trompas. Este tema es repetido alternativamente por los violoncelos, trompas, clarinetes y oboes, llegando a un poderoso clímax marcado con fuerza por la percusión. La música se va diluyendo hasta llegar a una pausa dando paso a una dramática coda.

El cuarto movimiento, lento, tenuto e maestoso, empieza mediante graves acordes del metal, casi en la forma de una coral. Estos acordes pasan a las maderas y luego son desarrollados por la cuerda. La música empieza a estar acompañada por el pizzicatto de los contrabajos y el ritmo de los timbales. Después de una pausa empieza en la parte central un gran crescendo. Toda la orquesta suena como olas gigantescas, hasta el momento en que aparece el último coral y desaparece finalmente a lo lejos.

Se trata de su sinfonía más sombría e introspectiva, que necesita cierta concentración por parte del espectador. El segundo movimiento está dominado por un motivo sinuoso, casi insidioso, llegando a su punto culminante en el último movimiento, que se resuelve de modo desgarrador antes de morir en la inmovilidad.


La “Sinfonía Nº 9" (Sinfonia semplice) fue compuesta entre los meses de septiembre y noviembre de 1969. Se estrenó el 20 de noviembre de 1971 en Estocolmo, interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca dirigida por Stig Westerberg.

Su título nos indica que es más corta, más sencilla y más fácil de escuchar que algunas de sus anteriores sinfonía, como en el caso evidente de su anterior. Está compuesta por dos únicos movimientos.

El primer movimiento, adagio, escrito en la clásica forma sonata, empieza mediante una introducción lenta, donde se presenta el material que se utilizará en el siguiente allegro. El primer tema de carácter rítmico es presente durante todo el movimiento. Los violines presentan el segundo tema, imitados por las violas. La cuerda empieza a desarrollar la siguiente idea. A partir de estos temas se construye toda la sección de desarrollo y termina con una recapitulación dominada por el ritmo de su tema principal.

El segundo movimiento, adagio, lento, recuerda en su inicio algo de la introducción del anterior movimiento. La flauta presenta un tema lírico pensativo bastante largo acompañada discretamente por la orquesta. El tema es continuado por los violoncelos y contrabajos.

Aparece una sección en forma de scherzo, presto, introducido por los clarinetes que se desarrolla mediante un fugato. El tema es presentado en una nueva forma. Seguidamente se prepara el retorno del adagio, lento inicial en la sección central del movimiento. Continúa mediante un extenso crescendo en el cual el tema lírico de la flauta es interpretado por las trompetas. Un ostinato de los trombones se interpone al canto expresivo de metales y cuerda. Finalmente se recupera la calma y los clarinetes interpretan un recuerdo del tema lírico.

Se trata de una sinfonía sin grandes complicaciones, pero que conserva un ambiente serio a lo largo de toda la sinfonía. La obra del compositor ha aumentado su gravedad en los últimos años, lo que denota esta obra y que como veremos continuará a lo largo de su último período compositivo.


La “Sinfonía Nº 10" fue compuesta por encargo de la Sociedad de la Orquesta de Göteborg. Empezada el 10 de enero de 1973 la terminó el 4 de abril del mismo año. El compositor declaró medio en broma sobre su sinfonía, como tenía prisa, la sinfonía está escrita en un solo movimiento. Pero se trata de un movimiento compuesto que comprende los cuatro movimientos de la sinfonía clásica.

Se estrenó el 27 de septiembre de 1973 interpretada por la Orquesta Sinfónica de Göteborg dirigida por el conductor americano William Byrd. El compositor estuvo presente en el concierto pudiendo recibir las felicitaciones del público e intérpretes.

Empieza mediante un adagio con un tema de carácter sombrío interpretado por la cuerda. Su desarrollo es interrumpido por una llamada de la trompa, que se repetirá posteriormente varias veces. Esta llamada aporta el debido contraste a esta sección de ambiente melancólico y sirve para la unión de las diferentes secciones de la sinfonía.

El oboe acompañado por los segundos violines y violas introduce el segundo tema. En los últimos compases se escucha un breve motivo del oboe que será usado frecuentemente. Un crescendo de los timbales hace pasar del adagio a la sección central de la sinfonía, allegro molto ma energico, empezando mediante potentes acordes de trombones y tuba con un cierto parecido a la llamada de la trompa anterior. Estos acordes son tomados posteriormente por clarinetes, fagots, violas y violoncelos.

Los violines interpretan el primer tema de un allegro de sonata clásico, repetido después por la completa orquesta. Un solo de trompa nos introduce el segundo tema de carácter lírico que luego se desarrolla. El oboe presenta nuevamente su breve motivo que es repetido por toda la orquesta.

En la sección de desarrollo se escucha el tema principal, que se transforma de manera enérgica y potente. En el acompañamiento se recuerda el ritmo sincopado de la sección lírica. El ritmo de la llamada de la trompa es recordado en un ostinato misteriosamente coloreado de las cuerdas. Sobrepuesto al acompañamiento se repite el tema potente derivado del principal, pero con notas prolongadas. Una nueva llamada de la trompa, que es interpretada por todo el conjunto orquestal excepto la tuba, cierra esta sección de desarrollo.

La posterior recapitulación termina con el breve motivo del oboe, inicialmente presentado por la flauta, luego por el oboe y finalmente por toda la orquesta. Después de un gran decrescendo el compositor forma a partir de estas simples notas del oboe toda la sección del scherzo de vigoroso ritmo alterado. Una sección intermedia lírica hace la función de trío con un largo solo de violín. Luego continúa el ritmo furioso del scherzo, hasta que es interrumpido por una nueva llamada de la trompa.

Entonces empieza la última parte de la sinfonía, un adagio festivo cuyo tema rítmico crece con potencia durante su desarrollo. Un extenso pasaje de carácter elegíaco sostenido por la cuerda se eleva hasta su clímax, antes de disolverse en un calmado final.

La última sinfonía terminada por Tubin parece resumir toda una vida de trabajo. Su material temático está estrechamente ligado en sus cuatro movimientos, que se interpretan sin interrupción.

El "Réquiem para los soldados caídos" es una obra sinfónico coral empezada por Tubin en 1950, pero que abandonó en el medio del segundo movimiento. Muchos años después continúa su composición, terminándolo el 17 de agosto de 1979. Se estrenó en Estocolmo el 17 de mayo de 1981 dirigido por el propio compositor. Sería la última obra que dirigiría en su vida.


La “Sinfonía Nº 11" es una obra inacabada que fue empezada durante los últimos años de la vida de Tubin, sin poderla terminar a su muerte en 1982. Solo pudo componer el primer movimiento. La sinfonía fue completada, a petición del director de orquesta Neeme Järvi, por su compatriota Kaljo Raid, que orquestó su único movimiento en 1987. Su interpretación fue dirigida por Paavo Järvi.

El único movimiento terminado, allegro vivace, con spirito, está recorrido por un áspero y vigoroso romanticismo que hace que la obra sea a la vez optimista y sombría. El ritmo de los timbales inicia el movimiento con fuerza. Un tema optimista es contrarrestado por una sección central más sombría.

Eduard Tubin es considerado como el mayor compositor sinfónico de Estonia, algo que podríamos comparar con Jean Sibelius en Finlandia. A partir de 1965 pudo realizar algún viaje a su patria. Hacia el final de su vida empieza a ser reconocido como compositor, especialmente cuando su amigo y compatriota el director de orquesta Neeme Järvi se exila en 1980 a los Estados Unidos.

Durante el último año de su vida su última sinfonía acabada es interpretada en cinco conciertos por la Orquesta Sinfónica de Boston. Tubin fue nombrado miembro de la Academia Real Sueca de Música. Después de una larga enfermedad muere en Estocolmo el 17 de noviembre de 1982.