La “Sinfonía Nº 3” (Kaddish) fue terminada en 1963 poco después del asesinato del Presidente John Fitzgerald Kennedy ocurrido el 22 de noviembre de dicho año, mientras la estaba orquestando. La obra había sido encargada conjuntamente por la Koussevitzky Music Foundation y la Boston Symphony Orchestra. Pero se estrenó el 10 de diciembre de 1963 en Tel Aviv a la memoria del Presidente Kennedy, a quién dedicó la obra. La interpretó la Orquesta Filarmónica de Israel, con la mezzo-soprano Jennie Tourel, coros y la actriz Hanna Rovina en el papel de recitador, todos dirigidos por su compositor.
El estreno en los Estados Unidos lo realizó la Boston Symphony el 10 de enero de 1964, con Jennie Tourel, el New England Conservatory Chorus y Felicia Montealegre, la mujer de Bernstein como recitador, dirigidos por Charles Munch. Durante los catorce años siguientes a su estreno Bernstein modificó repetidas veces la obra hasta su versión final estrenada el 25 de agosto de 1977 en Mainz, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Israel, con la soprano Montserrat Caballé, el Wiener Jeunesse-Chor, los Wiener Sängerknaben y Michael Wager como recitador, dirigidos por Leonard Bernstein, en ocasión de los 500 años de la Universidad de Mainz.
La obra está orquestada para un gran conjunto, con una extensa sección de percusión, recitador, soprano y coros. Dividida en siete secciones unidas en tres movimientos, está basada en dos aspectos del judaísmo. El Kaddish que significa santificación, una plegaria recitada en los servicios religiosos de las sinagogas y en el diálogo entre el hombre y Dios.
Los cantos usados en los tres Kaddish están escritos en arameo, la lengua empleada en Israel en el periodo anterior a la destrucción del segundo templo. Los textos de los recitados son obra del propio compositor.
El primer movimiento, comprende dos secciones. La primera, adagio, lleva el título Invocation. El texto es recitado, introduciendo la orquesta los principales motivos de la obra. Los graves acontecimientos que ocurren en el mundo hacen necesario el diálogo con Dios.
La segunda, l’istesso tempo, allegro molto, se titula Kaddish 1. En ella aparece el coro cantando suavemente, transformándose bruscamente en un violento allegro. Es una oración de alabanza y santificación. Ritmos hebraicos aparecen en la música mientras el coro canta con una contenida rabia, como un reproche. Finalmente el narrador pide a Dios que ponga orden en la tierra, que establezca la paz entre los hombres. Vigorosos Amens del coro cierran el movimiento.
El segundo movimiento también comprende dos secciones. La primera, di nuovo adagio, lleva el título Din-Torah, que significa juicio según la ley divina. El recitador lanza una serie de acusaciones contra Dios, recriminándole el abandono de sus siervos. La orquesta con participación de la percusión, entra con nuevos motivos atonales, en el punto más álgido de la discusión. La música se desarrolla mediante cierta influencia del jazz, hasta llegar a una sección grotesca que contiene Amens angustiados del coro, conduciéndonos a una cadencia con un grito de desesperación cantado por partes divididas del coro. Finalmente el narrador pide perdón a Dios, pero reprochándole su conducta.
La segunda, andante con tenerezza, se titula Kaddish 2. El narrador desea consolar a Dios de su enfado, decepcionado por sus criaturas, cantando una canción de cuna. La soprano canta en forma de canción de cuna un texto de alabanza a Dios, entrando luego el coro de niños. La soprano con su canto pide la paz en la tierra. En la parte final el narrador introduce a Dios en un sueño.
El último movimiento se compone de tres secciones, correspondiendo al Kaddish 3. La primera, presto scherzando, sempre pianissimo, es el Scherzo. El narrador presenta una secuencia onírica cambiando los papeles entre Dios y el hombre, que lo fuerza a renovar su fe en el hombre. Una brusca entrada de la orquesta con notas disonantes nos conduce al último párrafo. Termina con las palabras Believe!, Believe!, cree, mientras la orquesta presenta un tema claramente tonal.
La segunda, sempre pianissimo, empieza con el coro infantil comentando sus palabras. El narrador hace una renovación de la fe perdida. El coro infantil empieza el canto del último Kaddish de forma muy dulce. Termina con el comentario del narrador.
La tercera, adagio come nel Din-Torah – Allegro vivo, con gioia, empieza con una fuerte intervención orquestal, despertándose de su estado onírico. Dios y el hombre salen de su sueño enfrentándose a la realidad. La orquesta interpreta un tema meditativo. El narrador establece una nueva relación con Dios. Ha llegado el momento de la reconciliación. Con una introducción orquestal, la soprano y los dos coros empiezan una fuga, alabando a Dios, con alusión a todos los temas de la obra terminando pidiendo la paz para Israel, antes del Amen con que termina la obra.
Las propias palabras de Bernstein nos sirven para la explicación descriptiva de la obra. “Cualquier hijo, en un momento u otro, desafía a su padre, se pelea, lo abandona, solamente para retornar, si tiene suerte, más unido y más seguro que antes. Todos nuestros grandes personajes judíos del pasado, incluyendo Abraham que fundó el judaísmo, a Moisés y los Profetas, todos discutieron con Dios. Discutieron con Dios del mismo modo que cualquiera de vosotros discute con los amigos más íntimos, con los que más amáis, con los que realmente podéis pelearos. Sabéis que cuanto más se ama a alguien, más podéis enfadaros con él y cuando llega la reconciliación, estáis más unidos que nunca. Algo así es lo que ocurre a lo largo de la obra”.
Con esta sinfonía Bernstein termina el tríptico dedicado a la fe. En la primera pierde la fe, en la segunda la busca y finalmente en la tercera la recupera. Podemos observar nuevamente el uso dado por Bernstein a la música dodecafónica, usada para aumentar la tensión y el dramatismo, coexistiendo con el empleo de la tonalidad en la expresión de la resolución del conflicto.