GASULL

Feliu Gasull (1959-) nació en Barcelona en 1959. Amplió sus estudios de guitarra y composición en la década de 1980 en el Conservatorio de Ginebra y en la Universidad de Indiana. Ha actuado como guitarrista y compuesto obras para este instrumento. Entre su música para orquesta se encuentran las siguientes obras.

"Sàssia" compuesta en 1986.

“Concert per a guitarra i orquestra de cambra” compuesto en 1987.

“Cant de benvinguda” para orquesta, coro, mezzosoprano, barítono y guitarra compuesto en 1992 por encargo del Festival de Peralada.

“Cel roig” para flauta y orquesta de cámara, compuesta en 1995.por encargo de la Orquestra de Cambra del Teatre Lliure de Barcelona.

“Suite de Santa Fe” para orquesta y guitarra compuesta en 1995. Un encargo de la Rochefeller Foundation de los Estados Unidos.

“Dues àligues volant a contravent” para flautín, viola y orquesta de cámara, compuesta en 2001 por encargo de la Orquestra de Cambra del Teatre Lliure de Barcelona.

“La tonalitat de l’infinit” para coro infantil, conjunto instrumental y narrador compuesta en 2002. Encargo del Consorci del Auditori y la OBC.

"Concert per a orquestra" compuesto en 2003 por encargo de la OBC, que se estrenó el 13 de diciembre de 2003 dirigida por Achim Fiedler. El crítico musical Xavier Cester escribe el siguiente comentario en el programa de mano del día de su estreno, que por su interés reproducimos a continuación.

A pesar de que la materia prima de la música es el sonido y que los compositores reflexionan en ello continuamente, no podemos olvidar que el otro elemento indispensable de la música es el silencio. Georges Braque, el gran pintor francés iniciador con Picasso del cubismo, dijo El tiesto da forma al vacío y la música, al silencio. Esta afirmación, que ya Laozi había expresado al Daodejing hace 25 siglos, sirve como punto de partida para justificar la idoneidad de reflexionar sobre el silencio a través de la música. 

El concierto de Gasull surge de una reflexión sobre el silencio, pero no sobre el silencio por ausencia de sonido, sino sobre el silencio interior y la dificultad que tenemos a la hora de detener el diálogo que continuamente se produce en nuestro cerebro. A partir de la constatación que nuestro cerebro siempre está pensando y que nunca se detiene, Gasull intenta reproducir musicalmente el proceso de la meditación trascendental, uno de los caminos para llegar al silencio interior. Así, aunque la obra es un concierto para el lucimiento de la orquesta, responde también al concepto de poema sinfónico, pues basa su planteamiento en la descripción del proceso que se sigue durante la meditación. La obra se divide en cuatro movimientos que se interpretan sin interrupción.

El primer movimiento, Caos, expresa la continua actividad cerebral y la dificultad de detenerla. Para conseguir dejar la mente en blanco, se inicia la repetición insistente de un mantra.

El segundo movimiento, Mantra, se desarrolla sobre un ritmo de soleá, un palo flamenco formado por una amalgama rítmica con carácter meditativo y de una gran profundidad. Este ritmo insistente empieza muy lento y va creciendo hasta llegar a interpretarse al triple de su velocidad inicial para llevarnos hacia un clímax total, que desemboca en el silencio. Al final de este momento culminante aparece un instrumento poco habitual en la orquesta, el diapasón, que produce un sonido que se va extinguiendo lentamente de forma natural hasta llegar al silencio.

El tercer movimiento, Silenci, consiste en seis segundos de silencio.

El cuarto movimiento, Final, coda, representa el retorno a la actividad mental. En este retorno el sonido se produce también de forma progresiva, primero haciendo vibrar una lámina de vibráfono con un arco y después añadiendo gradualmente el resto de instrumentos. Se trata de un movimiento más cantabile, donde la orquesta presenta más armonía interior que en el resto de la obra. La partitura termina con una pequeña coda, en la que una voz blanca interpreta una melodía sobre un verso de Josep Carner, en un fragmento que no pretende ser una gran intervención del solista vocal, sino que busca desprender sencillez y simplicidad.

  La llum ve de l'altura         La luz viene de la altura

           la fosca ve del cor          la oscuridad viene del corazón

tot clama i res no dura        todo clama y nada dura

  tot calla i res no mor          todo calla y nada muere

Los planteamientos existenciales que han generado esta obra son verdaderamente difíciles de expresar, pero sin duda la música es un buen medio para intentarlo. Ya lo decía Aldous Huxley, el autor de la mítica novela Un mudo feliz: Después del silencio, lo que más se aproxima a expresar lo inexpresable es la música.

“El Clot del Boc” fue compuesto en 2010 para guitarra, soprano, contratenor, barítono, voz popular y orquesta. Encargo de la Escola Superior de Música de Catalunya. Se estrenó en l’Auditori el 25 de octubre de 2010, interpretado por la Orquestra Simfònica de l’ESMUC, con Assumpta Mateu, Xavier Sabata, Sílvia Pérez Cruz y Jordi Sabata, bajo la dirección de Xavier Puig, en el concierto de celebración de los 10 años de la escuela.

Gasull ha colaborado musicalmente con María del Mar Bonet, Toti Soler y Ovidi Montllor, entre otros.

Como guitarrista ha escrito muchas obras para su instrumento, para formaciones de cámara y para voz. En el año 1991 recibió el Premi Ciutat de Barcelona. Actualmente es profesor de música de cámara del Departamento de Clásica y Contemporánea de la ESMUC.