HOMS

Joaquim Homs (1906-2003) nació en Barcelona, en la calle Pelayo, el 21 de agosto de 1906, hijo de un médico. Interesado por la música inició estudios de violoncelo terminándolos en 1922. Después estudió Ingeniería Industrial, profesión que simultaneó con la composición musical.

Su primera obra conocida es la "Suite para piano" Op. 1 compuesta en 1921 durante sus años de estudiante. Una obra intimista con detalles impresionistas. Pero la primera obra reconocida por su autor es "Nou apunts per a piano" compuesta entre 1925 y 1926, inspirada en textos literarios. Su estilo es avanzado marcando su futuro desarrollo.

Amplió sus conocimientos musicales con Robert Gerhard entre 1931 y 1938, lo cual le influenciaría en su avanzado estilo de composición. Trabaja como ingeniero en la empresa estatal CAMPSA durante la época republicana, siendo su medio material de subsistencia.

Homs se casa con la pintora Pietat Fornesa el 18 de junio de 1937, de la cual en 1938 tendrá su hija Pietat. Se habían conocido en el mes de noviembre de 1934 durante una visita al Museo de Arte Románico de Montjuic. La muchacha tenía 18 años y estudiaba pintura en la Llotja, la. Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi.

El matrimonio realiza su viaje de novios en París en plena guerra civil, al recibir una carta de Gerhard informando que una de las obras del compositor había sido elegida para representar a España en el XV Festival de Música Contemporánea, organizado por la SIMC, que en aquel año se celebraba en Francia. Este viaje merecerá represalias durante la época franquista. En 1937 estrena el "Duo per a flauta i clarinet" compuesto en 1936, en el Festival de la SIMC en París.

El "Cuarteto de cuerda Nº 1" compuesto en 1938 se estrena en Varsovia en 1939, en el marco del Festival de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea, SIMC. Todos estos primeros éxitos se verán frenados por la Guerra Civil Española y sus consecuencias.

Al finalizar la Guerra Civil con la victoria de los fascistas, fue represaliado especialmente por no haber pasado a la zona nacional cuando se encontraba en París. Al trabajar en una empresa estatal fue suspendido de empleo y sueldo hasta el mes de septiembre de 1939 y trasladado a Valencia durante cuatro años, que finalmente quedaron reducidos a tres. Homs pudo regresar a Barcelona en 1943.

Las “Variaciones sobre un tema popular catalán" compuestas en 1943 para piano, que orquestará en el mes de enero de 1948, será su primera obra orquestal. El tema empleado es una canción de cuna recogida del Cancionero de Pedrell. El empleo de las técnicas politonales se hace evidente dentro de un estilo bastante ecléctico.

Inicialmente estaba formada por un tema y doce variaciones, pero al parecer aconsejado por Gerhard añadió tres variaciones más que conducían a un brillante final. Pero finalmente deja al intérprete la elección entre la primera o la segunda versión.

El tema se presenta al inicio de la obra mediante un sorprendente alucinado contrapunto a dos voces en registros muy remotos, dando una sensación de vacío, que contrasta con la calidez y expresividad inherente en la línea melódica. En las siguientes variaciones la música va adquiriendo mayor complejidad, la melodía inicial aparece por aumentación, por disminución y en canon, entre otros recursos contrapuntísticos.

La segunda variación es de carácter impresionista, la tercera juega con la politonalidad siendo el tema todavía reconocible. En la cuarta aparece ya muy transformado. En la quinta vuelve a ser explícito, algo que no ocurrirá hasta la doceava. La séptima variación posee una serena polifonía a tres voces que llega al máximo de emotividad.

Las variaciones octava y novena se acercan a una escritura brillante infrecuente en la obra de Homs. En la décima encontramos una velada alusión a la música de Johannes Brahms, la onceava tiene carácter impresionista y en la doce vuelve la politonalidad siendo el tema de nuevo claramente identificable, coincidiendo con el primer final proyectado por el compositor. La segunda versión termina con tres variaciones de carácter brillante.

Con las "Siete piezas para piano" Homs busca un nuevo medio de expresión, realizando una música casi totalmente atonal. La "Sonata para piano Nº 1" compuesta en 1945 está dedicada a la pianista belga Pauline Marcelle, que en 1943 se había refugiado en Barcelona debido a sus orígenes judíos. Una obra expresionista escrita en tiempos de agitación bélica, empleando un lenguaje muy personal.

El “Concertino para piano y orquesta de cámara" compuesto entre 1946 y 1947 se encuentra dentro de esta primera época, en la cual el compositor busca un estilo personal, siguiendo los pasos de su maestro Gerhard. Escrito para la citada pianista Pauline Marcelle no se pudo estrenar durante la vida del compositor. Una obra nada convencional en la que sin abandonar totalmente la tonalidad su autor busca reafirmar su personalidad.

El primer movimiento, allegro moderato, no sigue la forma habitual de sonata. Construido como preludio es enérgico escrito con gran densidad contrapuntística. Una escritura moderna que empieza la búsqueda de un nuevo camino.

El segundo movimiento, adagio, está escrito en forma de canon siendo el verdadero eje central expresivo de la obra, como si buscase el recuerdo de los barrocos preludio y fuga, pero usando una forma nueva de expresión.

El tercer movimiento, allegro scherzando, sigue la forma del scherzo en su concepto clásico, con el uso de temas rítmicos y una sección más lírica.

El cuarto movimiento, allegro vivace, empieza con vigor empleando material de los precedentes movimientos. Incluye en su parte central un elaborado fugato, regresando después a la fuerza inicial. Termina con un acorde en staccato de forma enigmática.

En 1948 compone “Entre dos líneas", una suite para piano en siete movimientos dedicada a su hija Pietat, que entonces tenía diez años y empezaba a estudiar este instrumento. Por ello su estilo es bastante sencillo, en momentos casi naif. En el mismo año realizó una versión para orquesta de cámara, en la que se acentúa su estilo neoclásico. Añadió un nuevo movimiento, un vals procedente de una obra juvenil para piano. También realizó en 1975 una versión para dos guitarras que se estrenó en Helsinki.

Sus ocho movimientos son allegretto, andantino, tempo di vals, larghetto, andante, tempo di vals poco rubato, vivace y tempo di marcia. Posee influencias del grupo de los seis francés, de Bela Bartok y de Stravinski en su movimiento final.

El “Adagio para cuerdas" compuesto en 1952 es una revisión y orquestación del segundo movimiento de su "Cuarteto para cuerda Nº 3" compuesto en 1950. Obra de carácter dramático pero en la que todavía no abandona la tonalidad. Homs compuso entre 1938 y 1975 ocho cuartetos de cuerda.

Pieza de carácter expresionista que en su momento culminante aparece una cita de su propia melodía "La pena de mi corazón", compuesta en 1931 formando parte del ciclo de canciones "Pájaros perdidos", basadas en poemas de Rabindranath Tagore.

Las "Tres sardanas" compuestas en 1951 para cobla fueron transcritas para piano a cuatro manos. Sin ninguna referencia a temas populares estas pequeñas piezas respiran el aire de la tradicional danza catalana, pero teñido por las disonancias del estilo de su autor.

En 1954 se inicia la segunda fase en la composición de Homs. Su estilo que había sido bastante ecléctico en la búsqueda de su definición, encuentra en el dodecafonismo su medio de expresión. Una de sus primeras obras basadas en las series de doce notas es la "Sonata para piano Nº 2" compuesta en 1955, que tuvo la suerte de poder ser interpretada en Barcelona y luego en la ciudad alemana de Ulm.

Durante esta época compone sus primeras obras dodecafónicas para piano. El ciclo de sus "Siete Impromptus" abarca los años entre 1955 y 1960, asimilando el sistema a un estilo enteramente personal. Otra de sus obras dodecafónicas para piano es "Tres Invenciones sobre un acorde" de 1958.

"El caminant i el mur" es un ciclo de lieder compuesto en 1962 sobre textos del poeta catalán Salvador Espriu, empleando la música dodecafónica, en un estilo conciso que lo acerca a Anton Webern.

“Invenció per a orquestra" compuesta en 1964 está construida mediante el método dodecafónico, en la época que tenía este método perfectamente asimilado. Se estrenó el 2 de octubre de 1965 en el Palau de la Música interpretada por Orquesta Municipal de Barcelona dirigida por Antoni Ros Marbà.

El propio compositor publicó el siguiente comentario en el programa de mano del día de su estreno, que reproducimos a continuación. Escogí para mi nueva breve obra para orquesta en un solo movimiento el título de Invenció, que podría precisar indicando que se trata de una invención musical basada en la sucesión  de doce notas que forman el núcleo inicial de la misma.  

A partir de esta serie de sonidos y sus doce transposiciones en rotación constante se van encadenando estructuras sonoras derivadas de las anteriores. Viene a constituir un vuelo imaginativo en el que cada período musical marca un rumbo y el sentido de forma equivalente en cierta manera al de orientación. Fuera de la ordenación interválica serial y la utilización en determinados periodos de esquemas métricos prefijados, la composición y maniobra de todos los elementos que intervienen en la obra es totalmente libre, sin más limitaciones que las dictadas por la técnica, la imaginación y el gusto personal.

Dejando aparte las complicadas teorías musicales modernas, se trata de una obra con notables disonancias, pero que transmite un lirismo profundo de carácter denso y vibrante. Solamente mediante su audición repetida puede encontrarse su verdadero valor.

La prematura muerte de su esposa Pietat Fornesa el 7 de mayo de 1967 marca profundamente al compositor, lo cual influye en su obra. Entonces empieza el tercer período de composición caracterizado por una música más obscura de carácter elegíaco.

Inicia esta época “Presències", siete movimientos para piano compuestos en 1967 como homenaje póstumo a su mujer. Con la versión para orquesta de esta obra ganó el Premi Ciutat de Barcelona de 1967. Una música grave, intensamente expresiva, mostrando la inevitabilidad de la muerte.

En la nota escrita por el compositor el día del estreno de la versión orquestal nos indica de un modo bastante críptico su significado. Los dos primeros movimientos evocan momentos vividos junto al mar y la montaña, el tercero se refiere a un sueño, el cuarto a la inminencia de la muerte, en el siguiente se expresan alternativas de angustia, ternura y desesperanza, en el sexto un último sueño y en el séptimo la contemplación de la muerte.

Escrita empleando un moderno lenguaje atonal, los movimientos más intensos son los que expresan la muerte, con su carácter grave y luctuoso, el primero y el cuarto. Alcanza su máxima expresión en el último movimiento, mediante un acorde que recorre la pieza, expresando de un modo elocuente la inminencia inevitable de la muerte. Los sueños, movimientos tercero y sexto, realizan una función contrastante siendo de carácter agitado. Los movimientos segundo y quinto hacen la función de puente entre ellos de una forma más rapsódica.

La muerte de su maestro Robert Gerhard en el año 1970 añade otro motivo de dolor en su obra. Homs llega a la edad de jubilación como Ingeniero en 1971, la profesión sobre la que se basaba su mantenimiento económico. A partir de ahora tendría más tiempo para dedicarse a la composición.

La “Simfonia breu" fue compuesta en 1972 con motivo de un concierto monográfico dedicado al compositor y organizado por Juventut Musicals. Pensaba incluir la obra en el programa pero no fue posible. Se estrenó en el mes de marzo de 1978 interpretada por la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por Rafael Ferrer. Consta de un solo movimiento siendo de corta duración, como se indica en su título. Dejemos al propio compositor que nos haga una descripción de su obra, de difícil comprensión por el público.

Todos los acontecimientos musicales derivan más o menos explícitamente del contenido de sus compases iniciales. Los diversos períodos que se suceden contrastan  por su carácter o su textura y se relacionan entre ellos en el transcurso de la composición, formando una unidad, de manera similar  a la sucesión de versos que integran un poema. En conjunto, se alternan las secuencias de tensión y turbulencia con otras de calma y serenidad y, pese a que no se producen repeticiones textuales, son fácilmente identificables las características y los vínculos que se manifiestan en las diversas secciones de la Sinfonía. 

Generalmente, las figuras melódicas son breves y contenidas, exceptuando la extensa melodía que despliegan todos los instrumentos de cuerda en el clímax que se produce en la penúltima sección de la obra. Después de un compás de silencio se inicia la fase conclusiva, de carácter íntimo y contemplativo.

La estructura de la obra lo separa de la sinfonía clásica encontrándose más cerca del poema sinfónico, aunque no tiene ninguna historia asociada. El tratamiento dodecafónico se aparta de la rigidez académica mediante una forma muy personal. Una obra de carácter expresivo en la que emplea el usual método de contraste entre elementos rápidos y estáticos, llegando a un gran clímax que se resuelve mediante un tratamiento contemplativo que nos conduce a la coda.

Su repentino entusiasmo por la forma sinfónica hace que en poco tiempo escriba otras dos obras para orquesta.

“Dos soliloquis per a orquestra" forman parte de la serie de siete soliloquis compuesta para piano a finales de 1972. Dos fragmentos de esta serie fueron orquestados en 1973, siendo estrenados el 21 de febrero de 1976 por la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por Antoni Ros Marbà.

El propio compositor dice sobre su obra las siguientes frases. Más que monólogos, vienen a ser intentos de diálogo sin respuesta. En el primero, alternan breves pasajes evocadores de agradables recuerdos con otros de amarga tristeza y dolor, que poco a poco van dominando totalmente los primeros. En el segundo, dentro de la órbita general de la composición, se distinguen claramente tres partes que se inician de forma similar, pero con diferente matiz, que podríamos definir como predominantemente exclamativa la primera, interrogativa la segunda y conclusiva la última.

Música expresiva que mediante sus desangeladas texturas nos produce un intenso sentimiento de desolación. La música atonal se adapta perfectamente para la expresión dramática.

El “Diptic per a orquestra" compuesto en 1973, tiene unas notas programáticas en las que el compositor nos informa de su significado. Boires, nubes y Gradacions son sus títulos.

La primera, Boires, trata de sugerir con sonidos la formación y movimiento de las nieblas y nubes, con el variado cortejo de sombras y claros que su paso proyecta sobre el suelo y en nuestro espíritu. 

La segunda, Gradacions, evoca la fluencia incesante y azarosa del pensamiento musical, sometido a constantes estímulos externos e internos, que van desvelando una serie continua de acontecimientos sonoros siempre derivados de la introducción inicial, que contrastan o se relacionan entre ellos culminando en un agudo clímax final. 

Las dos partes del Diptic, a pesar de estar bien diferenciadas por el tempo y el carácter que las informa, contemplativo en la primera y predominantemente activo en la segunda, están íntimamente relacionadas por los paralelismos antes mencionados y por su unidad estilística. Resumiendo, pues, podría decirse que vienen a expresar dos aspectos de la percepción del paso del tiempo, la primera a través de la contemplación de la naturaleza y la segunda desde el fondo de nuestra vida íntima.

Música de carácter atonal, con una primera parte más relajada seguida por una sección en la que aumenta la agresividad y el dramatismo, mediante profundos contrastes tímbricos y dinámicos. La obra termina con una gran fuerza dramática.

La dificultad para la difusión de su obra orquestal, mal recibida por el público conservador, hizo que su entusiasmo por la orquesta se enfriara, no volviendo a ella hasta la recepción de varios encargos. Uno de ellos lo recibió de la Conselleria de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona en 1982 con motivo del 75 aniversario del compositor.

La “Biafonía per a orquestra" compuesta para esta ocasión está dedicada a la memoria y al recuerdo, que formará un tríptico orquestal con sus posteriores obras "Memoràlia" y "Derivacions". Por ello realiza citas de obras anteriores, fragmentos de composiciones realizadas en la primera etapa de su vida. Se estrenó el 26 de febrero de 1983, interpretada por la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por Antoni Ros Marbà.

Su autor añade los siguientes comentarios. Aunque, como todos sabemos, lo que la música transmite sensorialmente a los oyentes no solamente es intraducible en palabras sino que encuentra diferente eco en cada uno de ellos y a menudo revela sorpresas al propio autor, intentaré dar una posible orientación a los que escuchen Biofonía mediante las indicaciones siguientes. 

En primer lugar, el nombre de esta pieza para orquesta en un solo movimiento, de unos doce minutos de duración, quiere expresar, en cierta manera, el hecho de que se empleen citaciones de obras mías de diferentes épocas, años 1925, 1941, 1967, 1974. En segundo lugar, diré que tiene una formación arborescente, en el sentido de que en torno de un tronco central. por el cual circula y da vueltas continuamente una serie de doce tonos con sus espejos, retrogradaciones y transposiciones, se divisan y se integran antiguas raíces que dan lugar a nuevos brotes y ramas. 

Finalmente, para completar la evocación del clima general de la obra, diré que la formación arborescente me hizo revivir a la memoria uno de los breves poemas de Rabindranath Tagore que puse en música en el año 1940 dentro del ciclo Ocells perduts, pájaros perdidos. 

Vienen los pájaros a mi ventana

como la voz desalada

de la tierra muda 

Impresión parecida a la que provocan los recuerdos en nuestra conciencia, recuerdos de tiempos y seres enmudecidos para siempre. 

Entre sus citas utiliza la pieza Plou perteneciente a "Nueve apuntes para piano" compuestos en 1925, pinceladas de "Ocells perduts" de 1940, citas extensas del primer movimiento de la "Sonata Nº 1 para piano" de 1945 y fragmentos de la suite "Entre dues línies" de 1948.

Homs recibe la Medalla d'Or al Mèrit Artístic  en 1981, otorgada por el Ayuntamiento de Barcelona y en 1986 la Creu de Sant Jordi por la Generalitat de Catalunya. En 1989 fue nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi. Desde 1974 era presidente de la Associació Catalana de Compositors.

En 1990 compone el "Impromptu per a dues guitarras i percussió" que se estrenó en Sant Feliu de Guixols.

“Derivacions" después de "Memoràlia", es su última obra para orquesta. Compuesta en 1990 para la Orquestra de Cambra del Teatre Lliure de Barcelona.

Homs retorna a sus orígenes en esta obra según sus propias palabras, que reproducimos a continuación. La idea inicial de esta pieza orquestal proviene del último de los "Nou apunts per a piano" que compuse en 1925 sobre varios poemas breves de R. Tagore, J. Salvat-Papasseit y S, Sánchez-Juan. Corresponde concretamente al que cierra el ciclo, titulado Convalescència, y dice así:

El corazón pone carne nueva

Amigos, ¿No nos volveremos a ver?

Distancias, ¿Cuando rebosaréis de fiesta?

La Primavera lo enciende todo;

¡Cómo brillan los espejos de la memoria!

Los vergeles prohibidos,

¡Los ojos de aquella chica! 

En el transcurso de mi ya larga vida he tenido muchas ocasiones de recordar estos versos en su aspecto positivo y, por desgracia, otras muy dolorosas en las que la convalecencia fue imposible. Derivaciones trata de evocar todas estas ocasiones, y derivarlas del tema inicial enlazándolas con breves referencias de obras mías posteriores, de los años 1942, 1943, 1956, 1967 y 1972..

Pero todavía escribiría algunos encargos para piano como "Díptic II" en 1994, para un concurso de piano que tuvo lugar en la ciudad de Berga, cuando el compositor ya tenía serios problemas de visión. "Record del Mar" escrita en 1995 puede considerarse como su última obra.

Recibe el Premio Nacional de Música de Cataluña en 1999. Joaquim Homs muere en su residencia de Barcelona el 9 de septiembre de 2003.

Se puede considerar como el introductor de la música serial en España, una música que no era reconocida por el régimen dictatorial en una época de tendencias claramente conservadoras. Su música no empezó a ser interpretada hasta la llegada de la democracia en 1975. Pero el estilo atonal de buena parte de su obra es una dificultad para ser apreciada por el público asistente a los conciertos, que en su mayor parte conservador prefiere obras menos complicadas.