HENZE

Hans Werner Henze (1926-2012) nació el 1 de julio de 1926 en Gütersloh en la región de Westfalia en aquella época integrante de la República Alemana de Weimar. Hijo de un maestro que fue captado por la propaganda nazi. Sus hijos mayores entre ellos Hans fueron inscritos en las Juventudes Hitlerianas.

Hans escuchaba música clásica, especialmente Mozart, a través de la radio y su padre se dio cuenta que tenía vocación para la música. Empezó sus estudios en la Escuela Estatal de Música de Braunschweig, o Brunswick en 1942, estudiando piano, percusión y teoría de la música.

Su padre Franz Henze se reincorporó al ejército en 1943, siendo enviado al frente oriental donde murió. Hans tuvo que interrumpir sus estudios musicales en 1944, hacia el final de la guerra al ser reclutado para el ejército. Pronto fue hecho prisionero por los británicos y enviado a un campo de prisioneros de guerra, lugar donde pasó el resto del conflicto. Fue testigo de la completa degradación de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Tanto su amor por la música como su homosexualidad le proporcionaron el buen sentido al poseer una personalidad propia, lo cual lo salvó de ser seducido por los fanáticos de la ideología fascista, del mismo modo que más tarde rechazaría la estética totalitaria del serialismo post-Weberniano predicado por los ideólogos de Darmstadt.

A pesar de un flirteo temprano con la técnica dodecafónica, Henze fue incapaz de evitar lo sensualmente hermoso, ya que, como recordaba, el descubrimiento de la melodía produjo un enriquecimiento de mis medios expresivos, en lugar de la melodía serial que garantizaba externamente una cierta modernidad.

Al terminar la guerra entra como director de coros en el Teatro Municipal de Bielefeld, completando sus ingresos como pianista de una escuela de danza. Al mismo tiempo continua sus estudios en el Instituto de Música Religiosa de Heidelberg en 1946, donde será alumno de Wolfgang Foster.

Las obras de Stravinski le causaron una gran impresión, además de las de Messiaen y Alban Berg.  Su primera obra presentada en público en 1946 en Darmstadt, el  "Concierto de cámara para flauta, piano y cuerdas", de estilo neobarroco, llamó la atención de Schott's, la famosa casa editora de música.

Sus estudios en la famosa Escuela de Verano de Música Nueva de Darmstadt con René Leibowitz en 1947 le condujeron al sistema dodecafónico desarrollado por  Schönberg  y  le introdujeron en los círculos de la vanguardia alemana de postguerra.  Emplea la técnica dodecafónica en su "Concierto para violín Nº 1"  compuesto en 1947. Al cabo de poco tiempo renuncia al serialismo, siendo repudiado por la élite compositiva alemana.

La “Sinfonía Nº 1” fue compuesta en 1947 dividida en cuatro movimientos, siendo revisada en 1963 y en 1991. El estreno de la primera versión de la sinfonía completa tuvo lugar en el mes de agosto de 1948 en Bad Pyrmont dirigida por Wolfgang Fortner. Aunque fue bastante bien recibida por la crítica el compositor descubrió la debilidad de la obra y la necesidad de una profunda revisión.

Pero hasta finales de 1962 no tomó la decisión. Lo indicó al responsable de la Berliner Philharmoniker con la cual tenía la intención de realizar la grabación de sus cinco primeras sinfonías. La primera revisión de la obra se estrenó en Berlín el 9 de abril de 1964 interpretada por la Berliner Philharmoniker dirigida por el compositor.

En un ensayo escrito por el compositor declara que el estreno de la primera versión fue un verdadero desastre y continúa diciendo, ahora he realizado una nueva versión re-arreglado el material, intentando reconstruir mi intención original de la pieza, del modo como un maestro corrige ayudando a un estudiante. Las células rítmicas, armónicas y melódicas de la versión original permanecen y en el movimiento lento casi no hay cambios, pero por otro lado todo es nuevo, diferente y mejor. Los temas son más claros y presentados con mayor contraste que antes. El scherzo ha sido incorporado en las variaciones del último movimiento.

La sinfonía en su versión original en cuatro movimientos, estaba instrumentada para una formación reducida de orquesta de cámara. En su revisión todavía la reduce más omitiendo fagots, trombones, tuba y percusión, reemplazándolos por arpa, piano y celesta.

El primer movimiento, allegretto, con grazia, escrito en forma sonata, utiliza para sus temas los doce tonos pero sin aplicar estrictamente las reglas de la música dodecafónica. Después de unos compases de introducción el primer tema es presentado por la madera y el secundario por la cuerda aguda. Durante la sección de desarrollo aparece un nuevo tema. El clímax situado al final del desarrollo se interrumpe bruscamente, como una señal de que en este movimiento una resolución no es posible. Todo el movimiento está envuelto en una atmósfera fantasmagórica.

El segundo movimiento, notturno, lento, no fue casi alterado durante las revisiones pues era el que mejor obedecía a su estilo. Después del motivo inicial como una especie de llamada, aparece un tema de características líricas. En este movimiento no emplea las técnicas dodecafónicas. A continuación de un solo de flauta el motivo inicial reaparece en la parte central del movimiento, iniciando mediante un solo de viola un nuevo tema relacionado con el primero. El motivo inicial cierra el movimiento.

El tercer movimiento, allegro con moto, contiene una serie de variaciones con material temático del tercer movimiento, el scherzo descartado de la primera versión. Después de una breve introducción un solo del arpa presenta el tema. Continúa con la serie de variaciones en las cuales el ritmo cada vez es más inestable y el material temático más fragmentado. Termina mediante un caótico clímax reminiscente de la música de La Consagración de la Primavera de Stravinski. El motivo inicial se escucha en la celesta y la sinfonía termina con simples notas de la flauta y el arpa.

En una conferencia que tuvo lugar el 28 de enero de 1963 en la Universidad Técnica de Berlín el compositor reflexiona sobre sus primeras sinfonías, de la cual extraemos el siguiente párrafo.

En estos cinco fragmentos orquestales llamados sinfonías, he experimentado estas grandes formas que nuestra tradición nos ha enseñado a considerarlas como los moldes de lo que está considerado como lo más elevado y más extenso en el campo de la música pura. Pero actualmente estos moldes, como sabemos pero como no lo queremos saber, cuando se insiste sobre esta constatación, se declara que es la potencia expansiva del romanticismo en declive que los ha roto. Desde hace una cincuentena de años la sinfonía como la ha conocido el Siglo XIX ya no existe. Entre Stravinski y Webern todo lo que se da aun como sinfonía es o bien una simple copia, un recuerdo póstumo o un eco.

Todo ocurre como si el lenguaje musical actual no fuera capaz de dominar las formas antiguas o bien como si las formas antiguas no tuvieran ya poder sobre el lenguaje actual. Sea lo que sea me he prohibido a este respecto un pesimismo por ser demasiado fácil. Los Adieux de Mahler se dirigían a su propia música y no al arte sinfónico europeo. Tenemos el derecho de continuar en el espíritu de su música pues contiene por encima de sus cualidades necrológicas innegable multitud de puntos de partida, de desafíos y de estimulaciones.

El Sadler's Wells Ballet visitó Hamburgo en 1948 lo cual inspiró a Henze para escribir un poema coreográfico las "Ballet Variationen" terminadas en 1949, que se representaron en Düsseldorf en septiembre del mismo año.

La “Sinfonía Nº 2 para gran orquesta” fue compuesta en 1949. No pudo estrenarse en Darmstadt como estaba planeado porque todavía no estaba terminada. Se estrenó en Stuttgart el 1 de diciembre de 1949. Finalmente se pudo presentar en Darmstadt en agosto de 1950 dirigida por Hermann Scherchen. Más tarde sufrió una revisión eliminando una serie de compases.

Es la primera obra importante de Henze que emplea la escala de los doce tonos. Pero no sigue las reglas del dodecafonismo puro pues incluye algún elemento tonal.. Se basa en una serie única para los tres movimientos.

El primer movimiento, lento, allegro,  empieza con suaves acordes de trombones y arpa que determinan la naturaleza sombría del movimiento. El propio compositor se refiere a su obra como música invernal, gris y sombría. Se podría pensar que las experiencias vividas en la pasada guerra han influido para dar una respuesta a mi música. La forma del movimiento es difícil de definir. Se puede dividir en cuatro partes. Sus motivos temáticos van acumulando fuerza. Su desarrollo nos conduce hacia un clímax final.

El segundo movimiento, allegro molto vivace, es de carácter enérgico. Después de unos compases de introducción el tema principal aparece siendo desarrollado en forma de una passacaglia rítmica con una decena de repeticiones variadas. En la sección central un breve ostinato lo separa de una nueva repetición del tema con cinco nuevas variaciones. Termina con un andante donde introduce nuevo material, incluyendo dos escondidas citas por las trompetas del principio de la quinta de Beethoven.

El tercer movimiento, adagio,  está dividido en cuatro secciones. La primera es lenta estando dominada por la cuerda, empleando como tema la serie básica de la sinfonía en forma melódica. La segunda sección empieza con una especie de marcha ostinato en la madera. Sobre este fondo siguen tres episodios contrapuntísticos, el primero en los violines, el segundo en los trombones y luego en las trompetas. El tempo se incrementa preparando una especie de preludio de coral. Utiliza la coral Wie schön leuchtet der Morgenstern, con sus dos primeras frases interpretadas por las trompetas. La sinfonía termina con cuatro poderosos acordes utilizando las doce notas de la escala cromática que sin embargo suena tonal.

La “Sinfonía Nº 3 para gran orquesta”  fue compuesta entre 1949 y 1950. La sinfonía se interpretó por primera vez en el mes de octubre de 1951 en Donaueschingen, la capital de la música serial a principios de los años cincuenta. Está compuesta para una orquesta grande, con madera por triplicado, saxo tenor, cuatro trompas, cuatro tromperas, tres trombones, tuba, timbales, arpa, celesta, piano, glockenspiel, vibráfono, xilófono y cuerda.

Es una de sus sinfonías más programáticas dando títulos descriptivos a cada uno de sus tres movimientos.  Esto parece lógico cuando se considera que Henze comenzó a componer para el ballet en este mismo período y que se convirtió en director artístico y director del ballet en Wiesbaden. En 1951 Peter van Dyk coreografió el primer movimiento para una velada de ballet dirigida por el compositor.

El primer movimiento, allegro molto moderato, lleva el subtítulo de Anrufung Apolls, invocación a Apolo. Empieza con el sonido de las flautas imitando pájaros, como la manifestación de un amanecer. Las trompas representando a Apolo son seguidas de un tema lírico en las cuerdas. Las quintas repetidas de las trompas nos conducen a un primer clímax.

Aparece un tema distorsionado en el piano que conduce a la orquesta a un tema rítmico. Una segunda melodía lírica en la cuerda nos lleva a un segundo clímax.  Termina con una breve coda con el recuerdo del motivo de las trompas. Completada justo después de "Apolo et Hyazinthus", la música evoca una extraña sensación de voluptuosidad. Esta invocación de apertura, se puede dividir como, prólogo, passacaglia y epílogo, es sucedida por un himno a Dionisos.

                                         Dionisos y Apolo

El segundo movimiento, moderato, se titula Dithyrambe. Un ditirambo es un poema corto de tipo irregular en honor a Dionisos, el Dios griego de la fertilidad y el vino. Empieza con tranquilidad mediante un recuerdo del tema de Apolo del anterior movimiento. La orquesta pronto presenta extrañas figuras en los vientos y el metal que nos llevan a un frenético clímax. Luego la música se calma adoptando un tono bastante sombrío, en un estilo parecido al empleado por Hindemith aumentando su complejidad. Termina mediante una coda con una melodía ascendente del clarinete bajo y el recuerdo del motivo de las trompas.

El tercer movimiento, Beschwörungstanz, danza del encantamiento, tiene sus raíces en Stravinski escuchando sonidos parecidos a su Consagración de la Primavera. Dionisos era inspirador de la locura ritual y el éxtasis, lo cual pretende presentar este movimiento. Figuras en ostinati de trompeta, saxo y percusión suenas como riffs de jazz impulsando con fuerza al movimiento. Sigue una sección más tranquila presentando una melodía en la cuerda. La sección final se construye con un frenesí dionisíaco que nos conduce a una conclusión bastante abrupta.

En 1950 Henze se convierte en director artístico del ballet del Teatro Nacional de Hesse en Wiesbaden, el Hessisches Staatstheater, donde compuso dos óperas para la radio, el "Concierto para piano Nº 1" y donde trabajará en su primera gran ópera "Boulevard Solitude", una variación del tema de Manon Lescaut que estrenará en Hannover el 17 de febrero de 1952. La ópera se representó en el Teatro del Liceo de Barcelona en el año 2007. Escrita en un lenguaje bastante atonal presenta influencias claras de la música de jazz.

La música subraya el interés aportado por la acción teatral. Escrita en un solo acto con siete escenas divididas por intermedios musicales emplea una música de características modernas, con una expresión libre empleando variados recursos.

En 1953 Henze abandona Alemania trasladándose a Italia, en reacción contra la homofobia y el clima político general del país. Su editor, Schott's, le había ofrecido un adelanto de sus derechos de autor, con la condición de que dejara sus puestos de dirección para centrarse en la composición. Esta mejora de sus finanzas le permitió mudarse a Italia, donde permaneció la mayor parte de su vida. Se estableció al principio en la isla de Ischia en el golfo de Nápoles.

La “Sinfonía Nº 4 para gran orquesta” fue terminada en 1955 estando escrita en un solo movimiento siguiendo la forma tradicional. Formada por los cinco movimientos clásicos unidos en uno solo. Consta de un preludio, donde se prepara el material para el conjunto de la obra, continúa con un movimiento en forma sonata, unas variaciones, una sección que toma la forma de scherzo, A, B, A, para terminar con un rondó final. Se estrenó en la Hochschule für Musik de Berlín el 9 de octubre de 1963, interpretada por la Berliner Philharmoniker dirigida por el propio compositor.

Esta sinfonía debía ser en un principio la conclusión del acto segundo de la ópera "El Rey Ciervo". Pero según explica el compositor en la primera grabación de la sinfonía, más tarde la extraje de la ópera integrando las distintas partes vocales, un poco en la manera como Alban Berg lo hizo en su suite sinfónica de "Lulu".

En su contexto operístico original, la música iba a acompañar una escena en la que el rey, mágicamente transformado en un ciervo blanco, ha huido al bosque y pasa un año allí contemplando su futuro antes de darse cuenta de que debe regresar al mundo humano. El cambio de estaciones se refleja en la música de la sinfonía.

Está orquestada para piccolo, dos flautas, dos oboes, corno inglés, dos clarinetes, clarinete bajo, dos fagots, contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, dos trombones, tuba, tres percusionistas, arpa, celesta, piano y cuerdas.

Música de carácter atonal que empieza mediante una introducción lenta, seguida por una forma sonata compuesta por dos series dodecafónicas. La sección lenta consta de un nuevo tema acompañado por variaciones, en un ambiente bastante fantasmagórico. Sin interrupción continúa con la sección tripartita del scherzo caracterizado por su cambio de ritmo, para terminar con una sección en forma de rondó, usando un tema tranquilo que nos conduce a un clímax acabando mediante una nota sostenida.

Presenta atmósferas modernas pero con armonías tradicionales. Con frecuencia cita fragmentos de las "Five Pieces for Orchestra" de Schönberg.  El ambiente no es expresionista ni particularmente alemán. Lo verdaderamente irónico de esta obra es que es mucho más fría, mucho más distante del oyente que la música dodecafónica, serial y post-serial, que él rechazó con su distanciamiento vanguardista.

La ópera "König Hirsch" basada en el texto Il rè cervo de Carlo Gozzi, fue compuesta entre 1952 y 1955 cuando todavía se encontraba en Darmstadt. Se debía de estrenar el 23 de septiembre de 1956 en Berlín pero los ensayos fueron mal y el director Hermann Scherchen realizó recortes substanciales de la partitura. La ópera fue revisada en 1962 en Italia y se estrenó el 10 de marzo de 1963 en Kassel, con el nombre de "Il re cervo oder die Irrfahrten der Wahrheit", el Rey Ciervo o las probabilidades de la verdad.

En enero de 1956 Henze abandona Ischia y se traslada a Nápoles. Compone la música de ballet "Maratona di danza" con libreto de Luchino Visconti en 1956 y "Ondine" en 1958 para el coreógrafo Sir Frederick Ashton y el Royal Ballet.

El ballet es una adaptación de la novela Undine escrita por Friedrich de la Motte Fouqué  un cuento de hadas sobre una ninfa acuática, que es objeto de deseo de un joven príncipe. Tras su traslado a Italia la música de Henze se convirtió en un estilo más napolitano, con las texturas más ricas, con influencias clásicas, algo de jazz, pero gran parte de la música de Stravinsky.. Recibió mucho de su ímpetu para esta música de ballet por su temprano trabajo como director del ballet

Empezó una asociación artística con la poetisa Ingeborg Bachmann. Su primera obra resultante de esta colaboración fueron los "Nachtstücke und Arien" compuesta en 1957 para soprano y orquesta, que se estrenó el 20 de octubre de 1957. Sus pasajes tonales provocaron un escándalo entre los asistente de la escuela de Darmstadt. Pierre Boulez, Karlheinz Stockhausen y Luigi Nono abandonaron la sala traicionados por la belleza de la música de Henze considerándola impúdica. Lo acusaron de haber abandonado los ideales de la música moderna.

Con Ingeborg Bachmann como libretista escribe la ópera "Der Prinz von Homburg" en 1958. "Elegie für junge Liebende", elegía para jóvenes amantes, otra de sus óperas, fue compuesta entre 1959 y 1961 con libreto inglés de W. H. Auden y Chester Kallman traducido al alemán. Como veremos tendrá influencia sobre su próxima sinfonía.

Henze se mudó en 1961 a una villa aislada, La Leprara, situada en las colinas de Marino con vistas al rio Tíber al sur de Roma. Desde entonces hasta su muerte vivió en el pueblo de Marino en la región del Lacio italiano, si bien mantuvo vínculos con la vida musical alemana.

La “Sinfonía Nº 5 para gran orquesta” fue compuesta en 1962 para la Filarmónica de Nueva York, que estrenó la obra el 18 de mayo de 1963 bajo la dirección de Leonard Bernstein. Aunque se suponía que la música tenía alguna relación con Nueva York, Henze escribió más tarde que en la obra estoy tratando con ... representaciones dramáticas de conflictos y alegrías sensuales provocadas por la felicidad sensual de la Roma del siglo XX, su gente, su campo y sus alrededores, e incluso por su dialecto algo más duro en comparación con el de Nápoles, donde viví anteriormente.

Según explica el compositor  el primer movimiento es todavía un experimento sobre la forma sonata, el segundo una forma de lied con variaciones, el final, moto perpetuo, podría ser considerado como un rondó, pero en definitiva es la variación treinta y dos del arioso del segundo movimiento.

El primer movimiento,  Movimentato,   escrito en forma sonata emplea un tema hosco y fanfarrón impulsado por el metal para enfrentarse al segundo tema de carácter lírico, que al principio solo se escucha fragmentado en la madera, basado en material de su ópera Elegía para jóvenes amantes, una cita directa del aria My own, my own. Se establece una especie de lucha entre ambos temas cada vez más polarizados, sin encontrar una resolución final.

El segundo movimiento, Adagio, utiliza de nuevo el anterior tema lírico de manera poco reconocible, emergiendo lentamente de los acordes apagados de la cuerda. Toma la forma de una serie de cadencias lentas para flauta, viola y corno inglés acompañados por la cuerda de una forma frágil e íntima. Reaparece el metal mientras la cuerda pasa a un sonido profundo. Los solos se vuelven más lentos, hasta que el movimiento se cierra de modo misterioso mediante un acorde inesperado y aparentemente oscuro.

El tercer movimiento, Moto Perpetuo, está formado por 32 pequeñas variaciones del material de cadencia del movimiento lento. Tranquilo al principio, pero unos ásperos acordes de los metales lo enfurecen. La madera presenta algunos indicios del segundo movimiento también poco reconocibles. Los metales continúan en espera de una nueva fanfarria en una textura viva. Las cuerdas cobran fuerza pero se detienen como si hubieran perdido el rumbo. Cuando todos se unen de un modo vigoroso la sinfonía termina bruscamente.

El compositor comentó que algunas personas no estaban muy contentas de que la obra no siguiera el modernismo de la Escuela de Darmstadt. Probablemente exagera cuando dice que fue prácticamente el único compositor que se liberó del estilo de Darmstadt, pero en realidad comenzó a crear su propio estilo, de un modo parecido a como Berg fusionó el sistema dodecafónico de Schönberg con procedimientos tonales, para crear un lenguaje musical más accesible para el público en general.

El objetivo declarado de Henze de representaciones dramáticas de conflictos sensuales impregna cada movimiento y aunque las ambigüedades inherentes de la música tal vez impidan que se transmita una sensación significativa de alegría, sin embargo hacen que la obra sea aún más convincente. Si Roma en la década de 1960 era realmente así, no es de extrañar que Henze estuviera tan fascinado por ella.

Desde 1962 a 1967 Henze dio clases magistrales de composición en el Mozarteum de Salzburg y en 1967 se convirtió en profesor invitado del Dartmouth College de New Hampshire en los Estados Unidos.

Uno de sus mayores éxitos fue el estreno en el Festival de Salzburg de 1966 de su ópera "Die Bassariden", compuesta entre 1964 y 1965. Con un libreto de Wystan H. Auden y Chester Kallman está basada en la obra de Eurípides, Las Bacantes, un conflicto entre el espíritu y el sentimiento y la imposibilidad de separación entre la razón y el eros. En el año 2005 realizó una suite orquestal de su tercer acto.

Con ello retorna a su tema recurrente, la dicotomía entre Apolo y Dionisos. La aguda aprehensión de Henze de la adulteración de la belleza apoloniana por el caos dionisíaco puede haber tenido un origen parcial en su propia juventud turbulenta.

Compuso el "Concierto para piano y orquesta Nº 2" en 1967, una obra seria que en principio sigue la corriente de Schönberg, pero introduce rasgos personales que lo apartan del serialismo. Música sin embargo bastante dura de carácter atonal.

En el mismo año compone "Telemanniana" una obra basada en la música del compositor barroco Georg Philippe Telemann, en un estilo diferente a toda su anterior producción. Como Stravinski con Pulcinella recrea la música barroca.

                                       Das Floss der Medusa

En el siguiente periodo fortaleció en gran medida su participación política lo que influyó en su trabajo musical. Declarado marxista, se hizo miembro del Partido Comunista Italiano. Compuso el oratorio "Das Floss der Medusa" en 1968, revisado en 1990, como un Réquiem para el Che Guevara. Sobre un texto de Ernst Schnabel cuenta la historia de la fragata francesa Méduse, que encalló frente a la costa occidental de África en 1816, un episodio ignominioso de la historia política y marítima francesa, inmortalizado por la pintura del mismo nombre de Théodore Géricault.

En el día previsto para su estreno el 9 de diciembre de 1968, en el escenario del Ernst-Merck-Halle situado en el parque Planten un Blomen[1] de Hamburgo, un estudiante colgó un gran cartel del Che Guevara, otros izaron la Bandera Roja y anarquistas la Bandera Negra. Al llegar Henze los miembros del coro afirmaron que bajo la Bandera Roja no cantamos, abandonando el escenario. Llegó la policía empezando algunas carreras y detenciones. Henze reapareció, afirmando que la intervención policial había hecho imposible el concierto y dirigió a parte de la audiencia en el canto revolucionario ¡ Ho, Ho, Ho Chi Minh ! antes de que se dispersaran, cancelándose el estreno.

Sin embargo, antes de la actuación abortada se había realizado una grabación del ensayo general, con los solistas Edda Moser, Dietrich Fischer-Dieskau, Charles Régnier, varios coros y la Sinfonieorchester des Norddeutschen Rundfunks, dirigida por el compositor. Finalmente se estrenó en un concierto en el Musikverein de Viena el 29 de enero de 1971.

Henze realizó en 1969 dos viajes a Cuba invitado por el Concejo Cultural Nacional Cubano. Conoció la cultura musical de Cuba y a varios de sus artistas. Le pidieron la composición de una nueva sinfonía. En su segunda visita a finales de otoño de 1969 la tenía terminada.

La “Sinfonía Nº 6 para dos orquestas”  fue compuesta en 1969 y revisada en 1994. Se estrenó el 26 de noviembre de 1969 en La Habana, interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba dirigida por el propio compositor.

Realizó una obra totalmente diferente de las anteriores particularmente interesado en la función de la música en la sociedad socialista. En sus memorias explica los motivos que le llevaron a la composición de esta obra.

Cuando compuse mi sexta sinfonía, no estaba pensando en dar una respuesta práctica a las cuestiones que me preocupaban, particularmente sobre el papel de la música en una sociedad revolucionaria. Nunca me he sentido obligado a ofrecer generalidades. Siempre he sido consciente de mis defectos y mis debilidades. No podía aparecer en público, especialmente en Cuba, con un nuevo estilo, una nueva actitud y un tipo de música no escuchado hasta ahora. Me dije a mi mismo que como siempre lo mejor sería presentar simplemente a la audiencia lo que consideraba como debe ser la música. Mostrarles lo difícil que es esto para nosotros, especialmente aquí en Occidente.

Mi sexta, una sinfonía luterana, protestante, posee un cuerpo pagano. Sus pulsaciones y sangre son negras. Desde la mitología y los ritmos de la música llega un importante medio de expresión para los africanos que fueron llevados secuestrados a Cuba y establecieron allí una música nuevamente tan viva e irresistible como la de su procedencia. Me he apropiado de estos ritmos. Desee que penetraran la pieza y asegurar que cada voz tuviera su lugar en toda la estructura.

La sinfonía no posee únicamente elementos de la cultura popular cubana y de sus canciones políticas, sino que además emplea instrumentos que normalmente no se encuentran en la orquesta sinfónica, como el banjo, la guitarra eléctrica, el órgano Hammond y el violín amplificado.

También emplea elementos de la música de vanguardia que no había usado hasta ahora, como clústeres, cuartos de tono, capas de efectos sonoros y pasajes aleatorios. Utiliza dos orquestas de cámara con una parecida instrumentación.

Sobre el uso de dos orquesta el compositor escribe unas líneas en el programa de presentación. Cada instrumento o cada pequeño grupo instrumental se encuentra relacionado con otro instrumento o grupo instrumental del conjunto opuesto. Esta relación puede convertirse en un eco, un canon, un reflejo, una variación, una expansión, una continuación o una intensificación. Existe una red de líneas cruzando de ida y vuelta a través de los instrumentos de ambos conjuntos.

Formalmente la sinfonía está dividida en tres movimientos que se interpretan sin pausa. Veinticinco años después Henze realiza una nueva versión de la obra, que se estrenó en Múnich el 8 de diciembre de 1994, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Múnich dirigida por Ingo Metzmacher. En esta versión las tres secciones se encuentran separadas y las partes aleatorias se encuentran escritas. Según aclara el compositor, para liberarlas del aura del azar y de la arbitrariedad y llevarlas nuevamente al área de mi propia responsabilidad artística.

El primer movimiento, allegro con brio, está construido más o menos en forma sonata con temas atonales y un complicado desarrollo, en el que aparece una cita poco reconocible de la canción de liberación del Viet Cong, Estrellas en la noche. El movimiento termina con una recapitulación abreviada.

El segundo movimiento, lento, se inspira en el poema "Fe de erratas" del escritor cubano Miguel Barnet. Funciona de acuerdo a los principios de tesis y antítesis. Según escribe Henze, donde aparece x, debe ser y. Las ideas van cambiando, lo brillante se torna obscuro, lo pálido se convierte en lleno de color, la calma se transforma en agitación, la belleza en fealdad. El movimiento contiene una lejana cita del "Himno a la Libertad" de Mikis Theodorakis.

El tercer movimiento, allegro vivace, contiene un par de extensos elementos fugados. pero lo más obvio para el oyente es el incremento de un ritmo de danza auténticamente cubano, como nos explica el compositor. En el final de la sinfonía los ritmos básicos son sistemáticamente conducidos hacia una explosión final, largamente anticipada. Una hostil danza de alegría en la cual los elementos de percusión rompen en una versión libre del rítmico cantus firmus del son, la danza nacional cubana, como si celebraran un carnaval o una liberación. La música popular y el arte musical se abrazan.

De su época cubana procede su pieza escénica "El Cimarrón" compuesta entre 1969 y 1970 con el subtítulo de  Biografía del esclavo fugado Esteban Montejo,  basada también en un libro del autor cubano Miguel Barnet sobre los esclavos negros escapados durante el periodo colonial de Cuba.

Se trata de una obra de vanguardia. Un recital escénico para cuatro músicos según la descripción de Henze. Un barítono hace el papel del Cimarrón en forma de recitativo hablado y en parte cantado, acompañado por un guitarrista, un flautista y un percusionista.

Estos años son los más revolucionarios de la vida del compositor. Compone el "Concierto para violín Nº 2" en 1971, una obra que se mueve entre la obra escénica y un concierto.

Al principio, la orquesta comienza a tocar y el solista llega tarde vestido como el personaje literario Barón Münchhausen y luego recita el siguiente teorema del matemático Kurt Gödel:

En cualquier sistema fijo de axiomas, existen proposiciones que no pueden ser probadas o refutadas a menos que el sistema en sí sea fundamentalmente inconsistente.

Más tarde un narrador fuera de escena interrumpe recitando líneas del poema de Hans Magnus Enzensberger "Hommade à Gödel", mientras una cinta magnetofónica pregrabada enriquece las texturas del violín. El Barón no solo llega tarde, sino que el director le impide repetidamente tocar, un conflicto que se extiende a lo largo de la obra, lo que lleva a una pelea momentánea, cuando el violinista toma la batuta. Un solo del violín finaliza la obra.   "La Cubana oder Ein Leben für die Kunst"   es otra de sus obras de influencia cubana.  Compuesta en 1973 es una ópera para la Televisión en cinco escenas con libreto de Hans Magnus Enzensberger, basada en temas de la novela "Canción de Rachel" de Miguel Barnet.

"Tristan" compuesta en 1973 es una obra para piano, cinta magnetofónica y orquesta, empleando las técnicas dodecafónicas que le son habituales, en la que manifiesta su dualidad amor odio por la música romántica. Contrastando con ella compone para orquesta de viento otra obra peculiar de influencia americana, "Ragtimes y Habaneras" en 1975.

Su crítica política llegó a su punto culminante en 1976 con el estreno de su ópera "We Come to the River" compuesta entre 1974 y 1976. En el mismo año Henze fundó la Cantiere Internazionale d'Arte en Montepulciano para la promoción de la nueva música, donde se estrenó en 1980 su ópera infantil "Pollicino" en la cual vuelve a demostrar su aptitud para enfrontar diferentes motivaciones.

Para demostrar todavía más el carácter ecléctico del compositor, en 1977 termina la obra para violín y orquesta de cámara, "Il Vitalino raddoppiato", al estilo barroco italiano, una chacona sobre una chacona, basada en el famoso ejemplo de Tomaso Vitali (1663-1745). Una obra según el compositor ligada a sus recuerdos infantiles.

Henze accedió a contar al violinista que interpretó su obra el argumento real de la pieza que expuso de la siguiente forma: Bueno, imaginé que llego a este pequeño pueblo italiano y voy al bar local. Y ahí, ahí me encuentro con Vitali. Así que nos presentamos y le invito a beber. Empezamos a hablar, él, luego yo, luego él, y así sucesivamente. Y la conversación, ya estamos borrachos, se convierte en una discusión, y luego, en una pelea ”sonrió" ¡que gano yo! Ahora ya lo sabes. No se lo digas a nadie.

En 1979 compone la obra orquestal "Barcarola", escrita a la memoria del compositor alemán Paul Dessau (1894-1979). Una extensa obertura sinfónica en forma de elegía, sobre la barca de Caronte y la laguna Estigia. Más convencional que sus anteriores óperas es "The English Cat" compuesta en 1983.

La “Sinfonía Nº 7”  fue compuesta entre 1983 y 1984 para la Orquesta Filarmónica de Berlín que la estrenó en diciembre de 1984 dirigida por Gianluigi Gelmetti. El compositor escribe una nota sobre su obra.

En esta pieza quise someterme a las normas tradicionales de la sinfonía clásica para dar forma a mi expresión musical y transmitir su contenido a los oyentes de la manera más directa y clara posible.

El primer movimiento es una especie de danza alemana, una allemande, por así decirlo, el segundo una canción. El tercero, en una estricta forma de scherzo, describiendo el sufrimiento del poeta alemán Friedrich Hölderlin en la Clínica Psiquiátrica Autenrieth en Tübingen. La parte final consiste en la puesta en escena de “Half of Life” de Hölderlin.        

Friedrich Hörlderlin (1770-1843), encerrado en un manicomio en Tübingen en 1806, sometido a una tortura como pretexto de una intervención terapéutica, es el tema de la sinfonía. Para Henze, los versos de Hölderlin, ya parecían sonar como música cuando uno los leía. Sin embargo, sólo los dos últimos movimientos se basan concretamente en dicho tema.

El primer movimiento, tanz, lebhaft und beseelt, danza, animado e inspirado, está escrito en forma sonata. Su título de danza puede llevarnos a engaño, según su autor nos habla de saltos, siempre de un modo diferente, lo opuesto al ostinato, a la monotonía, como un organismo que respira. Aparecen cuatro temas, y citas de las óperas de Mozart están ocultas en dos de ellos.

El movimiento en su comienzo transmite una curiosa sensación de ingravidez, como si flotara en el espacio. La música está permanentemente en movimiento. Posteriormente la música se vuelve marcadamente angulosa, desarrollando un ambiente irritado y furioso, el sonido crece de una manera amenazante. Los ritmos punteados de la Séptima Sinfonía de Beethoven aparecen enmascarados en la coda.

El segundo movimiento, ruhig bewegt, animado tranquilamente, está construido en la forma de un lied tripartito. Según observa el compositor es como una especie de oda de luto, un lamento, un monólogo. El comienzo del movimiento tiene una impresión de ahogo, como una sensación recurrente de ingravidez, dominando un estado de ánimo elegíaco. La irritación expresada en el primer movimiento es contrastada por las apacibles notas del violoncelo.

Un prominente dúo de oboes interpreta una especie de lamento, antes de que la orquesta aumente su potencia en forma de violentos estallidos, una reflexión sobre los tiempos conflictivos en los que vivimos según dice el compositor en su diario, antes de regresar a la atmósfera turbia y la sensación de flotar.

El tercer movimiento, unablässig in Bewegung, en movimiento incesante, está inspirado por la enfermedad mental y la posterior internación en un asilo del poeta, tiene una frialdad escalofriante, que seguramente debe representar el tormento del escritor. En forma de scherzo la música posee una gran agitación, con expresión de profundo malestar. Según el compositor el poder enfatizado por los metales y finalmente la destrucción se infiltran en la belleza del movimiento lento.

El cuarto movimiento, ruhih, verhalten, calmado, más lento, es una orquestación profundamente lírica del último poema de Hölderlin, "Hälfte des Lebens", la mitad de la vida. Dividido en dos secciones divergentes. la primera según Henze, es una visión de un mundo desierto, frío y sin palabras, un reino de belleza helada de donde la humanidad ha desaparecido. La segunda sección muy agitada y oscura se va enfureciendo progresivamente, hasta que se detiene repentinamente. Un largo acorde final en la menor termina dolorosamente la obra.

Otra de sus óperas compuesta en esta época es "Das verratene Meer" , el mar traicionado, compuesta en 1990, basada en la novela del escritor japonés Yukio Mishima, "Gogo no Eiko", conocida con el título el marino que perdió la gracia del mar.

La “Sinfonía Nº 8” compuesta entre 1992 y 1993 está inspirada en El sueño de una noche de verano de Shakespeare, haciendo referencia en sus tres movimientos a tres escenas claves de la obra teatral. Se estrenó el 1 de octubre de 1993 en el Symphony Hall de Boston dirigida por Seiji Ozawa. Henze estaba entonces comenzando a trabajar en su ópera de un solo acto "Venus und Adonis".

El primer movimiento, allegro moderato, se refiere al viaje de Puck. Oberón le pide que vaya en busca de la flor mágica sin dejarse seducir por la ociosidad. Puck le responde que pondrá una cinta alrededor de la tierra en cuarenta minutos. Esto se encuentra  simbolizado por la amplia dinámica y las fluctuaciones de tempo, evidenciando un fuerte sentido de viajar a toda velocidad. Un tema introducido por el violoncelo simboliza la voz de Oberón. En su punto culminante acompañado por tambores militares Cupido lanza su flecha en dirección a la luna. En la sección final cuando el movimiento continuo se calma aparece la flor con su mágica belleza.

El segundo movimiento, ballabile, según Henze consiste en una forma rondó realizada con alegría de corazón. La reina de las hadas Titania bajo la influencia de las secreciones de la flor intenta seducir a Bottom, el artesano transformado en burro. Se representa mediante una música atractiva, de gran espíritu, con una sensación de rotación interminable cada vez más agitada y voluble. Dos planos musicales se entrecruzan, la grosería del asno, interpretada por un solo de trombón y la delicadeza del hada representada por la dulzura de la cuerda. Finalmente los dos temas se confunden.

El tercer movimiento, adagio, representa las palabras de Puck, si las sombras hemos ofendido y proclama que las aventuras no fueron más que un sueño. Una cualidad surrealista convincente se transmite con éxito con un fortalecimiento de la tensión, antes de que todo se desvanezca para dejar al mundo de las hadas en paz y satisfacción. Según el compositor se trata de una conclusión pacífica, de una reconciliación, de una fraternización, especialmente conmigo mismo. Solo es capaz de lograrlo quien ama y busca la paz.

En la coda final encontramos un retorno al delicado mundo de las hadas, que caracteriza a los anteriores movimientos, pareciendo como si el poeta y el compositor se hubiesen retirado para permitir a las hadas y los elfos vivir su vida en paz.

Estructuralmente todos los movimientos se basan en unos mismos temas con sus variaciones, unos temas que al no ser melódicos son poco reconocibles, presentándose en su forma original en el tercer movimiento, una forma invertida de exposición.

Desde 1980 hasta 1991 Henze impartió una clase de composición en la Escuela de Música de Colonia. En 1981 fundó los Talleres de Mürztal, en la región austríaca de Estiria, en la que también creó el Festival de Música Juvenil Deutschlandsberg en 1984. Finalmente, en 1988, fundó la Bienal de Múnich, un festival internacional de nueva música teatral, del que fue director artístico.

Entre 1990 y 1993 Henze compone su "Réquiem",  que comprende nueve conciertos sagrados para piano, trompeta y orquesta de cámara. Su primer movimiento fue escrito a la memoria de Michael Vyner, el director artístico de la London Sinfonietta. muerto prematuramente en 1989.

La “Sinfonía Nº 9” fue compuesta entre 1995 y 1997 para coro mixto y orquesta. La estrenó Ingo Metzmacher dirigiendo el Rundfunkchor Berlin y la Berliner Philharmoniker en septiembre de 1997 en la Philharmonie de Berlín. Utiliza un texto de Hans-Ulrich Treichel basado en la novela del Holocausto de 1942, Das siebte Kreuz, La Séptima Cruz, de Anna Seghers. una mirada a la época más oscura del pasado de Alemania, en la que el mismo Henze vivió su niñez y adolescencia.

Diseñada en siete movimientos corales, la música es paralela a la novela de Seghers sobre siete prisioneros que intentan escapar de un campo de concentración. Es la más extensa de las sinfonías de Henze.

La séptima cruz, llevada al cine por Fred Zinneman, con Spencer Tracy en el papel principal, habla de siete prisioneros condenados a ser crucificados, que escapan de un campo de concentración. Siete árboles son talados para hacer siete cruces en las que crucificar a los prisioneros. Seis son recapturados, después de una serie de experiencias horribles. El séptimo logra alcanzar la libertad abordando un barco holandés en el Rin y su cruz sin usar se convierte en un símbolo de resistencia.

Con este escenario Henze rinde homenaje a los héroes y mártires del antifascismo alemán. Una expresión pública de su aborrecimiento del comportamiento de Alemania a principios y mediados del siglo XX y su respeto por aquellos que lucharon por resistir al régimen nazi. Henze confiesa: Lo que sucede en esta sinfonía es una apoteosis de terror y dolor.

El primer movimiento, Die Flucht, la huida, presenta al hombre que huye de sus perseguidores. La música interpretada por el coro con su carácter inquietante, lo refleja mediante una escritura angustiada e irritada. No es una escena de acción emocionante, sino una representación del terror abyecto y espantoso.

El segundo movimiento, Bei den Toten, entre los muertos, es un movimiento lento mostrando el estado de agotamiento total y terror del prófugo, que intenta esconderse de su enemigo. Delirante se encuentra en una tierra de sombras sin nadie en su ayuda. Una terrorífica explosión de orquesta y coro antecede a la tranquila coda.

El tercer movimiento, Bericht der Verfolger, informe del perseguidor, es otro movimiento oscuro, lleno de tensión severa, transmitiendo el trato brutal e inhumano que se da a los escapados. Un retrato breve y salvaje de los perseguidores.

El cuarto movimiento, Die Platane spricht, el plátano habla, describe al árbol talado para hacer una cruz, en un ambiente extremadamente desgarrador. En primer lugar, una atmósfera angustiosa se combina con una corriente de fondo marcial. Luego viene un estado de ánimo oscuro de agitación que es decididamente inquietante, los árboles de los que se harán las cruces cantan líricamente sobre su propia belleza antes de que sean talados sin piedad.

El quinto movimiento, Der Sturz, la caída, describe el destino de uno de los otros prisioneros que es perseguido por hombres con perros. Escalando la parte superior de una casa le disparan y salta del techo cayendo muerto. Probablemente es la cumbre emocional de la partitura. Un artista que mientras muere canta, yo ... el águila herida, despliego mis alas y vuelo una vez más sobre la única tierra que tengo. Este punto está marcado en la partitura como una melodía grave, que se eleva con conmovedora elocuencia en las cuerdas.

El sexto movimiento, Nachts im Dom, noche en la catedral, es a bastante distancia el movimiento más largo. En un espantoso drama de pesadilla, el miserable prófugo exhausto busca refugio en la catedral de Maguncia por la noche y ora en busca de ayuda, tanto a las estatuas de los santos como a una figura de Jesús en la cruz.

Cristo no responderá a sus oraciones. Todo lo que puede oír son las voces de los muertos. doce solistas, colocados en el extremo opuesto de la sala de la orquesta y el coro, elogiando absorto y horriblemente los voluptuosos placeres de la tortura y el martirio. Aquí Henze utiliza un órgano por primera y única vez en sus obras orquestales. El poder dramático del instrumento se suma significativamente a la atmósfera inquietante y febril.

El séptimo movimiento, Die Rettung, el rescate, es un andante cantabile sin uso de percusión y sin apenas crescendos hasta su final. Proporciona un enorme contraste con una polifonía rica, tranquila y de múltiples voces. Aunque el prisionero ha sobrevivido, el horror permanece. A pesar de un constante trasfondo desconcertante de peligro también hay un destello de optimismo, tal vez para la humanidad.

Para Hans Werner Henze, la Novena Sinfonía representa la experiencia más extrema que he tenido, tanto en términos de los eventos de la época como en lo que respecta al nivel de esfuerzo artístico ... es un summa summorum de mi obra musical.

Las líneas musicales suelen ser tortuosas o angulosas, con unas texturas muy densas. A pesar de esto, el impacto acumulativo es sorprendentemente poderoso. Es una pieza que uno siente que Henze se ha estado preparando para escribirla durante años.

La “Sinfonía Nº 10” fue compuesta entre 1997 y 2000 por una petición conjunta de Paul Sacher y Simon Rattle. Sacher le dijo que debía superar la antigua superstición de la novena sinfonía. El primer movimiento fue estrenado por Simon Rattle el 30 de marzo de 2000 en Birmingham como parte del Forward Festival, interpretada por la City of Birmingham Symphony Orchestra. El estreno de la totalidad de la sinfonía tuvo lugar en Lucerna el 17 de agosto de 2002 con los mismos intérpretes anteriores, durante el Festival de Lucerna..

Construida en la forma tradicional de cuatro movimientos, cada uno de los cuales posee un título descriptivo. Los títulos en sí son genéricos, es decir, evocan motivos asociados con ellos en lugar de cualquier referencia específica. Henze dedicó la obra a Sacher, que murió antes del estreno.

El primer movimiento, Ein Sturm, una tormenta, es bastante tempestuoso como indica su título. No se trata realmente de una sinfonía descriptiva, sus títulos solo evocan un estado de ánimo. En este caso no describe ninguna tormenta de la naturaleza sino un estado emocional. Se desarrolla mediante diversas olas de intensificación de sonido, volviéndose violenta en algunos momentos con intervención de la percusión, pero sin el pesimismo y la angustia mostrada en su anterior sinfonía. La música se vuelve especialmente violenta en la parte final. Según el compositor, el verdadero desafío fue representar estados de ánimo, posiblemente también el mío y hacerlo dentro de los límites de las existentes formas musicales y sus convenciones.

El segundo movimiento, Ein Hymnus, un himno, está escrito para cuerdas divididas en algunos fragmentos hasta en 16 partes. Según el compositor se trata de un himno de alabanza, acaso por un ser humano, por la naturaleza, por su creador. Esta frase irritó a quienes lo consideraban como ateo, a los que les contestó. ¿Realmente cree que tengo prohibido el concebir la idea de un creador de cualquier tipo, solo porque soy el viejo Henze?  La música se mueve en un ambiente tranquilo y sereno, pero sin evitar en algunos momentos matices obscuros. Termina con una obsesiva y radiante repetición de una tercera menor.

El tercer movimiento, Ein Tanz, una danza, es el scherzo de la sinfonía dominado por la percusión. Según el compositor es la consecuencia lógica de todo lo que ha ocurrido anteriormente. El uso de la percusión es fundamental en el movimiento. Los percusionistas junto con el arpa, piano y celesta, a los que más tarde se les unen los metales, interpretan una exuberante danza, según Henze, salvaje y grotesca, si, y acaso también un poco maliciosa. Con una parte central más tranquila la música se desarrolla con secciones solo para percusión, como se escucha en su parte final.

El cuarto movimiento, Ein Traum, un sueño, prescinde de la forma y se construye a través de un clímax que involucra a toda la orquesta. Parte en principio de la idea sinfónica clásica del Siglo XIX, Durch Nacht zum Licht, desde la noche hacia la luz. Empieza desde los registros bajos de la orquesta y va explorando un sonido que cada vez va moviéndose más hacia arriba, siendo cada vez más brillante.

En el clímax final la luz aparece en todo su esplendor hasta que la visión se desvanece en la nada. Según el compositor este movimiento  tiene una calidad de sonido que se encuentra muy lejos de los horrores y sufrimientos de la época en la que nos ha tocado vivir y morir.  Mirando esto alguien como yo no puede pensar en otra cosa que en rechazo, evasión, renunciación, adiós y en una canción de despedida. Un mensaje de serena reflexión.

Uno de sus últimos éxitos fue el estreno de la ópera "L'Upupa und der Triumph der Sohnesliebe", la abubilla y el triunfo del amor filial, en el Festival de Salzburgo el 12 de agosto de 2003, basada en un cuento de hadas sirio con libreto del propio compositor. Su última ópera es "Phaedra" compuesta en 2007, que se estrenó en la Ópera Estatal de Berlín el 6 de septiembre de 2007.

Hans Werner Henze vivió con su compañero Fausto Moroni desde principio de los años 1960 en su casa de La Leprara, cuyo jardín planeó Moroni. Cuando el compositor sufrió un espectacular colapso viviendo en un estado casi en coma, fue cuidado por su compañero, que lo animó para su recuperación en 2007. Poco después Moroni murió tras una larga batalla contra el cáncer. A su memoria Henze escribe "Elogium Musicum" en 2008, para orquesta y coro,

Hans Werner Henze muere en Dresde, el 27 de octubre de 2012​. En 1995 fue galardonado con el Premio de Música de Westfalia, que lleva su nombre desde el año 2001 y, en el año 2000, le fue concedido el Praemium Imperiale. El 7 de noviembre de 2004 Henze recibió un doctorado honoris causa en ciencia musical del Conservatorio de Música y Escuela de Teatro de Múnich.

La música de Henze ha incorporado el neoclasicismo, el jazz, el dodecafonismo, el serialismo y algo de rock y de música popular. Las consideraciones políticas determinaron en parte el estilo de Henze en distintos momentos de su carrera. Podríamos extendernos en muchos aspectos sobre la vida y obra de este importante compositor, pero la gran cantidad de música que nos falta por analizar no nos lo permite actualmente.