BOERO

Felipe Boero (1884-1958) nació en Buenos Aires el 1 de mayo de 1884. Estudió piano desde temprana edad y fue alumno de Pablo Beruti en composición. En 1902 se licenció de la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta de su ciudad natal como Maestro Normal Nacional.

En 1912 ganó el Gran Premio Europa, una beca para cursar estudios en el Conservatorio de París, donde fue alumno de Paul Vidal. El comienzo de la Primera Guerra Mundial lo obligó a regresar a la Argentina antes de completar sus estudios.

En 1915 fue fundador, junto con José André, Ricardo Rodríguez y Josué Teófilo Wilkes, también ganadores del mismo premio, de la Sociedad Nacional de Música, que hoy lleva el nombre de Asociación Argentina de Compositores.

Ejerció la docencia en diversas instituciones de nivel primario, secundario y terciario, fue director del colegio Juan Martín de Pueyrredón e inspector del Consejo Nacional de Educación. En 1934 tuvo a su cargo la tarea de crear y dirigir coros populares integrados por alumnos de las escuelas primarias para adultos. En 1938 llegó a ser miembro de la Comisión Nacional de Bellas Artes.

Como compositor se dedicó especialmente a la ópera. «Tucumán» compuesta en 1914, con libreto de Leopoldo Díaz, para celebrar el centenario de la declaración de la Independencia de la Argentina en 1816, recuerda la Batalla de Tucumán de 1812, en la cual las fuerzas del Ejército del Norte bajo el mando de Manuel Belgrano derrotaron a las tropas españolas de Pío Tristán. La obra contiene elementos del repertorio musical popular argentino y del lenguaje nacional.

«Ariadna y Dionisos» compuesta en 1916 con libreto de Leopoldo Díaz, basa su argumento en el mito clásico de la heroína traicionada por Teseo.

«Raquela» compuesta en 1918 con libreto de Víctor Mercante, relata un drama amoroso rural. Emplea danzas, ritmos y melodías argentinas. La instrumentación incluye 5 guitarras en la orquesta y 9 guitarras en la escena.

«Siripo» compuesta en 1924 con libreto de Luis Bayón Herrera, se basa en la tragedia de Manuel de Lavardén. Trata del amor del cacique Siripo por la española Lucía Miranda en el fuerte de Sancti Spiritu y de las guerras y traiciones entre americanos y europeos durante el siglo XVI.

«El Matrero» compuesta en 1925 sobre un drama del uruguayo Yamandú Rodríguez, cuenta la historia de un gaucho rebelde, matrero, que finge ser un cantor errante para ganar el amor de una mujer, Pontezuela, quien lo rechaza por estar enamorada del rebelde, aún sin conocerlo.

«Zincalí» compuesta en 1933, sobre un texto de Arturo Capdevila, trata del misterio de los gitanos en el mundo. Todas sus óperas fueron estrenadas en el Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires.

También compuso música incidental como «El inglés de los güesos» de 1938, «Las Bacantes» de 1925, «Mariquita Thompson» entre. 1930-1936 y «Para la noche de Noel» entre 1921-1940.

Entre su música sinfónica se encuentran, «Camino solitario», «Carnaval en la sierra» de 1935, «Chacarera mendocina», «Crepúsculo pampeano», «El Caramba», «El gato porfiado» de 1935, el poema sinfónico «El Lacar», la suite sinfónica sobre «El Matrero» entre 1925-1930, «El Porfiado» de 1935, «Escenas Argentinas» de 1912, «Flores de Cardón», «Funeral Coya» entre 1940-1950, «Lluvia en el Campo» de 1929, «Madrugada en la Pampa» (Preludio de su ópera Raquela) de 1918, «Misa Chico».

También la «Suite Argentina» entre 1920-1930, «Tres Danzas Argentinas», «Vidala de Carnaval» de 1935, «Vidala Riojana», «Vidalita» de 1935 y «Zamba de Rosarito». Escribió además numerosas obras instrumentales y vocales.

Felipe Boero murió en Buenos Aires, el 9 de agosto de 1958. Su obra más famosa es la ópera El Matrero. Fue además un destacado trabajador en el área de política educativa.