HOLMBOE

Vagn Holmboe (1909-1996) nació en Horsens en la Jutlandia Oriental el 20 de diciembre de 1909. Sus padres eran músicos aficionados. A los 14 años empezó sus estudios de violín y en 1926 ingresó en la Real Academia de Música de Dinamarca en Copenhague recomendado por Carl Nielsen. Pero no fue alumno suyo, estudiando teoría de la música con Knud Jeppesen y composición con Finn Høffding.

Terminados sus estudios en 1929 marchó a Berlín donde recibió lecciones de Ernst Toch. Allí conoció a la pianista rumana Meta May Graf que se convertiría en su compañera para el resto de su vida. Se casaron durante una estancia de estudios en Rumanía durante el curso 1933-34. Durante esta estancia tuvo la oportunidad de conocer la música folclórica rumana, algo que influiría en su carrera.

Al regresar a Dinamarca tuvo que dar clases privadas de música para poder mantener a su joven familia y empezó su carrera como compositor. Entre sus primeras obras se encuentran piezas de cámara, muchas de ellas nunca interpretadas.

La “Sinfonía Nº 1” Op.4, para orquesta de cámara, fue compuesta entre junio y septiembre de 1935. Se estrenó el 21 de febrero de 1938 en Aarhus, interpretada por la Orquesta Municipal de la citada ciudad, actualmente Orquesta Sinfónica de Aarhus., dirigida por Thomas Jensen.

El primer movimiento, allegro, empieza con un tema de carácter rítmico de características folclóricas seguido por un segundo de un marcado similar estilo. Después de un breve desarrollo sigue la recapitulación con el tema rítmico inicial que cierra el movimiento.

El segundo movimiento, andante, empieza mediante un motivo grave alternando con breves pasajes rítmicos y arabescos de las maderas. Una animada danza ocupa la sección central. Luego retorna a la primera parte, enlazando con el último movimiento.

El tercer movimiento, allegro energico, también posee un tema rítmico de características folclóricas que se repite en forma parecida a un rondó. El tema rítmico apoyado por la percusión cierra la breve obra.

La “Sinfonía Nº 2” Op.15, fue compuesta entre 1938 y 1939.ganando un concurso organizada por Det Kongelige Kapel, la Orquesta Real Danesa. Además de la recompensa económica, el premio llevaba consigo la interpretación de la obra por la entonces mejor orquesta de Dinamarca, dirigida por el italiano Egisto Tango, con lo cual Holmboe se daba a conocer como compositor.

Con el dinero recibido el matrimonio se compró un terreno en los idílicos alrededores de Ramløse en el norte de Sjaeland. Allí a partir de 1953 sería su mansión permanente. Su esposa Meta May abandonaría el piano convirtiéndose en artista del vidrio y fotógrafa.

El primer movimiento, Impressioni, se desarrolla a partir de una simple célula formada por tres notas. formando un tema más largo. Construido en forma de arco alcanza momentos explosivos con intervención de la percusión para terminar de manera sorprendente de forma idílico, adelantando el carácter del siguiente movimiento.

El segundo movimiento, lamentazioni, empieza dulcemente con una transformación del motivo inicial de modo elegíaco. Emplea una orquestación reducida en forma de bloque, con especial participación de los instrumentos de viento. La música oscila entre momentos de tensión a otros de relajación, terminando con una tranquila coda.

El tercer movimiento, espressioni, contrasta con fuerza con el movimiento anterior mediante un tema agitado que se forma a partir de la célula inicial de la obra. Un movimiento bastante breve que termina mediante una explosión sonora.

La “Sinfonía Nº 3” (Sinfonia rustica) Op.25, fue compuesta en 1941. Se estrenó el 12 de junio de 1948 interpretada por la Orquesta de Conciertos del Tivoli dirigida por Svend Christian Felumb. Una obra escrita durante la ocupación alemana de Dinamarca en la Segunda Guerra Mundial, intenta reflejar las circunstancias de aquel período bélico.

El título de sinfonía rustica proviene del empleo de temas folclóricos de Jutlandia y de una melodía medieval danesa. Todo ello le proporciona un aire especial especialmente jutlandés como comenta el compositor en una carta. Un lenguaje musical que hasta entonces no se había escuchado en la música clásica, mientras que en Sjaelland y en Fionia lo habían usado tradicionalmente. El lenguaje de Sjaelland es amable, acogedor, locuaz. El de Fionia es dulce, calmado, pero con un toque de sátira o ironía, mientras que el de Jutlandia es más rudo, conciso, terrenal pero también patético.

El primer movimiento, Brujdans, tiene como base el motivo de una canción antigua de Jutlandia que desarrolla en forma de una danza.

El segundo movimiento, Skammelsen, variationer, son unas variaciones sobre el tema de una canción medieval danesa. Un motivo melancólico eslavo es dibujado por los violoncelos y punteado por el viento y la percusión. Es el movimiento más extenso de la obra y las variaciones van alternando entre secciones tranquilas y otras más intensas acompañadas por el metal y la percusión.

El tercer movimiento, Bryde Kloster, emplea otra antigua canción de Jutlandia. Un tema de carácter rítmico con el aire de una danza de fiesta popular se desarrolla como una muestra de identidad nacional en una época en que estaba sometido al yugo nazi.

Una sinfonía escrita en tiempo de guerra para demostrar la identidad de un pueblo sometido pero no anulado. Para ello el compositor usa motivos de carácter popular nacional.

La “Sinfonía Nº 4” (Sinfonia Sacra) Op.29, fue compuesta en 1941. Es de carácter religioso e incorpora un coro. Ganó uno de los premios de un concurso convocado por la Radio de Dinamarca en 1941 para la inauguración de una nueva sala de conciertos en la Radiohuset, la Casa de la Radio de Copenhague.

Aunque el resultado del concurso se supo en el mes de noviembre de 1942, para evitar que la inauguración de la sala se hiciera durante la ocupación alemana se retrasó el estreno. Holmboe tuvo tiempo de revisar la obra en 1945 antes de su primera audición. Se realizó el 11 de septiembre de 1945 en la Radiohuset de Copenhague, interpretada por el coro y orquesta de la Radio de Dinamarca dirigidos por Erik Tuxen.

Está dedicada a la memoria del hermano menor del compositor muerto en el campo de concentración nazi de Porta Westphalica en diciembre de 1944. Los textos fueron escritos por el propio compositor y traducidos al latín por Poul Johannes Jensen.

El primer movimiento, allegro passionato, se caracteriza por su gran fuerza rítmica de sabor medieval, que acompaña el texto cantado por el coro expresando en sus palabras el terror medieval. La música adopta el estilo adecuado para ello.

El segundo movimiento, adagio, es de carácter desolado con el coro cantado un texto que expresa los males de la tierra y una llamada al supremo para su solución. Música con contornos tranquilos con algunos momentos de mayor intensidad.

El tercer movimiento, con fuoco, es de carácter enérgico con el coro cantando en modo de fuga. Las palabras recuerdan la culpabilidad del propio hombre.

El cuarto movimiento, moderato, expresa el deseo de paz cantado por el coro, paz en mi corazón, paz en la tierra. Expresado mediante una sencilla forma melódica de suaves contornos.

El quinto movimiento, Gloria: allegro non troppo, es un canto de alabanza al creador. En forma de un vivo himno cantado por el coro acompañado por el metal y la percusión. Intervención de episodios de la madera al estilo de Sibelius.

El sexto movimiento, Laudate: con motto, expresa el Gloria al Señor mediante una suave intervención del coro que va aumentando su expresividad para terminar dulcemente la sinfonía.

Una obra inspirada en la "Sinfonía de los Salmos" de Stravinski a la que Holmboe tenía una especial predilección. En 1943 publicó un comentario en la revista Levende Musik que podría aplicarse a su propia sinfonía. Es natural para los compositores contemporáneos que la música no pueda describir los sentimientos y su naturaleza. o en otras palabras, los sentimientos no son su objetivo. Podemos decir al contrario, que los sentimientos son la fuerza motriz, la fuente, mediante la cual el compositor debe expresarse del modo que le es natural, la música.

Frente a la obra de arte, el oyente puede sentir la indiferencia por esta fuente emocional, cualquiera que sea su naturaleza. Debe poder mantenerse por sus propios medios, sin explicación ni razón, como una síntesis de la tensión emocional, de la fuerza de la composición y de la maestría técnica.

La “Sinfonía Nº 5” Op.35, fue compuesta en 1944 estrenándose el 16 de junio de 1945 interpretada por la Orquesta de la Sala de Conciertos del Tivoli bajo la dirección de Lavard Früsholm a quién está dedicada.

El primer movimiento, allegro non troppo, puede considerarse como un ensayo de la técnica de la metamorfosis de Holmboe. Empieza con un motivo rítmico muy marcado que alterna de modo contrastante con episodios líricos. Una contundente coda basada en el tema lírico cierra el movimiento. Un gran ejemplo de la originalidad de la sinfonía danesa comparable a las obras de Nielsen.

El segundo movimiento, andante affetuoso, contrasta con el anterior por su ambiente calmado. La cuerda nos presenta un tema típicamente nórdico que se va transformando paulatinamente. Después de un contundente episodio en forma de marcha fúnebre retorna a la tranquilidad inicial.

El tercer movimiento, vivace, es de carácter rapsódico, empleando su estilo personal en la madera y en los susurros de la cuerda. Después de un episodio definido por un crítico como un banco de peces revoloteando, la sinfonía termina mediante determinantes timbales y metal.

La compositora Pauline Hall, redactora del periódico noruego Dag bladet, escribió el siguiente comentario, cuando la sinfonía fue interpretada en 1947 en el Festival de la SIMC en Copenhague, dirigida también por Levard Früsholm.

La pulsación rítmica de la obra es endiablada, es una fuerza irresistible que arrastra al espectador. Vagn Holmboe utiliza los colores orquestales, los mezcla a su gusto y administra sin dificultad la dirección de las voces. La sinfonía está construida de modo horizontal, si se puede expresar de este modo, siendo la progresión lineal lo más importante.

La “Sinfonía Nº 6” Op.43, fue compuesta en 1947 y se estrenó el 8 de enero de 1948 interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Dinamarca dirigida por Erik Tuxen. Está dedicada a la esposa del compositor Meta Holmboe.

El propio compositor nos explica su inspiración. Era un día de primavera de 1947. Un resplandor durante el cual las cosas se me aparecieron claras y evidentes. Una impresión de espacio, de extensión, de presencia concreta. Un espacio en el tiempo, percibido y comprendido en una fracción de segundo. ¿Había nacido una obra? ¿Podía sentarse y ponerse a escribir? ¿Una sinfonía de repente se había esclarecido en todos sus detalles? Naturalmente uno se sentó y se puso a escribir su sinfonía. Todo el tiempo experimentaba evidentemente la realización de la sensación de tiempo y de espacio ...

Cosas con las cuales había jugado largamente, puede ser durante años, ideas musicales viejas y nuevas, fragmentos e ideas diversas, todo esto fue depurado, ordenado y se convirtió en racional de modo evidente desde el momento de sentarse a trabajar. Algunas cuartas se rodearon repentinamente de atmósfera en el momento en que resentí una aguda tensión frente a su confrontación. Se volvieron una fuente de inspiración y favorecieron un desarrollo.

El primer movimiento, adagio, allegro, adagio, empieza de modo camerístico mostrando una fina línea entre el silencio y el susurro. Como en un amanecer se va aumentando la luz mediante la calidez de las trompas. La música se agita en la parte central del movimiento con gran intervención de frases repetidas de la madera y llamadas de las trompas.

Se produce un retorno hacia un mundo más incierto de amenazas y sombras. La música vuelve a texturas de música de cámara apareciendo un solo de violín. Esto nos conduce a una meditación que se desliza hacia un imperturbable sueño.

El segundo movimiento, allegro molto e con fuoco, es de carácter notablemente dramático, que se desarrolla de forma rapsódica. El ritmo es frenético con intervenciones de la madera y el metal. Una sección más serena presenta un profundo contraste. Pero pronto resurgen las figuras rítmicas alternando con periodos de tensa calma. Llamadas angustiosas del viento nos conducen hacia la parte final mediante susurros de la cuerda.

La “Sinfonía Nº 7” Op.50, fue compuesta en 1950 y se estrenó el 18 de octubre de 1951 interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Dinamarca bajo la dirección de Nicolai Malko. Está escrita en un solo movimiento dividido en cuatro secciones separadas por tres intermedios.

El propio compositor reconoce haber utilizado el procedimiento de metamorfosis en las siguientes palabras. La séptima sinfonía se inicia mediante algunos compases introductorios y con una línea melódica en unas circunstancias parecidas a las de la sexta sinfonía. Aquí la diferencia está en que el comienzo era totalmente claro mientras que el desarrollo sucesivo se disimulaba en la penumbra ... 

La tentativa de llegar a una metamorfosis era totalmente consciente, no puedo decir si lo he logrado y de toda manera no puedo ver alguna forma de metamorfosis general en la obra. Pero por otra parte no existe la menor duda que el desarrollo material está influenciado por la metamorfosis.

La primera sección, allegro con fuoco, empieza enérgicamente con un motivo de martilleo peculiar de su autor. Como observamos en sus obras, alterna con episodios más relajados. Después de una agitada sección unos compases más tranquilos enlazan sin interrupción con la siguiente parte.

El Intermedio I: andantino, es una breve sección que sirve como introducción a la segunda sección de carácter lento.

La segunda sección, adagio, nos presenta un estado de premonición e inquietud, que forma parte de la sección central lenta de la obra. Nuevamente las llamadas en forma de fanfarria se introducen en la obra.

El Intermedio II: andantino, también de breve duración es la conclusión de la parte central lenta del movimiento.

La tercera sección, presto, va aumentando progresivamente su actividad rítmica y dinámica con secciones contrastantes. Regresa el ritmo martilleante que nos conduce con más tranquilidad al último intermedio.

El Intermedio III: andantino, es de carácter reflexivo como una preparación del final tranquilo de la obra.

La cuarta sección, Coda: andante, empieza mediante fanfarrias del metal que nos conducen a una sección de calma inquietante e indeterminada, que termina la sinfonía en forma de interrogación.

La “Sinfonía de cámara Nº 1” Op.53, que fue compuesta en 1951 es una sinfonía de tipo clásico en la que el nombre de cámara solo se refiere al tamaño de la orquesta. Se estrenó en Copenhague en 1951 dirigida por Lavard Friisholm, que había fundado la orquesta Collegium Musicum hacía pocos años para interpretar música barroca. Por ello Holmboe denominó a su sinfonía como Collegium Musicum Nº 1.

Durante esta época el compositor había desarrollado su idea de metamorfosis musical. Se basa en que un tema es transformable y que al final puede transformarse en algo totalmente diferente de su principio. Para él la metamorfosis se convirtió en una técnica compositiva. Lo comparaba con la vida en la naturaleza.

De huevo a larva, de capullo a insecto, decía para explicarlo. La técnica de la metamorfosis está relacionada con muchas cosas que lentamente ocurren en la naturaleza en el transcurso de una vida. En este contexto se experimenta una continua metamorfosis. Un cambio perpetuo. Los árboles, la hierba y el tiempo cambian y se transforman en otra cosa. Algo se descompone y se transforma en algo nuevo. El amplio proceso de la naturaleza juega un gran papel.

El primer movimiento, andante assai, empieza con un redoble de timbal. Las tres primeras notas de la trompa constituyen el germen sobre el que se desarrolla toda la sinfonía. El breve movimiento tiene función de preludio de la sinfonía.

El segundo movimiento, animato, es de carácter rítmico y el tema va apareciendo más claramente cuando la música crece y se desarrolla.

El tercer movimiento, adagio, es de carácter elegíaco empezando con un recitativo interpretado por las cuerdas al unísono. El motivo inicial del primer movimiento se ha transformado en un tema. Después los cuatro instrumentos de madera solistas se encargan de una característica polifonía que nos recuerda el estilo de Nielsen.

El cuarto movimiento, allegro assai, termina la obra con la última transformación del tema con movimiento pulsante. La música crece en intensidad pero al llega a su clímax es detenida por material proveniente del primer movimiento, terminando en forma de círculo.

La “Sinfonía Nº 8” (Sinfonia boreale) Op.56, fue compuesta en 1952 y estrenada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Dinamarca el 5 de marzo de 1953 dirigida por Paul Kletzki. Dividida en los cuatro movimientos tradicionales sigue los principios severos de la metamorfosis.

El poeta danés Paul La Cour (1902-1956) describe sus experiencias musicales en forma de conferencia dedicando gran parte de su tiempo a una detallada descripción de esta obra, que reproducimos por su interés a continuación.

Aunque por su título nos pueda llevar a creer lo contrario, la sinfonía de Vagn Holmboe no es un poema sinfónico sobre el carácter nórdico, sino sobre todo una sinfonía en la cual un carácter nórdico lucha para comprender más profundamente su naturaleza, para objetivarse y de este modo liberarse. De todos modos yo la he entendido de esta manera. 

Está escrita con gran implicación personal, lo cual explica su seriedad y su pureza. Pero porque se trata de música y de música de un gran artista, esta lucha para obtener la objetividad y la libertad se vuelve algo que atrae a cualquier oyente y lo conduce a renovar su examen de conciencia ... 

Nada me puede afectar más, nada es a la vez más coercitivo y más liberador que la polifonía de Bach, donde los bloques de sonido parecen brotar de las profundidades insondables del cielo y de la tierra y parecen dirigirse hacia nosotros de modo que estemos rodeados por una inmensidad infinita, donde esta inmensidad reconoce su fuente y su objetivo, si, sus mismos límites en Dios. 

En el caso de Holmboe es otra cosa. Sus grandes pasajes polifónicos me parecen más estrechamente ligados a la majestuosa monotonía de la naturaleza, un deseo que deja una pregunta sin respuesta. Es una persona, un hombre moderno que se expresa en el mundo, que reconoce la relatividad de todo, a la vez que es totalmente incapaz de escaparse de su experiencia, de lo que es permanente.

El primer movimiento, allegro molto intensivo, nos presenta un motivo inicial de cuatro notas interpretadas por el clarinete, que forman el núcleo principal de la metamorfosis. Continúa con una destacable energía que culmina con potentes explosiones rítmicas. Luego aparece un tema expresivo de desolación nórdica, que nos conduce a la coda.

El segundo movimiento, tempo giusto, nos presenta una especie de Cabalgata de las Valquirias nórdica. Pero también nos muestra un motivo de paz expresado brillantemente por la cuerda. Finalmente aparecen convulsivas fuerzas que nos conducen al final.

El tercer movimiento, andante con moto, empieza con un motivo triste expuesto por el corno inglés, que se repetirá en varias ocasiones, separado por un motivo presentado por la cuerda que alcanzará gran fuerza expresiva. El tema del corno inglés cierra el movimiento.

El cuarto movimiento, allegro passionato, comienza con el regreso de la fuerza del segundo movimiento, pero en un ambiente de lamento. Después de una paz momentánea de carácter nostálgico aparece una tormenta de redobles de tambor, que nos conduce a un ambiente de devastación. La conclusión se basa en acordes martilleantes sostenidos sobre oleadas de sonido de la cuerda.

La “Sinfonía in memoriam” Op.65, fue compuesta entre 1954 y 1955 para la Radio de Dinamarca con motivo de la celebración del 10º aniversario de la liberación de Dinamarca de la ocupación alemana. Se estrenó el 5 de mayo de 1955 interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Dinamarca dirigida por Erik Tuxen. Cuando se estrenó llevaba el título de Sinfonía Nº 9 pero el compositor cambió de idea y lo empleó para otro encargo de la Radio Danesa en 1967.

En su libro titulado Mellemspiel editado en 1961 en Copenhague, el compositor describe el papel de la música mediante las siguientes frases.

La situación del arte, en este caso de la música, es opuesta a la de la ciencia. La obra de arte verdadera es irrefutable y encierra la verdad entera y absoluta. Esta verdad no puede ser definida ni probada, se resiste a cualquier análisis porque no puede ser percibida por sus componentes sino solamente en su totalidad. Depende de la autenticidad del sentimiento y de la correspondencia entre la expresión y los medios. Es un microcosmos, reflexión de un orden, que no puede ser comprendido ni representado por sí mismo, como la estructura del átomo o las galaxias del universo.

La sinfonía está escrita en tres movimientos siguiendo la alternancia, lento, rápido, lento, debido al carácter de la obra que intenta reflejar una situación dramática en un ambiente serio pero no por ello de forma monótona.

El primer movimiento, molto moderato, empieza con un toque en forma de fanfarria dando carácter al acontecimiento que desea reflejar. Luego emplea un motivo de carácter elegíaco que se desarrolla de un modo serio, reflejando el ambiente en la época de la ocupación. La música alcanza un punto de dramatismo expresando cierta rebeldía sobre la situación, terminando del modo elegíaco de su inicio.

El segundo movimiento, allegro vivace, empieza con un tema de carácter rítmico violento. Alternando entre secciones violentas y otras más relajadas intenta reflejar el ambiente bélico vivido en aquellos dramáticos años. Una contundente coda termina el movimiento.

El tercer movimiento, andante, empieza con un tema de carácter elegíaco, que se desarrolla hasta alcanzar la forma de himno en memoria por los caídos por la guerra. Termina con una apoteosis final que refleja el sentimiento de liberación, después de acabar con la ocupación alemana.

“Kairos” (Sinfonías para orquesta de cuerda) Op.73, es una obra compleja compuesta entre 1957 y 1962 para una pequeña orquesta de cuerda. Consiste en cuatro sinfonías destinadas en un principio a ser interpretadas individualmente. La interpretación completa de Kairos se realiza de la siguiente forma. Los cuatro movimientos de la Sinfonía para cuerdas Nº 4 sirven para encuadrar y separar las tres primeras sinfonía que forman parte de la obra.

Por ello estos cuatro movimientos, llamados Preludio, Interludio I, Interludio II y Postludio se interpretan como sus nombres indican al principio, dos interludios que separan la segunda de la tercera y ésta de la cuarta y como parte final.

Es posible que Holmboe tuviera en mente esta estructura, pero la larga fase de composición hizo que cada una de las sinfonías se estrenase de forma separada. Nunca durante la vida del compositor se interpretó la obra en su modo de conjunto integrado.

En el prefacio de la obra el compositor nos explica el significado de su título. Kairos significa el tiempo en un sentido psicológico. Es decir el tiempo que pasa en el cual se realiza la experiencia, por oposición a Kronos, que significa el tiempo que se puede dividir en segundos y minutos.... Además de las variables normales en el tiempo que aparecen entre los períodos de tensión y de relajación, he intentado esclarecer este problema mediante por ejemplo el intercambio entre episodios objetivos-abstractos y subjetivos-expresivos, de diferentes períodos de tiempo pero simultáneos y por la intemporalidad, en el sentido cronológico, de las metamorfosis.

Kairós es un concepto de la filosofía griega que representa un lapso indeterminado en que algo importante sucede. Su significado literal es momento adecuado u oportuno, en la teología cristiana se lo asocia con el tiempo de Dios. Actualmente se puede interpretar como tiempo cualitativo.

Este tiempo cualitativo es lo que espera el oyente, que según dice Holmboe, recrea la música en su espíritu. Esto significa que el oyente debe tener una participación activa para comprender la obra. Para ayudar a esta participación el compositor desarrolla una forma de composición llamada metamorfosis.

El material musical se desarrolla continuamente de manera orgánica en una especie de proceso de crecimiento. En el caso concreto de la obra comentada las exigencias de la participación activa del oyente, para acordarse de lo que ha escuchado, son además aumentadas por el hecho de que el desarrollo de la música no es dado a priori.

Debemos dejar constancia de que la obra pone un reto, no solamente a los ejecutantes sino también a los espectadores, que escucharán algo bastante insólito en el mundo de la música clásica, una obra de casi una hora de duración para una pequeña orquesta compuesta solamente por cuerdas.

El compositor escribe en su breve libro "Det uforklarlige" 1981, Música, lo inexplicable, los requisitos que debe reunir el buen oyente activo. En toda la música de importancia y calidad, las diferentes partes tienen su lugar necesario para formar un todo. Deben ser percibidas y registradas con tanta seguridad para que no proporcionen a la atención una posibilidad de evadirse, de otro modo se producirán fallos en la comprensión de la obra, que pronto se volverá incomprensible y por consiguiente aburrida. 

Si por el contrario los detalles se pueden registrar en la conciencia del oyente, si pueden ser reconocidos cuando reaparecen más tarde, bajo una forma parecida o puede ser transformada, serán poco a poco reunidos en la conciencia del oyente y formarán un todo cuya naturaleza y carácter se volverán comprensibles. 

La música y su desarrollo son dados a priori pero los oyentes deben por si mismos recrear la música en su espíritu para poderla aprehender y por ello la capacidad de reconocer y de recordar lo que se ha escuchado es indispensable. 

Las personas que escuchan atentamente y que poseen una cierta experiencia de escucha podrán fácilmente memorizar sus impresiones y recrearlas mentalmente, teniendo de este modo la posibilidad de experimentar la música tal como ha sido pensada por el compositor e interpretada por el ejecutante.

Comentaremos las cuatro obras de modo independiente, como sinfonías individuales, al ser la forma en que se interpretan habitualmente y que fueron presentadas en vida por el propio compositor. Cada una de las tres primeras sinfonías está escrita en un solo movimiento con diversos cambios de tempo. La cuarta como se ha visto está compuesta por cuatro breves movimientos.

La “Sinfonía para cuerdas Nº 1” Op.73a, fue compuesta entre los meses de julio y agosto de 1957. Se estrenó en Copenhague el 3 de julio de 1958 interpretada por la Orquesta de Cámara Pro Musica dirigida por Lamberto Gardelli.

Empieza con un tempo lento presentando un tema elegíaco que se va transformando hasta llegar a una sección de carácter rítmico de tempo vivo. Como si se tratara de un conjunto de variaciones el tema se va transformando. En la parte central se encuentra un nuevo cambio de tempo a ritmo moderado para pronto incrementar nuevamente su ritmo. La sección final es lenta, volviendo el carácter elegíaco que nos conduce a la coda.

La “Sinfonía para cuerdas Nº 2” Op.73b, fue compuesta entre los meses de octubre y diciembre de 1957. Se estrenó el 20 de noviembre de 1958 interpretada por la Orquesta Sinfónica de Aarhus dirigida por Per Dreier.

Es la más extensa de las cuatro sinfonías para cuerda. Empieza lentamente mediante un tema meditativo y muy contrapuntístico. Una segunda sección es de ritmo agitado para transformarse continuamente en nuevas variaciones con un tempo más lento, en la parte central de la obra que va aumentando su carácter expresivo.

Un nuevo cambio de tempo nos conduce a una sección más agitada de características dramáticas. La última sección que es de tempo lento y reflexivo nos conduce a una suave coda.

La “Sinfonía para cuerdas Nº 3” Op.73c, fue compuesta en el mes de julio de 1958 siendo revisada en abril de 1959. Se estrenó el 22 de enero de 1962 interpretada por la Orquesta Sinfónica de Aarhus dirigida por Per Dreier.

Empieza mediante notas agitadas presentando un tema bastante anguloso. La parte central es de carácter lírico soñador. Luego el tempo cambia volviéndose nuevamente más agitado que nos conduce a la última sección lenta de carácter estático y a una movida breve coda.

La “Sinfonía para cuerdas Nº 4” Op.73d, fue compuesta entre julio y octubre de 1962. Se estrenó el 27 de enero de 1964 interpretada por la Orquesta Sinfónica de Aarhus dirigida por Per Dreier.

El primer movimiento, Preludio, empieza con misteriosos motivos hasta que la intervención del violín solista dibuja un tema más concreto. Después de un episodio más agitado retorna el tema inicial del violín, terminando con notas en el registro bajo.

El segundo movimiento, Interludio I, presenta un tema acompañado por pizzicatos. Con carácter de música de cámara las distintas voces intercambian sus motivos. Termina de modo parecido a la primera sección con sus pizzicatos.

El tercer movimiento, Interludio II, presenta características muy cromáticas y un complejo contrapunto donde destacan las diversas voces solistas.

El cuarto movimiento, Postludio, empezando misteriosamente nos presenta un tema lírico mediante el primer violín, que sirve para finalizar brevemente la obra.

La “Sinfonía Nº 9” Op.95, fue compuesta entre 1967 y el mes de febrero de 1968, para la Sociedad de Radiodifusión de Dinamarca. Se estrenó el 19 de diciembre de 1968 interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Dinamarca dirigida por Herbert Blomstedt. Después de su estreno el compositor revisó la obra que adquirió su forma definitiva en 1969.

Escrita en tres movimientos adquiere un modelo parecido al movimiento único de la séptima separado por intermedios. En este caso dos intermedios para cuerdas separan los tres movimientos.

La sinfonía abre el periodo de madurez del compositor, según el compositor Karl Rasmussen, caracterizado por una nueva transparencia en la arquitectura musical y un refinamiento casi impresionista del color tonal.

El primer movimiento, allegro fluente, empieza con un tema oscilante de características poco aparentes, que se desarrolla alcanzando momentos de tensión y de relajación en un ambiente brumoso adquiriendo cierto carácter expresionista y presentando cierta complejidad en el tratamiento de la cuerda.

El segundo movimiento, Intermezzo I, quieto, está escrito para cuerdas, con un grupo de solistas que destacan sobre el conjunto más amplio. Como unas pausas entre los movimientos más importantes estos intermedios se caracterizan por su baja intensidad de sonido.

El tercer movimiento, allegro con fuoco, continúa sumergido en el ambiente brumoso con algunos momentos más expresivos, pero siempre dentro de una austeridad melódica.

El cuarto movimiento, Intermezzo II, quieto, como el anterior flota sobre delicados pianos y pianissimos de la cuerda.

El quinto movimiento, andante austero presenta a través de la cuerda cierto sentido de eternidad. La sección final nos conduce al mundo de Alan Hovhaness, en particular a una de sus grandes danzas cortesanas evocativa de cierto universo en rotación.

La sinfonía está dedicada a Nadia Boulanger, que visitó diversas veces Copenhague durante los años 1950 para realizar conferencias, encontrándose con el compositor. Durante muchos años fueron miembros del jurado del Premio de composición musical Prince Pierre de Monaco.

A pesar de mantener un estilo en muchas ocasiones próximo a su anterior sinfonía es una de sus obras más difíciles de escuchar para el espectador.

La “Sinfonía de cámara Nº 2” (Elegy) Op.100, fue compuesta en 1968. Holmboe era profesor de composición y entre sus alumnos se encontraban Per Nørgård e Ib Nørholm que hacia 1960 habían rechazado la estética y técnica de su maestro adoptando un modernismo radical.

Holmboe se vio obligado a tomar una posición. Renunció a su puesto de profesor de composición y se retiró a sus dominios campesinos en el norte de Zealand. Allí pudo conservar su personalidad con el soporte de una renta vitalicia honorífica otorgada por el estado danés, no obstante desafiado por los grandes cambios que se estaban produciendo a su alrededor.

El primer movimiento, andante fluente, empieza con un siniestro ostinato. Las trompas en un ambiente triste y desolado dan color a las transformaciones del motivo de la sinfonía Es la expresión de una sombría soledad. Después de un clímax la música se va apagando en busca de la paz.

El segundo movimiento, presto, empieza con una confusión de ideas que contrasta con la inquietud del anterior movimiento. Los vientos intentan encontrar unidad sobre las cuerdas alteradas y la agresiva percusión. En la parte final un motivo introducido por la trompeta intenta imponerse pero su recorrido es breve.

El tercer movimiento, adagio, nos presenta una nueva versión del problema. La cuerda en sordina y las maderas quedan aisladas en sus solos. Cuando la cuerda se libera de la sordina el movimiento crece en expresión. Los grupos orquestales interpretan al unísono un motivo, que es una transformación del tema de la trompeta del anterior movimiento. Las maderas responden uniéndose al tema junto con el ostinato de la introducción de la sinfonía. En el curso de la metamorfosis sus papeles se han invertido.

El cuarto movimiento, allegro con brio, es de carácter vivo en busca de una solución. Aparecen diversos temas proponiendo un nuevo principio pero todos terminan sucumbiendo. El ostinato y el motivo de la trompa del primer movimiento muestran su poder. El ambiente se vuelve cada vez más rebelde, hasta que la música se detiene repentinamente en una pausa. La sinfonía termina con agotamiento después de luchar con sus reprimidas fuerzas.

La “Sinfonía de cámara Nº 3” (Frize) Op.103a, fue compuesta entre los años 1969 y 1970. Su título se debe a una curiosa historia. El escultor Arne L. Hansen (1922-2009) realizó un friso de cerámica como decoración para la Aalborghus Upper Secondary School. Hansen tenía una relación muy estrecha con Holmboe y su friso fue modelado sobre los nombres de los movimientos que le sugería el compositor. Al mismo tiempo escribía su sinfonía basada en el mismo esquema.

Después de terminar la sinfonía tuvo la extraña idea de realizar una versión para coro. El material de la obra se transformó en una especie de cantata profana para voces a cappella sin palabras, que recibió el nombre de Frieze. Durante la inauguración de la escuela se interpretaron ambas versiones.

Al siguiente año Holmboe y Hansen volvieron a colaborar en una obra titulada Música para pájaro y ranas que se acompañó con una serie de litografías.

El primer movimiento, tempo giusto, sereno con variazioni, es un ejemplo de su técnica de metamorfosis, que realiza mediante una serie de variaciones sobre un tema de carácter sosegado en el que van alternando las diversas secciones de la orquesta.

El segundo movimiento, allegro vivace, es de carácter dinámico con una extensión muy breve. De carácter contrastante con el movimiento anterior se caracteriza con el uso del xilófono que le proporciona un aire de claridad.

El tercer movimiento, lento e tranquillo, es de carácter meditativo con el empleo del viento y la percusión en su primera sección para después en su parte intermedia volverse más introspectivo terminando con la cuerda en su registro bajo.

El cuarto movimiento, grave con metamorfosi, es otro claro ejemplo de su técnica compositiva. Un proceso intensamente concentrado, en el cual las ideas están relacionadas en una estructura sin costuras.

El quinto movimiento, intermezzo, chiaro, es una curiosa sección que lleva el nombre de claro, significando su estructura clara con participación nuevamente del xilófono, en forma de un breve intermedio.

El sexto movimiento, allegro con forza, cierra la sinfonía mediante un motivo vigoroso con una parte más sosegada con intervención del xilófono para luego recobrar su fuerza en un clímax que se desmorona temporalmente antes de recobrar toda su fuerza en la coda final.

En el curso de más de veinte años de trabajo con la técnica de metamorfosis, la misma se ha ido metamorfoseando. La obra parece más a una suite formada por cortas piezas de carácter sin encontrarse integradas en una estructura cerrada.

La “Sinfonía Nº 10” Op.105, fue compuesta entre los años 1970 y 1971. Se estrenó el 27 de enero de 1972 interpretada por la Detroit Symphony Orchestra dirigida por Sixten Ehrling. Después de una pequeña revisión la presentación en Dinamarca tuvo lugar el 7 de septiembre siguiente, interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Dinamarca dirigida por Herbert Blomstedt.

El lema de la sinfonía es el poema "Eidolons" de Walt Whitman, que ilustra el principio de la Metamorfosis de Holmboe. El eidolon, en griego «ειδωλον»; que significa, imagen, fantasma, aparición, es según la mitología griega y la teosofía, una copia astral de un difunto. Los antiguos griegos imaginaban el eidolon como un doble fantasmal de la forma humana. Los teósofos lo ponen en relación con el perispíritu, el doble astral y el kamarupa.

Ever the dim beginning,

Ever the growth, the rounding of the circle,

Ever the summit and the merge at last, (to surely start again)

Eidolons! Eidolons!

All space, all time,

(The stars, the terrible perturbations of the suns,

Swelling, collapsing, ending, serving their longer, shorter use)

Fill'd with eidolons only.

Ever the mutable, Ever materials, changing, crumbling, re-cohering

 

Siempre el comienzo obscuro

Siempre el desarrollo, la curvatura del círculo

Siempre la cumbre y, por fin, la unión, (acaso para empezar de nuevo)

¡Eidolons! ¡Eidolons!

Todo el espacio, todo el tiempo,

(Las estrellas, las terribles perturbaciones de los soles,

Creciendo, colapsando, acabando, sirviendo al máximo, uso más breve)

Solo por eidolons completado,

Siempre lo mutable,

Siempre substancia, cambiando, desintegrándose, reuniéndose

El primer movimiento, poco sostenuto, allegro espansivo, empieza mediante un tema obscuro reflejando la edad de la ansiedad, que tiene el mundo en sus manos. Luego emplea el tema del Dies Irae de un modo inquietante. La sección central es más activa pero conservando siempre la atmósfera de ansiedad, con llamadas del metal. Luego regresa al obscuro ambiente inicial interrumpido por intervenciones del metal y el recuerdo del Dies Irae. Un redoble de tambor cierra el movimiento.

El segundo movimiento, andante affettuoso, empieza con el retorno del Dies Irae del anterior movimiento interpretado por la cuerda. Llamadas agrias y lastimosas de las trompetas nos conducen a una sección estática con intervención de las maderas en un ambiente tenso. Una parte más agitada nos conduce a la sección final de carácter tranquilo.

El tercer movimiento, allegro con forza, nos presenta una cuerda sosegada con contribuciones espectrales del viento, que ofrecen una sensación inquietante pero extrañamente tranquilizadora. El gran poder rotatorio del universo, con su remolino de estrellas y su génesis de vida, con materiales siempre cambiantes, divididos, y nuevamente reunidos, es sin duda lo que Holmboe deseaba decir. El desarrollo cambiante de la música intenta expresarlo de un modo bastante críptico mediante sus cambios ambientales. La sinfonía termina con una mirada hacia la eternidad.

La “Sinfonía Nº 11” Op.144, fue compuesta en 1980 y se estrenó en Copenhague el 17 de febrero de 1982 interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Dinamarca bajo la dirección de Yuri Ahronovitch. Compuesta en tres movimientos cada uno de los cuales consta de tres secciones separadas por sus tempo.

El primer movimiento, allegro non troppo, più allegro, alla breve, pesante, empieza con un motivo introductorio de cinco notas, que según el compositor era lo que le había inspirado. Sigue con el sonido de la cuerda en sordina acompañando un solo de flauta etéreo. Sigue el elemento fundamental rítmico interpretado por las cuerdas divididas y la caja clara.

En la sección central aumenta la dinámica de su elemento rítmico impulsando siempre la música hacia adelante. La última sección recobra la calma inicial pero manteniendo sus elementos rítmicos, que cierran el movimiento con la intervención del solo de flauta.

El segundo movimiento, tempo giusto, presto, l'istesso tempo, está construido en forma de arco. Empieza de modo calmado. La sinfonía alcanza su cumbre dinámica y expresiva y termina volviendo a la calma inicial. Un momentáneo recuerdo del Dies Irae y algunas fantasías del viento cierran el movimiento.

El tercer movimiento, andante, più mosso, a tempo, nos presenta un ambiente tranquilo de un paisaje parecido al de una fría tundra. El ambiente parece calentarse en la sección intermedia, más rápida, en la que reaparece el elemento rítmico fundamental del primer movimiento. Termina mediante una sección más tranquila, en la que reaparece el solo de flauta escuchado en el primer movimiento, que se apaga sosegadamente.

Entre los años 1986 y 1991 Holmboe compone una serie de diez Preludios para conjunto de sinfonietta con una serie de títulos concretos, que pueden sugerir una visión programática indicando su amor por la naturaleza, a pesar que las interpretaciones musicales adquieren una gran libertad y son de carácter abstracto.

La “Sinfonía Nº 12” Op.175, fue compuesta en 1988 a petición de la Orquesta Sinfónica de Gales de la BBC, con motivo del 80º aniversario del compositor el 20 de diciembre de 1989. Dicha orquesta la estrenó en Cardiff el 21 de octubre de 1989 dirigida por Richard Armstrong. Su estreno en Dinamarca tuvo lugar el 14 de diciembre del mismo año interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Dinamarca dirigida por Leif Segerstam.

El primer movimiento, allegro con forza, empieza con un potente motivo de cuatro notas, sol, fa sostenido, do, sol, que jugará un papel de primer plano en el desarrollo de la obra hasta su final. El movimiento está construido a base de cortos episodios estáticos. Momentos rítmicos nos recuerdan la Sinfonía Gótica de Havergal Brian. La fuerza del metal arrastra el movimiento a su final.

El segundo movimiento, andante sereno, sin cambiar su tempo está construido en forma de arco. Empieza con un suave redoble de timbal de manera misteriosa, alcanza su cumbre dinámica excluyendo la parte más militar de la percusión, siguiendo hasta el final con un diálogo tranquilo entre el arpa y solistas de la madera.

El tercer movimiento, adagio, allegro con brio, empieza con una introducción lenta con un carácter bastante estático. Luego emplea su paleta orquestal al completo en un activo allegro que mantiene sin grandes variaciones hasta el final, que termina de modo convencional.

La “Sinfonía Nº 13” Op.192, fue compuesta en 1994 a partir de una petición realizada en el mes de enero de 1993 por el director de orquesta Owain Arwel Hugues, para que escribiera una nueva sinfonía.

A pesar de su mal estado de salud la sinfonía fue terminada un poco más de un año después y estrenada en Copenhague el 1 de marzo de 1996, interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Dinamarca dirigida por el propio solicitante a quién está dedicada, Owain Hugues.

El primer movimiento, allegro assai, con moto, a tempo, empieza con un característico motivo de tres notas repetidas. Este material sonoro se transforma a lo largo del movimiento. La música con gran energía nos conduce a un tema al unísono interpretado por las cuatro trompas. El viento es dominante con una pequeña influencia de Shostakovich. Luego el movimiento va perdiendo energía llegando al tema inicial interpretado por un solo de violoncelo.

El segundo movimiento, allegro moderato, animato, calmo, tempo Iº, empieza lentamente pero pronto entra en una desesperada actividad y con una ocasional alegría nunca expresada claramente.

El tercer movimiento, allegro con brio, calmo, più mosso, tempo Iº, empieza con una figura oriental y con muchas breves intervenciones pulsantes de las trompas y maderas. Un interludio reflexivo protagonizado por los bajos de la orquesta, proporciona la base para una tierna melodía, que a medida que se va relajando es disipada, mediante ráfagas y agitaciones de una música más rápida, la cual finalmente se desvanece con la misma sensación inacabada de conflicto sin resolver que ya encontramos al final de la undécima.

Vagn Holmboe fue un amante de la naturaleza que vivió en el campo hasta su muerte después de una larga enfermedad, mientras estaba trabajando en un cuarteto de cuerda, el 1 de septiembre de 1996 en Ramløse.. Durante su vida plantó más de 3000 árboles.