KINSELLA

John Kinsella (1932-) nació en Dublín el 8 de abril de 1932. Es el hermano menor del poeta y editor Thomas Kinsella. Estudió viola en el College of Music de Dublín, actualmente Conservatorio de Música y Drama. Luego tomó clases privadas de composición con Éamonn Ó Gallchobhair durante un breve período.

Se interesó en el serialismo explorando muchas de las técnicas vanguardistas contemporáneas europeas. Con el apoyo del compositor Gerard Victory (1921-1995) y el director Hans Waldemar Rosen realizó una serie de obras para ser interpretadas por conjuntos de la RTÉ, la Radio y Televisión de Irlanda. Entre ellas se encuentran el "Cuarteto de cuerda Nº 1" compuesto en 1960, el "Cuarteto de cuerda Nº 2" de 1968, el "Concierto de cámara" de 1964, "Montage" para soprano y conjunto de cámara de 1965, "Dos Piezas para orquesta de cuerda" de 1965 y "Montage II" para orquesta compuesta en 1970.

En 1968 fue nombrado asistente del departamento de música de RTÉ. Su primer grupo de obras culmina con "A Selected Life" de 1973, una composición a gran escala basada en versos escritos por su hermano Tomas, en memoria del recientemente fallecido Seán Ó Riada (1931-1971).

Su actitud hacia su propia obra empezó a cambiar al encontrarse desilusionado con la música de vanguardia, llegando a cuestionar la validez artística de gran parte de lo que había escrito. Después de completar su "Cuarteto de cuerda Nº 3" en 1977, dejó la composición durante 18 meses.

Kinsella reanuda su trabajo como compositor buscando su propio estilo, independiente de las modas actuales. Su primera obra escrita en su nuevo estilo fue "The Wayfarer"  del año 1979, una Rapsodia sobre un poema de Patrick Henry Pearse (1879-1916), encargado para la celebración del centenario del nacimiento del poeta irlandés

Kinsella recibió el Premio Marten Toonder en 1979 y se convirtió en miembro fundador de Aosdána en 1981. El "Essay for Orchestra" compuesto en 1980 en su nuevo estilo, se convertirá en 1984 en el primer movimiento de su Sinfonía Nº 1.

La "Sinfonietta para orquesta de cámara" (Pictures from the Odyssey) fue compuesta en 1983 con una duración de 30 minutes. Sucedió en 1983 a Gerard Victory como Jefe de Música en la Radio Telefis Éireann, RTÉ, la radiodifusión nacional de Irlanda, pero se retiró anticipadamente en 1988 para dedicarse plenamente a la composición. Como parte de un acuerdo hecho con RTÉ en su retiro, la estación se comprometió a encargarle una serie de obras orquestales a gran escala.

La “Sinfonía Nº 1” fue compuesta entre 1980 y 1984. En ella aplica su nuevo estilo como una adaptación de la técnica dodecafónica. También se puede observar la influencia de Sibelius.

Después de la primera audición de su Ensayo para orquesta en 1982, Albert Rosen, el director principal de la Orquesta Sinfónica RTÉ comentó al compositor que el Ensayo le parecía más como el primer movimiento de una sinfonía y sugirió la adición de más movimientos en los que el potencial expresivo de la música podría ser explorado más plenamente.

Tras la reflexión, Kinsella encontró que estaba de acuerdo con este análisis y posteriormente amplió la obra a la actual sinfonía de cuatro movimientos. Dado este trasfondo a su composición, es interesante observar un grado de divergencia entre los medios técnicos del primer allegro y el de los tres movimientos restantes. La Sinfonía Nº 1 nos da una imagen de los procesos de pensamiento en rápida evolución mientras empezaba su carrera como sinfonista: A través de los cuatro movimientos, podemos observar un refinamiento creciente del procedimiento e identificar etapas decisivas en el desarrollo de la técnica más flexible y sutil que informa a las sinfonías posteriores.

El primer movimiento, allegro, corresponde come hemos dicho anteriormente a la música compuesta anteriormente en 1980 como Ensayo para orquesta. Adopta la clásica forma sonata como punto de partida. Los temas están basados en series dodecafónicas que se desarrollan y repiten. La recapitulación mantiene la estructura del principio con algunos cambios en la instrumentación.

El segundo movimiento, vivace, corresponde al scherzo con su correspondiente trío con un carácter bien diferenciado, antes de repetirse la primera sección terminando con una bien definida coda.

El tercer movimiento, lento, corresponde al movimiento lento de carácter lírico. Empieza presentando el tema mediante un solo de clarinete, que la orquesta desarrollará en tres secciones.

El cuarto movimiento, allegro, también sigue la clásica forma de sonata. El primer grupo temático se caracteriza por una mayor tonalidad. La recapitulación nos conduce a un crescendo que enlaza con una luminosa coda.

A pesar de sus múltiples disonancias la música pierde la agresividad de las técnicas dodecafónicas volviéndose más humana. Esta evolución se observa desde un primer movimiento más complejo y disonante, hasta el restos que adquieren una mayor libertad terminando en el último con estructuras casi totalmente tonales.

La “Sinfonía Nº 2” fue compuesta entre 1987 y 1988, continuando la exploración de su nuevo estilo compositivo que a través de sus cuatro movimientos enlaza con el pasado clásico. La orquestación emplea madera por duplicado y metal que completa con una cuarta trompeta. La percusión está limitada a los timbales y la celesta, siendo la cuerda la normal de la música sinfónica.

El primer movimiento, allegro deciso, sigue el estilo iniciado en su anterior sinfonía pero el tratamiento de las series dodecafónicas es más sutil y sofisticado. Está estructurado en la forma mixta de sonata y rondó. El primer tema de la forma sonata se repite al final de la exposición de forma modificada. Podríamos expresar la forma como A, B, A', C, A", B', Coda. El tema principal posee un carácter vivo y decidido, mientras que el segundo es lírico y melódico. Los temas derivan de procesos seriales pero tratados con métodos personales, llegando a momentos casi totalmente melódicos como se puede observar en el segundo tema y en parte del tranquilo tema central.

El segundo movimiento, vivace, siguiendo la pauta de su anterior sinfonía corresponde al scherzo con un tema de carácter enérgico. Después de la sección del trío que posee un carácter más lento, se repite la primera parte del scherzo, que nos conduce a la coda.

El tercer movimiento, largo, correspondiendo a la parte lenta de la sinfonía, está dividido en tres secciones con una central de desarrollo y un retorno abreviado a la primera sección. Lo podríamos definir como A, B, A', Codetta, D, B', A", Coda, El tema principal es de carácter lírico terminando con una vaporosa coda.

El cuarto movimiento, allegro marcato, posee una estructura más compleja pero que la podríamos resumir como una forma de rondó. En forma esquematizada sería A, B, A', C, A", Coda. El tema principal es de carácter rítmico marcado, contrastando con el segundo tema más tranquilo. La sección central posee un carácter más lírico preparando el retorno del tema principal y la concluyente coda.

Para los expertos en música que deseen un estudio más detallado de carácter técnico de las sinfonías de Kinsella, lo pueden encontrar en el excelente trabajo escrito por Séamas de Barra en

The Symphonies of John - Durham e-Theses

El "Concierto para violín y orquesta Nº 2" compuesto en 1989 sigue el estilo de las obras precedentes. Una obra lírica con fuerte carácter expresivo. Posteriormente realizó un arreglo del segundo movimiento para violoncelo y orquesta de cuerda, con el nombre de "Nocturne for Cello & String Orchestra" para John Horgan.

La “Sinfonía Nº 3” (Joie de Vivre) fue compuesta entre octubre de 1989 y abril de 1990. Se estrenó el 10 de septiembre de 1991. En realidad consiste en dos movimientos precedidos por un prólogo, separados por un intermezzo y terminando con un epilogo, que se interpretan sin interrupción.

Está dedicada a los padres del compositor y sin poseer un carácter programático consiste en una expresión personal de ciertos aspectos de la alegría de vivir.

El primer movimiento, prologue, adagio, está interpretado por un solo de fagot. Empieza de manera lenta y apagada, ascendiendo en amplias frases hasta casi el límite más agudo del instrumento. Entonces regresa a la calma inicial para reiniciar el proceso pero de un modo más agitado, volviendo a descender rápidamente enlazando sin interrupción con la orquesta que inicia la segunda parte.

El segundo movimiento, presto giocoso, vivo, corresponde al scherzo, que consta de tres elementos. Una sección rítmica de la cuerda con interferencias de la madera, un tema melódico de la madera y una sección de la cuerda más expansiva y sostenida.

Después de la primera exposición reaparece la figura interpretada por el fagot al final del prólogo. El propio fagot inicia la sección de desarrollo en la cual el metal realiza su principal contribución. Continúa con una recapitulación de los tres elementos del scherzo de un modo extendido y una orquestación más importante, hasta llegar a su clímax casi al final del movimiento, con la colaboración del gong y el bombo. Después la música se diluye conectando sin interrupción con el siguiente movimiento.

El tercer movimiento, intermezzo, es calmado después del desgaste de la orquesta en el anterior movimiento. El fagot recuerda nuevamente el prólogo y empieza un corto y expresivo diálogo con las violas en sordina y un solo de flauta. Las últimas notas del fagot nos conducen al silencio, apareciendo luego el sonido del saxofón, que nos conduce al siguiente movimiento donde jugará un importante papel.

El cuarto movimiento, adagio tranquillo, es de carácter reflexivo con dos motivos temáticos principales. El primero es presentado por la cuerda y el saxofón mientras que el segundo se escucha por primera vez mediante un unisonó del saxofón y clarinete. Empieza lentamente adquiriendo pronto un ritmo parecido al de una marcha. Se llega a un clímax situado casi al final del movimiento, que termina con el sonido del saxofón diluyéndose y del modo contrario al del intermezzo dejando aparecer el sonido del fagot, que lleva sin interrupción la música hacia el epílogo.

El quinto movimiento, epilogue, empieza con el fagot dialogando con los violoncelos y contrabajos siendo contestados muy quedamente por la orquesta mediante motivos anteriores. La orquestación incluye por primera vez el sonido de los platillos. Una corta cadencia nos conduce a una breve coda que lleva la obra a una brillante conclusión.

La “Sinfonía Nº 4” (The Four Provinces) fue compuesta entre junio de 1990 y abril de 1991. Se estrenó el 20 de noviembre de 1992 y se revisó en 1993. Está dedicada a los seis hijos del compositor.

Durante el periodo celta la isla de Irlanda estaba dividida en cuatro provincias según se puede observar en el mapa adjunto. Munster, con su capital en Cork, Connacht, con capital en Galway, Ulster con capital Belfast y Leinster con capital en Dublín. En la actualidad se divide en condados.

La idea programática de la sinfonía es la presentación de algunas impresiones que reflejan cada una de las provincias históricas. El orden elegido corresponde al de la llegada del viento del sud-oeste sobre cada territorio. Por ello el primer movimiento está dedicado a Munster y el último a Leinster.

Como la música se basa en ideas abstractas los movimientos solo intentan reflejar los sentimientos que la inspiran. Por otro lado al tratarse de una sinfonía y no de una serie de poemas sinfónicos se intenta respetar la configuración del género sinfónico.

El primer movimiento, allegro energico, representa a la provincia de Munster, con sus altos montes y sus amplias y fértiles llanuras de pastos. Empieza tranquilamente con un patrón rítmico en violas y violoncelos, sobre el cual destaca una figura de cinco notas de los primeros violines, que se convertirá en el motivo principal de la sinfonía. Es contestado por un breve motivo en los segundos violines. Se van añadiendo nuevos instrumentos aumentando la energía y la excitación de la orquesta hasta llegar a un clímax que rápidamente se disuelve.

Quedan el píccolo y las flautas con sus figuras tranquilas sobre las notas de la cuerda, con un sentimiento de vacío. Aparece un expansivo tema vacilante, que crece pasando por diversas texturas. Encontramos un motivo de danza desapareciendo pronto. Antes de que termine el movimiento en la tranquilidad inicial, se encuentra un intercambio de motivos entre el trombón bajo y el trombón tenor. Débiles llamadas de la flauta, clarinete y violas conducen la música al silencio.

El segundo movimiento, moderato, quasi una Fantasia, representa a la provincia de Connacht con contrastes de calor de sentimientos y horizontes marcados. El compositor lo representa mediante duras figuraciones de la madera, fuertes frases del metal y melodías expresivas de la cuerda y solo de clarinete. Cerca del final encontramos un solo de la trompeta, que es contestado por una repetida figura de cuatro notas por los agudos de la cuerda. Mientras la música va desapareciendo los contrabajos refunfuñan de modo siniestro, arrastrando la música hacia el bastante extenso y atormentado próximo movimiento.

El tercer movimiento, scherzo, allegro molto, corresponde al Ulster, donde la tragedia humana borra todas las otras impresiones. Para representarlo utiliza una música bastante agresiva mediante elementos irreconciliables, como los pueblos católicos y protestantes. Inútilmente buscan alguna forma de unión. La dureza de la orquestación se refuerza mediante el uso de un segundo juego de timbales. El movimiento termina con una suplicante cuerda siendo aplastada por el duro metal y la percusión.

El cuarto movimiento, finale, quasi una Fantasia, corresponde a la provincia de Leinster, que ha recibido una fuerte centralización representado por el compositor con repeticiones de temas de los anteriores movimientos, como si intentara apropiárselos. Empieza tranquilamente mediante un solo de oboe al que siguen motivos de los anteriores movimientos. Un amplio tema se interpreta un par de veces, desarrollándose y llegando a su clímax antes de la coda. Una sección para órgano y seis golpes de platillo se añaden a las últimas páginas para dar a la música un carácter de celebración.

La música de Kinsella se va volviendo más expresiva abandonando los principios del serialismo, que van quedando más lejanos, construyendo su propio estilo cada vez con una mayor personalidad.

La “Sinfonía Nº 5” (Los poetas de 1916) fue terminada en 1992 para barítono, recitador y orquesta. Emplea textos de tres poetas, Patrick Pearse (1879-1916), Thomas MacDonagh (1878-1916) y Joseph Mary Plunkett (1887-1916), líderes del movimiento Irish Volunteers, una organización paramilitar cuyo objetivo era lograr la independencia de Irlanda.

Primero fueron partidarios de la Home Rule de Irlanda, un estatuto que dotaba a la nación de cierta autonomía dentro del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Algo que los líderes del Partido Parlamentario Irlandés demandaron desde finales del Siglo XIX. Después de muchas dificultades fue finalmente aprobado en 1912, pero que no entró en vigor por el estallido de la Primera Guerra Mundial. Además los unionistas del Ulster se posesionaron en contra, lo que finalmente daría lugar a la división de la isla.

Finalmente los Irish Volunteers proporcionaron las fuerzas que llevaron a cabo la rebelión Easter Rising, el Levantamiento de Pascua en 1916. Los tres poetas firmantes de la Proclamación de la Independencia de Irlanda, al ser aplastado el movimiento separatista por las fuerzas británicas fueron ejecutados.

El propio compositor escribe unas frases en la presentación de su obra que traducimos a continuación. Después de terminar la cuarta sinfonía dejé de lado la composición orquestal para escribir mi cuarto cuarteto de cuerda. Durante la composición de esta obra Terry de Valera, un ejecutivo de la radiodifusión entre otras cosas, que había conocido durante mis años en la RTÉ, joven hijo de Eamon de Rivera, me sugirió la escritura de una obra basada en la poesía de Patrck Pearse, Joseph Plunkett y Thomas MacDonagh, tres de los líderes del Easter Rising de 1916. Retuve la idea y cuando llegó el tiempo de ponerla en práctica me di cuenta de que la mejor manera de hacerlo era mediante una obra sinfónica, lo mejor para capturar la atmósfera necesaria.

A pesar de que los poemas elegidos no tienen nada de políticos, su unión en una extensa obra orquestal, añadido a la conocida historia de los poetas y al impacto que ellos y sus colegas tuvieron en la historia de Irlanda, requerían una única aproximación. Intercalando la palabra hablada entre las intervenciones del barítono era un modo de personalizar los tres poetas y aproximarlos al espectador.

La primera acción al componer la sinfonía fue la escritura de una versión en prosa de lo que ocurriría exactamente durante la pieza, con direcciones para el carácter, centros modales, gráficos de tensión y otras facetas de la obra. Este primer diseño fue muy útil durante el año siguiente, cuando pude referirme a este boceto al necesitar hacer un balance y ver más el total que lo particular.

Los temas predominantes de la obra poética que frecuentemente posee un elevado misticismo religioso, son el amor, la frustración y la trascendencia de la vida, los temas típicos de la poesía romántica. A pesar de lo que puede parecer por su título la sinfonía no tiene un carácter político. El texto elegido presenta una gran libertad de ideas sin tener una unidad conceptual.

Los textos son empleados de un modo bastante original mediante un barítono y un recitador. En el caso de una sinfonía lo principal es el proceso musical, estando siempre el texto subordinado a la música y sin recibir el tratamiento de una canción, donde la música acompaña al texto. Esto se hace bastante difícil en el caso de los textos recitados. La sinfonía se divide en cuatro movimientos.

El primer movimiento, larghetto, allegro, empieza con una introducción lenta presentando un tema interpretado por dos trompas, estableciendo el modo principal de la obra, que emplea una escala cromática derivada de una serie, como es evidente en toda la obra del compositor. El narrador entra recitando el poema de Joseph Mary Plunkett The Stars Sang in God's Garden, Las estrellas cantan en el jardín de Dios, que es leído sin pausa. La orquesta mantiene un atmosférico fondo que se agita acompañando las palabras del poema culminando con un clímax de la cuerda. Un motivo rápido interpretado por el violín sobre acordes de la cuerda nos conduce directamente al allegro.

Empieza con la interpretación por el barítono de uno de los poemas de Thomas MacDonagh titulado Wishes for My Son, deseos para mi hijo. La música realza con fuerza algunos de los momentos del poema llegando a su clímax. Después de cantar el barítono seis estrofas, el narrador recita la séptima, concluyendo con el barítono que canta la parte final.

El segundo movimiento, largo, es muy breve estando dividido en tres partes. La primera interpretada por la orquesta tiene relación con el comienzo de la sinfonía. Da paso a un misterioso tremolando de la cuerda marcando la parte central y la entrada del barítono, que canta con voz grave las tres primeras líneas del poema de Thomas MacDonagh, In an Island. La orquesta subraya sus palabras continuando después con el resto del poema.

El tercer movimiento, presto, corresponde al scherzo presentando una especie de oasis en medio de la seriedad de la obra. Después del preludio orquestal el barítono canta el poema de Joseph Mary Plunkett, See the Crocus' Golden Cup`, un poema optimista sobre la primavera. El scherzo no posee trío ni parte central.

El cuarto movimiento, largo, allegro, es la parte más extensa de la sinfonía. Puede considerarse como dividido en tres partes. La primera, largo, consiste en una sección principalmente para cuerda presentando el principal material del movimiento. El barítono entra cantando las primeras líneas del poema de Patrick Pearse, The Wayfarer, una amarga visión de la temporalidad de la vida. La sección termina con el primer y segundo violín subiendo a sus registros agudos mientras la música se desvanece.

La segunda parte corresponde al allegro. El compositor intercala cuatro nuevos poemas antes de la recapitulación. El primero recitado por el narrador corresponde a un cuarteto de Patrck Pearse titulado O Little Bird., sobre los sentimientos que genera un pájaro muerto. El segundo también recitado muestra a su entorno el futuro de su hijo favorito, To a Beloved Child de Patrick Pearse.

Como preludio al tercero el barítono realiza una breve entrada con la frase, these will pass, El tercero también del mismo poeta, O Lovely Head, cuenta un sueño de su amada y su despertar con la fría constatación de su muerte. Continuando con esta pesadilla el cuarto poema también de Patrick Pearse, Why do ye Torture Me?, reconoce trágicamente que solo con la muerte puede encontrar consuelo de los implacables deseos que lo atormentan. El barítono continúa las dramáticas frases finales de The Wayfarer, mostrando que todo termina, que la felicidad se desvanece.

Esta serie de poemas son tratados como una forma de cadenza cuya parte literaria es más importante que la musical. Finalmente llega la última parte del movimiento o recapitulación. En un ambiente dramático iniciado por una amplia introducción orquestal, el narrador recita el poema de Joseph Mary Plunkett, I see His blood upon the Rose, después del cual la orquesta llega a su clímax final, diluyéndose luego en una línea descendente.

La “Sinfonía Nº 6” compuesta entre mayo de 1992 y abril de 1993 se estrenó en el mes de febrero de 1996, interpretada por la RTÉ National Symphony Orchestra dirigida por Proinnsias Ó Duinn. La sinfonía se interpreta sin pausa pero se pueden distinguir dos movimientos.

Está orquestada para orquesta completa con la adición de tres trompas extra situadas fuera del perímetro de la orquesta, buscando un modo de extender el sonido general de la orquesta más que encontrarse apartadas de la misma.

El primer movimiento, con fuoco e maestoso, allegro, según comenta el compositor empieza con una declamatoria introducción después de la cual la música se calma en un extenso allegro, que posee una inquietante sección central. Cuando la música empieza la reexposición de su extrovertida marcha se eleva hacia un sostenido clímax, que llega a su cumbre con la introducción de las tres trompas para producir una capa adicional de sonido sobre la orquesta. La energía se va disipando durante cierto tiempo hasta pasar sin pausa al siguiente movimiento.

El segundo movimiento, largo, allegro, empieza mediante frases solitarias de los violines y clarinete. Según palabras del compositor se trata de un movimiento discursivo que eventualmente alcanza un amplio desarrollo mediante violoncelos y contrabajos, empezando una progresión hacia el clímax principal y una especie de cadenza para las siete trompas. Una secuencia bastante larga en forma de coral para toda la orquesta se diluye en un pianissimo y la sinfonía termina con un enérgico crescendo que nos conduce hacia una abrupta y festiva conclusión.

Los cuatro movimientos forman una gran entidad única, una concepción verdaderamente sinfónica. El compositor explica que la sinfonía está dedicada a un grupo de siete amigos con los que ha compartido el amor por la música, razón por la cual a las cuatro trompas orquestales a veces se unen a tres trompas adicionales colocados fuera del perímetro de la orquesta.

La “Sinfonía Nº 7” fue compuesta en 1997 estrenándose en 1999. Se interpreta sin pausas como un movimiento único, dividido en cinco secciones y un epílogo. Este último requiere un coro sin palabras antes de la coda final.

La primera sección, maestoso, empieza mediante un dramático preludio interpretado por la percusión, mientas violoncelos y contrabajos se balancean entre las notas si y do, un motivo que se repite a lo largo de la obra. Una contundente declamación de la orquesta está seguida por un expresivo tema en las violas y una secuencia coral de las flautas, que se disuelve en el allegro.

La segunda sección, allegro, presenta un tema que se desarrolla con bastante extensión y finalmente el pasaje declamatorio lento retorna con una orquestación más detallada. La tercera sección, maestoso, empieza con el tema inicial con un desarrollo algo solemne. Un solo de trombón toma el protagonismo antes del retorno del tema del allegro

La cuarta sección, allegro, toma el tema principal desarrollándolo con un mayor detalle y extensión. La quinta sección, maestoso, empieza con una secuencia orquestal. Después vuelve el solo de trombón que es contestado por otro trombón situado fuera del escenario, entrando en un diálogo que nos conduce al retorno del tema expresivo de la viola.

La sección final, epilogue, empieza con la anterior secuencia coral que introduce al coro sin palabras situado fuera de escena, empezando una animada coda con la orquesta interpretando el motivo inicial si do, mientras el coro canta un tranquilo acorde en do mayor. Finalmente la viola toca en su registro bajo la nota do con el coro, mientras las otras violas interpretan tres acordes en pizzicato.

La Séptima Sinfonía es una obra caracterizada por material estrechamente organizado y una puntuación magistral. Se podría decir que esta obra fue escrita con una gran conciencia de la Séptima Sinfonía de Sibelius.  Puede haber sido un modelo para el compositor, pero la música y la forma en que se desarrolla es enteramente propia de Kinsella.

La “Sinfonía Nº 8” (Into the New Millennium) fue compuesta en 1999 para tres muchachos sopranos y orquesta. Fue estrenada en Dublín por la Orquesta Sinfónica Nacional de Irlanda dirigida por Proinnsias Ó Duinn el 3 de diciembre de 1999.

Al igual que sus dos predecesores inmediatos, la Sinfonía Nº 8 también requiere una serie de adiciones inusuales a las fuerzas escénicas: además de dos corno ingleses, así como dos oboes, cuatro intérpretes, la partitura también requiere tres muchachos sopranos.

Hasta cierto punto este elemento vocal vincula la obra con la Sinfonía Nº 7. Pero si bien los cantantes tienen una parte igualmente pequeña, aunque significativa, no están posicionados fuera del escenario ni vocalizan sin palabras. Las voces de los chicos, ha dicho Kinsella, representan para mí las voces de los que murieron durante nuestro siglo prematuramente y las palabras que cantan pertenecen a una bendición celta, que el compositor escuchó en el Priorato de Marley, la base irlandesa de los Frailes Servite cerca de su casa en Dublín. Esta bendición en inglés, se combina con la frase latina Dona nobis pacem para hacer un breve texto.

El "Concierto para violoncelo y orquesta" fue compuesto en 2000 para el violoncelista mexicano Carlos Prieto que lo estrenó el 15 de marzo de 2002 en Dublín. "Hommage à Clarence" compuesto en 2001 para orquesta de cuerda está dedicado al violinista inglés Clarence Myerscough, que murió repentinamente en octubre de 2000.

La “Sinfonía Nº 9” fue compuesta entre diciembre de 2003 y mayo de 2004 para orquesta de cuerda, estando dividida en siete partes. En realidad son tres movimientos separados por unos recitativos y una coda. Está dedicada a la Irish Chamber Orchestra, que la estrenó el 25 de septiembre de 2004 dirigida por Nicholas McGegan en el University Concert Hall de Limerick

La primera parte, Recitative I, consiste en un recitativo bastante elaborado que sirve como introducción de la obra, siendo el más extenso de ellos. Las tranquilas notas finales nos conducen sin pausa a la siguiente parte.

La segunda parte, Presto Impetuoso, corresponde a un scherzo de fuerte ritmo y de estructura tripartita. Consiste en dos motivos, con una parte central usando mucho los efectos sul ponticello, que se producen cuando el instrumentista coloca el arco en las cercanías del puente. La última parte presenta los dos motivos iniciales en orden inverso.

Una característica importante es que la sinfonía se basa en un solo tema, que utiliza en sus tres movimientos. Emplea el coral Jesu meine Freude, tanto en la versión original de Johannes Crüger (1598-1662) como en la posterior variante de J. S. Bach. Se utiliza ampliamente en la parte central del movimiento de carácter lento, lo que clásicamente sería considerado como el trío.

La tercera parte, Recitative II, de carácter lento y reflexivo está interpretada por los violoncelos con formas de eco de las violas. Consiste en la introducción del movimiento lento de la sinfonía.

La cuarta parte, Largo, también posee una estructura tripartita, siendo un movimiento de carácter meditativo. Nos conduce sin pausa al siguiente recitativo.

La quinta parte, Recitative III, está interpretada de una forma muy tranquila por varios instrumentos solistas en sordina sobre una nota sostenida de la viola.

La sexta parte, Allegro con motto, con spirito, deciso, está marcada por una persistente figura rítmica. En la última sección nos presenta la versión completa del coral según la versión de J. S. Bach interpretado por un cuarteto de tres violas y violoncelo, con el ritmo característico del movimiento y punteado con comentarios de la orquesta.

La séptima parte, Vivace, corresponde a una breve coda, que de un modo enfático cierra la sinfonía. Posteriormente arregló el movimiento lento de la sinfonía para interpretarlo de forma separada con el nombre de "Elegy for Strings".

                                      Cúchulain y Ferdia

El "Preludio y Toccata para orquesta de cuerda" previamente escrito en forma de cuarteto de cuerda en 2007, es la transcripción orquestal hecha algún tiempo más tarde por el compositor. La música es bastante exigente y el Preludio aparentemente permite cierto grado de libertad rítmica. Kinsella también llama la atención del oyente sobre el hecho de que la música deriva la mayor parte de su material de los intervalos del famoso acorde de Tristán de Wagner.

"Cúchulainn and Ferdia" (Duel at the Ford) es un poema sinfónico compuesto en 2008 sobre la leyenda irlandesa del mismo nombre. En el duelo en el vado se enfrentan ambos amigos en una batalla mortal según la leyenda celta.

La “Sinfonía Nº 10” fue compuesta en 2010 por el propio deseo del compositor. Está orquestada para un conjunto clásico con madera por duplicado, un par de trompas y trompetas, timbales y cuerda. Se estrenó en 2012 interpretada por la Irish Chamber Orchestra bajo la dirección de Gábor Takács-Nagy.

El primer movimiento, largo, allegro energico, empieza con una introducción lenta para solo de clarinete, presentando el material básico que servirá de unión de los tres movimientos. El allegro siguiente está estructurado en tres partes. La primera parte con secciones en pizzicatto se repite desde el comienzo. La sección central presenta dos nuevas ideas y su desarrollo. Luego retorna de manera abreviada la primera parte llegando a su principal clímax. En la coda reaparece el solo de clarinete.

El segundo movimiento, largo, andante, posee un carácter enigmático. La primera sección es presentada por el clarinete que desarrolla una melodía lírica. Los violines introducen un nuevo motivo sincopado cuyo desarrollo nos conduce a un solo de trompa, que sirve de codetta de la sección. La sección central de naturaleza declamatoria y retórica crece hasta llegar al principal clímax del movimiento.

Cambia de manera acusada en forma de andante en la tercera sección, que nos conduce rápidamente a un segundo clímax de considerable fuerza, con motivos de fanfarria en trompas y trompetas. Las notas de un solo de clarinete nos conducen a la coda.

El tercer movimiento, allegro energico, posee una estructura bastante original, que podríamos esquematizar como A, A', B, A", A'", B', Coda. Empieza con un tema rítmico formado por tres notas. El tema de la sección central consiste en una variación del tema principal de la sinfonía. La segunda sección B' constituye el clímax principal de la sinfonía. La coda concluye con otro solo del clarinete y la cuerda la conduce a un tranquilo final.

La Sinfonía Nº 11" se estrenó el 29 de noviembre de 2019 interpretada por la RTÉ National Symphony Orchestra, dirigida por Jean Deroyer en la National Concert Hall de Dublín. Todavía no existe ninguna grabación de la sinfonía. Traducimos a continuación la crítica escrita por Adrian Smimt, Lecturer in Musicology por el TU Dublin Conservatory of Music and Drama.

           John Kinsella en el estreno de su Sinfonía Nº 11

Esta sinfonía es bastante representativa de su obra. Escrita en tres movimientos, posee un enfoque dramático que se mueve entre lo amenazante y lo melancólico con episodios reflexivos ocasionales, como una viola solista en el segundo movimiento.

Kinsella ha citado regularmente a Sibelius como una influencia en su música y escribe en la nota del programa de la obra que fueron unos bocetos de la octava sinfonía de Sibelius lo que proporcionó la inspiración para esta obra. El problema de la sinfonía sin embargo no es que termine sonando demasiado como Sibelius, sino que suena como Sibelius con todos los temas principales eliminados.

El material de Kinsella no es demasiado original, ni en la construcción melódica ni en la textura orquestal y a menudo se asemeja al tipo de material que se encuentra en las partes secundarias de la mejor música. Tomemos, por ejemplo, la obertura en tremolandi de la sinfonía, que se asemeja a una pequeña imitación del inicio del último movimiento de la quinta sinfonía de Sibelius.

Como comienzo es razonablemente eficaz, pero la diferencia es que lo que en Sibelius funciona como una introducción y un motivo de transición entre las presentaciones del glorioso tema principal, en Kinsella, tal material es el tema principal. Nada más sustancial sigue, aparte de una serie de clímax sonoros bastante repetitivos, que consisten en cuerdas en tremolandi, interjecciones del metal con amplios intervalos y timbales. Tampoco el primer movimiento se aleja de la tradicional estructura, una forma de sonata completa con repetición de la exposición y un doble retorno del tema en tremolandi. Todo está bien escrito y es perfectamente competente, pero un poco académico.

                                                    John Kinsella

Una melodía más atractiva aparece en el segundo movimiento interpretada por la orquesta completa, pero de nuevo está precedido por tres minutos de material soso y seguido de un clímax que suena muy similar a los del primer movimiento, cuerdas en tremolandi, amplios intervalos del metal y timbales. El tercer movimiento, que consiste en otra forma de sonata con exposición repetida, proporciona la fuerza necesaria para funcionar eficazmente como un final, pero aparte de un entretenido solo para trombón cerca del final, no contiene nada más inspirado que los dos movimientos anteriores.

El estilo de Kinsella hasta aproximadamente 1977 está fuertemente influenciada por la música de vanguardia contemporánea, principalmente por el serialismo. Más tarde, en palabras de De Barra (2013), Kinsella evolucionó buscando recuperar de la serie de doce tonos la fuerza estructuradora de la atracción tonal. Organiza y manipula la serie para que los tonos fundamentales liberados de ella puedan funcionar como sustitutos de los centros tonales tradicionales.

Aunque Kinsella ha compuesto obras corales y vocales, su principal interés es la música instrumental y su trabajo más distinguido se encuentra en sus cuartetos de cuerda, conciertos y particularmente sus sinfonías.