La Pintura

La Pintura en México. Su relación con la Música

Iniciamos un capítulo de carácter transversal, intentando buscar una relación entre dos campos artísticos que se valen de diferentes medios de expresión, para poder encontrar unas características integradoras que se puedan vertebrar en esta obra dedicada a la música.

Como en el caso de la música, la pintura mexicana es el reflejo de dos ambientes culturales diferentes, el que nace en la colonia denominada Nueva España y la tradicional del pueblo indígena. Este mestizaje toma influencias de ambas culturas logrando un arte en el que destaca su colorido y su expresividad, muchas veces hiperrealista o minimalista, matices que también se encuentran en las obras sinfónicas.

En el Siglo XVI se realizan los primeros murales, muchas veces dirigidos por los religiosos procedentes de España pero pintados por los propios indígenas, que supieron integrar los principios fundamentales del artista náhuatl, que son ser dueño de un rostro y un corazón y humanizar el querer de la gente. Estos principios se aprecian en el manejo del color y las formas y su expresión temática.

Pero la parte que más nos interesa es la pintura en el siglo XX, especialmente el muralismo, que se puede comparar con las grandes producciones sinfónicas de la misma época. Este tipo de arte de carácter público empieza después de la Revolución mexicana.

Diego Rivera (1886-1957) Es uno de los muralistas más importantes. Veamos algunas de sus obras para finalmente sacar conclusiones.RIVERA 4

Fragmentos de "La llegada de Cortés", 1951. Mural situado en el Palacio Nacional de México.rivera 5

Los indios son obligados a trabajar en beneficio de los colonizadores. Reducidos a la esclavitud son azotados por desobediencia o ahorcados por rebelión. Estas pinturas lo muestran de un modo muy expresivo en un estilo que podríamos calificar como naif. Rivera 3

Fragmento de "La civilización huasteca o el cultivo y uso del maíz", 1950

Este mural de inspiración indígena nos muestra la importancia del maíz en la cultura prehispánica.Rivera 6

Fragmentos de "La civilización totoneca o el pueblo del jaguar en Veracruz", 1950

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 En el fragmento superior podemos observar un baile indígena mientras unos comerciantes efectúan un intercambio de productos. En la parte inferior se representa la pirámide de Los Nichos perteneciente al sitio arqueológico de "El Tajín" y el juego ritual de los hombres voladores, donde bailarines con los tobillos atados con una soga penden de un elevado poste, dando vueltas desafiando a la gravedad. Rivera 1

"Caña de azúcar" y "Liberación del Peón" 1931. Una expresión de la lucha de clases.

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Este conjunto de murales representan una justificación de la Revolución Mexicana, como una rebelión contra la injusticia de las condiciones sociales y económicas. El peonaje, un sistema de servidumbre a sueldo establecido por los colonizadores españoles para forzar a los indios a trabajar la tierra persistió en México hasta el Siglo XX.

En el cuadro superior vemos el duro trabajo en los cultivos de caña de azúcar mientras el hacendado lo contempla desde su hamaca. En la parte inferior observamos una aterradora crítica del castigo corporal. Un campesino indígena es azotado y abandonado a la muerte atado en un poste. Es liberado por soldados revolucionarios que luchan contra la injusticia social.

Otro de los grandes muralistas mexicanos es José Clemente Orozco (1883-1949), otro artista cuya obra refleja la sociedad revolucionaria, del que podemos ver un par de sus obras de un estilo popular parecido al de Rivera pero con rasgos personales.

Creado entre 1934 y 1935 el mural "Katharsis" es una alegoría sobre la guerra y sus efectos. Un tema que se hace universal. Actualmente la pintura se puede contemplar en el Museo del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.

Una impactante composición donde se mezcla el hombre con la maquinaria de la guerra de un modo expresivo muy directo. Orozco 1

En la siguiente página se presenta "Zapatistas" 1931, donde podemos contemplar las populares figuras de La Adelitas junto al ejército revolucionario. Orozco Zapatistas

El tercer gran muralista es David Alfaro Siqueiros (1896-1974), del que veremos algunas de sus pinturas. siqueiros libertad

El mural "Nueva Democracia" terminado en 1945 representa la liberación de la opresión, rompiendo las cadenas. La flor amarilla que sujeta con la mano representa la ciencia y el arte, su gorro frigio es el símbolo de la libertad.

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"La tortura de Cuauhtémoc" pintado en 1950 representa otra mirada crítica de la crueldad de los conquistadores castellanos.

Terminamos esta breve introducción a la pintura mexicana con la obra de Rufino Tamayo (1899-1991). Trabajó en el movimiento muralista durante el periodo que se extiende entre las dos guerras mundiales, pero su peculiar estilo difiere totalmente de los precedentes.

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"Dualidad" pintado en 1964 es de estilo indigenista, inspirado en la cosmogonía náhuatl de lo opuesto y lo complementario, la eterna lucha entre el bien y el mal, la luz y las tinieblas.

El día es simbolizado por un reptil de brillante color turquesa, representando a la serpiente emplumada, como el Dios Quetzalcóatl. La noche se representa como el Dios Tezcatlipoca en forma de jaguar.

Tamayo realiza su propia versión pictórica, fuerte en colorido y expresividad. Según escribe Juan Carlos Pereda, en su obra Los Murales de Tamayo[1], “El combate ha empezado y los dos animales abren sus fauces para amenazarse mutuamente. La tensión del centro del mural se desvanece en los extremos del lienzo donde lo masculino y lo femenino se identifican con el sol y la luna, con el día y la noche, con la vida y la muerte”.

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"Naturaleza y el Artista: La Obra de Arte y el observador" fue terminado en 1943.

Como se puede comprobar con este último cuadro, que presentamos en esta breve serie dedicada a la pintura, el arte de Tamayo se vuelve más abstracto, alejándose del naturalismo de los clásicos muralistas.

Analizando estas obras y comparándolas con la evolución de la sinfonía, podemos observar que coinciden en el período de entreguerras del siglo XX los estilos nacionalistas con grandes influencias populistas. Luego el arte va evolucionando hacia figuraciones más complicadas, siendo la pintura un fiel reflejo de la música. Los temas populares se distorsionan pero siempre queda el alma mexicana arraigada en su interior. Escuchemos la música y contemplemos los cuadros, pues sobran las palabras.

[1] Américo Arte Editores, S.A. de C.V. INBA, Italia, 1995, p.148.