CONCEPTO DE BELLEZA

1- Concepto de belleza

 La Estética es una parte de la filosofía, que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza. Consiste en la reflexión filosófica sobre el arte, analizando los valores que están contenidos en la obra de arte.

BELLEZABaumgarten definió en 1750 la estética como la ciencia de lo bello, a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones de éste con la belleza y los demás valores. La belleza es la consonancia en contraposición a la fealdad o disonancia.

Como se puede comprender fácilmente, la noción de belleza es un concepto filosófico, pero para un científico debería ser una propiedad mesurable de la materia. El espíritu científico lo quiere cuantificar todo, buscando una lógica matemática que nos defina lo que es bello y lo que no lo es. Buscamos la belleza absoluta como si fuera el cero absoluto de la materia y pudiéramos cuantificar la separación de esta propiedad, aumentando progresivamente los grados de fealdad de lo que conocemos como antiestético.

La antiestética es el rechazo de la estética establecida, con lo cual introducimos el concepto de moda, que puede ser definido como el concepto democrático de belleza en un momento histórico determinado. Con ello deducimos que el concepto de belleza es una propiedad variable, lo cual es contrario a su cuantificación de modo absoluto.

Como el concepto de belleza cambia a través del tiempo, analizaremos esta propiedad a lo largo de la historia, antes de llegar a unas conclusiones que siempre serán subjetivas, dada la idiosincrasia del ser humano. Intentaremos seguir este viaje a través del tiempo usando un lenguaje sencillo y lo más natural posible para facilitar su comprensión.

Según Tomás de Aquino lo bello es, quae visa placet, aquello que agrada a la vista, una teoría que seguía las ideas de los griegos clásicos. Esto se puede extrapolar al resto de sentidos. En el caso del oído, la belleza de la música es lo que agrada al sentido auditivo. Con ello nos damos cuenta que la belleza no es una cualidad física, sino que es una cualidad subjetiva, apreciada por el sujeto a quién se le transmite a través de sus sentidos.

Si nos remontamos a la escuela Pitagórica de la Grecia clásica, encontramos una relación entre las matemáticas y la belleza. En esta primera parte del ensayo nos referiremos casi siempre a la belleza natural o física. Esto significa que no analizaremos las cualidades humanísticas, como pueden ser la expresividad o la belleza inmaterial, a pesar de que en el análisis histórico no podamos evitarlo.

BRUJA
"Mala Bruja" Sven Geruschkat (1975)

Platón consideraba que la belleza verdadera reside en el alma. La belleza visible es solo una manifestación de la verdadera belleza, que se asocia con el bien. Los objetos repulsivos son asociados con el mal. Así, las brujas eran representadas con rasgos físicos desagradables, relacionándolas directamente con la fealdad. El mal es feo. Por consecuencia todo lo relacionado con el mal debe ser feo, repugnante a los sentidos. Las brujas eran propiedad del diablo, que físicamente según los cánones clásicos debe ser horriblemente repugnante, pero podía aparecer hermoso para engañar a las almas cándidas. Todo ello se cita para demostrar la complejidad que tiene el concepto de belleza, que asociamos con el bien, con aquello que nos causa placer. La principal contradicción la encontramos cuando lo repugnante puede ser considerado como bello, como una obra de arte, cuando aquello nos causa placer.

INQUISICION
"Inquisición" 1976 Loreta Tovar

Volviendo al tema de la brujería que hemos tomado como ejemplo, en la realidad existían brujas, o muchachas acusadas de brujería bellísimas. Los inquisidores decían que eran una representación de los poderes diabólicos para engañar a los hombres y poder dominarlos. Por ello muchas fueron torturadas sádicamente y condenadas a la hoguera. Estos actos de sadismo fueron considerados como momentos de belleza. Otra propiedad de la belleza es considerar como tal lo que causa placer. Aquellos hombres obtenían placer o incluso goce sexual del dolor ajeno o hasta incluso del propio, lo  que se conoce como sadismo o masoquismo, según las teorías del Marqués de Sade o de Leopold von Sacher-Masoch. Con ello se llega a la contradicción al considerar la antiestética como belleza.

Volvamos a la realidad considerando la belleza como una propiedad física natural, sin tener en cuenta su relación con los sentimientos, ni con los deseos degradantes. La medida de la belleza física para los griegos se basaba en la armonía de las proporciones, en la imitación de la belleza natural. La simetría es una propiedad muy importante en la naturaleza. La encontramos en las formas simétricas de los cristales minerales, en las plantas, en los animales, hasta llegar al hombre.

AFRODITA
Afrodita, Eros y Pan Mármol de Delos (100aC) Museo Nacional de Atenas

Las personas cuyos rasgos faciales son simétricos y poseen las proporciones perfectas son más atractivas. Estas proporciones estaban definidas por los escultores clásicos griegos, que partían de razonamientos naturales de origen matemático. Las líneas curvas eran más atractivas que las rectas, pero debían guardar una determinada proporción, su abuso podía ser peligroso. El hombre buscaba la belleza en la naturaleza e intentaba idealizarla en sus trabajos artísticos.

Si aplicamos estas teorías naturales al campo de la música llegaremos a la definición de armonía y al origen de las notas musicales, que guardan relaciones matemáticas perfectas entre ellas. No repetiremos la teoría de la música. Para los que sientan curiosidad por ella pueden consultarla en una de nuestras anteriores obras.[1]

La estética romana adoptó la desarrollada por los griegos. Cicerón definió a la belleza como orden y proporción, añadiendo el concepto de aspecto, que se entiende como la realización de algo que resulte atractivo o conmovedor. Basándose en Platón estableció otros dos tipos de belleza. La dignidad de carácter masculino y la gracia, de carácter femenino.

Galeno divide las artes en liberales y vulgares. Entre las liberales, las que tienen un origen intelectual, encontramos a la música, que formaba parte del quadrivium. Entre las vulgares, las que tenían un origen manual, se encontraban la arquitectura, la escultura y la pintura.

Otro concepto es el de lo sublime, atribuido al griego Longino, desarrollado por los romanos y posteriormente por el romanticismo. Lo sublime no depende de la forma, siendo una actitud psicológica. La belleza es una propiedad que se encuentra en el objeto, en lo sublime las formas desaparecen, se sumerge en ellas. Con ello se llega al estadio del amor platónico.

En la Edad Media la estética está dominada por el cristianismo y su concepto de Dios. El arte se vuelve más expresivo, dependiendo menos de la belleza de las formas. El mundo estaba hecho a imagen y semejanza de Dios o sea se llegaba a una divinización del concepto de belleza. Lo bello es una imagen de Dios. Por ello es muy importante considerar el arte como un camino hacia la perfección, un camino para llegar a Dios.

En el campo de la música, Boecio en su libro De institutione musica expone sus teorías neo pitagóricas. La música alcanza la belleza cuando sus sonidos siguen unas proporciones armónicas, basadas en sencillas relaciones numéricas.

Según Santo Tomás de Aquino en su Summa Theologica, lo bello consiste en la debida proporción, porque los sentidos se deleitan con las cosas bien proporcionadas. Para Santo Tomás, siendo en su raíz lo mismo, la belleza se dirige al intelecto y la bondad a los sentidos. Lo bueno es material, por ello se hace desear. Lo bello es inmaterial, sin buscar un deseo de posesión.

El canto gregoriano fue introducido en la Iglesia para recuperar la sencillez del canto llano. La música se había complicado demasiado, buscando la belleza mediante la polifonía y el uso de estructuras demasiado bellas, que la separaban de su objetivo primario, la oración. La belleza solo se encontraba en Dios y el hombre no podía competir, si no quería pecar de soberbia.

Dante introdujo el concepto de amor asociado a la belleza, separándola de los anteriores postulados teológicos. El concepto metafísico de amor es lo único que nos conducirá hacia Dios. El artista crea sus grandes obras inspirado por el amor. El arte representa a la naturaleza, obra de Dios, que ha sido creada por la fuerza del amor.

CARACOLEl Renacimiento, definido como el renacer de las artes, fue un retorno a la filosofía clásica grecorromana. Se volvió a la imitación de la naturaleza, se definió el número áureo, como el que posee diversas propiedades proporcionales, que se pueden encontrar analizando figuras naturales, como caracolas, o los nervios de algunas hojas de árboles.

Gerolamo Cardano, autor de De subtilitate (1550), opina que las cosas sencillas son más bellas, debido a su facilidad de percepción. Las cosas complejas pueden llegar a desagradar por su dificultad de ser entendidas. Pero cuando la mente las puede aprehender, pueden proporcionar un placer mayor que las cosas sencillas. Con lo cual, la belleza aumenta cuando es comprendida a pesar de su dificultad. Nacía el arte manierista, comenzando un arte de tipo moderno, en el cual las cosas no se representan como son, sino tal como las percibe el artista.

Esta filosofía aplicada a la música, nos dice que las obras sencillas nos gustan o sea las encontramos bellas, y nos causan placer en su primera audición. La complejidad nos aleja de ellas al no querer realizar el esfuerzo necesario para entenderlas, lo cual se logra muchas veces después de repetidas audiciones. Pero cuando finalmente las comprendemos, el placer que nos proporcionan es mucho mayor y más duradero que el de las obras simples, muchas veces aborrecidas después de múltiples audiciones.

Giorgio Vasari escribió entre 1542 y 1550 una obra sobre la vida de los artistas italianos, empezando una nueva disciplina, la de la historia del arte como historiografía, como una historia de su desarrollo y progresión. Con ello se podía comparar el concepto de belleza a través de los tiempos, analizando sus cambios y los motivos de los mismos. Nacía una nueva ciencia multidisciplinar que se puede enmarcar dentro de las ciencias sociales.

Giordano Bruno introduce el concepto de la relatividad en el arte. Nihil absolutum pulchrum, sed ad aliquim pulchrum.[2] Para él no existe una belleza absoluta, es indefinida e indescriptible, dependiendo también del estado de ánimo, pudiendo inspirar diferentes sentimientos, desde la atracción y la complacencia hasta el amor.

Con la llegada del estilo barroco el arte se vuelve más artificial, más recargado, más decorativo, buscando formas de expresión más complejas. Según el gran dramaturgo británico William Shakespeare el arte puede superar a la naturaleza si se añade la imaginación.

LAS TRES GRACIASPeter Paul Rubens (1577-1640) es considerado como uno de los grandes pintores de la época barroca. Demuestra en sus figuras una exagerada sensualidad, una perfecta idea de la estética barroca. Sus mujeres no expresan una belleza natural, no siguen las proporciones clásicas. Muestra la voluptuosidad de sus carnes, llegando a una degradación de la belleza física. Tiene más importancia la imaginación del autor, que la real belleza plástica. El sentimiento empieza a dominar a la estética.

La música barroca tiene a la gran figura de Bach. Su música se basa en el desarrollo de formas sencillas, mediante las cuales consigue una gran complejidad musical con el uso del contrapunto. Llegamos nuevamente al concepto de barroco, un estilo artístico, que puede parecer demasiado sobrecargado y falto de sencillez.

Francis Bacon habla de la voluptuosidad en el arte. Relaciona el arte con el placer, separándolo de la belleza. De la belleza se ocupa la cosmética, del placer las artes voluptuarie, las artes hedonísticas. La pintura complace al sentido de la vista, la música al del oído. Según sus razonamientos historiosóficos[3], en las sociedades jóvenes predominan las artes marciales, en las maduras las liberales y en las decadentes las hedonísticas.

En Francia durante el siglo XVII se buscó la racionalización del pensamiento, un racionalismo científico. Era el siglo de la razón, donde Descartes escribía su Discurso del Método (1637) formando las bases de la estética neoclásica, separándose claramente del escepticismo manierista.

Gottfried Leibniz buscó una síntesis entre el racionalismo y el empirismo, en un deseo de unir la razón con la sensación. El conocimiento de lo bello se basa en el gusto, algo que es instintivo. Sabemos que algo es bello, pero no el por qué.

El empirismo, desarrollado principalmente en el Reino Unido, se oponía al racionalismo francés. Se introducía el concepto de psicología del arte, dando el mayor relieve a las sensaciones que producía su contemplación o audición. La estética era relativa, dependiendo de la interpretación personal del espectador. La belleza se encontraba no en el objeto sino en la mente del individuo.

Hobbes en su obra "Del criterio del gusto" (1757), busca un estándar de belleza, encontrando que estaba condicionada por factores subjetivos, como son la cultura, edad y temperamento del individuo.

David Hume (1711-1776) en sus "Ensayos morales, políticos y literarios" concluye con las siguientes frases: la belleza no es una cualidad de las cosas mismas, existe tan sólo en la mente del que las contempla y cada mente percibe una belleza distinta. Puede incluso suceder que alguien perciba fealdad donde otro experimenta una sensación de belleza y cada uno debería conformarse con su sensación sin pretender regular la de los demás.

Según este razonamiento la belleza solo se encuentra en la mente del individuo, que sin embargo está condicionado por la sociedad en que está inmerso y que siempre intentará introducir su ideología, para fines comerciales o políticos.

El conde de Shaftesbury en "Características de los hombres, las costumbres, las opiniones, las épocas" (1732) identificaba ética, lo bueno, con estética, lo bello. Para él, el amor era un proceso cuyo primer paso era la belleza material, a partir de la cual se llegaba a la belleza espiritual. El gusto se podía cultivar llegando a una aristocracia del sentido. Con ello se podía lograr una mejora del espíritu humano, aumentando el bienestar social al producir una concordancia entre los sentidos y la razón.

Según estos razonamientos el cultivo del amor al arte es de capital importancia en la mejora de la sociedad. El hombre necesita recuperar su conciencia ética, lo que se puede lograr cultivando la estética. Algo que deberían tener muy presente los políticos.

ESTETICAEl racionalismo cartesiano francés dio origen a las Academias con su normativa estética reglamentada, apareciendo el neoclasicismo. El empirismo inglés era más imaginativo. La ilustración llamada en alemán Aufklärung, o sea iluminación, mediante la razón y la filosofía rasgaba el velo que cubría a la verdad.

Nos encontramos en el denominado siglo de las luces, en el cual se introduce el concepto de Estética. Alexander Baumgarten en su obra "Aesthetica" (1750) fue su creador como disciplina filosófica. Distingue entre lógica y estética. La lógica es abstracta, creando conceptos y usa palabras para describirlos. La estética es concreta, estudia un determinado objeto y no se puede expresar con palabras, pues las sensaciones no se pueden traducir. Los estados de ánimo que provoca solo se pueden compartir.

Johann Winckelmann, considerado como el verdadero padre de la historiografía del arte, fue un gran admirador de la cultura griega. En su "Reflexión sobre la imitación de las obras de arte griegas" (1755), afirmó que los griegos habían alcanzado su mayor grado de perfección en la imitación de la naturaleza, llegando a la mitificación de la belleza perfecta.

Dentro del idealismo alemán destaca la figura de Immanuel Kant, influenciado por el empirismo inglés opuesto al intelectismo. Intenta realizar una síntesis, reconociendo el gusto como un producto donde se mezclan los sentidos y el sentimiento, en una relación de armonía. El arte no procede de aquello que representa. Generalmente lo representativo nos lleva a lo significativo, pero en el arte se invierte, de la razón pasamos al sentimiento. Por este motivo el arte no ha de representar necesariamente la realidad.

Según Kant la estética presenta una paradoja. El juicio estético tiene una base de carácter universal que es común a la naturaleza humana. La estética es subjetiva, pero cuando se convierte en universal da lugar a una cierta objetividad basada en las leyes naturales. Una belleza de la naturaleza es una cosa bella, la belleza artística es una bella representación de una cosa, como expresa en su "Crítica del juicio".

Friedrich Schiller (1759-1805) toma como punto de partida la idea de Kant, de que la belleza se encuentra en una posición intermedia entre el sentimiento y el intelecto. La belleza refleja la armonía natural donde el sentimiento se corresponde con la moralidad, llegando a un estado de perfección. La actitud estética contribuye al bienestar del hombre en la sociedad.

La música sigue los cambios estéticos de cada determinada época. Del barroco pasa al clasicismo, recuperando las líneas melódicas sencillas. Como no tenemos referencias de la música de la Grecia clásica, no podemos hablar en este momento de un neoclasicismo, como en el caso de las artes plásticas.

CANOVA VENUSEl clasicismo origina la sinfonía, un género clásico que presenta temas definidos expresados de un modo natural, con lo cual se diferencia de la música barroca, la cual daba más importancia a los adornos que a los propios temas. Encontramos una relación entre el clasicismo en la música y el de la pintura y escultura que se enseñaba en las Academias de arte. La defensa del arte clásico, considerado como puro. Los Conservatorios de Música en un principio fueron fundados para la conservación de la música clásica, de donde proviene su nombre.

Johann Fichte (1762-1814) puso las bases del pensamiento individualista romántico. El espíritu a través de la imaginación produce obras estéticas singulares. Se crea el idealismo, siendo la realidad un producto del sujeto pensante, contrario al realismo que afirma que los objetos existen independientemente del sujeto que los percibe. Es una noción clave para la comprensión de las filosofías de Hegel y Schopenhauer.

El romanticismo en las artes plásticas aparece a finales del siglo XVIII y durará un siglo, desde 1770 hasta 1870 aproximadamente. En música aparece más tarde, empezando a principios del siglo XIX llegando hasta principios del XX. En ambos casos es una reacción frente al clasicismo, contra su conjunto de reglas estereotipadas.

Se origina en Alemania y en el Reino Unido y su nombre parece provenir de roman, novela. El romanticismo da prioridad a los sentimientos, contrariamente al racionalismo de la ilustración. Por ello muestra unos sentimientos que no pueden expresarse en simples palabras, siendo necesaria toda una novela, un roman, para poder explicarlos.

Una de las principales características del romanticismo es la individualidad, el yo de su autor, su ego. Un arte revolucionario que alimenta al nacionalismo como punto de divergencia. Durante el clasicismo el arte se había hecho universal, sin poder distinguir la nación a la que pertenecía su autor. Una reacción contra la Europa Unida que había propuesto Napoleón, convertirla en un país unificado pero dominado por la cultura francesa.

La derrota de las ideas napoleónicas da paso a los sentimientos nacionalistas. Cada pueblo tiene un yo propio, una lengua propia y un arte propio. De lo universal hemos pasado a lo individual. En la música nacen las escuelas nacionales.

Georg Hegel (1770-1831) define la belleza como materialización de la idea. Para él, lo bello artístico es superior a lo bello natural, debido a que en el primero está presente el espíritu o sea la libertad, que es lo único verdadero.

Distingue entre el arte libre y el arte servil, que ha perdido su libertad teniendo como objetivo el de decorar. La superioridad del arte libre radica en que le quita al objeto la pretensión de verdad que tiene en la realidad, otorgándole una realidad superior que nace del espíritu. La idea primaria se encuentra tanto en lo natural como en lo artístico, pero en este último caso resulta más fácil penetrar en ella.

El clasicismo es más natural, sin estar influido por el sentimiento. Representa una visión de la naturaleza fría. El romanticismo le agrega el espíritu, lo cual da vida al objeto inanimado clásico. La obra de arte genera en nosotros, además de un goce inmediato, el pensamiento y la reflexión. Genera juicio y tiene como objetivo conocer el espíritu que en él aparece, llevar a la conciencia los verdaderos intereses del espíritu. Esto es lo que da valor a la Filosofía del Arte.

Hegel da mucha importancia a la evolución histórica del arte, pues cada época tiene sus reglas y su verdad. Esta evolución histórica la divide en tres etapas, el arte simbólico, el clásico y el romántico, como tres maneras diferentes de pasar de la idea a la forma.

La forma artística simbólica se encuentra en la arquitectura de culto egipcia, india y hebrea. Está considerada como la infancia del arte. El hombre construye una forma y le da un significado simbólico. Esta forma no muestra lo divino sino su exterior, como un lugar de residencia.

La forma artística clásica logra el equilibrio entre forma y contenido. Los griegos logran la representación total de la idea. La escultura es la forma artística clásica, logrando expresar su espíritu absoluto en el arte. El arte era su religión, sus estatuas no eran meras representaciones del dios, llegaban a ser el mismo dios. El arte ha llegado a su madurez.

La forma artística romántica rompe el equilibrio entre forma y contenido. La forma no es capaz de representar al espíritu, el contenido rebasa la forma. El arte ha llegado a su vejez. El arte se va desmaterializando, pasando de la pintura como etapa más material, a la música y a la poesía, cuyas formas no se pueden tocar, son inmateriales. El espíritu ha superado a la forma, alcanzando la libertad espiritual.

SARDANAPALOEugène Delacroix (1798-1863) en sus obras nos muestra un claro ejemplo del arte romántico. En el cuadro La muerte de Sardanápalo, que hemos elegido como ejemplo, combina el erotismo con la muerte. Al espíritu romántico no le satisface presentar una visión fría de la naturaleza, busca contar una historia que conmueva nuestros sentimientos. El sacrificio de sus bellas esclavas contemplado por el sátrapa, al parecer indiferente en su lecho de muerte, nos produce un sentimiento mezcla de perversión erótica y de sensualidad frente a la muerte. Este sentimiento es lo que quiere reflejar el artista en su cuadro.

El concepto de belleza se aleja de los cánones clásicos, buscando una belleza ambigua en lo macabro, lo oscuro, lo tenebroso. Esto no supone la negación de la belleza, es otro punto de vista. La belleza de las muchachas del cuadro va unido a un sentimiento de desgarro trágico, un sentimiento de destrucción.

El romanticismo aparece en la música, un arte más inmaterial, con la aparición de los elementos descriptivos. La música no es bella por si misma, por la pureza de sus líneas, sino que busca la descripción de unos sentimientos. La idea se expresa a través de la música. De la sinfonía clásica se pasa al poema sinfónico, que como indica su título trata de contar una historia o unos sentimientos a través de la música.

Como ilustración de ello presentamos dos ejemplos. El primero pertenece al compositor checo Zdenek Fibich (1850-1900). En su inmensa obra pianística "Estados de ánimo, impresiones y recuerdos"[4] hace un relato musical de su pasión amorosa. Las impresiones es la parte más original y que presenta más erotismo del ciclo. El compositor abandona a su esposa e hijos para ir a vivir con una de sus jóvenes alumnas, casi veinte años menor.

MOODS FIBICHEl amor por la muchacha inunda la vida del maduro compositor, que intenta traducir esta idea, estos sentimientos en música. En toda relación amorosa el amor carnal es el primero que se presenta y quiere representarlo. Un pintor lo hubiera hecho mediante una serie de desnudos. El músico trabaja con unos procedimientos inmateriales, pero por ello puede llegar a una mayor expresividad. La idea se desprende del objeto manifestándose el sentimiento, las sensaciones.

La música es capaz de explicar aquello que no alcanza la imagen ni las palabras. En la obra citada Fibich hace una descripción detallada del cuerpo de la muchacha. La cabeza, los ojos, la cara, las manos, el cuello, sus pecas. Sin olvidar las partes más eróticas de la mujer como son la boca, los muslos, los senos, a los que dedica siete obras y sin faltar al religioso respeto sobre el gran misterio de la mujer, fuente de voluptuosidad y de vida.

El músico romántico no busca solamente la belleza en la música, intenta explicar sus sentimientos. Estos sentimientos pueden ser una forma de expresión del amor, como el caso anteriormente presentado, pero también pueden expresar sentimientos opuestos a la belleza, como el terror, el deseo, la venganza o la muerte.

El siguiente ejemplo que presentamos corresponde a una de las obras fundamentales de Gustav Mahler (1860-1911), "Das Lied von der Erde" [5].Nos referimos a su cuarto movimiento, que lleva por título "Von der Schönheit", de la belleza.MUCHACHAS LOTO

La obra se basa en poemas chinos. Unas muchachas cogen flores de loto al borde de un rio. De repente aparece un grupo de jóvenes y arrogantes caballeros montados en briosos corceles. Pero desaparecerán con una mayor velocidad que la de su repentina aparición.

La más bella de las niñas les envía una mirada lánguida, presa de gran agitación, arrastrada por el deseo. Luego se va serenando volviendo a la realidad, una felicidad que se disipa como si hubiera sido un sueño.

La música expresa un sentimiento, el de la fragilidad, el de la ilusión de la belleza, un bien fugaz que desaparece con el tiempo, una felicidad momentánea. El romanticismo añade a la música clásica su trascendentalismo. La música no tiene solamente la misión de causar placer, sino que debe hacer reflexionar al espectador.

Johann Friedrich Hölderlin (1770-1843) es un poeta alemán que intenta la unión de lo sensible con lo inteligible en el arte. La belleza se manifiesta en el arte, aunque es fugaz, una impresión pasajera. La juventud se escapa, el amor huye, todo se mueve y cambia, convirtiéndose en una nostalgia de lo perdido.

Karl Rosenkranz (1805-1879) en su obra "Estética de lo feo", introdujo la fealdad como categoría estética. La belleza es la tesis, la fealdad la antítesis, dando como síntesis la risa, lo feo queda anulado por lo cómico. No es difícil entender que lo feo, como concepto relativo, sólo es comprensible en relación con otro concepto. Este otro concepto es el de lo bello: lo feo sólo existe porque existe lo bello, que constituye su presupuesto positivo. Si no existiese lo bello, no existiría de ningún modo lo feo, porque sólo existe en cuanto negación de aquello.

Søren Kierkegaard (1813-1855) está considerado como el padre del existencialismo. Planteó dos estados del hombre, el seductor, preocupado por la estética y el asceta, preocupado por la ética. El asceta busca a un Dios que no encuentra, pues la religión se convierte en una ilusión. El esteta vive el instante, en un reino de apariencias ilusorias que le produce insatisfacción, inmerso en un círculo del que no puede salir. Con ello se llega a la desesperación, que se convierte en melancolía al no encontrar lo que desea en este mundo. La melancolía se define como la desesperación vivida estéticamente.

Para Arthur Schopenhauer (1788-1860) el hombre además de percibirse externamente como cuerpo, se percibe en su interior más profundo como voluntad de vivir. Pero esta voluntad crea insatisfacción, produciendo dolor. El placer es tan solo un cese temporal del dolor. El arte, especialmente la música, le ayuda a superar este dolor. Influido por la filosofía oriental decía que la única solución es la superación de la voluntad de vivir, destruyendo al ego y alcanzando un estado cercano al nirvana[6] budista, un estado de quietud y paz interior. El arte era una vía para escapar de este estado de infelicidad propio del hombre, conduciéndole a un trascendentalismo como una experiencia religiosa.

Richard Wagner, influido por estas ideas, describe en su Tannhäuser al personaje romántico, que oscila entre el amor terrenal y el espiritual, la ambivalencia entre lo sensible y lo espiritual. Buscó la realización de la obra de arte total, uniendo la música con la palabra poética, entendiéndolo como un matrimonio en el cual la palabra era la parte masculina y la música la femenina.

PARSIFALFriedrich Nietzsche (1844-1900) cambió varias veces sus ideas sobre el arte. En su juventud se entusiasmo con la música de Wagner y con las ideas de Schopenhauer, pero luego las rechazó, especialmente debido a la composición por parte de Wagner del Parsifal como una ópera cristiana. Su estética se caracteriza por su oposición a la moral cristiana, que para él supone una negación de la vida.

En oposición a Wagner defiende una estética anti romántica y anti germánica, pasando a elogiar el clasicismo. Defiende la relatividad de la belleza, que no existe por sí misma. Afirma que la obra de arte es lo único que consuela del sufrimiento de vivir. Como noción de belleza compara el acto sexual con la creación artística.

La revolución industrial tuvo una gran importancia en la degradación del arte. Como predecesor del modernismo aparece el esteticismo. Una reacción a los cambios producidos al principio de la era industrial. Entonces se buscaba el utilitarismo, lo que era consecuencia del materialismo y aquello producía fealdad.

John Ruskin (1819-1900) denunció la destrucción de la belleza y la vulgarización del arte llevada a cabo por la sociedad industrial. La clase obrera se estaba degradando y para su protección defendía la función social del arte. Pidió un arte hecho por el pueblo y para el pueblo.

Es conocida su fascinación por la belleza de las niñas. Conoció a su futura esposa en una escuela infantil cuando tenía diez años en 1859. Según Kenneth Clark[7], en su obra "Ruskin Today" (1964), tenía una noción infantil de la feminidad, mitad gatita, mitad reina de las hadas y cuando la confrontaba con la realidad retrocedía horrorizado. Valoraba en las mujeres su aspecto infantil, que no se correspondía con su naturaleza íntima. Valoraba la belleza objetiva en toda su pureza, pero cuando descubría su aspecto real o sea su personalidad le aterrorizaba.

William Morris (1834-1896) defendió el arte funcional en su movimiento Artes y Oficios. El arte además de satisfacer las necesidades espirituales debe satisfacer las materiales. Un arte utilitario, pero alejado de la producción industrial en serie, un arte próximo a la artesanía de los gremios medievales. El objeto no solo debe ser bello, debe ser útil. Con ello empezaba una etapa de socialización del arte.

En la época Victoriana a finales del siglo XIX, la sociedad industrial además de producir una clase obrera, hizo aparecer una nueva clase social, la burguesía, que para desafiar a la nobleza, busco la ostentación como reflejo de su estatus social. Esto provocaría la mercantilización del arte a principios del siglo XX, con la aparición de las galerías de arte.

El arte se convertía en algo que se podía comprar y vender, con lo cual perdía parte de su valor ético. Los comerciantes ganaban dinero con el trabajo de los genios artísticos, se enriquecían con algo considerado inmensurable como era la belleza.

MUCHAPero por otra parte los artistas estaban subvencionados por la sociedad industrial y las nuevas tendencias eran fácilmente difundidas. En este cambio aparecían las artes decorativas, el Art Nouveau, destinado a satisfacer los deseos artísticos de aquella nueva burguesía.

Sigmund Freud (1856-1939) estudió en el arte su estética psicológica. El origen de la belleza es el mismo que el del deseo erótico. El artista era una figura narcisista, que parecido a un niño, reflejaba en el arte sus deseos. Mediante el psicoanálisis las obras artísticas podían ser estudiadas como si se tratara de sueños. Eran símbolos, que mediante métodos semióticos[8] debía ser interpretados y a partir de ello descubrir la personalidad de su autor.

El siglo XX nos presenta la estética contemporánea. Una estética que recogiendo toda la herencia del pasado intenta romper totalmente con él. Aparecen tendencias contradictorias y el concepto de belleza parece cambiar radicalmente de uno a otro estilo.

La aparición de las nuevas tecnologías cambia la función del arte. La plasmación de la realidad la realizan la fotografía y el cine. El artista no necesita copiar la realidad pues de ello ya se encarga la fotografía, con la cual, debido a sus medios técnicos, no puede competir. Necesita realizar algo nuevo, algo que no pueda hacer el fotógrafo, la abstracción.

La belleza ya no es figurativa, se presenta en formas abstractas. El sentimiento domina al objeto, que termina por desaparecer. La forma se desvanece, dando lugar a manchas de color, a líneas difusas, algo difícil de reconocer por medios puramente visuales. El artista intenta la plasmación de sensaciones, algo inmaterial.

Estos cambios en la pintura se realizan gradualmente con la aparición del impresionismo, que dará paso al puntillismo. La música seguirá el mismo camino a través del impresionismo musical, desarrollado principalmente por Debussy (1862-1918). Según el compositor Pierre Boulez, Debussy es el precursor de la música contemporánea. Solo a Debussy podemos situarlo junto a Anton Webern en una misma tendencia a destruir la organización formal preexistente en la obra, en un mismo recurrir a la belleza del sonido por sí misma, en una misma pulverización elíptica del lenguaje.

Arnold Schönberg  (1874-1951) decidió romper totalmente con el pasado. Después de llegar al límite de la tonalidad decidió alcanzar su ruptura, buscando la total libertad o sea la atonalidad. Buscó un nuevo sistema que empleara las doce notas de la escala musical de una forma racional, diseñando el estilo dodecafónico.

Era un nuevo sistema de ordenación académico, con lo cual se encontró nuevamente con una falta de libertad creadora. Había roto unos moldes para encerrarse en unos nuevos. La música había perdido su armonía natural, como la que se observa en la pintura figurativa, para llegar a formas abstractas, creando una nueva armonía basada en un nuevo sistema armónico diferente del natural, pero conservando su rigidez.

Si realizamos una comparación con la pintura, la música había deformado las líneas naturales, pero conservando su estructura clásica. Las nuevas figuras no se podían reconocer directamente. Pero seguían unas leyes anti figurativas.

Las obras se convierten en abiertas o sea que los espectadores pueden darles múltiples interpretaciones. En las anteriores etapas del arte tenían un carácter formativo. Al ser la mayoría del pueblo analfabeto, se les podía enseñar mediante las imágenes o a través de la música descriptiva, que empleaba una armonía natural. La Iglesia lo estuvo empleando durante mucho tiempo para captar a sus feligreses.

Los medios de comunicación han cambiado totalmente este estado de cosas, no siendo necesario un arte formativo, pues la gente sabe leer, además del empleo de todos los medios audiovisuales, que aumentan constantemente. El artista debe emplear su imaginación para realizar un arte más profundo pero menos directo, el abstracto, generalmente de libre interpretación, con lo cual se requiere una colaboración entre el artista y su receptor.

La belleza ya no se encuentra en la obra de arte, en el objeto, en la partitura musical. Lo debe descubrir el espectador, que le dará su interpretación subjetiva, con lo cual podrá llegar a reconocer su belleza extrínseca.

Pero esta belleza no tiene una base natural como la clásica. Es cambiante, varía con el tiempo, con el individuo y con sus diferentes estados de ánimo. Aparece lo que se llama la moda, una tendencia seguida por una mayoría durante un periodo de tiempo generalmente corto. Lo que hoy encontramos bello mañana es terriblemente feo, anticuado. Más tarde volverá lo anteriormente rechazado y lo encontraremos bello. Aparecen modas como el kitsch, una esencia de la fealdad, empleando la deformación de un objeto clásico, un elemento efímero de carácter consumista o el camp, basado en el mal gusto, que transforma elementos culturales serios en objetos frívolos.

La sociedad se vuelve consumista, el placer tiene un carácter social, lo que conocemos como cultura de masas. El arte pierde su carácter intelectual, volviéndose material. Se vuelve efímero como el happening.[9]

KANDINSKYWassili Kandinsky (1866-1944) es uno de los precursores del arte de vanguardia. Crea un tipo de arte universal con formas que conectan con el mundo espiritual a través de la sensibilidad y de la percepción. Su definición de la belleza la encontramos en su obra "De lo espiritual en el arte" (1911). Bello es lo que brota de la necesidad anímica interior. Bello es lo que es interiormente bello.

En la música también se observa este carácter abierto. El espectador y algunas veces sus intérpretes no pueden permanecer pasivos. Pero esta actividad produce un rechazo en gran parte de los oyentes, que por su carácter de espectador no desean realizar el mínimo esfuerzo.

El marxismo intentó también romper con el pasado, con el concepto de belleza burgués, defendiendo en un principio la libertad en el arte, su internacionalización. Era un movimiento reaccionario contra el capitalismo y el nacionalismo. No existían razas ni castas. Todos los humanos eran iguales y tenían los mismos derechos y deberes.

Estos ideales que aparecen siempre en los momentos iniciales de un cambio, pronto desaparecieron. El sistema, cuando alcanzó todo su poder, se volvió más represivo que el que había derrocado. El arte, especialmente en la época estalinista, estaba dirigido por el partido comunista, imponiendo el llamado realismo socialista.

Este tema, debido a su importancia como motivo inductor de esta obra, será desarrollado en un posterior apartado, de gran importancia para entender el concepto de belleza aprobado por los directivos soviéticos.

Theodor Adorno (1903-1969) filósofo alemán de inspiración marxista, cultivó en su juventud la música atonal. Escribe diversos ensayos sobre música, relacionándola con complejos conceptos filosóficos. Escritos de difícil lectura, al ser muy exigentes en términos intelectuales. Estos conceptos no eran compartidos por los protagonistas de la Escuela de Viena, por lo cual el filósofo decidió abandonar su carrera musical.

En su obra Teoría estética escribe la siguiente frase: El anhelo inextinguible de lo bello, para el que Platón, con la frescura de lo que sucede por primera vez, encontró las palabras, es el anhelo del cumplimiento de la promesa.

José Ortega y Gasset (1883-1955) analiza el arte de vanguardia en su obra La deshumanización del arte escrita en 1925. Siguiendo en parte las ideas de Nietzsche y el concepto de sociedad de masas, muestra el carácter elitista del arte moderno, un arte cuya belleza solo puede ser apreciada por un público minoritario. Con ello se niega la igualdad entre los hombres, dividiéndolos entre hombres egregios y hombres vulgares. El nuevo arte está dirigido a los primeros, con lo cual se convierte en una aristocracia del gusto.

MIROLa pérdida del elemento realista en el arte contemporáneo, eliminaba el elemento humano presente en el arte naturalista. Esta pérdida del elemento humano producía la desaparición de los referentes en que se basaba el arte clásico, con lo cual se producía una ruptura entre el arte y el público. Se generaba un nuevo modo de comprender el arte, que sólo podían entender los iniciados. El arte estaba deshumanizado.

Esta nueva forma artística tampoco se basaba en los sentimientos, como ocurría durante el romanticismo. Esta separación entre arte y humanidad llevaba a un cierto distanciamiento, a una apreciación de matices. La belleza debía alejarse de su concepto decorativo.

La escuela psicológica alemana de la Gestalt[10] afirma que estamos condicionados por nuestra cultura, y que esta cultura condiciona la percepción de la belleza. El gusto no tiene ninguna base científica, lo cual da a la estética inseguridad en sus afirmaciones y no se pueden generalizar sus apreciaciones. Todos tenemos una hipótesis previa, que hace que encontremos en el objeto lo que buscamos.

La mente se configura a través de los sentidos o sea por la percepción, o a través de la memoria, las experiencias pasadas. Esta configuración tiene un carácter primario, superando los elementos que la conforman. La suma de estos elementos por sí solos no podría llevarnos a la comprensión del funcionamiento mental. Se genera un todo integrado entre los estímulos y sus respuestas. El todo es mayor que la suma de las partes, sería el axioma para comprenderlo.

Podríamos seguir analizando diferentes escuelas filosóficas modernas, sobre su concepto del arte y de la belleza, pero cada vez sus elucubraciones se hacen más complejas y difíciles de entender. Por el carácter de esta obra de naturaleza divulgativa, creemos que lo expuesto es suficiente para valorar la dificultad de definir un término, al parecer tan sencillo como el de la belleza.

TEATRE NACIONAL
Teatre Nacional de Catalunya

Terminamos refiriéndonos al postmodernismo, una teoría que describe el final de la etapa modernista. Asumen el fracaso de los movimientos de vanguardia, volviendo al sustrato material tradicional, al arte objeto, al arte por el arte, eliminando su labor social.

En esta relación de los diferentes puntos de vista en la búsqueda de la belleza, no incluimos las estéticas de culturas externas a nuestro mundo cultural, pues nuestro estudio está centrado en el arte y en la música del mundo occidental.

Se han revisado una serie de teorías filosóficas para encontrar una definición de lo que entendemos por belleza, esperando encontrar una respuesta, pero han sido múltiples respuestas.

Podríamos terminar con estas líneas el tema, iniciando un debate en el que participaran nuestros lectores, pero creo que es importante que su autor nos presente las conclusiones y las ideas personales, con la afirmación de que siempre serán subjetivas y en ningún caso deben tomarse como dogmáticas.

Una de las principales razones de la escritura de este trabajo es crear inquietudes en el lector, que no debe permanecer indiferente, debe realizar sus propias reflexiones y especialmente demostrar un espíritu crítico constructivo. Esta discusión crítica será muy importante al referirse a los próximos párrafos, los cuales tienen un carácter más personal.

Al principio de este capítulo decíamos que definiríamos el concepto de belleza refiriéndonos a su cualidad física, pero a lo largo de estas páginas se ha visto la influencia de múltiples factores. Para empezar estas reflexiones de tipo particular, definiremos la belleza física en el sentido clásico del término.

Para que la comprensión sea lo más clara posible, nos referiremos en primer lugar a la belleza humana. En un principio nos basaremos en la belleza exterior, lo que entendemos como atractivo físico. Sin considerar por ello tomar una decisión sexista, hemos elegido a la mujer como símbolo de belleza natural.

En los concursos de belleza se elige a la muchacha más guapa por consenso, empleando a un grupo de personas, que se cree cualificadas para su votación. Esta medida de la belleza con base a la opinión general parece la más correcta. Su resultado, suponiendo siempre la honestidad de los votantes, será la elección de una persona de rasgos faciales simétricos y cuyo cuerpo posea las proporciones perfectas, provenientes del clasicismo griego.

Este tipo de belleza consensuado será totalmente armónico, conservando la frialdad de una diosa griega. Si de lo general pasamos a lo particular, encontraremos un tipo de belleza personal que puede ser diferente para cada persona, pero creemos que sus propiedades fundamentales no diferirán demasiado en la mayoría de los casos. En mi caso particular prefiero a las rubias, lo cual no quiere decir que se haya roto la armonía. La diferencia de color no hace variar las proporciones armónicas.

Introduciremos ahora un concepto muy importante en la valoración de la belleza. Es el del amor[11]. Cuando aparece este fenómeno natural conocido como atracción mutua entre dos personas, el concepto de belleza queda desfigurado por los sentimientos. Por ello en este estudio primario debemos prescindir de su valoración.

VENUS ANADIONEMACuando en tus relaciones encuentras a una persona atractiva, la admiras por su belleza física, sin intervención de ningún sentimiento. La encuentras agradable, te gusta tenerla a tu lado, pero esto no significa que deban aparecer sentimientos más íntimos. Si este fuera el caso, estaríamos enamorados de todas las personas físicamente agradables que encontráramos en nuestro camino, lo cual es una falacia. Para que surja el amor es necesario establecer una comunicación sentimental recíproca, en la cual el concepto de belleza queda difuminado.

Puede darse el caso de la idealización de una persona, tomando como base su belleza física. En este caso se crean unos elementos sentimentales ficticios, el llamado amor platónico, que en la realidad no existen. El concepto tomado de Platón se ha tergiversado en el lenguaje popular, tomándolo como aquel amor hacia algo inalcanzable, una acepción totalmente falsa de lo que dicen las teorías del filósofo griego.

Platón la presenta en su obra El Banquete. El amor es el impulso que lleva al conocimiento de la forma de la belleza y a su contemplación. Es un proceso gradual, que empieza con la apreciación de la belleza puramente física de una persona, avanzando hacia la apreciación de la belleza espiritual, como puede ser su carácter. Este proceso culmina en el conocimiento de la idea de la belleza, en cuanto es lo único que es bello en sí mismo y por sí mismo. Esta es la idealidad del amor platónico, el amar las formas o ideas inteligibles y perfectas. No existen elementos sexuales, porque el auténtico amor no es el que se dirige a una persona, sino el que se orienta hacia la esencia trascendente de la belleza en sí, algo que se mantiene incorruptible y siempre igual a sí mismo.

Si este concepto de belleza física lo trasladamos al campo de la música, el concepto no es tan evidente, al tratarse de una forma de arte no visible. Pero realizando un análisis matemático, algo siempre tan importante para los hombres de vocación científica, encontramos una relación natural de proporciones semejante al de la belleza material.

El espíritu científico, que siempre desea analizarlo todo, mesurarlo, clasificarlo y darle una valoración, cae en el error de la simplificación del concepto de belleza. Se limita a decir que lo bello es lo natural, lo que sigue las leyes establecidas por la naturaleza. Como el universo ha sido creado a imagen de Dios, todo lo que siga sus normas será bello, pues Dios se considera la belleza absoluta.

En música la belleza se logrará siguiendo las leyes de la armonía, unas leyes analizadas científicamente mediante la acústica.[12] Cuando un sonido se separa de estas leyes se crea una disonancia, un sonido que no es agradable.

BELLA Y BESTIA
La Bella y la Bestia

Si la belleza es la tesis, la fealdad es la antítesis. Pues si no existiera la fealdad no existiría la belleza. Es lo que le da fuerza a la belleza. Como ejemplo tomamos la famosa producción de Walt Disney llamada La Bella y la Bestia.

La Bella guía a la Bestia de las tinieblas hacia la luz, convirtiéndose en su musa, en griego clásico, μοῦσαι, mousai. Las musas originalmente eran las diosas inspiradoras de la música, pasando luego a la poesía y al resto de las artes.

De la palabra musa deriva museo, como lugar de culto a las musas, un lugar destinado a la exhibición pública, tanto del arte como del conocimiento. La musa  actúa como un medio inconsciente, transmitiendo su fuerza a los hombres para que desarrollen su arte, permaneciendo en otro plano distante, dentro de su propio mundo.

Con ello obtenemos la síntesis. La Bestia se ennoblece, demostrando que la belleza se encuentra en su interior, con lo cual llegamos a la segunda etapa de lo que entendemos por la ambigua noción de belleza.

Esta dualidad se encuentra en todos los conceptos que rodean a la humanidad. Cielo e infierno, ángel y demonio, luz y sombra. Si no existiera un concepto no existiría el contrario. Es el yin y el yang de la doctrina taoísta[13], que muestra la dualidad de todo lo existente en el universo. En este caso se invierten las funciones, pues considera al yin como el elemento femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y el yang el masculino, el cielo, la luz, la actividad.

Continuando con la música, objeto principal de este trabajo, encontramos esta dualidad entre la música tonal y la atonal, entre la consonancia y la disonancia. En la música de carácter fundamentalmente tonal se encuentran repetidas disonancias, que pronto se resuelven volviendo a la tonalidad. Lo que diferencia a la música atonal es que estas disonancias no se resuelven. Se buscan premeditadamente, intentando modificar las notas cuando aparece cualquier signo de tonalidad.

Uno de mis introductores en el mundo de la teoría de la música, el compositor y profesor del Conservatorio Municipal de Música de Barcelona, Albert Sardà, decía refiriéndose a sus composiciones, que no podrían ilustrar ninguna comedia, pues su música, eminentemente atonal, solo servía para la tragedia.

Cuando Mozart componía música trágica no abandonaba la tonalidad, opinando que la música debía continuar siendo bella, a pesar de que la acción o el sentimiento descrito no lo fuera. Durante el desarrollo de la música se buscó aumentar la expresividad, algo que necesitaba otro tipo de música, algo que no encontraba en el estricto seguimiento de las leyes físicas que constituyen el sistema tonal.

PETTERSSON 7Esta búsqueda de la expresión también aparece en la pintura y en el resto de las artes. Para su mejor comprensión presentamos un ejemplo musical tomado del compositor sueco Allan Pettersson (1911-1980). Su obra cumbre es la "Sinfonía Nº7"[14] terminada en 1967. Escuchando esta obra podemos colocarlo entre los más grandes compositores de la historia, como un digno sucesor de Mahler y de Shostakovich. Algún crítico lo ha calificado como el Shostakovich sueco.

En dicha obra utiliza libremente la música, mezclando atonalidad o sea cromatismo con la tonalidad, para crear una música dramática de una gran fuerza expresiva. La primera parte de la obra nos presenta sentimientos de desolación y de un tremendo dramatismo, que se hace muy difícil poder expresarlo en palabras. La música llega donde no alcanza la palabra.

Poco antes de la mitad de la obra, escrita en un solo gran movimiento, se encuentra un punto de inflexión. Pasamos a un estado mezcla de resignación y buenaventura. La música se dulcifica mediante amplias frases, compuestas por elementos tonales. Es la canción cantada por el alma como la denomina el compositor. Nuevos momentos de tensión son contestados por emotivas frases, en una especie de lucha titánica, que llega a emocionarnos tan intensamente, que se nos llenan los ojos de lágrimas, en el momento en que conectamos con lo que el compositor quiere decirnos.

Una obra que debe ser analizada por el corazón, dejando a un lado las cuestiones técnicas. Hablamos del corazón cuando nos referimos a la mente, donde realmente se encuentran los sentimientos. El corazón es únicamente un músculo, cuya función es hacer circular la sangre dirigido por los impulsos cerebrales. Cuando la emoción nos acelera el corazón el origen se encuentra en el cerebro, que es quien tiene el mando, por ello no es correcto hablar de asuntos de corazón cuando nos referimos a las emociones y a los sentimientos, pues todo ello solo se encuentra en nuestra mente.

En la obra de Pettersson aparece la emoción, lo que da un nuevo valor a la belleza de la música, necesitando para ello la utilización de nuevos elementos musicales. Este nuevo componente ya aparece en el romanticismo, uniendo el sentimiento a la belleza formal de la música. La belleza no se consigue únicamente siguiendo las leyes naturales, sino que añadimos algo nuevo, usando un nuevo sistema de ordenar las notas, usando el cromatismo, lo cual nos llevará a la atonalidad.

Para ilustrar gráficamente la necesidad de añadir un nuevo elemento al concepto de belleza, usaremos una fotografía perteneciente a la obra de mi hermano Pere Lluis Serracanta, inspirada en la antigua Grecia y que hemos titulado, el guerrero y la esclava.

El arte fotográfico nacido en el siglo XX, sucede a la pintura como forma de expresión. Sus estilos artísticos se basan en captar aspectos de la naturaleza, pues en principio no pueden distorsionarla, como la pintura o la música. La llamada fotografía artística se inspira en una primera etapa en los fríos estilos del arte griego clásico.

GUERRERO Y ESCLAVA
"Esclava y Guerrero" Foto de Pere Lluís Serracanta

En una segunda etapa se añade el sentimiento, intentando explicar una historia usando el nuevo medio de expresión, llegando a lo que podríamos llamar fotografía romántica.

Analizando la foto adjunta, podríamos compararla con la pintura romántica, expresando un sentimiento de virilidad y posesión en la figura del altivo guerrero frente a la feminidad y sumisión de la hermosa esclava.

La belleza no se basa únicamente en las proporciones y en la armonía de líneas, sino que además hemos añadido el sentimiento. Esta búsqueda de expresividad, que en el arte fotográfico le es difícil salir del realismo, pues en un principio las imágenes presentan una copia de un mundo real, en la pintura nos conducirán a la abstracción y en la música al abandono del sistema tonal.

Otra de las cualidades de la belleza es el placer. Es bello lo que nos produce placer. Cuando contemplamos una pintura, miramos una foto o escuchamos una obra musical, diremos que es bella cuando nos causa placer su contemplación o su audición. En el caso de la música, al tener una categoría superior, al ser más espiritual, este placer puede ser mucho más intenso y llegarnos a emocionar de tal modo que nos provoca el sollozo.

Una característica que podemos añadir es el placer contrario, o sea el placer del músico cuando compone la música o el del intérprete al dar vida a las partituras. Un músico conocido mío, que formaba parte de un cuarteto de cuerda, me confesaba que sentía un especial placer cuando interpretaba música atonal, un placer que desaparecía cuando la escuchaba de un modo pasivo.

Cuando escribo una obra, transformando mis pensamientos en palabras, siento un mayor placer que cuando leo cualquier libro. Este placer también se logra cuando intercambias ideas con un amigo, aunque el debate nos lleve a versiones contradictorias del asunto discutido. Es el placer de la amistad, de compartir aficiones comunes, de compartir la belleza. Por ello muchas veces buscamos personas suficientemente preparadas, para poder intercambiar nuestras inquietudes artísticas, las cuales algunas veces no entienden nuestras intenciones, llevándolas a razonamientos erróneos, encerrándose en su torre de marfil.

Puede darse el caso de que personas de formación artística académica, piensen que el intercambio de ideas con profanos, a los que ven como intrusos en su mundo, les cause un sentimiento de rechazo.

Si analizamos el fenómeno desde la ciencia, acaso nos molestaría que personas sin una formación científica apropiada, quisieran discutir temas científicos. Pero creo que la situación es muy diferente. El método científico sigue una reglas basadas en una necesaria formación de base. Sus métodos son experimentales, establecidos mediante la interpretación de los fenómenos naturales. La especulación no forma parte de sus procedimientos, por lo cual toda discusión debe basarse en hechos y cálculos matemáticos que la demuestren. En este caso podríamos acusar de intrusismo a toda persona no suficientemente preparada.

En el caso del mundo artístico, los profanos tenemos una ventaja sobre los profesionales. No estamos sujetos a un academicismo, muchas veces deformante. Nuestras críticas, nuestra apreciación de la belleza, no estará influida por criterios previos. Además los profanos somos los destinatarios de las obras de arte, sus consumidores, por lo cual creo que tenemos todo el derecho de realizar una crítica libre.

Esta última palabra nos conduce al concepto de libertad[15]. Cuando escribimos lo hacemos en total libertad, no buscamos ninguna finalidad comercial, lo hacemos por amor al arte. El profesional realiza su trabajo a cambio de un sueldo, dependiendo de su superior o superiores, que controlarán y dirigirán su trabajo. Estarán obligados a realizar muchas veces trabajos incómodos, contrarios a sus apetencias, lo cual les llevará a situaciones de agobio, algunas veces supuestamente denigrantes.

El artista libre sólo depende de su propia voluntad, haciendo lo que desea, lo que le gusta, sin presiones ni obligaciones. Esta libertad es realmente difícil de conseguir en el materializado mundo actual. Un mundo que para poder sobrevivir debe sacrificar su libertad. Consecuentemente, los que podemos dedicarnos libremente a lo que deseamos, somos unos privilegiados y debemos sentirnos muy felices por dicho motivo.

NOTAS MUSICALESPara terminar el análisis de los distintos aspectos de la belleza, consideraremos su aspecto de fragilidad. Partiendo de las artes plásticas, consideradas como más duraderas al tratarse de objetos físicos, nos elevamos hacia las artes más sutiles, como son la música y la poesía, en la que se incluye el teatro. En ellas su representación física se limita a una serie de garabatos que deben ser interpretados, leídos, cantados o transformados en sonidos. El momento artístico, su belleza, no reside en el papel. Aparece cuando se produce la acción escénica o la musical.

Esta belleza es efímera, terminando cuando retorna el silencio. Todo se ha esfumado, dejando únicamente sus huellas en nuestro interior. Este recuerdo será más profundo cuando mayor haya sido la capacidad de emocionarnos, cuanto mayor haya sido el placer conseguido.

Para ilustrar este tipo de belleza efímera, contaré una anécdota ocurrida durante una estancia de vacaciones ocurrida en mi juventud. Lo cual nos mostrará otro tipo de belleza efímera, la conseguida a través de una acción, que se podría considerar como una forma de happening.

La acción transcurrió una noche en la isla tunecina de Djerba, una isla que perteneció durante la Edad Media a la Corona de Aragón. Pasaba mis vacaciones de verano en el Club Méditerranée instalado en dicha isla, un club de tipo naturalista, pero no naturista, cuyas estructuras arquitectónicas y técnicas eran mínimas, limitándose a las estrictamente necesarias para la higiene. Los miembros de dicho club, generalmente jóvenes, dormían en tiendas construidas mediante elementos vegetales, colocadas sobre la arena de la playa, sin disponer de electricidad, ni de agua corriente, salvo en los puntos comunitarios.

La acción descrita se desarrolló durante una de las reuniones nocturnas, en un punto comunitario iluminado donde transcurrían las veladas, con los jóvenes sentados directamente sobre el suelo. Se trataba de un juego entre dos equipos formados por los propios residentes. Consistía en la superación de una serie de pruebas más o menos divertidas, apropiadas para un público juvenil desinhibido y con ganas de diversión. Una de las pruebas consistía en considerar a las chicas como bebés y sus compañeros de equipo debían ponerles polvos de talco en sus infantiles culitos. Normalmente les levantaban las faldas o les quitaban los shorts para conseguir su objetivo.

MUCHACHA PETOLa acción especial llegó cuando una hermosa rubia alemana tuvo que sufrir la prueba. La muchacha llevaba un traje de peto semejante al de la ilustración adjunta. Para poner el talco en su culito, el decidido muchacho tuvo que desprenderle el traje, quedando la muchacha solo con sus minúsculas braguitas, única prenda que llevaba debajo. Durante un instante, el chico le bajó las braguitas quedando íntegramente desnuda. Aquella acción duro un tiempo limitado, pero su impresión quedó grabada en mi mente durante mucho tiempo.

Lo curioso del caso es que había visto muchas veces a la muchacha tomar el sol desnuda en la playa, sin que me produjera el menor efecto. Pero aquella repentina e improvisada acción, lo que conocemos como happening, me había producido un durable recuerdo. Se trataba de un instante efímero de belleza. La acción desaparece pero el recuerdo perdura.

Con ello terminamos nuestra exposición del concepto de belleza y buscaremos su definición más apropiada, un concepto que ha ido variando, no solamente en las páginas escritas, sino también en la mente de quién las escribe.

Consideramos como bello, aquello que conteniendo unos valores armónicos más o menos libres, mediante la generación de emociones espirituales, nos produce placer.

Por ser la belleza subjetiva, en el próximo capítulo analizaremos los diferentes tipos de receptores, intentando su clasificación en distintos grupos más o menos homogéneos.


[1] Para los que sientan curiosidad por ella pueden consultarla en una de nuestras anteriores secciones.

[2]  Nada es absolutamente bello, sino que todo es bello en relación con alguna cosa.

[3]  Filosofía de la Historia.

[4]  Véase Sinfonía en la República Checa.

[5] "La canción de la Tierra", véase la obra "Mahler, la expresividad en la sinfonía romántica" del mismo autor.

[6]  El nirvana es el estado trascendente libre de sufrimiento y de la existencia fenoménica individual.

[7] Kenneth Clark (1903-1983) fue un historiador del arte británico.

[8] La Semiología o Semiótica es la disciplina que aborda la interpretación y producción del sentido.

[9] Happening (de la palabra inglesa que significa acontecimiento, ocurrencia, suceso). Manifestación artística surgida en los años 1950 caracterizada por la participación de los espectadores y en su improvisación.

[10]  Término proveniente del alemán de dificil traducción. Podría traducirse como configuración.

[11]  Véase "Sobre la libertad y otras ilusiones" del mismo autor, para una ampliación de este tema. (En redacción).

[12]  Véase la sección que se refiere a la acústica y la armonía en conceptos básicos sobre la música.

[13]  El taoísmo es una tradición filosófica y religiosa de los pueblos del Extremo Oriente.

[14]  Véase el artículo sobre Allan Pettersson.

[15]  Véase "Sobre la libertad y otras ilusiones" del mismo autor, para una ampliación de este tema. (Obra en redacción).